Mis amigos (11: Leche Agria)
Percibía el sabor a semen seco... a LECHE AGRIA por todo su cuerpo, su culo, sus huevos, su miembro, su ombligo, su pecho, su cuello y hasta su boca...
MIS AMIGOS
Capitulo XI: LECHE AGRIA.
... Desperté de un saltó, asustado, buscando de inmediato a Javier. Por suerte, éste todavía estaba dormido, respirando tranquilamente. Me bajé lo más cuidadoso que pude de la cama. Lo miré y por un momento me arrepentí por lo que había hecho durante la noche anterior, pero luego me dije que estábamos a mano... y que aunque Javier no había llegado tan lejos como yo, si disfrutó bastante humillándome en la tarde.
Mirando el cuerpo inmenso de aquel masa, me preguntaba nervioso que haría en ese momento, Javier despertaría pronto, y no iba a estar muy contento por lo ocurrido... no sabía si irme y dejarlo allí o que. Luego me percaté de que la televisión estaba aun encendida, la apagué y entonces me acordé de la videocámara (también estaba prendida), saqué el cassette. Lo puse en la videograbadora para revisarlo; entre feliz y algo turbado, comprobé que la cogida que le di a Javier se había grabado en su totalidad, y lo suficientemente claro para que no hubiera duda de la conducta "indecorosa" de mi musculoso amigo.
En ese momento mi nueva preocupación era esconder la cinta donde Javier ni nadie pudiera encontrarla. Después de pesar en muchas opciones, al final lo más práctico y seguro que se me ocurrió hacer, fue envolver la cinta en periódico, meterla en barios bolsas plásticas, luego buscar un árbol identificable y algo alejado de la cabaña, y enterrarla cinta cerca de dicho árbol. Estaba tan absorto en esconder la cinta, que sólo al regresar a la cabaña, me di cuenta de que había hecho toda esa peripecia estando completamente desnudo.
Gracias a Dios, Javier seguía dormido, entonces pensé que lo mejor era atarlo antes de que despertara, para poder razonar con él, ya que al despertar y darse cuenta de lo sucedido, no dudaría en destrozarme el cuerpo en mil pedacitos... y ya había demostrado que lo podía hacer fácilmente. No lo pensé dos veces y me puse manos a la obra. Me acerqué a ese enorme cuerpo con algo de recelo, pero sin detenerme, cuando estuve cerca de él, me percaté de que su olor no era muy agradable, era un olor almizclado de sudor, semen, alcohol y hierba... sumamente desagradable. Resistiendo las ganas de vomitar, maliciosamente le até las muñecas y los tobillos a cada extremo de la cama, conciente de que esa postura y en mi presencia, no le haría mucha gracia.
Lo dejé ahí esperando a que se despertara, mientras, yo me di un desagradable "baño" con el agua del refrigerador... yo tampoco olía a flores precisamente. Luego me puse mi ropa y zapatillas, con excepción de mi suéter, ya que el olor a semen seco que tenía me causaba nauseas. Esa mañana mi cuerpo no quería saber de sexo (a pesar de haberlo disfrutado como loco)... tal vez era por un leve sentimiento de culpabilidad.
Ya eran las 9 de la mañana y como la "bestia durmiente" aun no despertaba, me puse a ver televisión con el volumen algo alto, hasta que paso una hora sin que Javier diera muestras de vida. Para ese entonces ya me estaba preocupando, pensando que tal vez se había intoxicado por la droga y el alcohol; así que tomé valor y me dispuse a despertarlo, rogando que continuara con vida. Me acerqué a él, obviando el peculiar olor, lo moví un poco pero no reaccionaba, seguí intentando con más fuerza, él respondió con una leve queja pero siguió durmiendo ("Por lo menos está vivo", pensé). Ya dispuesto a todo, le agarré una tetilla y se la apreté lo más fuerte que pude, un quejido salió de su boca y por fin abrió los ojos.
