Mis antiguos vecinos “PREDICADORES”

Un matrimonio amigo de mis padres, demasiado moralistas y siempre predicando y dando consejos para los demás, no para ellos.

Uno de mis grandes amigos, se quedó en el pueblo, llevando el negocio de sus padres. Aunque ahora nos veíamos menos por la distancia, el de vez en cuando venía a Valencia y lo pasábamos en grande, como cuando yo iba de visita al pueblo. Nos solíamos contar todo, mas me contaba el a mí, que yo a él. Sobre todo porque él tenía novia, a punto de casarse y me contaba todo, todo, lo que hacía con su novia, desde los gustos de ellos hasta el color que darían a las paredes de su casa. Hubo un cambio, nos solíamos wasapear casi todos los día y un día empezó a decirme sin decirme, algo que según él era muy fuerte. Llego un momento que mi curiosidad era enorme, hasta le llame y me decía que tenía que ser en persona.

Me quedaban 15 días para ir al pueblo y antes no podía. Pasados los 15 días, llegue el viernes a eso de las 6 de la tarde. Mi madre me dijo que Javier que así se llama mi amigo, que es de mie dad y un poco más bajo que yo., que había llamado varias veces para ver si había llegado. No me había dado cuenta, el móvil se me quedo sin batería. Quedamos en que cuando terminara se vendría a mi casa a tomar algo y luego nos iríamos a dar una vuelta. Que no había muchos sitios donde ir en el pueblo. Cuando vi a Javier estaba más nervioso que yo.

Terminamos y con la excusa de que me iba a enseñar su casa, para que viera como estaba quedando, nos fuimos a su casa que estaba bastante cerca. La verdad que la casa estaba muy bien y poco la vimos. Nos sentamos en su salón, que tenía todavía casi todo con plásticos. Encendió la tv una televisión de tamaño gigante. Le preguntaba y me decía que esperara. Se metió en internet con la tv y busco una página porno y de contactos o algo parecido. Fue buscando un día en particular y había fotos de una mujer, que estaba como un camión y desnuda. En distintas poses pero no se le veía la cara.

-                              ¿Me has traído aquí para ver una tía en pelotas? ¿esto era ese gran secreto?

-                              Mira bien y calla.

-                              Coño y está bien dicho con lo que se ve, ¿qué quieres que vea?

-                              Joder fíjate bien.

-                              Ya me fijo y me he fijado. ¿Qué es lo que quieres que vea? ¿No me vendrás ahora como Torrente y no dirás si nos hacemos unas pajillas? Porque no, jajajajajajaja.

-                              Fíjate bien y dime si no es doña Celia.

-                              ¿Doña Celia? A ver qué te has fumado, Javi, Javi, que estas desvariando. Que está bien que fuera nuestras musa para nuestras pajas, pero ya ha pasado el tiempo y no podemos seguir en esas, que era un fruto prohibido y sigue siéndolo.

-                              Me apuesto lo que quieras que es ella. Que he mirado y requeté mirado las fotos. Voy a por una cervezas, mira todas las entradas y me dices. Y fíjate bien.

Celia y su marido Manel, eran muy amigos de mis padres. Ella había sido profesora nuestra, estaba y esta para comérsela entera. Él tenía 55 años, cabeza afeitada porque por arriba estaba calvo, 1,75 una barriga incipiente, Celia un monumento se la mirase por donde se la mirase. 49 años, 1,70, no tenían hijos y su cuerpo era perfecto en sus formas, formas abundantes en todo, pero nada de estar gorda. Eran muy simpáticos, agradables, atentos, buenos anfitriones, pero su defecto era que no se podían decir tacos delante de ellos, ni expresiones fuertes. De hablar de sexo o insinuarlo nada de nada. Moralista hasta un punto que resultaba pesado. Partidarios y defensores de la abstinencia sexual hasta que se formalice el matrimonio y lo de la masturbación era una anomalía.

Siempre fue nuestro amor platónico o mas que amor, nuestro deseo en nuestras fantasías. Mirando bien las fotos, podía ser posible. Aunque ya no me fiaba por si me había sugestionado Javi. Se veía que era una mujer madura, con poco más de 40 años. Con un culo perfecto y un coño precioso, ni un solo pelo, la depilación era perfecta. En algunas de las fotos, tapaban lo que podía ser un tatuaje, en otras lo que podían ser anillos. Javier trajo las cervezas y me insistía en que era ella. Le expuse mis dudas.

