Mis amigos (05: Piensa bien lo que haces)

“PIENSA BIEN LO QUE HACES” me dijo, yo sabía muy bien lo que hacía y lo que quería... fui tras él.

MIS AMIGOS

Capitulo V: PIENSA BIEN LO QUE HACES (7 "SUSURROS".)

  • "¿A caso pretendes dejarme aquí parado toda la tarde?" Ariel me sacó de mi estado de "júbilo".

  • "Pasa... pasa, disculpa, es que no te esperaba".

  • "Te refieres a mí y al resto del grupo, ¿no?" Me decía mientras se dirigía al sofá de la sala. No supe que contestarle durante algunos segundos, mientras él me miraba, parado en frente del sofá, insinuándome que le permitiera sentarse.

  • "Siéntate, por favor". Yo estaba nervioso, no asimilaba su presencia en mi casa, y sobre todo en circunstancias tan comprometedoras.

  • "¿Estas bien?, nos tienes preocupados a todos en el colegio. Éste es el tercer día que faltas y ni siquiera te dignas a llamar para avisarnos que te ocurre".

Él sabía muy bien lo que me pasaba pero no encontraba la forma de tocar el tema y se notaba algo nervioso, así que tuve que ser yo quien trajera el tema a relucir.

  • "La verdad es que los chicos y tú deben saber muy bien lo que me pasa. Tal vez no fue la primera vez que ustedes pasaran por una experiencia así, pero para mí si fue la primera... créeme violar personas no es uno de mis pasatiempos... y la verdad no sé que pensar de todos ustedes en este momento".

Ariel me miró sorprendido, tal vez no esperaba que fuera tan directo y cortante con él, y la verdad, yo también estaba atónito, era la primera vez que decía algo sin pensar nada más en lo que sentía, sin preocuparme de lo que pudieran pensar los demás.

  • "Se que debes estar enojado y preocupado por las cosas que ocurrieron hace tres noches, pero la verdad es que no tuvimos que incitarte mucho para que participaras voluntariamente".

  • "Si narcotizarme, atarme y llevarme a un lugar desconocido para violar a un chico no es incitarme mucho... entonces tienes razón".

  • "Está bien, también te secuestramos, pero debes admitir que en la cabaña tu participaste gustosamente de lo que hicimos... Pero eso no importa, yo no vine a pelear contigo ni tampoco a pedirte perdón, sólo vine a ver como te encontrabas... y veo que muy enojado, Marcos tenía razón, lo mejor es darte tu tiempo para que asimiles lo que pasó y decidas luego que vas a hacer. Me voy, me alegra que estés bien".

Ariel me decía todo esto con su habitual actitud pasiva pero firme, mientras se dirigía a la puerta. Me hizo sentir muy mal, comprendí que había sido muy injusto en atacarlo, a los chicos y a él. Todos teníamos grados de responsabilidad en lo que había ocurrido. Reconocía todo aquello y no quería que se fuera, además quería saber a cerca de lo que había dicho Marcos.

  • "Lo siento, no te vayas... yo tampoco quiero discutir pero entiende que no es fácil para mi asimilar las cosas que sucedieron esa noche... sobre todo mi comportamiento".

  • "Lo sé, por eso vine, aunque Marcos me dijera que esperáramos a que estuvieras listo para enfrentarnos" (Ariel se dirigió de nuevo al sofá y se sentó). "Yo sólo quería saber como estabas, no podía esperar a que tu decidieras salir, sabiendo que posiblemente estuvieras muy confundido por todo lo ocurrido. Te conozco, sé que eres un chico tímido y tranquilo... ¡y estoy seguro que violar personas no es uno de tus hobbies! La verdad es que me preocupabas mucho".

  • "Te agradezco que hayas venido, no sabes el martirio que han sido estos tres días para mí. No sabía si estaba listo para ver a alguno de ustedes, pero ahora sé que lo estoy. Tengo muchas preguntas que hacerles y creo que no pueden esperar más.

  • "Sé que debes tener algunas dudas, pero yo no vine a responder preguntas, sólo estoy aquí para darte un empujón".