No pude evitar sonreír al ver su cara de perdido y de idiota, como de loco, típico de los que sufren la goma de una noche de juma (borrachera). Gemía como tratando de decir algo, trataba de levantarse, obviamente no podía. Luego se tiró en la cama y pareció dormirse; lo dejé un rato al cabo del cual yo ya no estaba para juegos, ya quería salir de ese lugar y regresar a mi casa, pero Javier estaba interfiriendo con mis planes.
"Vamos ya... maldita sea, levántate de una vez", le dije molesto, mientras le apretaba con fuerza las dos tetillas. Él abrió los ojos y me miró secamente, luego retiró la vista hacia otro lado. "Suéltame", le escuché decir tranquilamente, parece que ya había recuperado su funcionamiento mental... y que comprendía lo que había pasado.
"¡Suéltame... ya!, dijo de nuevo, esta vez más enérgicamente que la primera. Su mirada seguía evadiéndome, obviamente la vergüenza le impedía verme a los ojos.
"Antes de soltarte vamos a hablar porque lo que pas...", le decía cuando me interrumpió.
"Suéltame ya maldito imbecil... si no quieres que parta la madre... puto de cuarta", me grito enardecido, convulsionándose en la cama, tratando de romper las ataduras. Estaba realmente furioso, me asusté mucho y rogaba a todos los santos porque no lograra liberarse. El siguió forcejeando y amenazándome por algunos minutos, mientras yo lo observaba espantado... la situación se me podía complicar aun más.
"No te voy a soltar hasta que no te calmes... no estoy loco", le dije, cuando el pareció tranquilizarse, pero al escuchar mis palabras volvió a enloquecer. Entonces decidí salir de la cabaña para ver si se tranquilizaba, mientras el seguía gritando "¿A dónde vas maldito bastardo... suéltame... no sabes lo que te espera, desgraciado... puto de mierda...", y muchas otras cosas. Salí y me quedé largo rato afuera pensando en que le diría para tranquilizarlo y para convencerlo de que no contara nada de lo ocurrido, hasta que ya no se escucharon más gritos y de repente Javier empezó a llamarme. Entonces entré a la cabaña.
"¿Tranquilo?", le pregunté.
"Tranquilo", me respondió de mala gana. Entonces me senté en una silla.
"Este el asunto, ayer nos comportamos de una forma muy "especial", tu en la noche y yo en la tarde... así que estamos a mano... ¿no? Tu no me agradas y yo no te agrado, pero a ninguno de los dos nos conviene que los chicos se enteren de lo que paso aquí... así que te propongo que olvidemos lo sucedido y sigamos como si nada hubiera pasado... ¿tenemos un trato?" Mientras le decía esto, en su cara se iba llenando de rabia, pero yo mantenía mi voz y mi rostro de la manera más diplomática posible.
"Tenemos un trato", dijo Javier, después de unos minutos de duda.
"Bien, ahora que los dos estamos de acuerdo, te voy a soltar... ¿me escuchaste?, así que espero que seas razonable", le dije seriamente, y el me respondió con un escalofriante "Lo seré".
Entonces lo liberé, él permaneció acostado en la cama algún rato, seguramente sintiendo dolores musculares por las actividades de la noche anterior. Por mi parte, yo lo miraba mientras arreglaba el desorden ocasionado en la cabaña. Sólo lo perdí de vista por unos segundos, los suficientes para que Javier, como un rayo, se abalanzara sobre mí, me pusiera de espaldas a él, me estrellara contra la pared y pusiera mi brazo derecho en la espalda, haciéndome una de esas llaves de policía.
"¿Dónde está el maldito video?... ¿dónde está?" Me gritó al oído, mientras a mi todo lo que me importaba era el insoportable dolor en mi brazo. No conté con que él recordara lo del video, y me tomó fuera de base.
