Mis Amigos de la Juventud (2)

Después del festival de danza, mi relación con Víctor, que ahora le llamaba Victoria se fue haciendo más intima

Durante todo ese año, fueron varias presentaciones que tuvimos los del club de danza. En todos Víctor salía con un nuevo modelo, igual o más sexy que el anterior. En las últimas presentaciones, Víctor, ya no usaba ropa intima, ahora únicamente una pantimedia de lycra y sobre ella una medías con raya posterior y un un liguero muy sensual. No utilizaba sosten, y como que ahora tenía los senos más grandes, por lo que se veían como se movían atravez del vestido de seda. Con cada giro, o cada movimiento violento los veía temblar y eso hacia que se me subiera la temperatura y mi hasta bandera estuviera casi lista para explotar.

Cuando terminamos el curso, no fuimos invitados a la graduación, así que cada quien se fue de vacaciones. Victor me dijo que se iba con sus padres a la capital y que probablemente nos veríamos en la última semana del período vacacional, se despidió muy efusivamente repegandome su cuerpo al mio con lo que sentí ese par de pechos duros y turgentes. No se si lo hizo para que los sintiera o fue simplemente algo incidental.

Como no iba a salir de vacaciones me propuse a cogerme cuanta mujer se topara en mi camino y hacerlo por vía anal, que era lo que más me gustaba. Me salieron varias oportunidades que no desaproveche y a todas les di por el culo.

En la última semana, iba a ser mi maximo logro, pues iba a salir con una maestra que estaba bastante caderona, y se me hacia agua la boca en pensar que iba a tener un gozo anal. Pero por ciertas circunstancias no se pudo ese día.

Me quedé sólo ese día en la casa, pues mi padres y hermano se fueron a visitar una familiar fuera de la ciudad. Durante el día me distrage haciendo algunas faenas que había pospuesto. Pero ya en la noche, después de un baño, no tenía nada quehacer así que me acosté desnudo en mi cama y empecé a fantasear. Y no tardó mucho en que mi verga tomara sus maximas proporciones, empecé a masturbarme lentamnte, gosando con cada subida y bajada de mi mano sobre ese pedazo de carne que me había hecho gozar muchas veces. En eso estaba cuando, en foma intempestiva, siento unos labios en la cabeza de mi verga, y como una lengua me la exploraba toda, quice abrir los ojos pero una mano perfumada me los tapó nuevamente. Me dejé llevar por mis emociones, y que sucediera lo que fuera. Empecé a oir los ruidos que hace la boca cuando se estamamando con esntusiasmo una buena verga. Eso me exitó e hizo que se me pusiera más dura y luego sentí los labios que tocaban mis vellos púbicos. De como se introducía y mamaban mi pene. Poco a poco fui sintiendo que estaba llegando al climax y como la persona que estaba haciendo ese magnífico trabajo también lo reconocía y como aumento el moviiento de su lengua y la succión sobre mi muy querida cabeza de mi verga. Minutos después estaba arrojando chorros de leche, y como con cada succión desaparecía. Se estaban cominendo todo lo que había logrado sacar. No dejaron de mamarmela hasta que la sentí flaccida y sin más leche que sacar.

Con un rápido movimiento, me quito la mano que estaba impidiendo que viera a la persona que estuvo jugueteando con mi arma y cual no sería mi sorpresa que lo primero que observo es la cara sonriente de Víctor. Que luego me dijo con una melosa voz: -¿Te gustó lo que te hice? Si no para volverlo hacer. Lo vi sorprendido y más me sorprendió la ropa que traía: unos leggins color morado, con unas sandalias sin tacón y una blusa amarada a la altura del ombligo. Además iba maquillado. Se veía precioso o debo de decir preciosa. Al fijar mi vista a nivel de sus senos pude ver dos preciosos semicirculos, turgentes, que se insinuaban en el escote que tenía la blusa.

Luego me preguntó: -¿Cómo me veo? ¿Te gusta lo que ves?.

Le contesté: -te ves precioso, es lo más bello que he visto.

Entonces me dice - ¿Por qué no presiosa o bella?

-Te digo como tú quieras, pero desnudate.

Me contestó: -después ya habrá tiempo.