  • "¿Un empujón? ¿A qué te refieres?"

  • " A que Marcos va a estar entrenando esta noche en la piscina municipal, como a las 10 u 11".

  • "¿Y eso que tiene que ver con todo esto?"

  • "Bueno, que él, como el planificador de todo lo que ocurrió aquella noche, es el más indicado para que te explique el porqué de lo que hicimos y podrán hablar libremente porque a esas horas la piscina está desolada".

  • "¿Él te dijo que me avisaras?".

  • "¡No!, él ni los otros saben que yo estoy aquí, vine por iniciativa propia. Supuse que necesitabas un "empujón" que te sacara de estas cuatro paredes, pero tu decides si vas o no, yo cumplo con darte esta pequeña ayuda". Ariel se levantó dirigiéndose a la puerta.

  • "¿Eso es todo?, sólo vienes a decirme donde estará Marcos y te vas. Tu también estabas esa noche, ¿o crees que por ser el único que no tocaste a Jonathan, no tienes responsabilidad? Tu también debes responder muchas cosas" Me alteré un poco, su actitud me pareció muy al estilo de Poncio Pilatos.

  • "¿Jonathan? ¡Vaya!, te acuerdas de su nombre... Mira, cálmate, yo también soy culpable, lo único que te digo es que hables primero con Marcos, luego tendrás tiempo de hablar con los demás".

Ariel cerró la puerta y se marchó. Aunque estaba un poco alterado, le agradecí mucho esa visita porque estaba en lo cierto... necesitaba algo... un empujón que me diera valor para salir del bache en el que me encontraba. Pero desconfiaba de su proposición... yo sólo con Marcos en la piscina municipal, no me parecía una buena idea y menos cuando empecé a imaginarme el cuerpo semidesnudo de Marcos en el agua. Definitivamente era una mala idea. Además, tal vez ellos estaban planeando algo... violarme en ese lugar desierto. El alivio que pensé traería la visita de Ariel se convirtió en más preocupación y duda... como si no hubiera sido suficiente con los dos días anteriores.

Todo el día estuve pensando en la proposición de Ariel, a medida que la hora se acercaba. Tenía un miedo terrible de ir, no sabía que estuvieran planeando o si en verdad sería sólo una conversación privada con Marcos, no sabía que hacer ni que pensar. De ir, podría ser violado o podía terminar con muchas de las dudas que habían estado rondando en mí cabeza... También podría ver a Marcos... ¡Marcos!, no sabía porque mencionar su nombre me causaba tanta inquietud, no quería sentir eso, no por un hombre... ¡¿qué demonios estaba pasando conmigo?!. Debía enfrentarlo, no sólo sus motivos por los que planeó todo aquello, sino también aquellos sentimientos que él producía en mí... debía descubrir que tanto influían en mí, así que decidí ir.

Eran más o menos las 10:30 de la noche cuando me encontraba en camino a la piscina. Mis padres no habían llegado aún a casa, pero no pensé que notarían mi ausencia. A medida que me acercaba a mi destino, el nerviosismo crecía dentro de mí... era tan fuerte que no sabía que lo producía y casi no sentía mis piernas. Pronto estuve enfrente de la piscina, me quedé pensando unos minutos en entrar o no, pero al final me decidí e ingresé al recinto. No era un edificación muy grande, cuando iba por el pasillo que dirigía a la pileta me encontré con el entrenador de Marcos (Prof, Hernández) que ya se iba. Le pregunté por su entrenado y me dijo que seguía practicando. Luego de despedirme, seguí mi camino hasta llegar a orillas de la piscina, hay estaba Marcos nadando de un lado al otro.

Marcos era un nadador innato, practicaba casi todas las noches en la piscina y en el pequeño gimnasio del edificio. El estaba en busca de una beca para estudiar en una de las más prestigiosas universidades del país, a pesar de ser un estudiante poco destacado académicamente. Lo estuve observando durante largo rato, estuvo nadando sin descanso, sin percatarse de mi presencia en el lugar. Verlo nadar con esos movimientos rítmicos y elegantes era hipnotizante... definitivamente había nacido para nadar.

