Mis amigos de la Juventud (5)
Les platicaré lo que sucedió cuando fui a la casa de Victoria
Durante el día estuve pensando en ir o no ir a la casa de Victoria, pero pudo más la necesidad de verla que mis negativas que me planteaba, pero por ningun motivo dejaría que estrenara mi culito.
Así es que me preparé, por la noche para ese encuentro, me bañe con un baño de burbujas, me hice un enema para dejar mi intestino libre de culaquier incomodidad, me puse mi mejores ropas y una tanga de hilo dental. En esa forma acudí a la casa de Victoria.
Como siempre parecía que no había nadie, pero antes de tocar el timbre me abrió la puerta Verónica, ella iba vestida únicamente con una bata negra, transparente que la cubría desde el cuello hasta el piso, con unas sandalias con de plataforma transparente, que al dar el paso se encendía una luz de color rosa palido, así que al caminar con ese vaiven que tenía su cadera y el temblor de sus nalgas, todo iluminado con una luz tenue de color de rosa daba una imagen demasiado sensual. Con un movimiento de su mano me indicó que la siguiera.
Me llevó hacia una parte de la casa que no conocía, era un cuarto amplio con una cama central en forma de corazón, con las sabanas de satin rojo donde se hallaba Victoria recostada, con abundantes cojines, iba vestida únicamente por un conchero de color rojo escarlata, que hacía resaltar su piel blanca como la leche. Me saludó con un movimiento de cabeza y con su mano me indicó que me sentara a su lado. Su cara sin maquillaje y con los ojos rojos, que inidcaba que había estado llorando. Verónica se aproximo silenciosa y tambien se sentó a su lado, quedando en el lado contrario en que yo me encontraba. Así nos quedamos en silencio hasta que Verónica rompió el silencio al decir: -Victoria, cumplí con la promesa. Victoria volteó hacia mi y me tomó la mano y me dijo a manera de recproche: -No vuelvas hacerme esto, sufrí mucho. En silencio me acerque a ella y la besé con una pasión intensa, ella me respondió metiendo su lengua lo más profundo de mi boca. Esto despertó mi deseo y a calentarme, empecé a resoplar como toro de lidea. Verónica se pone a un lado de mi y se hinca, con movimientos suaves de su mano empieza a desvestirme. Al quitarme los zapatos, me empezó a besar y lamer los pies, exprofeso no me había puesto calcetines, y me empezó a calentar, aún más, por lo que le ayudé a retirame el pantalón, el cuál salió con todo y tanga y únicamente me quedé cubierto por una camiceta que traía, que me llegaba a tapar mi verga, que ya para esas alturas ya estaba más rigida y dura que un bate de beisbol. Mientra Victoria me besaba la cara, me mordilas mis orejas y me pasaba su lengua por mi cuello, así como dandome pequeños mordiscos.
En un momento los tres estabamos completamente desnudo, algo raro en ella, Victoria se había quitado el conchero. Al fijarme en sus pubis, el de Victoria y Verónica, vi el mismo corte de los vellos y de color, así como parecido el tamaño de ambos miembros, que se encontraban, lo contrario al mio, flácidos y sin datos de erección. Me dió curiosidad, además de por lo caliente que me encontraba, tocarles sus pequeños penes. Con una mano acariciaba uno y con la otra mano el otro, ya Verónica estaba pasandome la léngua alrededor de mi verga, previamente me había rasurado mi pubis, asi que sentía su léngua y labios directamente en mi piel. Sentí una sensación rara de tener esos penes flácidos, pequeños y delgados que no respondían a mis caricias.
Mientras Victoria, me acariciaba y me mordía mis pezones y los chupaba, como queriendo sacar algo, Verónica empezaba su trabajo de mamarme la verga, primero la tomo con sus dos manos y bajo el capuchón del prepucio hasta lo máximo, dejando al decubierta la cabeza, que al mirarla la llegue a desconocer por lo roja y grande que la vi, y luego empezó a darle de lenguetazos y a tratar de meter la punta, de su léngua, por el pequeño orificio que coronaba a la cabeza, eso me puso al borde de la erupción, sintiendo que me salían pequeñas gotas de líquido, que eran aspiradas por esa boca de labios carnosos, que tenía Verónica.
Me recuestas de espaldas, en la cama, quedando el mastil mirando, con toda su potencia, al cielo. Entonces cambian de posición, Victoria se dirige a mi pene y se lo introduce completamente en su boca, hasta que sus labios tocan mi pubis, mientras que Verónica se pone a horcajadas, mirando de frente a Victoria y poniendo su culito a disposición de mi boca. Pongo mi lengua dura y ella empieza a sentarse sobre ella permitiendo que penetre algunos centímetros dentro de su hoyito, y de esa forma se sentaba y se levantaba para que mi léngua le entrara los más posible como si me la estuvuera cogiendo con ella, usaba sus manos para separar los inmensos globos de carne que eran sus nalgas, con lo que lograba el cometido de que la pudiera penetrar más profundo, con mi léngua. Miembras Victoria me estaba dando una de las mas sabrosas mamadas que me había dado, cuando sentí casi iba a eyacular, con una de sus manitas tomaba la raíz de mi verga y la apretaba y con la otra me apretaba los testículos y con el dolor placentero que me provocaba impedía que empezara a arrojar esa leche que calmaba mi calentura.