"¿Qué video?... ¿de qué hablas?... ahhgg" Le mentí tratando de engañarlo, el video era mi "cláusula de seguro", y no quería que Javier tuviera ninguna información sobre él, ni siquiera que existía, pero el tipo no era únicamente puro músculo.
"No me quieras coger de imbécil, yo se que me grabaste en la cama, me acuerdo muy bien... ahora dime donde está el video y entonces si podré pretender que nada paso aquí", me dijo, furioso mientras seguía apretujándome contra la pared, ante su actitud no me quedo más que admitir lo obvio.
"Si, esta bien... ahhhgg, si hay un video..."
"¡Damelo ya!", rugió.
"Nooo, ese video es mi seguro contra ti... mira lo que me estas haciendo, como te estás... aaahhhgg... comportando, se supone que teníamos un trato... tengo que protegerme...aahhgg..."
"Tenemos un trato si me das el video", me amenazó, pero él no tenía nada sólido con que sustentar esa amenaza (¡claro!, a excepción de una soberana paliza), así que ataqué.
"La realidad es que tu... ahhgg... y yo... ummm... pedimos verga, tu la recibiste, yo no... y no aparezco en un video pidiéndola y ... teniéndola... aaaahhh... tu si", le dije lo más irónicamente que pude, dada la situación; él no dijo nada, pero tampoco me libero.
"Yo se donde está el video... y ten por seguro que no te lo voy a decir hagas lo que hagas... ahg... pero si se lo puedo decir a Marcos, que sería el más interesado en verlo..."
"¡Maldito... no te atrevas, no sabes de lo que soy capaz...!", gruño Javier, apretujándome más contra la pared, mientras seguía torturándome con aquella llave.
"Aaahhggg... en algún momento me tienes que soltar y tendremos... aaaahh... que regresar al barrio, entonces veré a los chicos y les contare del video... al menos que me sueltes ahoraaaa", le grité, ya enojado y muy adolorido, pero el no desistía ni respondía.
"Tu decides... me liberas cuando tu quieras... o cuando yo quiera... ¿qué te conviene más?", le dije, y de inmediato me libero arrojándome al suelo, allí permanecí tirado y adolorido... aunque victorioso. Mientras, Javier se paseaba por toda la cabaña como loco, insultándome sin descanso, ya para entonces estaba molesto, él era igual de puto que yo, estábamos en la misma situación, con la diferencia de que yo tenía pruebas y él no; me había sometido y maltratado, no lo iba a dejar así.
"Siéntate en la cama", le dije mientras me levantaba, él me miro burlón, y yo le volví a ordenar que se sentara; ahora iba a saber quien tenía el control (o el video), me iba a vengar tomando su cuerpo a mi gusto y placer, y él no tendría más opción que aceptarlo.
"Siéntate en la cama... ¿qué prefieres, el video en las manos de Marcos o la cama?", le grité como poseído, Javier me miró extrañado y enojado, pero obedeció. Yo me arrodillé entre sus piernas, separándolas con mis manos.
"¡Hey!... ¿qué... qué pretendes?", me dijo agarrándome de la cabeza.
"No te interesa... y suéltame", le dije fríamente, el obedeció y se dejo hacer. Entonces comencé a besar la cara interna de sus muslos, los cuales reaccionaban abriéndose más y demostrando espasmos con cada contacto de mis labios. Entonces miré a Javier lascivamente, él me miraba enojado, entonces recordé él asunto de Marcos, y la curiosidad me venció.
"Cuéntame lo de Marcos... ¿desde cuando te gusta?", le dije, a lo cual el respondió con un "¿Qué?". Volví a preguntarle y el me dijo que no me diría nada.
"Sabes que no te conviene discutir conmigo", le dije tranquilamente, entonces el empezó a hablar después de un rato; yo escuchaba atento mientras seguía besando sus muslos y acariciando su pecho y testículos con mis manos.
"Él... él me gusta... desde que llegó al barrio"
"¿Por qué te gustó, fue a primera vista?", pasaron algunos minutos sin respuesta.
