Mis confesiones de puta casada
Confesiones de chica casada
No puedo evitarlo, me gusta demasiado el sexo con otros hombres, tener aventuras esporádicas, amantes, amigos sexuales, novio, enamorarme y que me amen. Mi marido llego muy tarde a mi vida, yo ya era una mujer puta, y después que descubrimos, que somos de mentes muy parecidas y abiertas, ahora tiene una mujer que es más puta de lo que ya era.
Al final mi deseo estaba cumplido, prácticamente ya vivía con mi novio en casa, ya que la mayor parte del tiempo vivía con nosotros, compartíamos la misma cama los 3 o yo dormía a solas con él en otro cuarto de la casa, cuando lo necesitaba, salimos de paseo a unas cortas vacaciones, nos hospedamos en un buen hotel y durante gran parte de la noche, tuve un macho montándome como yegua en celo, oportunidades como esas no se dan tan seguido y yo me esforcé en sacarle el mayor provecho, lo que para mi esposo habían sido algunas pajas, para mi había sido un placer, el poder tener un macho potente en la cama, era un premio a mi calentura y mi putería.
Por la mañana y por supuesto después de coger con mi novio, nos arreglamos para bajar a la zona de la alberca juntos, ya liberada usé sin ningún pudor una mini tanga y me dispuse a disfrutar el último día de vacaciones.
Cuando bajamos ya mi marido había bajado ya de que salió adelante porque entiende que prefiero que no esté a veces para hacer el amor a solas con mi novio, yo ya estaba en mi papel de puta y caminé moviendo alegremente mi culo tomada de la cintura de mi nuevo macho, quería que mi marido se diera cuenta que pensaba en disfrutar con mi novio todo el día y quería que él lo supiera para que él nos incomodara lo menos posible.
No me pude contener la curiosidad y en la primera oportunidad abordé a mi esposo con excitación y sarcasmo para preguntarle cómo se había sentido toda la noche:
– Uy mi vida, de lo mejor, fue de lo más intenso, además después de dos buenas pajas pude dormir como bebé, aunque ustedes continuaron, yo dormí me sentí feliz por ti porque sabía cómo deseas y necesitas una noche como esta.
– Y tú?
– Claro que pase excelente mi maridito, mi novio me dio justo lo que necesitaba, sexo salvaje, ternura y descanso
Vaya con las mujeres, las putas queremos tener sexo y más sexo todo el tiempo, eso está en nuestras mentes, yo feliz de ser cogida como mi marido no puede, y mi novio feliz de coger a su puta enamorada.
Para ese entonces ya todos nuestros amigos se habían dado cuenta de nuestro amor entre 3 y lo que yo disfrutaba estar con nuestro nuevo integrante, la verdad en el ambiente en el que estábamos poco importó, nadie hizo algún comentario al respecto.
Me sentí caliente, puta y liberada, como digo tenía la intención de disfrutar ese día, sin preocuparme mucho por nada, así usé tacones con el traje de baño justo para sentirme aún más puta.
Mi marido y yo apenas nos mirábamos, en el trascurso de esa mañana estuvimos en la alberca, yo no me apegue de mi nuevo amante, le restregaba el culo y las tetas, quería su cuerpo y su verga, estaba enamorándome mucho de él, lo deseaba como pocas veces había deseado a un hombre, nuestras conversaciones siempre estuvieron llenas de morbo y de sexo, creo que nunca platicamos de otra cosa.
Platicaba realmente muy a gusto con él, en este lapso le conté mis fantasías más íntimas y perversas, cosas que pocas personas conocían de mí.
Entrado el mediodía mi marido, nos informó que subiría a arreglarse, nos avisó que pretendía salir a comer y pasear un rato, estaría gran parte del día fuera, pensé que los deseos de mi esposo hacían cumplir mis deseos en ese momento, una tarde tranquila para disfrutar sola con mi novio en plan de pareja enamorada, seguro era algo que valoraba bastante.
Me daba gusto el que mi marido me dejara sola por obvias razones, pero por otra parte mi lado más morboso deseaba seguir puteando justo en las narices de mi esposo.
La verdad es que le confesé este sentimiento encontrado a mi novio, sólo sonrió y me dio un beso delicioso mientras masajeaba mis tetas de puta.
