Mis Amigas Maduras

Mi primera experiencia sexual con mi amiga Susana y su ardiente hermana solterona.

Esta fue mi experiencia sexual que me ocurrió ya hace más de 10 años, cuando tenía 14 años. En ese entonces mis padres eran amigos de un matrimonio joven de vecinos, con quienes hacían numerosos asados y algunas fiestas u otros encuentros de vez en cuando. La cosa es que en ese matrimonio no se llevaban muy bien, pues se peleaban bastante, ya que Jaime tenía una muy frecuente amistad con el alcohol, y Ella, de nombre Susana, tenía el carácter bastante fuerte, por lo que las peleas y los desencuentros entre ellos, eran bastante habituales. Susana era una mujer bastante interesante sin ser muy atractiva físicamente, rondando los 32 años de edad, de mediana estatura, delgada, pero con un rostro muy exótico.

Yo en ese tiempo, era un asiduo visitante de la casa, pues en ese tiempo me encantaba el Rock clásico de los ’70 y ellos tenían una gran colección de discos, que me prestaban, así también de libros y videos del mismo tema. Así es que yo me la pasaba en esa casa, interesado en la música, y haciéndole de mucha compañía a Susana con quienes compartíamos los mismos gustos musicales, y de algún modo mitigaba su soledad, puesto que aunque Jaime tenía un buen trabajo en el taller mecánico que estaba en su casa, solía gastarse su dinero en la bebida junto a sus amigotes, a veces durante semanas completas.

La cosa es que con Susana nos hicimos bien amigos, compartíamos intereses comunes, escuchábamos música juntos, y por mi parte, no me despertó aún algún deseo hasta que llegó el verano y las vacaciones, cuando empezó a visitarla más asiduamente a su casa su hermana mayor Mónica, profesora de castellano de poco más 40 años de edad, una mujer despampanante, soltera sin hijos, de 1.75 m de estatura, con unos firmes y grandes, y unas piernas hermosísimas, y aunque en su rostro ya se notaba su edad, tenía de verdad un cuerpo en realidad apetecible. Y desde que la conocí, todas las noches, mis poluciones nocturnas fueron en honor a ella.

Aunque yo tenía soltura para hablar y desenvolverme con el sexo opuesto, en el ámbito sexual no poseía experiencia alguna y timidez era muy fuerte como poder insinuar algo con temor de quedar en ridículo, y quedar mal con mis padres y amigos. Pero de todos modos busqué con ansias estar lo más posible en la casa de Susana, cada vez que la visitaba Mónica. Sin embargo, la cosa empezó a ser correspondida, cuando ellas empezaban a piropearme de mis atributos físicos, diciendo que siempre estaba regio para ellas, lástima que eran mayores que mí, y que tal vez por lo viejas que eran no podían ser mis novias, inclusive varias veces me hacían sonrojarme cuando me decían piropos delante de mis padres. La cosa, es que mi interés por Mónica se acrecentaba mucho más cada día, ella también tenía el carácter de su hermana, pero se notaba ser más zorra que su hermana, y su experiencia sexual y su coquetería eran más insinuantes, en cambio Susana era mucho más reservada, pero era claro que no tenía satisfacción sexual en su matrimonio.

En una de las tantas visitas de Mónica en el verano caluroso de Santiago, Mónica llegó más despampante que nunca, con un peto semitransparente donde se traslucían sus hermosos pechos, y una minifalda que lucía todo su inmenso trasero y sus piernas bronceadas. La cosa, es que no dejaba de mirarla, pero eso no fue todo, mi pene de 17 cm y grueso empezó estaba tieso y mi short apretado no lo podía disimular, y todo empezó cuando ella lo notó:

— Rodrigo, qué te pasa conmigo, que me miras tanto, acaso no me digas que te estoy gustando.

Yo todo sonrojado, sólo atiné a tartamudear: — No Mónica, no pasa nada, solo estaba ensimismado concentrado en la música.

— Haber, haber, haber…, tú me has estado constantemente mirando algo de mí, no me mientas…, ya te pillé que me estás mirando las tetas, ¿no es verdad?, — me inquirió ella acercándose hacia mí, mientras yo trataba de hacerme el desentendido.

— Si Mónica, es que hoy te he visto muy hermosa, por eso trataba de mirarte, solo eso, discúlpame mi torpeza, sé que es algo que no debería hacer.

— Huyyy, y ¿qué tienes ahí tan grande? — notó mi pene completamente erecto, levantando una notoria carpa en el pantalón.

— No, no es nada, — dije Yo.

— ¿Como que no es nada?, tu pene está completamente levantado, - luego, se me acerca, dejándome al borde del colapso, se sentó al lado mío en el sofá — Eres un niño muy tierno, pero veo que no le has visto el "ojo a la papa", mira lo que lo que te va a enseñar tu tía Mónica.