"No me hagas volver a preguntar", siguió dudando, ahogando gemidos, pero por fin respondió,
"Si... aah... fue a primera vista, sus ojos me llamaron... uumm... mucho la atención, su cabello negro y sus ojos azules como el mar eran una... mezcla muy cachonda". Mis caricias empezaban a dar efecto, su voz se entrecortaba y su respiración se agitaba.
"¿Eres gay o bisexual?", le pregunté mientras pasa la yema de mi dedo por la entrada de su ano.
"¡Nooooo!... no soy gay... maldito pedazo de mierda...", me respondió dando un respingo y me miró enojado, cosa que a mi me causó gracia.
"¿Entonces Marcos es el único hombre que te gusta?", repregunté y le lamí el escroto.
"Así... aahh... así es... aaahh"
"Cuéntame de la noche que cogieron", volvió a dudar, entonces me levanté y metí su oreja en mi boca, la chupé y la besé, mientras le decía suavemente que me contara. Javier estaba sumamente incomodó, pero excitado, tratando de ahogar sus gemidos, yo ya había pasado a su cuello y lo empapé con mi saliva.
"Vamos, cuéntame... no se lo diré a nadie", le dije sensualmente mientras seguía jugando con su oreja y le masturbaba la durísima verga... yo disfrutaba de lo lindo tenerlo así, seduciéndolo sin que él opusiera resistencia.
"Yo lo... deseba desde hacia mucho... aaaahh... aaaahh... Marcos llegó al barrio... aaaa los 8 años... yo... yo... tenia 7... yo lo admiraba mucho... aahhg... se hizo popular... de una vezzz; crecimos juntos, entre juegos y gimnasios, no estábamos fibrosossss, pero... ummm... si bien formados... soo... sobre todo él, que practicaba natación, los dos cogíamos con chicaaaaas... ahhh... del barrio, era... era... era rico pero me enojaba saber que estaba con otra persona; lo amé y me masturbaba pensándolo durante 5 años... hasta que cumplí 13..."
Mis caricias dieron resultado y como la historia se ponía interesante, dejé de acariciarlo para que siguiera contándome sin distracciones.
- "... cuando por fin me decidí a hacer mi sueño realidad, él día de mi cumpleaños, le dije que pasara la noche en mi casa para celebrar, él aceptó. Yo lo tenía todo planeado con la esperanza que después de que pasara algo entre los dos... no se, tal vez un beso o una cogida, el se fijara en mí y entonces... Conseguí cerveza con un tío mío, yo sabía que Marcos no bebía, por lo de la natación, así que esperaba que fuera un inexperto en el asunto. Lo convencí de que bebiera en mi nombre y lo hizo, por suerte si era un mal bebedor, con dos botellas ya estaba bastante estropeado, pero yo no confiaba así que hice que se tomara 4 más, 6 en total lo aniquilaron completamente. Entonces lo acosté casi dormido en la cama, y por los malditos nervios no me atreví a tocarlo siquiera, pasaron unas 2 horas desde que se había dormido y yo ni siquiera le había quitado la ropa. Comenzó a balbucear cosas que no se entendían, pero si entendí que mencionó mi nombre, Javi, Javi, como me decía antes, eso me dio valor, y me subí a la cama y lo desnudé lentamente, me quedé como soronto observando ese cuerpito rico , de machito, yo también me desnudé y me lancé sobre él como un loco le besaba la boca y le declaraba mi amor sin que me importara que se despertara o que mis padres me escucharan. Le lamí todo su cuerpo con mi lengua, como si fuera el dulce de cumpleaños que nunca tuve, nada quedó sin babear ni tocar, estaba como loco conociendo a mi amor de forma sexual, a todo esto Marcos gemía de vez en cuando aun dormido creo. Entonces llegué a su verga y no lo dude, la mamé y chupé como loco, hasta que se le pararon los 16 cm... la mía también