Mis Amoríos con Efraín el Bolero
Me puse primero la pantaleta negra luego las medias con liga enseguida mi vestido blanco con rayas negras, mis zapatillas negras, me maquille un poco no tan exagerado y me peine con la raya en medio y el fleco sobre mi frente, salí a la puerta con mucha discreción y lo llame para que viniera a mi
Mis Amoríos con Efraín el Bolero
Después de esa tarde maravillosa en que estuve con Efraín los días siguientes nos seguimos viendo por las tardes a escondidas en mi cuarto, no fueron todos los días como yo hubiera querido, por alguna u otea razón él también se ocupaba en otros menesteres.
Las tardes que estábamos en mi cuarto nos dedicábamos a platicar, yo me vestía para él y dejarme manosear a lo lindo, lo que él quisiera lo podía hacer sin encontrar oposición alguna de mi parte, creo que en este tiempo aprendí a ser sumisa y condescendiente al 100%.
Le gustaba cuando podíamos que le mamara la verga y los huevos, esa verga me traía loca de amor, tenía primero que nada el tamaño y grosor perfecto, media yo creo que como unos 18 centímetros y aunque no me cabía en mi manita cerrada si me gustaba su grosor, la cabeza de esa verga era maravillosa parecía la cabeza de una bala y cuando terminaba como que había un pequeño espacio con el que podía mantenerse atorada en la entrada de mi goloso culito.
Me daba unos besos negros maravillosos y me metía sus dedos largos y delgados hasta el fondo siempre viéndome a la carita para ver el placer que me daba su dedeada y sus caricias.
No me importaba que tuviera siempre las manos manchadas por la tinta de los zapatos, pues ese era su trabajo bolear zapatos y yo lo respetaba y amaba mucho, un hombre además limpio y muy morboso, lujurioso y con una mirada que me desbarataba.
Una tarde me dio una gran y grata sorpresa me dijo quiero venir hoy en la noche a estar contigo.
¿cómo a qué hora quieres venir? Pregunte con mucha emoción.
Como a las 9 y media ¿te parece bien? Me dijo
Claro a esa hora espero terminar todo mi quehacer y subo a la azotea para ver si te veo y te hago señas para abrirte la puerta y estar contigo.
Me dio un beso en la boca y se despidió con la promesa de vernos más tarde.
Las siguientes horas se me hicieron eternas, recogí la cocina, le di de comer al perro que teníamos en la azotea, me metí a bañar para esta limpia, acomode la cama cambiándole las sabanas y saque mi mejor y más coqueta ropa que yo sabía que a él le gustaba mucho.
Puse sobre mi cama un vestido blanco con raya verticales negras entallado, pantaleta negra, medias con liga de color blanco y mis zapatillas negras con tacón mediano.
Busque lo necesario para maquillarme y estar coqueta y linda para Efraín.
Cuando dieron las nueve y cuarto ya estaba yo nerviosa en la azotea buscando la figura delgada de Efraín mi amado.
Al cuarto para las diez apareció y le hice señas para que se acercará, baje volando las escaleras y cuando abrí la puerta le dije dame cinco minutos para arreglar rápido el cuarto por fis.
Si claro no te preocupes voy a la esquina para no crear sospechas y me hablas para venir.
Me metí al cuarto y todas sabemos que vestirse y arreglarse se lleva su tiempo y además es un como ritual el ir poniéndose cada prenda, porque es algo que se disfruta al máximo para lograr la transformación adecuada para tu hombre.
Me puse primero la pantaleta negra luego las medias con liga enseguida mi vestido blanco con rayas negras, mis zapatillas negras, me maquille un poco no tan exagerado y me peine con la raya en medio y el fleco sobre mi frente, salí a la puerta con mucha discreción y lo llame para que viniera a mi cuarto.
Cuando entramos me pidió que le modelara lo que traía puesto esta noche, me di algunas vueltas recorriendo el cuarto moviéndome con una sensualidad que lo invitaba a él a disfrutar al máximo este tiempo hecho para nosotros.