De un momento a otro se detuvo y se dirigió a las escalerillas de la pileta. Por la colocación de éstas, él salió de la piscina de espaldas a mí... lo que estaba temiendo ver estaba ante mis ojos. Sólo tenia un bikini de color azul oscuro, que contrastaba con su piel blanca. Ver las gotas de agua, como ríos, deslizándose por su amplia espalda hacia su estrecha cintura, era un espectáculo magnifico... como un fenómeno natural. No podía dejar de mirarlo.

Por fin empezó a voltearse y al verme se asustó un poco. Yo no dije nada, estaba demasiado ocupado viendo semejante criatura. Mechones de cabello mojado le caían en el rostro, resaltando sus hermosos ojos azules. Y que hablar de su cuerpo.

El no reaccionaba aun, su mirada de susto se había transformado en sorpresa, de verdad no me esperaba allí, eso me tranquilizo (no era una trampa). Por primera vez lo veía sorprendido, demostrando un poco de vulnerabilidad que no creía posible en él.

  • "¿A caso viste a un fantasma?". Le dije y el eco de mi voz se esparció en el recinto, cortando el ambiente denso que ocasionaba el silencio.

  • "No... no. La verdad no me esperaba verte tan pronto". Me decía mientras alisaba sus cabellos hacia atrás, lo que dejaba una vista clara de su rostro masculino, aun con expresión de sorpresa.

  • "¿Te decepciona que haya venido a buscarte tan pronto? ¿O es que ya no esperabas verme?". Yo seguía preguntando, sentía que eso me daba el control de la situación... y la verdad, empezaba a disfrutarlo y él todavía no reaccionaba del todo.

  • "¿Por qué habría de decepcionarme? Lo cierto es que pensé que después de lo ocurrido te tomaría un tiempo asimilarlo y tranquilizarte". Lo sentía algo nervioso, la situación lo tenía algo incomodo; yo no esperaba que él fuera el contrariado, si no todo lo contrario.

  • "Creo que mi tiempo de asimilar lo sucedido ya pasó. Tres días de reprocharme y tortúrame a mi mismo es suficiente, ¿no te parece?". No podía dejar de atacarlo y estaba totalmente sorprendido por mi nueva actitud. Nunca antes había sido tan directo y seguro al hablar con otra persona. Ariel había sido la primera victima de mi nueva actitud, pero ahora Marcos la estaba experimentando en toda su plenitud. De verdad, en #######, una chispa llena de vida se prendió en mí y cada vez se hacia más grade".

  • "Siii... creo... creo que si ya estas aquí es porque debes haber pensado mucho en las cosas que ocurrieron. Yo sé que no debe ser fácil, para mí, las primeras ocasiones tampoco lo fueron". Marcos caminaba hacia mí, tratando de recuperarse de la sorpresa que pareció ser mí presencia allí.

  • "La verdad no vine a hablar de lo difícil o lo fácil que es esta situación. Sólo vine hacerte algunas preguntas sobre el tema y luego... y luego me voy". Yo trataba de ser lo más cortante y agresivo posible, porque a medidas que Marcos se acercaba a mí, los sentimientos extraños que él me producía, me iban desconcentrando, yo traba de mantener una distancia mental prudente, pero era imposible, su caminar y su mirada penetrante me anunciaba que ya había recuperado su seguridad habitual.

  • "¿Exactamente de que quieres hablar, de porque planeamos todo aquello o de tu comportamiento esa noche?". Marcos se detuvo un metro delante de mí... se lo agradecí mentalmente a Dios, porque no sabía de que hubiera sido capaz si su cuerpo se acercaba un poco más al mío.

  • "Yo quiero hacerte algunas preguntas, no hablar de mí, creo que...". Hice una pausa no estaba seguro de continuar, Marcos había impuesto su actitud dominante y confiada, y a pasar de sentirme más seguro de mi mismo, me era muy difícil hacerme el duro con él, cuando era obvio que Marcos me atraía... ¡Dios mío, Marcos me atraía! Había ido hasta allí para averiguar muchas cosas, entre ellas, que eran en realidad las sensaciones que ese chico causaba en mí y acaba de descubrir... más que descubrir, acababa de admitirme a mi mismo que Marcos me atraía, sin saber desde cuando, tal vez desde ####### o desde antes, no lo sabía... pero era un hecho... Marcos me atraía, me atraía muchísimo.