-                              Voy a decirte porque no es, no me interrumpas. Ellos nunca llevarían tatuajes, recuerda lo que piensa de los que van tatuados. Si te has fijado tiene unos pezones como el dedo meñique, unos pezones así se le marcarían alguna vez. ¿Tu alguna vez se los notaste? Porque nos acordaríamos. Pero no te niego que en algo y no se en que, me la recuerda, aunque lo mismo es las ganas de que fuera ella. Jajajajajajaja.

-                              Ya me dejas con las dudas, joder Pelayo como eres. Si se no te digo nada.

-                              Es que no digo que sea imposible, que cosas más raras he visto. Pero ¿te imaginas a don Manel publicando esas fotos y pidiendo que la gente haga fotomontajes corriéndose en las fotos? Y lleva publicando fotos mas de un año.

-                              Pero ves como a ti también hay algo que te la recuerda, eso quiere decir algo. Tú la has visto en la piscina de tu casa, ¿tiene algún tatuaje donde tapan algo?

-                              Ahora que lo dices. ¿de qué color ves su piel?

-                              Muy morena.

-                              Pues ya lo tenemos. Llevo años viéndola en la piscina y nunca ha llevado bikini, siempre bañador, por lo que esa zona no puede estar así de morena. Mis dudas han aumentado considerablemente.

-                              Que cabrón tu quítame las esperanzas de que es ella.

-                              Jajajajaja, tu sigue imaginándote que es ella. Y a todo esto, ¿Qué haces tú viendo esta página? y no me digas que ha sido casualidad, que no me lo trago.

-                              Pues imagínatelo, cosas de Verónica y mías, el morbosillo.

Se puso a buscar y me enseño 15 fotos que tenía suyas y de su novia. Verónica estaba muy bien, nunca la había visto desnuda. Delgadita, tetas no muy grandes, pero muy bien colocadas. No eran muy escandalosas, hasta sosas si las comparábamos con las que me había enseñado Javier de la desconocida y se lo dije. Con un poco de enfado me decía que eran solo dos entradas las que habían hecho.

Cuando llegue a mi casa, estaba mi madre viendo la tv y mi padre ya estaba durmiendo, me acerque a su habitación y le di un beso, que no le había visto antes, se despertó y entre sueños me regaño por no haber estado. Me senté a ver la tele con mi madre. Nos pudimos a hablar y me dijo que ahora venia que se había terminado la lavadora e iba a tender. Saque mi móvil y me fui a la página que me enseño Javier. La verdad que si tenía muchas cosas que me recordaban a Celia, pero otras me hacían descartarla por completo.

Como siempre que estaba en mi casa, mi madre me daba un repaso de todo lo que había sucedido en el pueblo. Todas las novedades y los que habían muerto, así era. Para que no se me notara el interés, fui llevando la conversación hasta llegar a Celia y Manel. Como quien no quiere la cosa tantee algunas cosas de ellos y sin saber cómo, salió por qué no habían tenido hijos, mi madre estaba segura de que era porque ella no podía. Aproveche para decirle, porque era verdad, que era una pena, porque les encantaban los niños y se les notaba, pero luego con un poco de mala leche le dije a mi madre que lo mismo era lo mejor, porque con los moralistas que eran, lo hubieran pasado muy mal.

Mi madre los defendió, aunque me decía que si eran un poco santurrones, pero que eso no era malo. Es que fíjate ni una vez a ella la he visto en bikini y mi madre me contesto que ni la veré. Me decía que ella era de bañadores. Aquí estuve muy bien, me salió bordado, cuando le comente a mi madre que cualquier día se desmelenaría, se haría un tatuaje, se colocaría algún piercing. Mi madre se reía solo de pensarlo y añadió, si tiene un antojo en la piel y ha estado mirando si se lo podía quitar con láser o con algo. Como quien no le da importancia, pregunte a mi madre sobre el antojo y me dijo que era una mancha marronácea que tenía en la misma zona donde en la foto habían tapado.

Casi finalizando nuestra conversación, mi madre me pregunto si comería mañana con ellos o me perdería como siempre y le dije que casi seguro que me perdería. Se disgusto un poco, porque me dijo que unos tíos míos iban a venir a verme y también vendrían, Celia y Manel. Le decía que no, pero esperando que me convenciera, al final cedi y se quedó contenta.