estaba a mil; entonces pensé en cogérmelo por el culo, le abrí las piernas y me puse entre ellas, estuve a punto de hacerlo pero no me pareció injusto para él... y a demás me daba miedo que se despertara y se diera cuenta de que su mejor amigo lo estaba violando. Por un momento no sabía que hacer... no quería cogerlo por el culo, pero tampoco quería que aquello sólo quedara en una perra mamada... entonces se me vino a la mente cabalgarlo, y la excitación fue mayor que mi hombría. Le volví a mamar la verga y se la deje bien babosa, luego me unté saliva en mi culito, estaba muy asustado porque sería mi primera vez con un chico y mis padres estaban en la otra habitación. Me acomodé sobre él y puse la punta de su fierro en mi ojete, empujé un poquito y sentí un placer extraño... la mierda me gusto, cogí valor y empujé más fuerte, la cabeza del veragjo entró y yo di un gritito de pinche gusto... Marcos también gimió, entonces lo miré y tenía los ojos entreabiertos, estaba agitado y sudaba, igual que yo... pero seguía como dormido... sus mano estaban sobre la cama... en ese momento sentía que me cogía a un zombi.. ¡pero que zombi más bueno! Comencé a bajar lentamente por la reata, la cosa se puso fea, el dolor era insoportable, pero mi propio peso me obligaba a seguir bajando por el pedazo de carne, entonces Marcos dio un gran suspiro, y trato como de levantarse lo que me hizo tambalear y terminarme de meter de un golpe lo que faltaba de verga. Pegué un grito que tapé con mi mano, me recosté sobre el pecho de Marcos, y empecé a llorar como un niño por el increíble dolor, sentía un infernal escalofrió por todo mi cuerpo que no me dejaba mover aunque lo intentaba, y suplicaba a mis santitos por que mis padres no hubieran escuchado mi grito y aparecieran en la puerta para ver semejante espectáculo... su hijazo empalado sobre su mejor amigo jajaja... Cuando el dolor ya no era tan molesto miré a Marcos, tenía los ojos cerrados y la boca entreabierta, olía a cerveza pero eso no me importó, metí mi lengua en su boca recorriendo toda esa cavidad, entonces me atreví a moverme, meneaba mi cadera, la sensación era rara y cachonda, mi amor gemía como un bebe, de repente decía Javi, Javi, y eso me prendía más y aceleré el ritmo, gimiendo como puta, conociendo mi caliente próstata sin descanso, la verga de Marcos me la presentaba una y otra vez, y yo la saludaba gimiendo, Marcos, Marcos, Marquitos, empecé a gemir y él Javi aaaaa, aaahhg ,Javii. Gemía como si le doliera lo que yo le hacía, pero me excitaba más y lo besaba por todos lados, hasta que dio un gemido algo fuerte y mi culo empezó a quemarse por dentro... coño que sensación tan guarra, me levanté y empecé a saltar sobre él sacando más lechita de niñito divino... Marcos... Marcos... si, si, si, si, siii, más, más... gritaba, ya sin que nada me valiera, ya hasta esperaba que mis padres aparecieran por la puerta para que vieran como disfrutaba su hijo machito... para que me aplaudieran por estar violando a mi amigo y que alabaran a Marcos por hacerme el chico más feliz del barrio. Con ese cabrón pensamiento me corrí sin tocarme el vergajo, con cada disparo apretaba los costados de Marcos con mis manos y el gemía de dolor y placer. Mi leche lo baño, una ráfaga cayo sobre su boca abierta, parte le cayo adentro y lo otro le mancho los labios, eso nunca lo olvidare, esa boquita abierta con una línea de semen partiéndola en dos... Poquito a poquito dejamos de gemir, y entonces me volví a acostar sobre él, con todo mi cuerpo adolorido, hay me quede viéndolo, estaba