Estuvimos un rato y pasada una media hora, me tomó de la mano y me llevó a la sala de la habitación del hotel, ahí nos sentamos en un sofá y empezó a cachondearme, me sacó las tetas me las mamó riquísimo y me dedeo al mismo tiempo.
Creo que, en un momento dado, escuchamos pasos en la parte del cuarto, sabía que en algún momento mi marido debía de pasar por la sala al querer salir.
Dicho lo anterior me tomó de la nuca y me hizo mamarle su hermosa verga, estaba muy entretenida con mi trabajo, cuando mi marido pudo ver a su dulce esposa nuevamente dedicada y devorando tal enromé pedazo de carne, yo concentrada en lo mío no me di cuenta que en ese momento ya teníamos compañía.
– despídete de tu esposo amor mío
Entonces abrí los ojos y pude ver la cara de mi esposo, mientras yo le mamaba la verga a el hombre del que ahora estaba enamorada, pude ver que no había coraje en sus ojos, creo que al igual que la puta de su esposa lo disfrutaba, mi marido sentía un raro morbo cornudo al saber que su esposa tenía que satisfacer su necesidad de puta y que tenía a un macho que podía cumplir con ese rol que él no podía darme o hacerme sentir.
Al mismo tiempo nos miraba y sonreía, se veía que también la causaba mucho morbo esta situación
– Bye maridito, que te vaya bien yo aquí me quedo muy bien atendida
Ahora por iniciativa propia me levanté y me acerqué a él, así con tacones, tanga y con las tetas fuera, me acerqué y le di un beso de despedida a mi esposo, así con mi boca con sabor a verga extraña, realmente me calentaba mucho esta situación.
Se despidió, aunque no sé qué tanto le despertamos su deseo de quedarse, al despedirme sólo podía pensar en verga dada la calentura que tenía.
Mi novio me tiene muy adicta a él y enamorada, pensaba y quería necesitaba de seguir disfrutando de su cariño y su enorme miembro, de esta forma regresé con él y de inmediato me senté en su vergota, con la calentura que tenía, no dudé en hacerlo de manera salvaje, me senté en su pene y como siempre con egoísmo pensé únicamente en mi placer, que rico era hacerlo así, sin preocuparse de nada de nadie solo yo y el hombre del que me había enamorado, teniendo la seguridad que pasara lo que pasara tendría los mejores orgasmos a solas, creo que esa confianza te abre la mente y te simplifica el proceso, el no pensar en nadie te hace disfrutar más fácilmente.
– Ahhhhh si¡¡¡ siiii¡¡¡¡ que rico ahhhh¡¡¡ cómo me calientas amor uy¡¡¡¡¡
No duramos mucho haciendo el amor, pero fue suficiente para razonablemente bajarme las ganas, digo razonablemente porque me habían dado lo justo para no desesperarme, pero mi calentura seguía latente, es normal para mi estar siempre en esas condiciones durante todo el día.
Regresamos entonces a la zona de alberca y ahí estuvimos un rato tomando y bailando, en unas horas el ambiente estaba de los más animado y los chicos nos alentaron a que nos quedáramos topless yo bien metida en mi papel, no dudé en ser la primera en despojarme del brasier, era una puta y me iba a portar como tal.
Estuvimos todavía un buen rato ahí, la verdad en ese tiempo, me metieron mano mi novio y varios de sus amigos, esto me calentó mucho, el ser parte de todo esto y ser tratada como puta simplemente me tenía a mil.
Al caer la tarde los chicos se retiraron a conversar, a leguas se veía que estaban poniéndose de acuerdo en qué hacer con su puta, así lo sabía y no tenía objeción en que fueran ellos quiénes dictaran el destino del día, y yo únicamente por el gusto de ser tratada como una golfa.
Al terminar su conversación se acercaron y me informaron que debíamos arreglarnos para continuar la fiesta, así lo hicimos y nos dirigimos a nuestras habitaciones, yo pensaba que debía alistarme para salir a cenar y tal vez de ahí ir a algún bar, así que usé un vestido súper sexy muy entallado y escotado.
Como siempre me tomé mi tiempo, cuando bajé ya los hombres estaban bebiendo desde hace rato en la sala, aún era temprano y me incorporé a la fiesta, les causó un poco de sorpresa el haber sido la primera en bajar, esto con el antecedente que el resto de los días había sido siempre yo la última en terminar de arreglarse.