  • "¿Crees qué? Ya estas aquí y no hay vuelta atrás. Me parece que querías hablar claro y sin rodeos. Lo que debemos discutir es una situación muy seria y no creo que sea hora de que empieces a dudar". Marcos me hablaba muy serio, siempre me había hablado así cuando yo me mostraba tímido o dudoso. Desde que le conté sobre mis experiencias en mi antiguo colegio, pude darme cuenta de que él trataba de hacerme más fuerte, más seguro de mi persona. El sabía lo inseguro y temeroso que era, y tal vez por eso se sorprendió de verme a tan sólo 3 días de lo sucedido.

  • "Lo que quería decir es que creo tener derecho a saber el porqué de muchas cosas que ocurrieron esa noche". Traté de decir esto con la mayor confianza posible, pero como podía si estaba frente a un hombre que aceptaba me gustaba.

  • "Así está mejor, ahora sentémonos, creo que lo que te voy a contar es muy largo y tomara su tiempo". Marcos y yo nos sentamos en las gradas de la piscina y me empezó a contar todo lo que yo esperaba saber.

Empezó por aclararme que los chicos y él no eran gay, o por lo menos que él no lo era. Me dijo que la verga no les gustaba, que nunca habían mamado una (eso me avergonzó... yo si lo había echo) y que jamás los habían penetrado. También me aclaró que jamás habían cogido entre ellos.

Jonathan fue el sexto chico con el que filmaron un video, pero era el primero que obligaban a "colaborar" (los otros 5 chicos habían participado gustosamente o les pagaban).Jonathan había sido un encargo especial de un amigo del Sr. Gianecchi (un italiano quien le patrocinaba todas las comodidades de la cabaña y quien les encargaba los videos "caseros" a los chicos). Al parecer el amigo de Gianecchi era un personaje de la alta sociedad que conocía a Jonathan, ya que éste era hijo de uno de sus socios; obviamente estaba obsesionado con el chico, por lo que le entregó a su amigo toda la información posible sobre Jonathan y le encargó que le hiciera un video donde el chico fuera, específicamente, sometido y violado.

Marcos me confesó que en un tiempo él ofrecía servicios sexuales a mujeres y hombres, pero sólo actuaba como activo (un termino que conocí esa noche) y que nunca llegó a chupar ninguna verga. Me dijo que uno u otro había tratado de violentarlo, pero él tuvo la fuerza suficiente para imponerse ante esas situaciones. En esa vida fue que conoció al Sr. Gianecchi, quien fue uno de sus clientes más asiduos hasta que le propuso a Marcos el asunto de los videos. Al principio Marcos se negó, pero Gianecchi le planteó probar con un video donde él (Marcos) apareciera autosatisfaciéndose y que le conseguirá compradores al video. Gianecchi consiguió muchas ofertas por aquella obra pornográfica y al final lo vendió por 3 mil dólares. Marcos no pudo negarse... si una paja podía lograr esa cantidad de dinero, ¿cuánto podría producir un video con escenas un poco más fuertes?

Marcos les reveló la vida oculta que llevaba a los chicos (Ariel, Julián y Javier) y les propuso que le ayudaran con los videos, sabiendo que éstos necesitaban del dinero también. Los chicos se mostraron muy sorprendidos y contrariados durante mucho tiempo, pero al final aceptaron la propuesta. La verdad es que ellos pertenecían a familias de escasos recursos, sobre todo Marcos que sólo tenía a su madre y a una hermana menor y tenía que mantenerlas.

Los chicos le inventaban cualquier trabajo a sus padres para justificar el dinero y debían gastárselo poco a poco para no levantar sospecha. El Sr. Gianecchi les encargaba videos cada 3 o 6 meses; cada uno ganaba mas que suficiente para subsistir junto a sus familias, los videos se vendían a precios muy altos y lo más seguro que los clientes del Sr. Gianecchi eran personas de muchos recursos.