En mi cama planee todo lo que haría el día siguiente, lo planee al detalle. Por la mañana regué el césped y coloque en otra posición las hamacas. Lo primero que haría seria la forma de saludarlos, me refiero a ella. Al llegar, Manel me dio uno de sus abrazos efusivos, con dos buenas palmadas en la espalda y a ella dos besos, la diferencia con otras veces, que mis besos iban prácticamente al aire, se los daría cerca de los labios y con otra intensidad. Lo hice de esa manera y ella se quedó desconcertada, pero no se quejó ni me llamo la atención, algo raro en ella. Mi tía y mi madre bikini, Celia bañador. Aun llevando bañador se la veía mucho mejor que las otras. Mi madre me dijo que me pusiera con ellas, ya que mi tío y mi padre se habían perdido. Me excuse diciendo que me tumbaría en otro lado porque tenía cosas pendientes por hacer.

Me tumbe de frente a ellas, me puse a hacer que trabajaba con mi iPad y lo que hacía era hacer fotos a Celia de todo tipo y para obtener el mayor número posible de datos en las imágenes. Cuando ya había obtenido suficientes fotos, me fui a mi habitación. Lo descarga en mi ordenador. Dividí la pantalla en dos y me puse a comparar las imágenes. Seis imágenes obtenidas por mí se parecían mucho a las que había en la página, me dedique a observar los pies con detalle y lo que me llamo la atención fue dos lunares que tenía en la pierna derecha, en mis fotos aparecían de la misma forma. Eso y un par de detalles más, me hacían dudar de que no fuera ella. Como hacer para que ella supiera que lo sabía, porque solo de pensarlo el rabo se me salía.

Como había como enlazar con ellos. Con mi móvil me hice una foto de mi rabo, para que lo vieran bien empalmado y me la hice junto a un rotulador, como si fuera accidental, para que se dieran cuenta del tamaño. Como en el texto de los distintos envíos de fotos, pedían que se le dijeran cosas guarras y foto corridas, les puse un comentario breve, “ZORRA este es el rabo que te mereces, joven y potente y no el rabito del cornudo que tienes como pareja, que seguro que no te da lo tuyo” , lo envié y ya veríamos si había respuesta. Aproveche e hice lo mismo con la novia de mi amigo, en este caso era curiosidad por saber por dónde respiraban la pareja.

Durante la comida me senté junto a Manel y si siempre habíamos tenido una buena conexión, ese día estaba en lo más alto. Ese día no saldría con mi amigo, porque por la noche había quedado con su novia para ir dar un retoque al piso y supongo que un retoque a su novia. Por la noche mi madre se puso a ver un programa de cotilleos, mi padre se fue a la cama, era como las gallinas, acostarse pronto y levantarse temprano. Me quede con mi madre, me puse a oír música y tenía conectado mi correo nuevo a la espera de ver si me decían algo.

A las 22:48 recibí un correo de mi amigo y su novia. “Es verdad que se ve un buen rabo. A mi pareja le ha gustado y el mío tampoco es un rabito, que me defiendo y más vale pequeñita pero juguetona” , conteste de inmediato, “Júas, júas, eso de pequeñita y juguetona es un chiste, pregúntale a tu pareja si no le gustaría que le dieran un buen rabazo”, “Si que has sido rápido, ni que nos estuvieras esperando” mi contestación era que estaba chateando y me llego el correo. Él o ella, no se quien escribía en realidad, quiso saber que chat utilizaba. No me mandaron ningún correo más, aproveche para ir a prepararme un ron cola. Me llego otro correo y me decían que los invitara a el chat. Me espere un poco y los invite. Como era un follón no saber quién era quien escribía, ella se puso con otro Nick.

YO.-                                        Me alegro de que hayáis querido chatear un poco.

EL.-                                         Estamos ahora juntos y nos ha llamado la atención.

YO.-                                        Pues tienes una pareja muy guapa.

EL.-                                         Ya se lo digo yo, pero dice que no es para tanto. Y tú que haces por la página, tienes también colgadas fotos?

YO.-                                        No que va. De vez en cuando entro para ver si hay alguna pareja que este bien. Que algunas veces he coincidido con alguna maja y lo hemos pasado genial. Ya me entiendes.

EL.-                                         Ya. Es que te gusta irte con parejas?

YO.-                                        Mucho. Es que te extraña?

EL.-                                         Extrañarme no, que mi mejor amigo esta siempre enrollándose con parejas o matrimonios.

