Mis aventuras de adolescente III

¿Se solucionara la cosa con Lucas o abra que pasar definitivamente de pagina? Seguimos disfrutando de las fiestas de mi pueblo. ¿Que mas situaciones pasaran?

-              ¿Espera que? ¿Pero que cojones me estas diciendo? ¿Es que acaso te estas riendo de mi?

-              Venga… no te pongas así. Ya te he dado lo que querías, ¿no?

-              ¿El que? ¿Una puta paja? Que ni siquiera he disfrutado yo…

-              Pues no se te veía muy disgustada la verdad.

-              Sabes que no me refería a eso…

Me cruce de brazos incapaz de entender la actitud que estaba teniendo conmigo. Pero… ¿qué se pensaba que era yo?

Sin embargo, él estaba tan tranquilo. Se había vuelto a sentar y me miraba con una calma que me estaba sacando de quicio.

Me di media vuelta dispuesta a volver con mis amigas.

-              Oh, venga ya Sam. ¡Note pongas así!

Ni siquiera me gire.

-              ¡Que te jodan, Lucas! ¡Que te jodan!

Y sin mirar atrás volví con ellas.

Aun seguía sin creerme lo que había pasado. Era subrealista.

Pero… ¿que clase de tío te dice algo así?

No tenia ningún sentido.

Es que entonces… ¿para que coño estaba conmigo si no pensaba tocarme un pelo?

Estaba tan cabreada que todo el alcohol que había bebido se me había bajado de repente. Ni siquiera me apetecía estar por ahí de fiesta ya.

Aguante todo lo que pude, pero finalmente las dije a mis amigas que no me encontraba muy bien y me largue.

<¡Joder! Al final si que me ha jodido las fiestas> pensé caminando hacia mi casa.

Nada más llegar me puse el pijama y me acosté. No me apetecía hacer nada, además de que no dejaba de pensar en lo que me había dicho.

Apenas pude dormir esa noche. No dejaba de darle vueltas a las cosas.

No sabia que hacer, pero lo que estaba claro es que no iba a aguantar algo así, aunque el tío me gustara un huevo.

Pues también es verdad.

Cuando amaneció mi decisión ya había sido tomada. Lo dejaría con Lucas. Estaba claro que teníamos diferentes formas del concepto “novio”.

Me jodia realmente. Apenas llevábamos saliendo dos meses y a tomar por culo todo, pero en fin… así es la vida.

Después de darle más vueltas en la mañana decidí mandarle un mensaje para quedar.

Me contesto una hora mas tarde.

Se ve que alguien si que había seguido con la fiesta a pesar de la bronca.

Quedamos en el mismo sitio de ayer, así que me prepare y fui hasta allí con las ideas bien claras

-              Hola Sam –me saludo al verme llegar

Se había cambiado de camiseta y unas ojeras prominentes debajo de sus ojos me confirmaban que él no se había ido pronto como yo.

-              Hola Lucas –respondí seria

-              Oye no se que coño paso ayer para que te enfadaras así… no se, tía. Pensaba que no te lo ibas a tomar tan mal.

-              ¿A no? ¿Es que acaso me tengo que callar y joder cuando mi supuesto novio me dice que con una simple paja que te he hecho ya tengo para una larga temporada?.- notaba como la ira volvía a resurgir en mi.- ¡Ni que fuera una jodida desesperada o te hubiera obligado a algo!

-              …

-              ¿Es que no vas a decir nada?

-              No se que quieres que diga la verdad…

Apreté los dientes. ¿Enserio no sabia que quería que me dijera? Pues que había sido una puta broma, que no lo decía enserio… cualquier cosa menos eso…

Estaba claro que no podíamos seguir así.

Inspire profundamente tratando de calmarme y me senté a su lado.

-              Mira… lo siento Lucas, pero creo que tenemos diferentes maneras de ver lo que es una relación y…

-              ¿Me estas dejando? –pregunto mirándome fijamente

-              Creo que va a ser lo mejor.

Espere una respuesta, pero nada. Ni siquiera se veía preocupado o alterado. Estaba claro que le daba absolutamente igual dejarlo.

¿Entonces…?

Seguía sin entender porque me había pedido salir si ni siquiera intentaba arreglarlo en momentos así.

Me rasque la frente buscando algo que hacer en ese instante tan incomodo.

-              Esto… bueno… podemos ser amigos…

Ni siquiera sabia lo que decía. Estaba deseando irme de allí.

-              Emm… si claro. Podemos volver a como estábamos antes.

-              Si, claro.

Observe mis deportivas sin saber que mas añadir, pero ya estaba todo dicho.