Por mi lo hubiera denudado y le hubiera besado su culito y lamido. Y después metido mi garrote hasta que mis estículo tocaran sus nalgas. Pero se veía que no iba a seder. Me dijo que después me daría todo lo que quisiera, pero que hasta la graduación debía llegar virgen. Que me daría todas las mamadas que quisiera o que podía usar, el surco que formaban sus esplendorosas nalgas, para que me viniera, pero por ese hoyito estaba reservado hasta después del baile de graduación, así que tendras que esperar dos años más.

Después de una magnifica mamada, y que el calor de mis venas bajaran, nos pusiomos a platicar y me dijo todo, sin guardarse nada, lo que había hecho y le habían hecho en la capital. Yo con curiosidad le pregunto que si seguiría como alumno distinguido o como alumna. Me dijo que seguiría con us papel de hombre y qe ahora su cambio sería con ropa más holgada para que no se le notaran sus protuberancias.

Me explicó con lujo de detalles como le cambiaron la copa A a una copa B y que durante la graduación iba a estrenar una copa C, de como le hicieron una liposucción y le inyectaron esa grasa en las nalgas para hacerlas más voluptuosas, y que quedaran naturales. De su período de hormonas femeninas y su aplicación intramuscular. Los ejercicios a los que se vió obligado hacer y de los resultados magníficos, que saltaban a la vista, de su cuerpo. Que seguiría en el club de danza y continuaría bailando conmigo como pareja, salvo mi opinion, de que si no quería se buscaría otra pareja. Le dije que por mi encantado, que lo que más deseaba era tenerlo en mis brazos y que después de la graduación hacerle honores a su culito, con mi hasta bandera que ya estaba nuevamente al punto. Al verme en esas condiciones volvió a darme otra de esas soberanas mamadas y cenarse todoa mi leche. Estuvo magnífico en esta ocasión, pues me la mamó, succionó, acarició, se la tragó toda y al momento de estar eyaculando me metió el dedo en el culo y me dió un maravilloso masaje de próstata que hizo que me vaciara completamente y el se tragó hasta la última gota.

Me invitó a cenar y fuimos como dos grandes amigos. Cuando salíamos un grupo de malandrines le gritaron improperios y de puto no lo bajaban. Yo, como todo un caballero salí en defenza de mi dama y me lie a trompadas con dos de ellos. Salí un poco maltrecho, pero el honor de mi dama a salvo. Me llevó a su casa donde estaban sus padres y su hermana, a los que me presentó, les platicó lo sucedido. Me curaron y me dieron un buen vino para el coraje. Pasamos una bonita velada.

Al llegar a mi casa, y luego a mi cuerto, me sentí que me faltaba la compañía de Víctor. Así me quedé dormido pensando en lo hermoso o hermosa que se veía.

No lo volví a ver hasta que se iniciaron las clases. Seguimos en los ensayos de bailes. Pero ahora se hicieron más sensuales, ya que él se me insinuaba y se me repegaba y cuando había oportunidar me acariciaba mi verga con verdadera pasión. En un ocasión, antes y después de la presentación de nuestro baile, tuvimos que ir al baño para que me la mamara o en su defecto me masturbara para bajar un poco el fuego que me embargaba, pues no podía salir con el hasta bandera en su esplendor.

Su vestimenta cada día era más atrevida, y dejaba ver su cuerpo sinuoso, haciendo que los espectadores murmuraran, pero la gran mayoría consideraban que bailaba con una verdadera mujer. Mis amigos me reclamaban que como era posible que bailara de esa manera con un hombre, que, que me pasaba, si ya había cambiado de bando. Pero, en ocasiones les contestaba que eso era parte del baile y en otras ocasiones nada más daba media vuelta y me iba.

Los fines de semana los empecé a pasar en la casa de Víctor, donde sus dos amigos del alma: Lucio, pero conocido en nuestro círculo como Lucía, y Pablo, mejor conocido como Paula, tambien acudían a su casa. Los tres tenían las mismas carateristicas corporales, eran alta, rubias, ojos verdes o azules, cabllera larga, pechos turgentes, caderas ondulantes, nalgas preciosas, muslos impresionantes y tobillos delgados, pies pequeños, cutis de bebe y caras hermosas.

Así que me sentía como mi harem, nada más que lo único que podía hacer con Paula y con Lucía era observarlas, pues yo pertenecía a Victoria. Y para demostrar su posesión ella me lo mamaba o masturbaba en su presencia. También ellas nada más podían ver. Pero así eramos felices.

Despues les continuaré platicando esta historia de mi juventud....