YO.-                                        Ah, entiendo, que ya habéis tenido ese tipo de relaciones.

EL.-                                         No, que va. Lo hemos pensado pero no nos decidimos.

ELLA.-                                    No es así, no te decides tú, jejejejeje, que yo dependiendo de con quien, me decido pronto.

YO.-                                        Jajajajajajaja, ya habrás fichado a alguno seguro. Verdad?

ELLA.-                                    Yo sí, jejejejeje, a dos en concreto, jejejeje.

YO.-                                        Pues será que lo tenéis que hablar.

EL.-                                         Si pero es que uno es un primo y eso puede traer historia, porque al final es familia y el otro es mi amigo, pero haber quien le pone el cascabel al gato. Fíjate el cortazo de decírselo y que diga que no.

YO.-                                        Mira que si tiene luego un rabito, jajajajaja.

ELLA.-                                    Salvo que se pongan un juego de calcetines, se le nota un buen paquete y en bañador se le nota muchísimo más.

EL.-                                         No le he visto empalmado pero calza bien.

YO.-                                        Me vais a disculpar pero es que me tengo que salir. A ver si coincidimos en otro momento.

EL.-                                         OK.

ELLA.-                                    Hasta otro día.

Me salí del chat porque en ese momento me acababa de llegar un correo de Celia y Manel y era impactante si era verdad que quien lo escribía era ella. “Si señor un buen pollón, se lo estaba diciendo al cabronazo de mi marido. Porque todavía no es un cornudo con todas las letras, ya que solo lo es virtual. De dónde eres? Qué edad tienes? A que te dedicas? Has estado con matrimonios? Tienes mucha experiencia? Como te gustan las mujeres?” eran muchas preguntas y quería contestarlas pero con cabeza, les conteste para que chateáramos mejor, en vez de estar con correos. Paso como con Javier pero pasado un rato dijeron que sí.

YO.-                                        Te voy a contestar a las preguntas en orden. Soy de Valencia. Tengo 25 años ( varié la edad para que no pensaran en mi ) Trabajo en Marketing ( Tampoco era mi trabajo ) Si he estado con algún matrimonio. No sé si es mucha o es poca, pero alguna experiencia si tengo. Lo mismo soy muy bestia, pero las mujeres me gustan muy zorras y como tú.

CELIA.-                                   Ya que veo que no te cortas, de los matrimonios de los dos que es lo que más te gusta.

YO.-                                        Pues eso, que ella sea muy zorra, hacer al marido un cornudo y dominarlos a los dos, con la mujer someter bien al marido y a ti te daría muy buenos azotes. “Putearle” todo lo posible. Cuales son vuestras fantasías? Y vosotros de dónde sois?

CELIA.-                                   Como me estas poniendo. Somos de Valencia también. Una buena casualidad, muy prometedora si al final congeniamos. Mis fantasías que son las de mi marido, es que alguien haga eso que tú dices, que me “castigue” y luego que castiguemos al cornudo. Me gustaría ver como se cómo con migo un pollón como el tuyo.

YO.-                                        Como te estas poniendo? Porque ya va quedando menos para follarte, para reventarte el culo y que tu marido sea un cornudo, tragándose mi corrida en tu coño.

CELIA.-                                   Pues estoy chorreando el coño. Tengo aquí al cabronazo lamiéndolo como un perrito y estoy cerda perdida. Llevo todo el día cachonda.

YO.-                                        Y eso? Por qué llevas todo el día cachonda?

CELIA.-                                   Porque un jovencito me ha puesto muy cerda y casi sin hacerme nada.

YO.-                                        Pero que te ha hecho para ponerte cachonda?

CELIA.-                                   Te dejo que necesito que me den lo mío. Hasta otro día campeón.

No pude seguir porque se había desconectado, pero estaba seguro al 100% que eran ellos. Sabía que me la iba a follar. Durante un mes, días arriba días abajo. Estuvimos chateando y nos decíamos de todo, al acabar siempre le decía, “Queda menos para follarte y para que tu marido te lama tu coño recién follado por mí y lleno de mi corrida” , los últimos días, trataba de que se decidirán quedar, porque daba igual donde quedáramos una vez que me vieran ya se darían por convencidos. Quedamos dos días distintos y a última hora anularon la cita. Ellos me habían dado dos nombres ficticios aunque me decían que eran los suyos.