Me excuse diciéndole que me estaba esperando mi madre y me fui.

Antes de cruzar la calle me gire. Lucas seguía sentado mirando la nada, pero tampoco se le veía triste.

Suspire y me fui.

Se lo conté como pude a mis amigas y como siempre apoyaron mi decisión, o al menos lo aparentaron. Sabia que alguna de ellas estaría tomándome por loca al a ver dejado a Lucas con el buen partidazo que era, pero también estaba segura de que si estuvieran ellas en mi situación harían exactamente lo mismo e incluso quizás antes que yo.

Daba lo mismo.

Aun continuaban las fiestas y no quería amargarme y más sabiendo que a Lucas le daba absolutamente igual lo nuestro.

Esa tarde iban a ser las gimkanas que organizaba el ayuntamiento en la playa. Casi todas las peñas se apuntaban y por supuesto, la nuestra no iba a ser de menos. Básicamente tenias que pasar una serie de pruebas en un grupo de máximo 6 personas haciendo bastante el ridículo.

Pero oye, si ganabas te daban un jamoncito que eso para merendar en la tarde no venia nada mal.

Lo malo es que siempre ganaba la peña de mi primo, pero bueno… si querías hacer el ridículo eso que te llevabas.

Yo como siempre no participe. Deje a mis amigas que lo hicieran por mi y yo me dedique a observar como lo hacían las demás peñas.

Enseguida vi a Lucas con su grupo de amigos.

¡Por Dios! ¡Estaba guapísimo!

Con su camiseta de la peña, esta vez blanca, pegándose a sus músculos como si fuera una segunda piel, el pelo alborotado y pantalones vaqueros que ya quisiera a yo que me quedaran como a el.

Lucas todavía no me había llegado a ver y yo tampoco tenia muchas ganas de que eso sucediera, asique me dedique a seguirle con la mirada desde una esquina. Se le veía bastante contento riéndose de alguna broma que estaba haciendo Néstor.

Buff… no podía soportar viéndolo tan calmado como si no hubiera pasado nada.

¿Es que acaso le importaba una puta mierda?

Yo dándole vueltas a todo y el tan tranquilo con sus amigos.

¡YA LE PODIAN IR DANDO POR CULO!

Me di media vuelta y fui con mis amigas, las cuales estaban apunto de empezar la gimkana.

Ni siquiera me lo pensé, me puse una copa de nuestra pequeña “despensa” que llevábamos siempre que nos movíamos del local.

Solo quería olvidar el día anterior y empezar a divertirme.

Por supuesto, mis amigas no ganaron nada de nada, pero se lo pasaron genial y acabe echándome unas cuantas risas a verlas caerse cada dos por tres tratando de esquivar las diferentes pruebas.

Nada más acabarme la copa me puse otra.

El siguiente grupo que tocaba era el de Lucas y lo que menos me apetecía era quedarme a verle.

Me gire para decirle a mis amigas que ya no quería seguir allí y con el movimiento casi me doy de bruces con Víctor.

-              ¡Ey Sam! Vas a tope, ¿eh? –dijo riéndose fijándose en la copa que llevaba.

-              ¡Por Dios, Víctor! Casi me da un ataque… -grite poniéndome una mano al pecho.- ¡No me des estos sustos, hombre!

-              Perdona, perdona. –se disculpo alzando los brazos.- Solo quería saludarte…

Mire a Víctor detenidamente.

Era el mejor amigo de Lucas y aunque no solíamos llevarnos mucho, siempre habíamos tenido un trato bastante cordial. Era el primero de la clase y como no, Lucas el segundo, por lo que no solía fijarse mucho en mi y menos cuando nos daban las notas.

No es que las mías fueran malas, pero por supuesto no llegaba al nivel que tenia el.

Es curioso lo que dicen siempre de que se meten con el mas listo de la clase, que es el empollón y el principal objetivo de las burlas de los demás. Pues en mi instituto era todo lo contrario. Es mas, alguna vez había visto a Víctor metiéndose con algún chaval que había sacado unas notas mucho mas inferiores a las suyas.

En fin… que me voy por las ramas.

Víctor por aquel entonces no es que fuera muy alto, más bien altura media. Rubio de ojos azules y cara un pelín aniñada. No era para nada feo, pero prefería mas a los chicos como Lucas. Los que parecían más hombres.

-              ¡Ey! Me he enterado de lo de Lucas.

Quite mi mano del pecho y le mire con los ojos entrecerrados.

-              Ya. Te has enterado, ¿no? O mas bien te lo ha contado Lucas.