Yo estaba muy sorprendido, la verdad, esperaba que todo lo ocurrido la ####### fuera a causa de una insana morbosidad de muchachos y no producto de un negocio clandestino. No sabía que pensar, la verdad me decepcionaba un poco de los chicos y sobre todo de Marcos por llevar una vida de "prostitutos" y exhibicionistas, pero a la vez me preguntaba si yo no haría lo mismo si la situación económica de mi familia fuera tan precaria que no me quedara otra opción.

  • "¡Vaya!, la verdad es que no me esperaba todo esto, esperaba que sus motivos fueran más sencillos". Le decía esto a Marcos mientras miraba el resplandor azul cielo de la pileta.

  • "Lo sé, me imagino que esperabas que todo esto se resumiera a un grupo de chicos degenerados que no tienen más nada que hacer que acosar a chicos para después violarlos". Me dijo con cierta ironía.

  • "La verdad... me gustaría que así fuera... seria más fácil..."

  • "¿Más fácil de asimilar para ti?¿No te parece un pensamiento un poco egoísta? Marcos me miraba con cierta incredulidad mientras pronunciaba esas palabras.

  • "Me refiero a que me duele que sus vidas sean tan difíciles para obligarlos a hacer lo que hacen... no me gusta pensar que su subsistencia depende de un grupo de depravados que no acepta su sexualidad y que apagan los deseos que prefieren esconder de la sociedad a costa de la necesidad de otros". Una tristeza muy grande empezaba a invadir mi cuerpo, hace meses conocía a estos chicos y jamás me di cuenta de los problemas que los aquejaban.

  • "Cálmate, no lo tomes tan a pecho, debo decirte que lo hemos empezado a disfrutar... No me malinterpretes pero coger un culo de hombre bien apretadito es mejor que una vagina. Esta situación tiene sus pro y sus contra". Marcos había notado la tristeza en mí y trataba de reanimarme, así que intenté cambiar el tema y mi semblante, me imaginé que tener a alguien que se compadeciera de él no era algo que necesitara.

  • "Bueno, ¿ya vendieron el último video?". Dije esto con la mayor picardía que pude, tratando de que el ambiente se relajara un poco.

  • "Gianecchi ya tiene el video y cuando su amigo le de el dinero, nos avisara e iremos a recogerlo. Debes alegrarte, el tipo va a pagar mucho por ese favor, así que te tocara una buena suma".

  • "No te preocupes, yo no quiero ese dinero, ustedes lo necesitaran más que yo y no me sentiría bien aceptándolo. Y debo decirte que no quiero participar más en algo así, no creas que te estoy reprochando ni nada de eso, pero no me siento muy bien al respecto, y si no supiera de sus necesidades, les recriminaría por lo que hacen". Traté de ser claro y firme, pero sin ser agresivo, quería dejar bien clara mi posición, pero no quería ofenderlo de ninguna forma.

  • "Esta bien, no te voy a obligar a nada. Es tú decisión y no intentaré nada para cambiarla". Marcos pareció comprender que no quería discutir más sobre el tema y que era mejor dejarlo hasta allí.

Instintivamente vi mi reloj, eran las 11:37 de la noche, ya debía irme, seguramente mis padres estaban en casa y no quería ningún reproche de su parte.

  • "Bueno, creo que ya hablamos suficiente y debo irme, nos vemos mañana en el colegio". Me levanté dirigiéndome hacia la salida, cuando una pregunta de Marcos me detuvo.

  • "¿Estas seguro de que no hay nada más que te inquiete?". Era como si leyera mi mente, como si me conociera desde toda la vida. Claro que tenía muchas inquietudes debido a lo ocurrido hacia 3 noches, pero no sabía como expresarlo... me daba mucha pena decírselo a otra persona.. y sobre todo al él.

  • "No... no hay nada más que me moleste, todo lo que quería discutir ya lo hablamos". Aceleré mi paso, quería salir de allí lo más rápido posible, antes de que él insistiera.