Sin reparar mucho en el ello, me senté al lado de mi novio, me sirvieron una bebida y en segundos ya estaba completamente integrada a la plática, la cual como era de esperarse estaba llena de doble sentido y sexo.
Me gustaba como me trataban, sin ningún pudor, pero siempre con un cierto respeto que merece la puta de un amigo, no sé, no me trataban como dama sino como una mujer más abierta sexualmente, a pesar de ello respetaban el hecho de que yo ya tenía novio, seguro tienen experiencia en ese tipo de convivencia, pero para mí era nueva y muy interesante.
Además, me prestaban toda la atención, pero sobre todo me encantaba el hecho de que no preguntaban por mi marido ni por mi vida cotidiana, se habían enganchado en este juego en el que por esos días yo era una más de las mujeres que habían llevado ahí con el único objetivo de divertirse.
Me la pasaba tan bien con ellos, quería seguir siendo el centro de la atención de esos hombres perversos e infieles.
Al final mi intención era pasármela bien y lo estaba haciendo, seguiría viendo que me deparaba el resto del día.
La bebida fluía y yo que no soy muy buena para tomar fue cuestión de tiempo para cuando ya me sentía alegre y aún más desinhibida y caliente.
También fue cuestión de tiempo para que me pidieran que les bailara un poco, evidentemente no iba a negarme, prácticamente estaba rogando que me pidieran algo así.
Me levanté y el ritmo de reguetón, empecé a bailar lo más sexy posible, movía las caderas una barbaridad, veía a mi público con los ojos abiertos al máximo y más caliente me sentía.
Quería restregarles mi culo y mis tetas a todos, pero el hecho de que estuviera mi novio presente me hacía contenerme, a pesar de ello la calentura era demasiada, para no buscar sentir el contacto de una verga grande y dura sobre mi enorme trasero.
Así que dicho lo anterior, saqué a bailar o más bien a bailarle a mi novio, lo tomé de la mano y lo hice incorporarse, moví la cadera generosamente y le restregué las tetas, mientras él estaba casi inmóvil.
Después de un rato me llevó contra la pared y ahí me pegó una calentada terrible, entre besos y manoseos descarados, en un momento dado me puso de espaldas, yo puse mis manos contra la pared y como toda una profesional, me dediqué a restregarle el culo por encima de su pantalón, bailé y bailé con el solo objetivo de sentir su enorme verga entre mi gran trasero, por fin un culo como el mío tenía a su disposición la verga que se merecía.
Estaba ardiendo, me sentía de lo más puta y me encantaba, desde hace mucho había descubierto mi verdadera condición de mujer caliente y perversa, sabía lo que me gustaba, pero esto me estaba gustando demasiado, de alguna manera había conservado una fachada de mujer casada convencional, con amantes esporádicos y aprendiendo a sobrellevar una convivencia con un marido muy abierto en las cuestiones del sexo, pero esto era tan intenso que me encantaba seriamente mi capacidad de seguir con el modo de vida que tenía.
Quería sentirme puta, no quería la vida que mis nuevas amigas tenían y de la que ellas estaban hastiadas, menudos caprichos de la vida.
Mientras más caliente estaba y mientras más movía el culo, mi novio se acercó a mí y me susurró al oído
– Hoy te cumplo tus fantasías
Resulta que durante nuestras conversaciones y mi apertura sexual hacía él, le había confesado muchas de mis fantasías, algunas veces en conversaciones normales, pero las más intensas y sinceras habían sido mientras me cogía salvajemente, fue de los más excitante confesarme mientras cogía.
En una de esas salvajes cogidas, mientras yo me sentaba en su enorme verga, le confesé que me excitaba mucho la idea de coger delante de la gente, que me encantaba exhibirme y quería que me vieran coger, mi fantasía era que me cogieran varios al mismo tiempo, que me vieran y se masturbaran mientras yo me sometía a él.
Fue tal mi calentura que mientras confesaba todo esto tuve un orgasmo de lo más intenso, la verdad es que no pensé que la conversación trascendiera más allá de la pasión del momento, pero ahora y para mi sorpresa parecía que mi novio pensaba en hacerla realidad.
Repasé brevemente lo sucedido en el día y empezaba a darme cuenta que las cosas no se habían dado por casualidad, la salida de mi marido, eran cosas sumamente sospechosas, al parecer mi novio había convencido al grupo de que se quedaran a solas conmigo.