-              Bueno… si… -dijo rascándose la coronilla nervioso.- Aunque no nos lo ha contado todo, ¿eh?. Solamente nos dijo que lo habíais dejado.

-              Bueno si, ¿y que? –pregunte cruzándome de brazos a la defensiva.

-              ¡Eh! ¡Eh! No hace falta que te pongas a así. Yo solo quería decirte que bueno… pues que si necesitas hablar con alguien aquí estoy… no se…

-              ¿Y desde cuando quieres que te cuente mis problemas?

Víctor no contesto. Bajo la vista hasta sus pies y volvió a mirarme. Se notaba que estaba bastante nervioso.

-              No se… Víctor… es que me ha pillado de sorpresa. Normalmente no sueles hablar conmigo y que me digas esto ahora... pues…

-              ¡No pienses nada raro, eh! –exclamo levantando las manos.- Es solo que… me gustaría que fuéramos amigos y eso…

No estaba muy segura yo de eso, pero tampoco quería cabrearme con él.

Al fin y al cabo con quien estaba realmente enfadada era con Lucas y quizás si me acercaba a Víctor se pondría celoso y se replantaría su actitud conmigo.

Sonreí levemente.

-              Mmm… ¿sabes que? Pues tienes toda la razón. Ya es hora de que nos pongamos al día.

-              ¿Enserio?

-              Claro. Y que mejor manera para empezar que las fiestas, ¿no?

Se le dibujo una sonrisa en toda la cara.

-              ¡Pues claro, tía! Por cierto… ¿vas a ir hoy al “picante”?

“El picante” o “picante” era un pub al que solíamos ir cada vez que íbamos de fiesta, además era el único que lograba tener clientela en la época de fiestas.

-              ¡Por supuesto! Eso ni se duda –afirme con una sonrisa.

-              Genial… entonces nos veremos por allí

Y dándome una leve caricia en la mejilla se fue con sus amigos.

Le observe mientras se marchaba. La verdad que había sido bastante extraño todo, pero si eso me llevaba hasta Lucas era mejor que mejor.

Sabia que le había dejado yo, pero lo había hecho más que nada para darle una lección y hacerle ver que conmigo no se jugaba. No es que realmente no estuviera interesada en el.

Y ahora con Víctor, iba a aprovechar para celarle hasta el limite.

Una vez terminada la gimkana nos fuimos cada una a casa para ducharnos y prepararnos para la fiesta de por la noche.

Normalmente antes de ir a las discotecas o los pubs tenemos como costumbre ir al local para beber.

Tiene todas las ventajas. La bebida es mucho más barata y podemos poner la música que nos de la gana.

Esa noche no iba a ser de menos.

-              Bueno… bueno… ¿hoy te llevamos a casa a rastras no? –me pregunto casi afirmando Carla entre risas.

-              Buuf… no se tía. Ya he bebido bastante esta tarde…

-              ¿Y que? Pues otro poco mas, ¿no? ¡Oye no me vayas a decir que te piensas pirar como ayer, eh! ¡ESO SI QUE NO! –grito agarrándome de los hombros

-              ¡Vale, vale! ¡No te pongas así hombre!

-              Es que tía lo que faltaba ya. Que te jodieras las fiestas por Lucas…

Baje mi mirada.

-              ¡Ey! ¡Mírame! –dijo cogiéndome de la barbilla haciendo que nuestros ojos conectaran.- Tu hoy no te vas hasta que los grillos empiecen a cantar. ¡Como me llamo yo Carla! Además si Lucas no te hace ni caso pues te lías con Víctor…

-              Si hombre… -me queje soltando un pequeño bufido

-              Me vas a decir tu ahora a mi que esta tarde no estaba intentado ligar contigo, ¿no? Si… y yo soy la reina de España. Anda anda… y si no pues con otro, tía. Lo que no vas a hacer es amargarte por un tío que no merece la pena. ¡Anda que no hay peces en el mar!

Estaba claro que Carla era la mejor si te quería animar. Me soltó gritando alguna especie de grito de guerra, algo así como ¡A POR ELLOS!, que casi me deja sin tímpanos y me puso una copa con un centímetro de coca-cola.

Si quería emborracharme me lo había dejado bien claro.

Bebimos, bailamos y reímos por casi dos horas y ya cuando vimos que la fiesta iba a decaer nos decantamos por marcharnos al “picante”.

Nada mas entrar al pub tuve que cerrar los ojos por el maldito humillo de colores que siempre ponían. Se notaba que ya era tarde, ya que estaba todo a reventar.

Como pudimos nos fuimos trasladando hasta la barra a pedirnos una copa y una vez conseguido nos adentramos en el pub hasta que encontramos un buen sitio para bailar.