La cosa, es que dio un tremendo beso con lengua, que duró como 2 minutos, que me parecieron eternos, como si el tiempo se hubiera detenido. La mujer de mis sueños, me dio un tremendo beso, y esa era la confirmación de que ella estaba interesada en mí, y que yo podía hacer con ella también lo que quisiera.

— Es que me tu me gustas mucho, ¡Mónica, me encantas, eres muy rica! – fue lo único que pude balbucear por el éxtasis de esa situación.

— Besas muy bien, no pensé que lo podrías hacer tan bien

Luego en el sofá, comencé a tocarla, y a darle repetidos besos con lengua. Después ella, estaba completamente excitada y deslizó su mano dentro de mi short, sobándome suavemente mi pene y mis inflados testículos. Estaba completamente a cien, cuando en un instante se me pasó por la cabeza el pudor de que alguien nos podría mirar. Fue en eso, cuando le dije:

— ¡Mónica, me gustas mucho!, ¿pero dónde está Susana, no está por aquí?,

— No te preocupes ella no está, parece que fue a comprar a unas cuadras de aquí, así que sigamos no más.

La cosa es que entusiasmé completamente, y así como ella era dueña de mi pene y mis testículos, que me daban un placer inconmensurable, me hice yo dueño de sus voluptuosas tetas que se translucían, así también la tocaba completamente, así como también sus piernas.

— Eres muy Rica, siempre quise una mujer como Tú, me encantan tus tetas.

— Aprendes muy rápido mi bebé, sígame tocando mis tetas, son para ti. ¿Te gustan?

— ¡¡Me fascinan!! – dije yo, siguiendo el mismo frenesí entre besos y abrazos, un atraque completo, entre ambos.

Estaba claro, que no podríamos seguir más allá de lo que queríamos, pues Susana todavía no llegaba de las compras de aquella tarde, mientras tanto seguíamos en lo nuestro, y justo cuando estaba a punto de llegar al orgasmo, se abrió la puerta bruscamente, entrando Susana a la casa, y en un salto brusco, Mónica y Yo nos sobresaltamos, como cuando es pillado alguien in fraganti.

— ¡¿Qué están haciendo en el sofá?! - Susana un poco enojada con su carácter de siempre…, nada dije Yo, sobresaltado, extremadamente nervioso.

— Es que le estaba ensañando algunas cosas, a Rodrigo – Muy pícara, y tranquila Mónica le contestó – Es que este joven necesita mucho cariño y necesita tener algunas experiencias.

— Susana un poco contrariada le dijo – pero si esta es mi casa, yo debo saber lo que se hace en mi casa, y tú muy patuda haciendo que quizás que cosa con el pobre Rodrigo.

— Pero si Rodrigo es tu amigo, y míralo…, aprende muy rápido, pero tu también deberías enseñarle también, acaso mira que no lo encuentras atractivo al igual que yo.

— Ahh, si…, si este es mi amigo que siempre me acompaña, qué te parece si hacemos algo con Él ahora, más ahora, que Jaime está haciendo un trabajo fuera de la ciudad y llegará muy tarde. Podríamos pasarlo muy bien juntos, con este apuesto jovencito.

Yo ahora más tímido, y tratando de explicarme la curiosa situación, empecé a recordar los piropos de antes que me tiraban estas dos mujeres, en esto fue que sólo me atreví a decir, lo hermosa que eran ambas mujeres. La cosa se pone más interesante, cuando delante de Susana, Mónica me da otro beso, y Susana reclama:

— Pero Rodrigo me conoció antes y también tengo derecho a estar con Él.

— Mira como besa, es muy tierno… — exclamaba Mónica.

La cosa, es que Susana se acerca al sofá, y me empieza a acariciar el pelo y con sus ojos cálidos, de mujer casada pero sola, me empieza a besar con pasión, mientras Mónica, le cede el lugar, y observando la situación sigue diciendo

— Si es muy apuesto este bebé, mira como sabe besar.

Y justo cuando mi beso con Susana me pone de nuevo a cien con la interrupción. Ya mi intensidad se pone a todo full, cuando en esa tarde de verano, Mónica me empieza a sacar el short lentamente, sobando con sus manos mi pene, y con su boca empieza a hacerme unas mamadas monumentales. Fue tal mi excitación, que el orgasmo llegó de inmediato, soltando mucha leche dentro de su boca.

— Que rápido se fue este bebé, y tanta leche que tiene, ¡¡¡Ummm, qué grande y rico tiene el Pene este Bebé.!!!

— Pero si es muy joven Rodrigo, tiene mucho para dar — exclama Susana.