Ya con todas las cartas sobre la mesa me dejé llevar, me habían servido en charola de plata la oportunidad y estaba segura que ese tipo de situaciones eran complicadas de repetirse.
Mientras yo seguía bailado pegada a la pared y dando la espalda, mi novio fue despojándome poco a poco de cada una de mis prendas, en unos segundos más sólo mi pequeña tanga y mis tacones altos me acompañaban en mi perverso baile.
Para entonces los chicos habían dejado listo el escenario del show, habían colocado un sillón pequeño al centro de la sala y ellos ya estaban sentados alrededor del mismo.
Me tomó de la mano y me llevó al centro de la acción, yo caminé detrás de él, semidesnuda con las tetas afuera y con una diminuta tanga metida en mis enormes nalgas, me sentía dominada y caliente al extremo.
La escena me terminó de poner al límite, caminé despacio y me aseguré de mover las caderas al extremo, el estar en esas condiciones exhibiéndome delante de unos tipos que apenas conocía, el verlos contemplar mi putería en silencio, mientras yo deseaba ser sometida y usada era francamente de lo más excitante.
La acción era seguida en silencio, no había gritos ni palabras, parecía que todos eran cómplices de mi fantasía, justo así lo había soñado, justo así lo había deseado, no quería un público similar al de una partido de futbol que gritara y maldijera, quería el público de un concierto de música clásica o de una obra de teatro, quería que se concentraran en el espectáculo, que no perdieran detalle, quería que el final reconocieran la calidad del show; en el concierto el reconocimiento sería con aplausos en esta obra sería con su semen escurriendo por sus perversas vergas.
Ya en el centro de la sala sacó su deliciosa verga, no se quitó una sola prenda, solo se sacó su enorme miembro, luego me puso delante de él y me hizo agacharme hasta alcanzar su pene erecto, no me hizo arrodillarme, quería que estuviera de pie y al agacharme pudiera exhibir de mejor manera mi gran trasero, yo no iba a oponer resistencia a nada ese día y menos al inicio de la sesión, así que entendí sus claras intenciones e hice lo que de mí se esperaba.
Comencé a mamar y la sensación era por demás placentera, si de por si me encanta mamar la verga de mi hombre amado, el hacerlo en estas condiciones y con la calentura que me cargaba simplemente me temía a mil.
Con tal nivel de deseo aceleré el ritmo y de poco necesitaba más comodidad, así que sin querer en un momento dado ya me encontraba de rodillas saboreando tan delicioso manjar
Estaba excitada al máximo, gozaba como nunca el darle sexo oral a mi enamorado que me trataba como la novia sucia que siempre soñé.
De reojo veía como mi público me miraba sin perder detalle, puede notar sus ojos bien abiertos mientras comenzaban a tocarse sus miembros por encima de sus ropas.
Después de un rato en esa posición en donde me di gusto, mamando su deliciosa verga, me hizo ponerme de pie, ahí justo al centro de la sala con sus amigos alrededor nuestro, regresó a mi boca, me besó delicioso mientras me metía mano a placer; mi cuerpo desnudo, solo acompañado de mis tacones, reaccionaba a sus caricias, yo gemía disimuladamente mientras apretaba mis muslos y movía mis caderas víctima del placer.
Volvió entonces a colocarme su cinturón en mi cuello cual vil perra en celo, acto seguido me hizo ponerme en cuatro patas, con el cinturón en el cuello, me hizo gatear por el suelo, paseándome como su perrita sumisa, así me llevó por toda la sala, la intención era que en el recorrido pasara cerca de cada uno de sus amigos, me estaba exhibiendo como ganado a vender, como su trofeo sexual, como si le gritara a cada uno “miren bien a esta yegua que estoy a punto de montar”.
Durante el paseo moví el culo lo más que pude, el proceso fue lento con toda la intención de acrecentar el morbo de todos los presentes, no puedo hablar por los demás, pero al menos conmigo la estrategia estaba funcionando al extremo.
Cada vez que me acercaba a uno de ellos, mi excitación aumentaba, no eludía la mirada y los miraba a cada uno de ellos a los ojos, llena de morbo y deseo, quería que vieran claramente que me encantaba lo que estaba pasando y lo que estaba por pasar, luego mordía mis labios en clara señal de excitación y al hacerlo dirigía mi mirada a sus vergas ya descaradamente erectas.