Ya algunos chicos que supuse que eran de otros pueblos intentaron ligar con mi amiga Carla y Lorena. Me habían empezado a subir las copas que algunas veces me constaba enfocar correctamente.

Mire a mi alrededor tratando de visualizar la cantidad de gente que había ahí dentro, cuando, ¡oh sorpresa!, toda la pandilla de Lucas se dirigía hacia donde estamos nosotras.

-              Hola Sam

-              Hola Lucas… emm… ¿qué tal? –ni yo sabia lo que decía.

-              No también como tu por lo que veo. –dijo señalando con su cabeza la copa que tenia en la mano

¿Qué coño estaba queriéndome decir con eso?

-              ¿Acaso me estas llamando borracha? –inquirí mirándole fijamente.

-              Yo no he dicho eso… pero vamos que tampoco es que vayas muy fina que se diga…

Ahora ya si que me estaba empezando a cabrear. Pero vamos a ver… a él ¿que cojones le importaba si yo bebía mucho o dejaba de beber?

Se suponía que ya no estábamos juntos así que lo que yo hiciera le tendría que estar dando igual como llevaba dándome a entender durante todo el día.

-              Eh… perdona guapo, pero lo que yo haga o deje de hacer a ti ni te va ni te viene.

-              ¡Ey, chicos! Vamos a tranquilizarnos un poquito, ¿no? –dijo Víctor intentando calmar la situación poniéndose entre medias.

-              Yo estoy bien calmada. Es éste… que no para de decir gilipolleces… -grite señalando a Lucas con un dedo.

-              Ahora el malo soy yo, ¿no?

-              ¡Hombre! Sino ya me dirás tu a que viene ese comentario… o acaso te digo yo a ti si bebes o no.

-              ¿Sabes que? ¡Haz lo que te de la gana Sam! –grito ignorándome dándose la vuelta

-              ¡Pues eso mismo pienso hacer! –grite yo a su vez.

Estaba tan enfadada que ni me había dado cuenta que mis amigas se habían ido moviendo y estaba yo sola.

-              ¡Ey, tranquila! Ya

Mire a Víctor. Estaba observándome bastante serio, supongo por el numerito que acabamos de montar Lucas y yo, pero estaba tan harta de todo que me dio completamente igual.

-              ¿Acaso me vas a decir que tu también opinas como el?

-              ¿QUÉ? Pues claro que no Sam… -explico cogiéndome de los hombros.- Pero no es el momento, ¿vale? Los dos habéis bebido y no creo que sea lo mejor discutir borrachos… Si tenéis problemas ya lo solucionareis cuando estéis mejor… -le mire inquisitivamente. –Ambos. –aclaro sin apartar su mirada de la mía.

Pensé detenidamente lo que me había dicho. Quizás tenia razón. Estaba claro que de noche de fiesta las cosas no se iban a solucionar y mucho menos si ambos habíamos estado bebiendo, es solo que me molestaba que a mi me tratara como si fuera la borracha del pueblo y él no se mirara en un espejo.

Además las fiestas estaban para eso.

Gire levemente mis ojos hacia Lucas. Nos estaba mirando retadoramente dándole un sorbo a su copa.

¡Dios! No soportaba a la gente hipócrita. Y desde luego él lo estaba siendo y con creces.

Volví mi vista hacia Víctor, quien no había dejado de observarme durante todo ese tiempo.

En verdad estaba realmente guapo esa noche.

Se había alborotado algo el pelo dándole cierto aire de malote y los focos del pub le otorgaban una luz irreal a sus ojos haciéndolos todavía más azules de lo que eran.

Mire sus labios.

Ni siquiera me lo pensé. Me acerque dándole un beso.

Pensé que me apartaría enseguida, pero no sentí sus brazos alejándome hasta pasados cinco segundos.

-              Oye Sam…

-              Si, si. Tienes razón… no se por que lo he hecho… lo siento… yo no debí…

Y sin mas me aleje de él rumbo a la salida.

Necesitaba tomar el aire, sentía que me ahogaría si me quedaba más tiempo allí dentro. Antes de cruzar la puerta mire hacia donde estaba Lucas, pero él ya no estaba allí. Se había ido.

El frio de la calle me golpeo la cara cual soplo de aire fresco. Cerré los ojos dejándome llevar por la sensación.

¿Qué cojones había hecho?

¡Por Dios! Si ni siquiera me había fijado en Víctor hasta hoy. ¿Qué narices hacia besándole?

-              Sam

Abrí los ojos de golpe girándome.