Me tomo entre sus brazos y me dio un beso en la boca yo correspondí con toda la ternura posible y la pasión acumulada durante toda la tarde, sus manos recorrían desde mi espalda hasta las nalgas apretujándolas a su antojo.
Estas bien linda y me encanta tu culito apretado Lupita mi novia y amante, me decía mientras me acariciaba con el morbo y la lujuria que lo invadían.
Si te gusto hazme tuya papitoo dime que quieres que haga para que disfrutes de mí, todo lo que pidas eso hare mi amor. Le dije entre gemidos de placer.
La verdad estaba yo bien caliente, mi anito palpitaba como nunca por el deseo de ser tratado con pasión y lujuria, estaba temblando todo mi cuerpo, sabía que nadie nos interrumpiría en toda la noche si él decidía quedarse conmigo, pues aún no me había dicho que tiempo pasaría a mi lado.
Me quitó el vestido y la pantaleta quede con las medias y las zapatillas puestas, él se quito el pantalón la camisa y la trusa, su verga ya estaba bien parada y lista para la batalla de sexo que nos esperaba.
Me hinqué frente a él y tomando su deliciosa verga se la empecé a besar y lamer como mi paleta preferida, con mi mano acariciaba sus huevos cargados de deliciosa leche y con la otra agarraba su dura y bien parada verga llevándomela a la boca, él gemía de placer y sonreía sabiendo que era toda suya.
Se la estuve mamando no se cuanto tiempo, pero estaba haciendo algo que hasta el día de hoy me fascina hacer, mamar con ternura y pasión.
Luego me quito mi chupón y se tiro en mi cama boca arriba, su verga dura y ensalivada por mi estaba apuntando hacia arriba, me dijo tomándome de la mano, ven Lupita siéntate en ella.
Sin dudarlo y sin quitarme las zapatillas y las medias me subí a la cama me acomodé mirándolo a los ojos y me empecé a meter ese trozo de carne en mi palpitante culito.
Mientras me clavaba esa deliciosa verga nos miramos a los ojos, me dolió un poquito gemí y en un sentón me la metí toda hasta el fondo, sentía como esa verga dura y venosa me llenaba completamente, me empecé a mover haciendo como unos pequeños círculos sobre ella, el empezó a gruñir y me decía.
Así Lupita así muévete más, que rico te la estas comiendo mamacita linda.
Si papitoo me encanta ser tuya, Efraín siempre seré tu novia y amante.
Él tomando la iniciativa me tomo de las caderas y levantándome un poquito empezó con un mete saca impresionante, era rápido y profundo, sentía que mi culito se estaba partiendo en dos, pero con una sensación de placer inigualable.
Daba de brincos sobre esa verga como si fuera una muñeca deshilachada, mis gemidos y pujidos eran de otro mundo, bajo el ritmo y me acomodo en cuatro patitas a la orilla de la cama, empezó a lamer mi ano con esa lengua traviesa y juguetona, recorría mis nalgas besándolas y abriéndolas para llegar más profundo con su lengua, me encantaba cuando con sus manos grandes acariciaba mis piernas y sobaba mis nalgas.
Después de un rato de este trato tan exquisito de caricias y lamidas a mis nalgas y en especial a mi anito apretado, se acomodó detrás de mí de pie acomodo la cabeza de su verga y me la dejo ir de un solo empujón, sentí como rellenaba mis entrañas con su verga hasta que sus huevos golpearon con mis nalgas y reinicio un mete saca maravilloso, yo llegue a meter mi cara maquillada entre la almohada de los embistes que me estaba dando, gemía y pujaba como toda una putita traviesa.
Así me estuvo dando verga por un lago rato, me acariciaba las nalgas, a ratos me tomaba de las caderas y arremetía con todo para meterme casi hasta los huevos, a ratos disminuía el ritmo y me decía lo rico que era verme ensartada por el culo con su verga, otras veces me tomaba de los hombros me jalaba tan fuerte en la embestida como si quisiera meterse por completo con todo y verga dentro de mi culo.