Asi estuvimos, por un buen tiempo hasta que hubo de nuevo cambios. Verónica se sentó sobre mi verga, dejando la cabeza que apenas rebasara el esfinter de su culito, mientras Victoria se ponía en horcajadas sobre mi cara, para que le empezara a mamar su culito, que por cierto sabía mejor que el de Verónica. Quedaron las dos de frente una sobre mi cara y la otra sobre mi verga, así que empezaron a acariciar los pechos y ha besarse, eso lo supuse por el sonido que hacian cuando estaban abrazadas encima de mi. Mientras pasaba lo anterior, Verónica en cámara lenta empezaba su labor de la penetrada de mi verga en su fundillito. Sentía como poco a poco se iba introduciendo, mi verga en ese culito apretado. Sentía como iba venciendo la oposición de sus esfinteres anales y sus gemidos y gritos se iban haciendo más intensos en la proporción en que se iba encajando mi verga. Cuando mi pubis toco sus nalgas, dejo salir un grito de satisfación y gozo que hizo retemblar toda la habitación y fue cuando empezó a meterse y sacarse mi verga en forma ritmica, en ocasiones lo sacaba despació y lo metía rápido y en otras ocasiones lo sacaba rápido y lo metía en forma lenta. así estuvo por un buen tiempo, hasta que empecé a sentir que casi expulsaba mis jugos amorosos. En ese momento Verónica se desmontó en forma rápida y Victoria se desenchufa de mi lengua, que había estado juguetando con su pequeño y arrugado culito, metiendosela y sacandosela, para caer en mi abdomen y luego tomar mi verga, que había quedado liberada del tunel del amor de Verónica, para samparselo completamente en su boca, y cuando empecé a eyacular lo hice en su boca. Victoria empezó a hacer unos ruidos extraños, como gorgoritos, que no era otra razón de que estaba tragandose toda la leche que echaba mi verga y dejando una parte en su boca, que en esta ocasión, por haber estado tan caliente y con los juegos previos, fue abundante. Cuando Victoría se incorporó con una cara de felicidad y gozo y las comisuras labiales llenas de leche, Verónica se abalanza sobre ella y la empezó a besarla, en ese momento fue cuando comparten mis jugos lechosos y empiezan a pasarlos de una boca a otra hasta que se los tragan todo. Quedamos los tres exhaustos y nos recostamos todos en la cama.
No se si me quedé dormido y entre sueños oía a Victorias y a Verónica murmurar y decir que si ese era el momento adecuado para que me desfloraran o esperarían otro momentos. Cuando desperté o creí despertar estaba Verónica ajustando el arnes a Victoria, que presentaba una verga realista de color carne de muy buenas dimesiones. Entonces, ahora si me despabilé completamente y me senté en la cama. Les digo: - No crean que me van a poder meter eso em mi culito, no me dejaré. Despectivamente, se voltea, Verónica y me espetó: - No seas tonto, esto es para que veas como te lo vamos hacer a ti.
Me ordenaron que me pusiera de pie y que estuvira atendo mirando. Primero se besaron y se acariciaron, de mamaron los pechos y Victoria le mamó el culo a Verónica. Mientras miraba esto, poco a poco se me fué poniendo la verga otras vez rigida y a todo lo que daba. Después, Verónica, toma una pomo donde había lubricante y coloca generosas porciones, del mismo, en ese falo de plástico y en su culo. Se coloca Verónica en cuatro patas en la cama y Victoria de tras de ella. Yo me muevo a un lado de esas inmensas caderas de Verónica para poder tener mejor vista y no perder detalles. Entonces, Verónica queda apoyada en su pecho y cara, en la cama, con sus dos manos separa esas inmensas bolas de carne que eran sus nalgas, dejando al descubierto un culito, medio abierto, que se abría y se cerraba como una boca hambrienta que esta pidiendo un bocado.