-              Víctor yo…

No me dio tiempo a decir más. Me atrajo hasta él besándome. Intente levemente apartarme de él pero una mano en mi cintura me tenia bien retenida. Abrí la boca queriendo decir algo, pero Víctor aprovecho la ocasión para meterme la lengua hasta la garganta.

¡Dios! Realmente besaba muy bien.

Deje de resistirme llevando mi mano hasta su nuca, profundizando el beso.

No sabia que estaba haciendo, pero lo que estaba segura es que no quería que parara.

Era la primera vez en todo el día que me sentía a gusto y no quería que esa sensación se acabara.

Víctor tampoco se quedo atrás. Estaba claro que lo estaba deseando porque enseguida el beso se trasformo en un muerdo salvaje. Daba la sensación que nos queríamos comer mutuamente.

Después de no se cuanto tiempo finalmente me separo.

-              Ven conmigo –dijo agarrando de una mano arrastrándome hasta un callejón cercano.

El callejón no tenia salida y estaba bastante oscuro, pero en esos momentos no me importo. Le seguí hasta la mitad de éste y una vez nos paramos miro a ambos lados y me empotro contra la pared.

Me hubiera quejado por el fuerte golpe, pero mi grito fue ahogado por su boca.

Sentí una mano rozarme el muslo, mientras la otra la posaba en mi pecho izquierdo.

Yo no sabia donde poner mis manos ante ese abuso, así que las deje apoyadas en la pared notando el frio en mis dedos.

-              ¡Por dios! –susurro cuando nuestras bocas se separaron levemente, aunque apenas fue un segundo, ya que volvió a meterme la lengua hasta lo mas profundo de mi garganta.

La mano que tenia en el muslo fue subiendo hasta apoyarla en mi coño. Era la primera vez que alguien me tocaba ahí abajo y aunque estaba mi pantalón de por medio, en cuanto sentí el leve apretón no pude por menos que soltar un gemido.

No me había dado cuenta, pero estaba realmente muy mojada y sensible.

La mano de mi  pecho bajo hasta colarse por mi camiseta. Lo siguiente que sentí fue un pellizco en mi pezón bastante fuerte que me hizo arquearme ligeramente de la pared.

-              ¡Dios! Quiero follarte… -murmuro separando nuestras bocas.

Un hilo trasparente quedo colgando de nuestros labios.

-              ¿Qué?

-              Que quiero follarte… necesito follarte… joder

Empezó a desabrocharme el botón del pantalón con rapidez. No había procesado lo que me había dicho y le miraba como en una especie de shock.

No fue hasta que sentí el aire golpeando mi entrepierna cuando al fin logre reponerme.

-              No –negué sujetándole la mano que ya intentaba bajarme los pantalones.- No… no lo hagas… soy virgen…

Me contemplo quedándose completamente quieto.

-              ¿Enserio?

-              Si… yo… -susurre bajando la vista notando que me iba poniendo roja.

-              Bueno… pero eso no significa que no podamos hacer otras cosas.

Alce la cabeza mirándole sin comprender.

Sentí como una mano se introducía en mis bragas. Abrí la boca gimiendo de la impresión.

-              ¿Qué? Dios… ¿Cómo…?

Víctor esbozo una sonrisa maliciosa mientras dos de sus dedos me rozaban el clítoris.

Por dios… me había corrido muchas veces tocándome, pero jamás había sentido algo así ni parecido.

Cerré los ojos sintiendo unos calambres en el cuerpo.

-              No, no. ¡Mírame!

Oí que me exigía aumentando la velocidad de sus caricias.

Le hice caso.

Con su otra mano me acerco hasta él tocando nuestras frentes. Yo no podía articular ni una sola palabra por el placer que estaba recibiendo. Era como si mil hormigas estuvieran correteando por todo mi cuerpo. No dejaba de moverme intentando cerrar las piernas cuando el placer se hacia casi insoportable, pero la pierna de Víctor me lo impedía.

-              Eso es… déjate llevar…

-              Mmm… joder… joder…

Era casi lo único que podía decir. Uno de sus dedos empezó a introducirse levemente en mi haciendo que me humedeciera todavía mas.

No podía parar de gemir sin despejar mi mirada de esos ojos azules que parecía que estuvieran viéndome por dentro.

No sabia que me estaba gustando más si la forma que tenia de tocarme o como me estaba mirando, con esa mezcla de lujuria y pasión descontrolada.

Sus movimientos se aceleraron hasta tal punto que me veía incapaz de controlar los sonidos que salían de mi.

-              Vamos… eso es… dámelo…

De repente sentí un escalofrió que me recorría por todo el cuerpo y en el momento en que su mano me tapo la boca grite sin poder evitarlo.