Con mi amigo y su novio seguía chateando sin descubrirme, pero lo hacía a menor ritmo que con Manel y Celia. Por eso me prepare tener unos días libres y en cuanto los tuve decidí poner toda la carne en el asador. La noche antes de irme al pueblo estuvimos chateando, nos volvimos a poner cachondos, por lo menos yo. Empezaban otra vez a decir que ese fin de semana lo mismo nos conocíamos y yo le decía que ese fin de semana pensaba follármela sin tregua, ella ponía muchas risas en el texto y yo me decía ríete pero te vas a enterar. Llegue temprano y como solía pasar los viernes tarde y noche, igual que los sábados, iban algunos matrimonios amigos de mis padres a casa y quienes no fallaban nunca eran ellos. Estaban los hombres hablando de lo suyo y las mujeres en otro lado hacían lo mismo. Yo me encontraba en medio. Había que empezar.

.-                                   Hola zorra cómo va la tarde o noche según se mire. Como vas vestida? (vi que miraba el móvil, miro con complicidad a su marido, no sé si era mi chat o coincidió con otra cosa) Porque tardas en contestar? Eso me cabrea y me hará ser más duro contigo zorra. (esta vez no miro el móvil, pero se fue al aseo)

.-                                   No podía que estoy con amigos. Voy vestida muy discreta sin llamar la atención. Llevo un vestido amplio de color negro con unos adornos dorados. Me llega por las rodillas y no llevo nada de escote, si es lo que quieres saber(no había mentido y tal cual y ya estaba confirmado del todo, eran ellos)

.-                                   Me da igual con quien estés y no entiendo porque vas tan discreta como dices.

.-                                   Ay, ay, majete. La mujer del Cesar no solo debe serlo. Si no también parecerlo. (frasecita al canto)

.-                                   Hazte una foto y me la mandas.

.-                                   Toma y no protestes. (mando una sin que se le viera la cara, con su vestido)

.-                                   Así no zorra, quiero ver tus grandiosas tetas.

.-                                   Ahora no. Cuando llegue a mi casa y será tarde.

.-                                   Te he dicho que ahora y no me discutas. (lo puse para que se cabreara y cortara la conversación)

Así paso. Apareció en el jardín y se puso a hablar con las demás mujeres. Estaba de lo más normal. Envié el primer mensaje explosivo. “Celia no me gusta que me ignoren. No voy a tener consideración con tu culo, te lo follare con rabia, no tendré piedad” . No sabía si le había llegado porque no sonaba. Estaba atento para ver la reacción. Me acerque un rato a ellas y paso lo que pasaba siempre, empezaron con el interrogatorio con mi vida. Trabajo, chicas, si había novia, si pronto irían de boda, etc. una de las amigas saco un cigarro y les pregunto si alguna tenía fuego, mientras buscaban fuego, que al final fue mi madre quien fue por cerillas, Celia aprovecho y miro su móvil. Se quedo demudada y palideció, aunque supo recomponerse. Muy disimuladamente hizo una seña a su marido y ella le dijo que le había llegado un mensaje de su primo, pasándole el teléfono.

Manel aguanto como pudo y lo hizo bastante bien. Se miraron entre ellos pero no hablaron, excepto un pequeño comentario que hizo el. La expresión de Celia era de estar en otro lado su cabeza. Seguro que le estaba dando vueltas. La conocía de muchos años.

.-                                   Te has quedado muda zorrita. Seguro que te has llevado una sorpresa. Siempre me ha pasado lo mismo, es verte y el rabo se enloquece y ya lo has visto, difícil de disimular. (Se volvió a ir al aseo)

.-                                   Esta bien, dime ahora mismo quién eres.

.-                                   Jajajajaja, tranquila. Soy el que te va a follar en tu cama y te pondrás un modelito de esos que pones en las fotos.

.-                                   Nunca, JAMÁS de los JAMASES. QUIEN ERES???????

.-De momento con que sepas que unos de tus alumnos mas incondicional. Que se ha hecho muchas pajas en tu honor y las que me he hecho últimamente, pensando cómo me iba a follar a la profe doña Celia y encima con el cornudo del marido mirando.

.-                                   Pero quién diablos eres???? Por lo menos dime eso y podríamos hablar.

.-                                   Jajajajaja. Soy tu diablo particular. No sé si será verdad lo que me decíais, que sería tu primera vez y tu segundo rabo. Nunca probaste otro rabo?