  • "Me parece que si te sientes confundido con respecto a tus "gustos" deberías hablarlo conmigo, yo pasé por lo mismo cuando cogí por primera vez con un hombre". De verdad estaba leyendo mi mente, estuve tentado a aceptar su proposición pero no podía... era algo demasiado vergonzoso para mí.

  • "¿No sé de que hablas? Yo no estoy confundido sobre nada, esa noche sólo fue el momento de calentura que me controlaba, nada más". Salí casi corriendo de allí sin permitirle que volviera a hablar. Me fui, no podía seguir allí solo con él, hablando de mi sexualidad... era una locura.

Ya cerca de mi casa, aún me sentía tenso por lo ocurrido con Marcos en la piscina. Mañana tendría que enfrentarlo en el colegio y no sé como podría evadir aquella conversación. Cuando entre a casa, vi a mi madre llorando, sentada en un sillón. La voz de mi padre sonó como un trueno. – "¿Donde demonios estabas, maldito escuincle?". Venía de su habitación y con una velocidad que no me dejó reaccionar, me golpeó en la cara con el puño cerrado. Caí al suelo algo aturdido y con los ojos muy abiertos, no entendía que rayos estaba pasando.

Mi padre me levantó del suelo tomándome del suéter y me estrelló contra una pared. – "Maldita sea, ¿dónde demonios estabas? ¿No se suponía que estabas enfermo?". Sus gritos eran como de una bestia salvaje y casi me ensordecían.

  • "Me sentí mejor y salí a dar una vuelta, ¿por qué tanto escándalo por eso?" Le respondí muy asustado.

  • "¿Por qué?, ¿por queeé?, porque nos robaron, maldito inútil, mientras tu ibas a dar una vuelta. Se llevaron el televisor, la radio y hasta el teléfono". ¡Que mala suerte!, era lo último que me faltaba para que mi día fuera perfecto. No supe que responderle, estaba sorprendido, jamás hubiera esperado que algo así pasara, sólo pude decirle que había dejado bien cerrada la puerta.

  • "¿Y qué?, por si se te olvido, no vivimos en un hotel de 5 estrellas, ni en un vecindario de millonarios... estamos rodeados de puros ladrones, mendigos drogadictos... chusma amigo... ¡la más pura chusma!". El tono irónico en su voz era casi hiriente, nunca lo había visto tan enojado. Mi madre ya se había ido a su cuarto donde(me imagino) seguía llorando; pero mi padre todavía tenía mucho que decirme, cosas que aún me duelen y que hicieron imposible que volviéramos reconciliarnos... si es que acaso tuviéramos algo que reconciliar. Por eso no se los relataré, no vale la pena. Lo que si les diré es que me echó de la casa, yo ni me inmute en recoger mis cosas... al fin y al cabo, eran de él. Salí corriendo de allí, estaba muy enojado y triste, me preguntaba (y todavía me pregunto) cuanto tiempo había esperado para decirme todas esas cosas, cuanto había esperado para que se diera la oportunidad de poder insultarme y humillarme como lo hizo... ¿cuánto?

Concientemente no sabía a donde iba, di vueltas por todo el barrio hasta que mis piernas, inconscientemente, me llevaron a Marcos. Traté de abrir la puerta pero estaba cerrada, así que empecé a golpearla como loco hasta que Marcos apareció. Tenía puesto un suéter verde sin mangas y un pantalón corto.

  • "¿Qué te pasa?. Me preguntó, mientras abría la puerta y me dejaba pasar.

  • "Mi padre me echó de la casa". No dije nada más hasta que llegué a las gradas, donde habíamos estado hablando.

-"¿Y se puede saber por que?". Marcos se veía preocupado... por lo menos alguien se preocupaba por mí, pensé.