como dormido o no se, como zombi o sonámbulo, pero se que no estaba en sus 7 sentidos, nunca me tocó, sus manos siempre estuvieron inertes en la cama y tampoco me correspondió ningún beso. Solita su verga salió de mi culo, entonces sentí un vació horrible en mi interior, quería que me volviera a llenar; traté de que se le para pero fue imposible ya estaba dormido, no lo intenté mucho, no quería tentar mi suerte, mis padres nunca se enteraron, por primera y única vez agradecí que fueran un par de alcohólicos. Me quedé deseoso y adolorido con ganas de más pero resignado limpié su cuerpo y el mío, y luego lo vestí, mis fuerza sólo duraron hasta que me puse mi bóxer, luego me acosté a su lado y me dormí abrazándolo y besándole la nuca. Nos despertamos como a las 10 de la mañana, entre quejidos y dolores... No sabía que te daba por eso, me dijo serio... ¿Por qué? le pregunté, emocionado pensando que estaba conciente cuando cogimos... Por que me estabas abrazando dormido, me dijo después de un rato en broma, se paro y caminó tambaleándose (de verdad tenía un pésimo aspecto, pero hasta la goma le sentaba bien)... Coño que sabor tan asqueroso tengo en la boca y me duele la cadera a no más, siento como si hubiera estado cogiendo todo la maldita noche, no me dejes tomar más por... no terminó lo que iba a decir porque se mareó, se cayó y vomitó en el suelo... con ese espectáculo mató mis ilusiones y esperanzas de que esa noche iba a cambiar todo entre nosotros. Los días que siguieron le tiraba alguna pregunta indirecta para ver si se acordaba pero no. Y desde entonces ya no he tenido valor para planear un encuentro más, me conformo con tenerlo cerca de mí, sabiendo que me aprecia, al menos como amigo..."
Javier terminó de hablar, luego me miró algo sorprendido, yo también lo estaba porque se había desahogado en mi de tal forma, que me habló durante más tiempo ese día del que me había hablado durante los casi 7 meses que teníamos de conocernos. Supuse que yo era la primera persona a la que le contaba aquello, dudo mucho que le hubiera dicho a alguno de los chicos, menos a sus padres y con la única persona que lo podía compartir no lo recordaba.
La historia me puso cachondísimo y a él también porque su verga estaba a mil, el se pasaba la mano por la cara interna de sus muslos y respiraba algo agitado. Yo tomé eso como una fiera insinuación y me metí entre sus piernas, lo hice acostarse en la cama y le metí la lengua en el culo, lo empecé a lamer como poseso, metiendo y sacando mi apéndice, mientras el se masturbaba y gemía como puta, cuando lo deje bien dilatado, me fui sobre su verga y se la mame por algunos minutos, mientras peñiscaba sus tetillas; así fui subiendo por su cuerpo, abdomen y pecho lamiéndolo todo. Percibía el sabor a semen seco... a LECHE AGRIA por todo su cuerpo, su culo, sus huevos, su miembro, su ombligo, su pecho, su cuello y hasta su boca... todo él sabía a leche agria pero me gustaba, me calentaba y también me complacida el pensar en poder complacer aunque fuera por un instante su deseo insatisfecho.
Lo besé apasionadamente mientras él seguía gimiendo como puta, nuestras lenguas se enrollaban furiosas, cada una queriendo apoderarse del espacio de la otra.
"Cojeme ahora", me dijo con la voz entrecortada de deseo. Yo no me hice el de rogar, me empecé a bajar los pantalones y bóxer, mientras él me besaba las tetillas y mi vientre. Cuando liberé mi aparato, lo obligué a que se apartara de mi pecho y a que se acostara, entonces me senté sobre su pecho., dejando mi verga seca de su cara.