Victoria, dirige la punta de ese monstruo hacía esa boca hambrienta que era el culito de Verónica, y ésta, con las dos manos, jalaba hacia los lados las nalgas para dejar mejor expuesto el orificio que iba a recibir ese pedazo de plástico con aspecto de tremenda verga. Al colocar, esa cabeza de plástico, en la pequeña abertura, Victoria toma con ambas manos las caderas de Verónica y empiesa a empujar hacia adelante. Veo admirado y muy caliente, como se va metiendo en esa cuevita con sus bordes arrugados y de color rosado la cabeza artificial hecha de plástico blando y que con cada empuje va cediendo la oposición que presentan los musculos de los esfinteres. Verónica, empieza a gritar que quiere que se la meta, que esta muy caliente y que ya no aguanta que este afuera, que la quiere toda adentro, que le rompa el culo. Victoria, haciendo eco de lo que le pedían empieza a empujar con más fuerza, y ante mi sucede el milagro de ver ese trozo de plástico afuera y como poco a poco, esa boca hambiente, lo comienza a engullir hasta recibirlo completamente. Victoria, cuando ya había metido ese gran trozo de plástico, espera un momento, para que los esfinteres se relajn y lo puedan recibir sin dolor, y después empieza a meterlo y a sacarlo, en ocasiones lento y en ocasiones rápido haciendo que Verónica grite de placer y empiece a mover la cadera furiozamente como si estuviera batiendo chocolate. Cuando veo eso, me empiezo a masturbarme, primero lento y despues rápido al mismo ritmo que llevaba Victoria. Al ver esto Victoria me ordena que se lo ponga en la boca a Verónica para que me lo mame. Así estuvimos un buen tiempo y luego se cambió de posición: Verónica acostada sobre su espalda y con sus piernas apoyadas en los hombros de Victoria, dejaba que libremente se la siguiera cogiendo, y yo aun lado, de Verónica, permitiendo que se comieran mi verga completita. Al empezar a eyacular, Verónica me la empieza a mamar con una intensidad que hasta los testículos me dolieron de la fuerza que le imprimía y Victoria seguía con su furioso ritmo logrando que tuviera un gran orgasmo y del pequeño pene de Verónica saliera escaso líquido. Mientras que a mi me sacaba hasta los últimos restos de esperma que quedaban en mis testículos.
Al reposar un poco, me dijo Verónica, - Haber Amado, ahora te va a tocar a ti tener este objeto, mientras me decía eso tomaba con ambas manos ese pene realista y lo movía como si fuera una regla de madera que le sirviera para enfatizar sus palabras, como si fuera un maestro regañando al alumno. Me levante y les conteste a ambas: - Ya les dije que me dejaría hacer todo menos que me desfloraran. Me contestaron al unísono: - Bueno ya veremos, la noche es larga. Diciendo esto ambas se miraron y se guiñaron un ojo.
Fue cuando dijo Victoria: - Tengo hambre, vayamos a comer algo a la cocina. Fuimos a la cocina a travezando pasillos y cuartos que nunca había visto. Ya en la cocina ellas prepararon unos bocadillos y sacaron una botella con una líquido rojo. Me sirvieron varios de los bocadillos que prepararon y una copa con el abundante líquido rojo que tenía la botella. Les pregunté: - ¿Qué es este líquido rojo, alguna pocima para que me deje coger por Uds?, se rieron y me dijeron: - Es jugo de granada, para que te fortalezca y tengas el vigor necesario para continuar con esta noche de pasión y lujuria. Me lo tomé todo y luego les pedí que si me podían dar más y ellas encantadas me sirvieron una nueva copa rebosante de ese jugo de granada. Mientras comiamos ellas se levantaban de sus silla y llegan hasta mi y me daban un mamada en mi verga, que estaba todavía un poco rígida, pero después de varias rondas de mamadas se empezó a poner rigida y bien dura y buscando un hoyito donde descargar su contenido para poder tener un descanso. Me sentía mareado, pero con una excitación muy intensa, por lo que además de que me mamaran la verga, las volteaba y les daba una buena chupada de culo. Asi estuvimos, hasta que dijeron, volvamos a la recamara nuevamente para continuar con esta gran noche.
Mientras caminaba, me sentía más excitado y al verme la verga la veía más grande, más gruesa y rígida. Seguimos caminando, rumbo a la recamara, y ellas me empezaron a masturbar, con movmientos delicados hasta que hicieron que me viniera nuevamente, ellas tomaron el esperma con ambas manos y se lo llevaron a sus bocas sorbiendolo ruidosamente y tragandolo como si fuera el mejor de los manjares. A pesar de haber eyaculado, mi verga aun seguía rígida y dura, y aun saliendo esperma, por lo que Victoria me detuvo y ella hincada y yo de pie empezó a mamarmela hasta que dejó de salir esperma. Para esas alturas yo sentía un cosquilleo y excitación tan intensa que el caminar, el respirar me hacía sentir que iba a tener un orgamos.
Cuando llegamos a la recamara, me hicieron que me acostara de espaldas a la cama, y empezaron a juguetear con cada centímetro de mi piel, esto me excitó tanto que al voltear a ver mi verga, esta había aumentado bastante, con una tremenda cabeza, más dura y rígida, la desconocí. Luego me hicieron que me acostara con el pecho en la cama y volvieron hacer lo mismo, acariciarme besarle, modereme, pero ya en esta ocasión su atención se centró en mis nalgas y en mi culo. Las nalgas me las besaron, las pellizcaron, y luego me lamieron mi culo y cuando estaba con abundante saliva empezaron a darle masaje con su dedos, cuando menos me di cuanta ya tenía Victoria un dedo dentro de mi recto y empezaba a darme masaje el el punto P, de la prostata, esto hizo que empezara a eyacular de nuevo, por lo que me pusieron de lado y ahora le tocó a Verónica beberse todos mis jugos. Así seguimos hasta que sucedió.....