  • "Porque robaron la casa mientras ellos trabajaban y yo estaba aquí contigo". Ya no resistí más, empecé a llorar como una niñito asustado. No sabía que sería de mi vida desde ese momento en adelante. Marcos se levantó y me dejó solo por unos minutos, luego apareció con un pañuelo húmedo. Tomó mi barbilla y alzó mi cara; mirándome fijamente a los ojos, empezó a limpiar el rastro de sangre que salía de mi boca hacia mi mentón (había estado tan conmocionado que ni siquiera me di cuenta que estaba sangrando, producto de los golpes de mi padre).

Hay estaban esos ojos azules, mirándome fijamente. Desde hacia meses eran lo único seguro en mi vida, y estaban allí, consolándome, tan cerca de mí... no pude contener lo que venía sintiendo desde aquella noche en que violamos a Jonathan... Tomé su cara con mis manos y lo besé como si fuera la única y última vez que lo haría. Él trató de resistirse levemente pero luego correspondió el beso y casi al instante se separó de mí.

  • "¿Qué te pasa?. Piensa bien lo que haces, no está bien, acabas de pelear con tu padre y no estas pensando claro". Marcos se paró y se alejó rumbo a una oficina que se encontraba en el fondo del edificio. "PIENSA BIEN LO QUE HACES" me dijo, yo sabía muy bien lo que hacía y lo que quería... fui tras él.

Lo alcancé dentro de la oficina, lo volteé hacia mí, lo tomé de la cintura y lo llevé hacia la pequeña cama que había dentro de la oficina. Su cara demostraba sorpresa, eso me gustaba... yo tenía el control. Lo empujé y cayó de espaldas sobre el colchón. Me abalancé sobre él y empecé a besarlo con pasión. Él trataba de resistirse, nuestras manos forcejeaban unidas sobre su cabeza, pero mi calentura podía más que sus esfuerzos. Me incorporé un poco y le quité el suéter, dejando expuesto su magnifico cuerpo lampiño, a excepción de una sugestiva línea de bellos finos y oscuros que partían de su ombligo y que se perdían dentro del pantaloncillo que usaba. Volví a mi trabajo, besaba su boca, su cuello y las orejas, esta vez su resistencia era menor, así que bajé una de mis manos a su short, traspasando su elástico en segundos y como no tenía ropa interior mi mano se apoderó sin reparos de su miembro, que empecé a masajear de inmediato.

  • "Detén... teeee… aahhhh… no deeebemos haaaahhhh.... haceeeer esto". Él me pedía que me detuviera de una manera poco convincente. Mis acciones ya no encontraban resistencia, su cuerpo que ya no le respondía... ahora sólo reaccionaba a mis caricias. Me incorporé, saqué mi mano de su pantalón (húmeda por el presemen), tomé su pantalón y se lo rompí de un tirón, dejando libre 21 cm de puro hombre, rodeado de una alfombra negra y coronado con dos semivelludos duraznos... que espectáculo tenía ante mis ojos.

Me tumbé de nuevo sobre su cuerpo, comencé a besar su cuello, deseoso de llegar al monumento de carne que acababa de ver. Lamía y mordía suavemente la piel de su fuerte cuello; fui bajando con la punta de la lengua por todo el centro de su pecho, luego me posesioné de su pezón izquierdo con mi boca. Su cuerpo se estremeció mientras ahogaba un grito de placer. Eso me calentó mucho, lo tenía totalmente excitado, desnudo, con los ojos cerrados, agitado y gimiendo quedamente. Yo mamaba su tetilla y cuando me aburrí de ésta, continué con la otra. Marcos estaba como loco y eso me animaba a continuar; me gustaba tenerlo así, era como la revancha de aquella vez que me calentó para que me cogiera a Jonathan, ahora yo lo calentaba a él...

Coloqué la punta de mi lengua en el inició de su escultural abdomen y empecé a bajar lentamente. Sus gemidos aumentaban a medida que me deslizaba por su cuerpo, jamás pensé tenerlo algún día así... pero hay lo tenía y lo estaba disfrutando demasiado. Me entretuve un tiempo jugando con su ombligo y observando como los músculos de su abdomen se contraían involuntariamente por mis carias; pero ya no podía esperar más, su pedazo de carne me embarraba sus líquidos, llamándome para que me acordara de él. Me quedé observándolo un rato... ver esa herramienta expulsando abundante presemen me parecía muy curioso. Entonces miré a Marcos, tenía los ojos cerrados, pero se podía leer en su cara la expectativa y desesperación por sentir su pene en mi boca.