Estaba algo agotada pero feliz de ser tratada como una nena putita y contenta, me la saco y me pidió que se la mamara, ni tarda ni perezosa me volví a él y tomado su verga en mis manos me la metí en la boca para saborear ese pedazo de carne que me había dejado el culo bien abierto y palpitando queriendo más.
Después de un rato me acostó de ladito, se puso a mis espaldas y así como me había hecho el albañil así levanto mi pierna acomodo su verga y me la metió primero despacito y cuando iba la mitad me la dejo ir toda de un solo empujón, el mete y saca era maravilloso yo tenía los ojos en blanco de tanto placer, él me lamia la oreja y me decía que quería que fuera su mujer y no solo su novia.
Sssiiii papitoo lo quueee tú quieras eessooo aareee, le dije entre gemidos.
No se cuanto tiempo me tuvo en esa posición, me la saco y me dijo ya casi me vengo, pero te quiero llenar hasta el fondo de mi semen.
Entonces me acostó boca arriba se acomodo tomando mis piernas y poniéndolas sobre sus hombros me escupió en mi anito y me la metió, sentí que me llegaba hasta el ombligo, pero mirándolo a los ojos le dije, te amo Efraín te amo y quiero ser tu mujer.
Así será Lupita y arremetió con toda su fuerza en un mete saca inolvidable y maravilloso, me tenía bien empalada y yo gemía y pujaba de gozo y placer, sus embestidas eran profundas mis piernas se movían al ritmo de sus metidas, yo cerraba los ojos para dejar marcados esos momentos en mi mente concentrándome plenamente en lo que estaba viviendo, la mejor cogida de mi vida hasta ese momento.
De pronto acelero su ritmo, abrí los ojos y pude observar su rostro que mostraba la fascinación que sentía al poseerme, yo seguía gimiendo y con los brazos abiertos entregándome plenamente a este hombre bolero de nombre Efraín.
Sentí hasta lo más profundo de mis entrañas como su verga empezó a palpitar de una manera brutal y de repente el primer chorro abundante de leche choco con mi interior, luego otro y otro fueron como diez las descargas de leche que deposito en mi interior entre gruñidos de él y gemidos míos, cuando termino soltó mis piernas abriéndolas a los lados y se dejó hacer sobre mi apoderándose de mi boca en un beso prolongado y apasionado.
Después de unos segundos su verga empezó a salir por si sola, tenía el ano bien abierto y escurriendo de leche tibia y deliciosa, me acomode para limpiársela con mi lengua y me dejo hacerlo con caricias en mi cabeza y espalda.
Así termino nuestro primer tiempo de esa noche, me cogió durante toda la noche en las cuales me dio de su semen en la boca y una segunda tanda en mi culito goloso.
Eran las cinco y media cuando se empezó a vestir para regresar a su casa, lo despedí con una mamada más y me dejo mi lechita tempranera en mi boquita, nos despedimos con un beso en la boca y me dijo que estaba muy cansado que nos veríamos hasta el otro día.
Claro mi amor lo que tú digas, descansa y te espero hasta mañana para que me enseñes más cositas cuando se fue ya estando sola me quite las medias y las zapatillas, me metí a bañar y me prepare para hacer los quehaceres de la casa con un gozo y una felicidad que no podía esconder, nadie en la cas pregunto nada solo se sorprendían que andaba feliz cantando y haciendo la casa con mucha alegría, mi culito estaba lleno de leche y bien cogido por el hombre que me traía en ese momento súper loquita.
Espero les haya gustado luego les platicare otras vivencias que tuve con otros hombre, por ahora solo me resta agradecer a tod@ los que me han contactado a mi correo fjgsousa60@gmail.com y me han dado sus comentarios, saben que estoy para servirles, besos y hasta pronto.