— Ustedes son las hermanas más ricas del mundo – dije Yo, cuando me trenzaba en abrazos y toqueteos de todo tipo con Susana y Mónica seguía lamiéndome el pene que seguía soltando leche tras la primera acabada. Fue en eso cuando Susana, propone cambiar el sitio del suceso, a su dormitorio, vamos todos para allá y es allí cuando estas grandiosas hermanas comienzan a sacarse toda la ropa, quedando completamente desnudas. Mónica era tal como me la imaginaba, con ese cuerpo firme y lleno de magníficas curvas, en tanto que Susana, con su cuerpo armónico bien formado, que no dejaba de ser interesante.

Nos recostamos en la cama de 2 plazas, y luego del preludio, comienzan los actos sexuales que esperaba. Yo siempre interesado, en las tetas de Mónica, se las empecé a chupar como un hambriento enloquecido, en tanto Susana, me chupaba el pene con un ritmo cadencioso e interminable de sensualidad.

Mónica la más experimentada de todas, abre sus piernas y me exige que se lo ponga en su vagina, a lo cual accedo, ya más tranquilo y relajado, tras los continuos masajes de ambas en mi Pene y de mis besos y chupadas a las tetas de Mónica, y que tal como ella quería, comencé a penetrarla con mi grueso pene, que encajaba justo en su gran vagina. La cantidad de fluidos que emanaban de esa vagina era verdaderamente impresionante para mí, estaba toda mojada, y el éxtasis mutuo no paraba nunca, con los continuos gemidos de Mónica, que no paraba de gozar de mis embestidas, a la vez que Susana me entregaba una extraña ternura con sus besos. A eso llega mi segundo orgasmo que fue muy largo y fortísimo, descargando mi semen en toda la vagina de Mónica, y luego al sacarla descubría que su suave piel y la mía se impregnaban de nuestros líquidos sexuales, lo cual acrecentaban más aún la excitación. Sin embargo, fue tan grande este orgasmo, que me dejó como sin fuerzas, y fue allí como estas dos féminas me entregaron tiernamente sus abrazos y sus besos, fue allí que mientras me reponía de este orgasmo, Mónica con su iniciativa de siempre, cambia de posición y pone su entrepierna sobre mi boca, a la vez que Susana, va en busca de unas bebidas heladas, para aplacar el calor del dormitorio.

Luego Susana, se sienta sobre mí y comienza a cabalgar sobre con su pene con sus piernas abiertas. La cosa es que la vagina de Susana era un poco más estrecha, lo cual me provocaba más placer aún, unido a los fortísimo gritos de Susana, que gemía de una forma descomunal, que opacaban completamente a los gemidos cadenciosos de Mónica, que me iba instruyendo además de la forma en que tenía que lamerle su clítoris, pues tenía que estar soportando además sus fluidos vaginales que no dejaban de cesar. Esta situación fue imparable, un frenesí que no puedo describir bien me dejó exhausto, al llegar a otro orgasmo, con los gritos entremezclados de nosotros tres al unísono, que mis lengua y mi pene entregaban a estas grandiosas amigas maduras.

Teníamos toda la tarde para nosotros, tomamos té con tostadas en la tarde con nuestros cuerpos desnudos, y Mónica que era una verdadera profesora de sexo, nos enseñaba nuevas forma de placer en esta violación descomunal que me estaban haciendo.

Aquella que me quedó más grabada, fue cuando Mónica con sus tetas descomunales para mí, me enseñó la "Paja Rusa", descargando yo nuevamente semen en sus tetas. Estábamos los tres enfermos de sexo, y lo único que quería es que esta situación no terminara nunca, luego calculé que estuvimos más de 6 horas en el dormitorio, hasta al caer la noche, pues después ya esa hora, el marido de Susana podía llegar.

Desde esa ocasión, la tremenda impresión dejada por estas dos damas, zanjaron mi preferencia actual con las mujeres maduras. Con Susana y Mónica nos convertimos en amantes ocasionales, hasta un año después, pues Susana se fue de la casa al divorciarse de su marido. Sin embargo, mi preferencia siempre estaba en aquella profesora de castellano y de sexo, con la cual quedé anonadado, pero luego sufrí una gran decepción al descubrir la cantidad de amantes que tenía esta mujer madura que nunca se casaba. No obstante, tengo otras experiencias que contarles con Mónica, con quien nos seguimos encontrando hasta cuando tenía 18 años, cuando se fue a vivir a España.

Espero que les haya gustado esta historia, que es en buena parte absolutamente real, con algunas agregaciones y omisiones propias para hacer más interesante este relato. Espero seguir pudiendo escribir más de mis experiencias, debido a que la mayoría de mis Ex amantes y Ex novias tienen por lo menos más de 10 años de edad que mí.

Espero sus cartas y comentarios, más aún si es de alguna dama madura mayor de 35 años que viva en Santiago de Chile a: escipion44@hotmail.com