.-                                   Pues nunca y me da igual si te lo crees o no.

.-                                   Has dicho que estabais fuera de vuestra casa, antes de que llegues sabrás quien soy, atenta a tu móvil.

Entramos a cenar y parecía que se iba tranquilizando, aunque mi madre que ya me había regañado varias veces por el móvil le dijo a celia, “pareces como los críos, no paras de mirar el móvil” y ella mintiendo con toda su cara y no se le noto le decía a mi madre, “es que tenemos un familiar que se ha puesto muy malo y estamos pendiente de saber que pasa” , todos se preocuparon y Manel finalizo la conversación diciendo que es que no sabían nada en concreto. Me había colocado frente a ella. De vez en cuando, cuando se cruzaban nuestras miradas, ponía una sonrisa forzada, se la veía preocupada.

El vestido llevaba unos botones pequeños que iban desde el cuello hasta casi la cintura. Mi madre me pidió que fuera a la cocina a por una bandeja que estaba preparada con comida. En la cocina a toda velocidad le escribí a Celia, pero no lo deje para mandarlo cuando estuviera en la mesa. Deje la bandeja en la mesa, me senté y le di a enviar. El móvil de Celia vibro. Ella hizo como si no se hubiera enterado, pero como estaba pendiente de sus reacciones, vi que tuvo una alteración controlada. No espero mas, se limpió la boca, como solo sabe hacer ella, con un toquecito con la servilleta y cogió el móvil, leyó lo que le había puesto, “ya está zorra, ábrete algunos botones que quiero ver parte de esas tetazas que me voy a  comer esta noche y si, el que te va a follar lo tienes enfrente” , nada más acabar de leerlo dio un grito como si la hubieran asustado y cuando todos se quedaron callados mirándola y le preguntaron qué pasaba, “perdonarme, es que me han dado una alegría y por eso se me ha escapado el grito, que todo era un error, no había nadie malo en la familia, se habían confundido”.

Todos expresaban su alegría y comentaban la fatalidad de la confusión. Celia me fulminaba con la mirada y no era imaginación mía. Manel no entendía nada y tampoco podía preguntar, era obvio. Me fui al baño y desde allí la escribí de nuevo, “ni me mires así, ni te pongas subidita, que conmigo ya no te vale eso, con los demás puedes seguir haciéndolo y puedes escandalizarte por algunos de sus comentarios, pero conmigo no que ya se lo zorra que eres. Apáñatelas como quieras pero ya te estas desabrochando algún botón” , espere pero no recibí contestación, al sentarme de nuevo se había desabrochado tres botones. Con mucho disimulo menee mi cabeza en desaprobación y se desabrocho uno más y ante mi mirada, uno más. No quiso desabrocharse más.

En los postres se fue al baño y me escribió, “olvídate de todo y no sigas por ese camino. No voy a admitir chantajes y Manel mucho menos. Se respetuoso y no te metas en situaciones de pareja y en temas que te vienen grande. Y si se te pasa hacer algo raro, te denunciaremos, no lo dudes, enfadada no me conoces. Por favor no llevemos nada a los extremos, además recuerda que hasta te he limpiado los mocos de pequeño” , algunos habían salido a fumar y le conteste, “sé que te gusto, como me gustas tú a mí. Por eso sé que te voy a follar esta noche hasta que nos agotemos y no me limpiaras los mocos, me limpiaras otra cosa, si estará el cornudo tú lo decides. A mí me gustaría que estuviera nos daría más juego. Ahora que sabes que soy yo, mi rabo está más duro que nunca y sé que tu estarás mojadisima, esta noche TE FOLLARE”

Vi que leyó lo que escribí pero no me contestaba. Como los invitados estaban cada uno a su aire me fui para el baño. Sonó la cisterna y eso quería decir que saldría ya. Miraba para todos los sitios, porque era una situación peligrosa, pero eso me ponía mas cachondo. Nadie aparecía, oí que quitaban el pestillo, se abrió la puerta y antes de que pudiera reaccionar me metí en el baño y puse el pestillo de nuevo. Ya no era la profesora seria, tirana, que asustaba, su voz se volvió suave, no tan firme y segura como lo era habitualmente, nerviosa me decía, “vámonos de aquí, no te equivoques, si nos pillan será un escándalo. Vámonos por favor. Si te vale, esta situación, desde que sé que eres tú, ya no me pone, me ha dejado gélida, te lo aseguró no te miento, créeme”.