Luego del paseo me colocó en cuatro patas justo en el centro de la sala, después se acercó a mí y sólo me ordenó:
– Tócate ¡
Luego se retiró y tomó asiento, yo me quedé sola en medio de todos, en cuatro patas sacando mi enorme culo, ahí estuve un tiempo tocándome, a rato cerraba los ojos y a ratos los abría para observar a mi público, todos me miraban con morbo y se tocaban sus vergas, todos menos mi novio, él solo me miraba sin perder detalle y sin mostrar una mínima expresión.
Todo el entorno conspiraba en mi calentura, estaba muy excitada, no dejaba de tocarme con una mano, mientras que con la otra acariciaba uno de mis senos, luego apoyé mi cara contra el sofá y saqué aún más el trasero.
Estaba al límite cuando mi novio se acercó a mí y me dio una nueva orden:
– Termina ¡
Eso encendió un interruptor dentro de mí, pareciera que el tipo controlaba mi cuerpo y así nada más podía controlar mis orgasmos, era una completa paradoja que mi marido tenía años queriendo lograr que yo pudiera tener algún orgasmo de esta manera con él con resultados por demás desalentadores y este tipo que acaba de conocer hace apenas unos días ahora me ordenaba tenerlos, como si fuera tan sencillo, bueno pues para él gracias a todo lo que me había hecho hacer y todas sus perversiones si lo era, era de lo más sencillo.
Sentí entonces una descarga de electricidad recorrer todo mi cuerpo, aceleré el ritmo, moví mi enorme culo a la mayor velocidad y entré un delicioso orgasmo que me hizo gritar de placer.
– Ahhhhhh mmmmmmm¡¡¡¡¡
Después del intenso orgasmo me quedé un rato tendida con el culo al aire, fueron solo unos segundos para cuando mi novio se colocó detrás de mí y por fin me dio el gusto de tener dentro su enorme verga
Comenzó entonces un espectáculo de sexo salvaje, me daba verga con una maestría notable, yo no podía más que gemir y pedir por más.
– Ahhhhh sí que rico¡¡¡ ayy amor mío que rico coges¡¡¡
– Te gusta mami mía.
– Me encanta papito uyyy ahhhh dame dame.
El ritmo no paraba y yo sentía como mi conchita era taladrada de lo más delicioso con un mete y saca divino.
– Se ve que estas muy necesitada de mi verga amor ¡
– Si papito uyyyy si rey, no sabes lo que me gusta tu verga¡¡¡ ahhhh
– Y el pendejo de tu marido no te coge como lo mereces
– No papi ayyy, es un pendejo que la tiene chiquita uf¡¡ ahhhhhh
– Te gusta mi verga amor mío?
– Ahhhhh me encanta uyyyy, la tienes enorme rey, ahhhh que rico¡¡¡¡ más mas¡¡¡
Me encantaba que no nada más me cogiera delante de sus amigos, me encantaba que me hablara sucio que me tratara como su novia puta, como su amada puta.
– Qué es lo que eres?
– Una zorra papi, tu puta amada¡¡
– Y cómo te tiene mi verga
– Bien pendeja y enamorada amor ahhhhhhh
Terminé nuevamente, la sesión era por demás intensa y era complicado que mi amado aguantara mucho tiempo más, entonces aceleró aún más el ritmo mientras me pegaba un par de nalgadas que eran el complemento perfecto a todo lo que estaba pasando.
Para entonces sus amigos ya se habían sacado sus vergas y se masturbaban sin disimulo, yo en cuatro patas, desnuda siendo penetrada salvajemente, con mi amado aún vestido y rodeada de tipos calientes masturbándose, la escena era de lo más excitante y perversa, todo eso vino a mi mente y más caliente me ponía, de esta forma tomé un poco más la iniciativa y me dedique no solo a recibir las embestidas, también movía mi trasero al encuentro de sus movimientos, no sé si era necesario para mejorar el placer pero mi calentura así me lo ordenaba.