"Mámalo", le dije autoritario, Javier obedeció dócilmente y se lo metió a la boca, en pocos minutos ya me tenía a punto del orgasmo. Lo separé de su "biberón" y me puse entre sus piernas , las coloqué en mis hombros (con mucha dificultad) y de una estocada lo penetré. Mis embestidas fueron rápidas y desesperadas, al igual que los gemidos y los movimientos de la cadera de Javier, los dos gritábamos con cada embate de mi parte, sudábamos abundantemente, mientras consumíamos nuestras ansias con un beso de lengua profundo. No duramos mucho, yo fui el primero en estallar, mientras le mordía un hombro haciendo que gritara de dolor. Cuando terminé de llenarle el culo, saqué mi verga y me dispuse a mamar la suya, mientras le metía tres dedos en el ano, Javier gemía y se contraía.
"Así... así... así... ahhh... asi... ahhg... aaaahhhh", gritaba hasta que se corrió en mi boca, 1, 2 , 3 , 4, 5 disparos, al ritmo de las envestidas de mis dedos. Su leche tenía un sabor fuerte (más que la de Marcos y que la de Jonathan), pero no me desagradó, la tragué gustoso y extasiado.
Sudado y exhausto, apenas pude levantarme para ir a la nevera por agua, Javier continuó acostado en la cama agotado, agitado, mal oliente y sudado. No se movía y era obvio que evadía mi mirada.
"Vístete y vamos... ya es tarde, te espero en el auto", le dije secamente, mientras tomaba las llaves de la mesita de noche, entonces me dirigí a la puerta, pero me detuve a medio camino, porque lo escuche llorar quedamente, sinceramente me dolió, aunque no sabía porque lloraba... tal vez (pienso ahora) porque deseba con todas sus fuerzas que todo lo ocurrido no hubiera sido entre él y yo, sino entre Marcos y él, al fin y al cabo ese era su sueño.
"Nada fuera de lo común sucedió entre nosotros, ni ayer ni hoy; peleamos y discutimos como siempre, eso le dirás a Marcos y a los otros... si no dices nada que me perjudique no tienes porqué preocuparte de la cinta... ¿tenemos un trato?", le dije.
"Tenemos un trato", respondió aun tirado en la cama, tratando de ahogar el llanto, entonces salí y lo esperé en el asiento del copiloto. El se demoró casi media hora en salir, tiempo que yo aproveché para pensar en lo ocurrido, en lo excitante y revelador que había sido todo (ya no me desagradaba tanto el engaño orquestado por Marcos y Javier, de echo, creo que Javier se arrepintió toda su vida de eso).
Me resultaba increíble que los chicos me sorprendieran a cada momento... como les dije alguna vez... uno nunca llega a conocer a las personas al 100%. Lo interesante del caso es que ya tenía una "relación" y un "convenio" con Marcos, y ahora tenía un trato con Javier.
"¿Qué otra treta planearon tu y Marcos para no dejarme ver a Jonathan?", le pregunté cuando llegó al carro, Javier se sentó, yo le di las llaves y partimos.
"Yo sólo tenia que mantenerte aquí hasta hoy... Marcos hará el resto" contestó él.
"¿Cómo lo hará?", volvía a cuestionarlo.
"No lo sé, ya lo sabrás cuando lo veas", me respondió y después de eso no nos miramos ni hablamos durante el retorno al barrio, aunque varias veces estuve tentado a decirle que se animara y le contara a Marcos lo que sentía, pero no me atreví, después de todo yo era el amante de Marcos y me daba corte pensar que entre Marcos y él sucediera algo... ¡para nada me veía involucrado en un trío".
Durante el viaje, pensaba en lo que podía suceder con Marcos, me había engañado para evitar que viera a Jonathan y era algo que aun estaba dispuesto a hacer, sobre todas las cosas, y no me importaba si tendría que enfrentarlo a él para lograrlo; por otro lado, Javier revivió en mi un deseo sexual que Marcos se había encargado en aniquilar, y yo no estaba dispuesto a permitírselo otra vez, si íbamos a continuar con nuestro "idilio" el debía ceder a lo que yo quería... si Javier y yo podíamos entregar el culo... ¿por qué no él?...
Continuara...