La miraba fijamente a los ojos y ella quito su mirada, me acerque y muy suave le dije al oído, “cállate, me tienes cardiaco. Mi rabo esta mas revolucionado que en las fotos, te lo aseguro. Que ganas tengo de estar en tu casa follándote” , y le bese el cuello, su piel respondió erizándose y fui directo con mi mano a su falda, metiendo mi mano entre sus piernas. Reacciono empujándome para quitarme, pero llegue y estaba mas mojada de lo que me imaginaba y cuando se lo dije, dejo de empujarme. Era lo que no quería que descubriera.

Lleve una de sus manos a mi rabo, la puse encima de mi pantalón y se le escapo una pequeña exclamación de placer. Apretaba el rabo con ganas, no hubo que insistir mucho. Le decía como me la iba a follar y ya no me decía que no, “va a ser complicado, no creo que a Manel le haga gracia” , calla y olvídate de Manel le dije y le pregunte, “Quien es el cornudo? Pues ya tienes la respuesta” , estaba ya haciéndole una paja y ella se derretía. Pare y le dije que se excusaran y se fueran para su casa. Que en media hora estaría yo allí y que se vistiera como la zorra que era, para cuando llegara follármela y que no le dijera nada a su marido. Me dijo que si con la cabeza y ya me fui del baño.

Me fui junto a los hombres y llego poco después Celia diciendo que no se encontraba muy bien y que se iban a ir. En poco tiempo se habían despedido y se habían ido. Al cuarto de hora me fui despidiendo, en teoría me iba con mis amigos. A nadie le pareció extraño. Me llevo como otro cuarto de hora la despedida y cuando iba a salir me llega un aviso al móvil, “donde estas? Que Manel no para de preguntarme y esta mas cachondo que nunca, quiere que le cuente para hacérmelo” le conteste que ya salía, que esperase y ella me respondió, “vale, no le digas nada cuando llegues, quiero darle la sorpresa yo” me pareció bien.

Ellos vivían en unos chalets adosados, justo en el que hacía esquina. Aparque justo en la esquina del chalet, estaban encendidas las luces de la planta superior, el resto estaba a oscuras. Llame a la puerta y como no abrían fui insistente. Vi que se encendían las luces de la planta de abajo y como tenían video portero, me abrieron la puerta. Manel abrió la puerta de la vivienda sorprendido. Iba en pijama de pantalón corto y camiseta de manga corta y se le notaba una pequeña erección que trataba de disimular. Antes de entrar me preguntaba si había pasado algo. Metiéndonos dentro del chalet y yendo al salón, le decía pero sin decir. Le pregunte si molestaba y el con mucho cinismo me decía que no, que Celia como no se encontraba bien se había ido a la cama y el leyendo.

No me metía prisa pero se le veía loco porque me fuera, ni me dijo si quería tomar algo. Yo me había sentado y el seguía de pie, detrás de un sillón, tapándose para que no me diera cuenta de que estaba morcillón. Celia sin que la oyéramos bajar hizo acto de presencia. Venia descalza y eso no era lo mejor. Venía con un picardías de color negro. Sin mangas y trasparente. Con un escote inmenso y sin sujetador, donde se le podían ver bien los pezones que los tenía en punta. Debajo se le trasparentaban unas bragas minúsculas. Ella con todo su morro hizo como si le cogiera de sorpresa. Fingió como una niña pequeña. Manel de forma arisca le dijo que se tapara. Ella se paseó por el salón y recrimino a su marido por no haberme ofrecido algo de beber.

Manel no es que estuviera confundido, estaba a punto de delirar y más cuando ella se dio la vuelta, para servir la bebida y se podía ver por las trasparencias, el culo completamente, porque por detrás las bragas debían de ser un hilo, porque no se veía nada más. Ante la nueva recriminación de su marido, ella le contestó que ya daba igual, ya la había visto así y no se podía hacer nada. La cara de su marido era de estar en un sueño malo, se sentó en un sillón y titubeaba al hablar. Se recompuso y con voz seria me pregunto, “Pelayo todavía no nos has dicho que pasaba, porque te has presentado a esta hora. No es que te quiera echar, no. Es solo saber si es que ha pasado algo?”