Por fin retomé acciones y lamí la boquita que escupía esa salada pero agradable sustancia. Marcos tensó todo su cuerpo y dio un gran suspiro como si la vida se escapara de su cuerpo. Probar ese fluido me volvió loco, y sin ningún miramiento empecé a lamer su verga como si se tratara de una paleta de helado, Marcos empezó a gemir de verdad y su cuerpo temblaba con cada toque de mi lengua en su falo. Luego sus bolas llamaron mi atención, comencé a besarlas suavemente y luego a lamerlas, sobre todo en la parte media, en esa piel sensible... Estaba siendo "despiadado" porque tenerlo así, todo sudado y agitado era algo que había estado deseando desde la #######.

Los estremecimientos y gemidos de Marcos me anunciaban que estaba cerca del orgasmo... yo no quería eso, no antes de haber probado bien su falo. Yo estaba totalmente convertido en un puto mamón, pero no me importaba, la situación era estimulante y lo último que quería esa noche era reprimir mis sentimientos... no tenía fuerzas para hacerlo. Tomé a Marcos de su estrecha cintura y lo fui deslizando a orillas de la cama, mientras yo me arrodillaba en el suelo para poder trabajar mejor ese manjar. Poco a poco, fui metiendo los 21 cm de Marcos en mi boca, sin dejar de mover mi lengua, Marcos ya no gemía... gritaba; eso me indicaba que lo estaba haciendo muy bien... Cuando mis labios rozaron sus bellos púbicos, empecé a mover mi cabeza de arriba abajo, sin parar. Marcos no sabía que hacer con sus manos, a veces las ponía sobre mi cabello, luego las retiraba y yo las escuchaba caer sobre el colchón para sujetarse de la funda, halándola.

  • "Aaaaahhhh... aaahhhh... ¡pooooor Dios!... aaaahhhhgg... aaaahhhh" Los gemidos y la agitación de Marcos aumentaban, sabía que estaba a punto de correrse, pero no me detuve... lo estaba gozando demasiado.

  • Aaaaaahhhh... yaaaaaa... Thoooo... Thomaaaas... ¡Me coooorrooo!.. ahhhh... detentee... Marcos se incorporó, apoyándose en uno de sus codos, mientras me tomaba de la cabeza con la otra mano, tratando de separarme de su pene, para evitar que siguiera estimulándolo. Pero yo tenía otros planes, así que me aferré a él, pasando mis brazos por debajo de sus muslos, y luego enganchádselos con mis manos por encima, abriéndole más las piernas. Me pegué a él como una sanguijuela dispuesta a sacarle toda la "sangre" que fuera posible... él no tuvo más opción que dejarse llevar. Arrecié mi ataque y cuando reconocí los espasmos y convulsiones del orgasmo, saqué casi todo su miembro, dejando sólo su glande dentro de mi boca y lo empecé lamer como loco.

  • AAHH... AAAAHHHHHGG... Thoooomaaaaaasssss... AAAAAAAHHHHHGGGG. El orgasmos de Marcos llegó como un huracán. Su cuerpo sufría espasmos con cada disparo que daba y yo lo sujetaba fuerte de los muslos, luchando para que su glande no saliera del interior de mi boca. Por primera vez probaba su leche... y me supo a gloria. Desde que chupé la verga de Jonathan, imaginando que era la de Marcos, me preguntaba como sabría su leche, y ahora la estaba saboreando, era deliciosa; no dejé que ninguna gota, de la ofrenda que me concedió Marcos en 7 disparos, se perdieran en la sabana o en el suelo, toda la expresión de su orgasmo fue saboreada, degustada, apreciada y tragada por mí.

Cuando estuve seguro de que había expulsado todo el semen que ese orgasmo pudiera darme, saqué su falo de mi boca, para confirmar lo que la verga de Marcos me había contado en 7 "SUSURROS"... que él lo había disfrutado como un loco...