– Ahhhh ohhhhh que rico que rico¡¡¡¡¡ más papito así as¡¡¡
Con todo ese panorama sentí la necesidad de soltar un nuevo orgasmo, era demasiado todo el morbo que estaba viviendo
– Ohhhhhh ahhhhhhh me vengo otra vez¡¡¡¡¡ que rico lo haces amor mío¡¡¡¡¡ ahhhh¡¡
Mi amante sabía que a ese ritmo difícilmente podría aguantar mucho, así que tomó un respiro, saco su verga y me cambió de posición, entonces se subió encima de mí, y siguió con su trabajo en un ritmo más lento y pausado, quería prolongar mi placer al máximo y yo lo agradecía.
Yo cerraba los ojos y seguía experimentando placer, la posición ahora me dificultaba el ver que estaba haciendo mi público, pero aun así me las ingeniaba para voltear a ver como se seguían tocando a placer.
Ahora mientras me cogía, me besaba la boca y me besaba las tetas, yo abrí mis piernas lo más que podía mientras seguía recibiendo esa deliciosa verga que en casa no tenia y que me daba el placer y los orgasmos que no me daba mi marido.
Luego tomó mis piernas y las llevó a sus hombros, así la penetración era nuevamente más intensa, yo reaccioné al cambio y comencé a gemir de manera más sonora
– Si papi, si, amor mío dame así, así como me gusta ahhhhhh uuuuuyyy
El tipo seguía concentrado en su trabajo y continuaba dándome rico, veía su cara llena de deseo, el solo verlo a la cara me parecía morbosamente excitable, me venía en los más intensos orgasmos me parecía morbosamente sexual y atractivo
– Te gusta amada mía?
– Ahhhh me encanta papito, ahhhh que rico coges amor mío, ahhhhhhh
Así aceleró el ritmo mientras me tomaba de la nuca, yo sabía que la corrida de mi novio era inminente, luego no pudo más sacó su enorme verga y terminó en mis enormes tetas
Busqué su semen y lo embarré en mis tetas, mientras me llevaba una parte de su leche a mi boquita, les pidió a sus amigos que terminaran encima mío, nadie me podía tocar solo regalarme su semen, esa era mi fantasía y la estaba llevando a cabo.
Uno a uno se fueron acercando a mí, jalándose sus vergas y terminando en mi boca mientras yo gota a gota chorro a chorro la iba tragando toda una a una, mientras tanto ya me tocaba como loca, la escena era a lo sumo excitante, mi cuerpo se llenaba de placer al mismo tiempo.
La verdad poco caso les hacía a los tipos, me interesaba mi placer y su semen, con cada gota que caía en mi boca, más puta me sentía y más duro me masturbaba, para cuando todos terminaron, yo no podía dejar de tocarme, así terminé riquísimo presa de un placer que me es difícil describir
– Ahhhhhh mmmmm ohhhhhhh
Así tuve el mejor de mis orgasmos, sola de manera egoísta, explorando mi cuerpo y llena de semen en mi boca, estaba en el cielo, me sentía de los más puta, llena de deseo y placer.
– Ahhhhh uffff mmmmmmmm
Luego me quedé tendida en el sofá por varios segundos con las piernas abiertas y con la mirada perdida, estaba completamente complacida, relajada y satisfecha, podía haberme quedado ahí por horas pensando en lo intenso de toda la sesión.
Después de un rato desperté de mi estado inconsciente y me incorporé poco a poco a la realidad, sin decir mucho me dirigí a asearme un poco y vestirme, al regresar a la fiesta, todos me aplaudieron y me recibieron con gusto, yo estaba feliz y la noche apenas empezaba.
Me informaron que todos le cuestionaron a mi novio, sobre el premio que se habían ganado ya que ni una mamada de verga se habían llevado, yo para mis adentros pensé que todo eso tenía solución y que una nueva fantasía se asomaba en mi mente.
Mi amado estuvo de acuerdo, que algunos premios debían de recibir y ya veríamos como esta puta pagaba por el favor, creo que me mojé nuevamente, al saber que nuevas cosas pensaban hacer con mi cuerpecito de puta, pero eso será otra historia, solo les diré que mi marido llegó ya muy tarde y para entonces su mujer era ya más puta…
Comentario personal: estoy pasando por situaciones un tanto complejas que me hacen difícil publicar; para aquellos que pueden encontrar interesantes mis textos, les informo que no tengo certeza sobre próximas publicaciones, espero seguir haciéndolo, pero hoy no tengo certeza de los tiempos, puede ser que me lleve más tiempo o tal vez siga publicando con la misma regularidad.