“Pues si Manel, si ha pasado algo. Como he visto que tu mujer se encontraba mal, me he preocupado y he pasado para ver cómo se encontraba” me interrumpió diciéndome que ya se le había pasado, ahora el que se puso serio fui yo, por lo menos en mi tono. “Manel no seas mal educado y no me interrumpas. Como te decía he pasado por eso y veo que está muy bien, ya te digo que la veo muy bien y por eso me voy a follar a la zorra de tu mujer. No la mires así, tu mujer va a ser mía esta noche y siempre que yo quiera”.

Manel a pesar de lo que le había dicho estaba absorto, sin saber que decir. Peor cara puso cuando dije, “vamos zorrita ven aquí conmigo” su mujer sonrió y se puso sentada a mi lado. No perdí el tiempo, la agarre por su cabeza para acercarla a mí y nos morreamos. No miraba a Manel solo la miraba a ella, que desde ya me comía la boca como una fiera. Sabía por lo que me habían contado que tenían sus juegos y que jugaban fuerte entre ellos dos, haciendo distintos personajes. De todas maneras la primera vez no quería que pareciera muy agresivo.

Al terminar ese largo morreo, ella respiro profundo y aunque no nos pusimos de acuerdo miramos a Manel, que seguía en situación catatónica. Acaricie la cara de ella suavemente y luego metí en su boca los dos dedos con los que estuve tocando su coño. Los empezó a lamer y hacer ruidos al chuparlos y lanzaba gemidos. Con la mano libre me desabroche el cinturón, el pantalón y me baje la cremallera y luego me puse a tocar sus tetas. Celia cogió mi rabo y lo pajeaba con lentitud, miro a su marido para preguntarle, “te suena este pedazo de rabón?” y se agacho a chuparlo. Manel de donde estaba y con la posición de ella poco podía ver, aunque lo intuía. La agarre e hice que se levantara. La empuje hacia la mesa de madera maciza de la que estaba muy orgulloso Manel, porque fue una compra suya y la tumbe encima, ahora si nos podría ver muy bien.

Empecé por comerme alternativamente sus tetas y lamiendo sus pezones. Se puso de rodillas dándole el culo a su marido y me comía el rabo. Manel empezó a tocar a su mujer y vi como le quitaba las bragas. Luego metió su cara entre las nalgas de su mujer y esta empezó a gemir con mas fuerza. Me pasaba la lengua por todo el rabo y me comía los cojones. Después de dejármelos empapados con su boca, se fue lamiendo para arriba y se metió mi rabo en su boca. Lo hacia y me miraba con ojos de vicio y debía de ponerle muy cachonda estar follándose al hijo de su gran amiga y además ex alumno de ella. Me impresionaba que aunque le costara meterse mi rabo en la boca, aguantaba muy bien mi empuje hasta su garganta. Tuve que hacerla parar, porque me iba a hacer que me corriera. La baje de la mesa con cierta brusquedad y la apoye sobre ella. Su coño y su culo quedaban a mi disposición.

Antes de follármela no me pude resistir ante ese estupendo culo. La di unos azotes que sonaban fuertes y Celia trato de levantarse pero no la deje. No protesto y se quedó como estaba. Metí mi rabo en su coño que estaba completamente chorreando y los dos notamos como entraba. Gemía y gritaba por mis violentas embestidas, lo acompañaba tirándola del pelo, para que levantara la cabeza y Manel pudiera ver bien la cara de zorra de su mujer. Ninguno de los dos decía nada, solo se oían gemidos y solo se veía la cara de satisfacción de Manel y el meneo de las tetas de Celia que se movían por mis embestidas.

Manel se dio cuenta de pronto que me la estaba follando sin condón y me reclamo que no me corriera dentro de ella, el reclamo fue muy serio. Se llego a poner muy pesado, por eso cuando ella se corrió, saque mi rabo y me corrí a disgusto sobre sus espaldas y las nalgas. Celia dijo a su marido que la limpiara y después de que lo hiciera, ella dijo, “vámonos arriba que estaremos mejor”, se la veía muy dispuesta a ir a su habitación, me la jugué y quise marcar los tiempos, “de eso nada. No me a gustado nada como ha sido, tanto no se puede, no se puede. Mañana vais a comer con mis padres y el resto. A las 5 estaros aquí, dispuestos a no poner tantas pegas y continuaremos, pero de decidiros sin barreras”, se quedaron muertos y me marche sin esperar ninguna contestación. Me iba cachondísimo y con ganas de que dijeran al día siguiente que sí.