Mis 2 hermanas: II Mónica

El encuentro con monica

Mis 2 hermanas: II Mónica…

Al día siguiente después de cenar me senté en la puerta de la casa mirando hacia el mar tenía una vista ideal de donde jugaban las chicas al Vóley.

Al cabo de un rato pasó Alicia hacia el campo de vóley, ajustándose las bragas del bikini.  Prestando atención a este detalle pude darme cuenta de que tenía un culo bonito.

Después paso Mireya y algo raro Mónica no había venido y al ver que otra chica entraba en el equipo de las chicas me acerque a preguntarles.

-          ¡Alicia! ¿Y Mónica?

Se encogió de hombros indicándome no tenía ni idea. Me parecía raro que Mónica se perdiera Un partido, pero aun volví a si silla y continúe con lo que estaba haciendo.

Ya de madrugada mientras estaba en la cama medio dormido comencé a oír voces de discutiendo. Como no me dejaban dormir me asomé por la ventana y vi como Mónica discutía con su novio. Al final el chico se subió en el coche y se fue haciendo ruedas.

Mónica entro en la casa y se fue directamente al salón llorando yo al verla fui detrás de ella para ver si la podía ayudar en algo. Cando entre, Estaba llorando sentada en el suelo sobre la alfombra peluda de mis padres.

-          Mónica ¿Qué te pasa?

Mónica me miró fijamente y entre pucheros me dijo:

-          ¡Los tíos sois unos cerdos!

Me senté junto a ella y me estuvo contando que su novio se había follado a una amiga y la había dejado embarazada y ahora le tocaba cumplir como padre y casarse con ella, y por lo tanto rompió con ella.

Después de un rato de charla se calmó bastante y ya fuimos cambiando el tema de conversación. Ahora fuimos tocando otros palos y al final le pregunte:

-          Y lo peor es que te has perdido el partido de vóley. – dije yo bromeando.

-          Tonto. – Me dijo riéndose y empujándome sin fuerza.

Mónica me miraba riéndose mientras hablábamos y parecía está a gusto ahora después de aquella pelea con su novio.

Finalmente, Mónica se levantó y me dio la mano ayudándome a levantarme, para luego darme un abrazo. Al apretar fuertemente mi cuerpo contra el mío y pude sentir como sus pechos me oprimían, provocándome una erección.

Mónica se apartó de mí un poco y me dijo:

-          ¿Se te ha puesto dura? – me pregunto sorprendida.

-          Lo siento, no lo he podido evitar.

-          No pasa nada, es solo que me sorprende, ¿no sabía qué…?

-          ¿Qué es lo que no sabías?... Que estabas buena.

-          No que te pudiera provocar una erección.

-          ¡Pues mira!  – le dije mientras me marcaba el paquete con las manos.

Mónica se echó las manos a la cabeza como si no diera crédito a lo que estaba viendo, luego me miro con sus preciosos ojos esmeralda y me dijo:

-          ¡Tremendo cacharro tienes ahí!

-          No es para tanto

-          ¡Por favor!, ¡por favor! ¿Puedo verla? – pregunto Mónica entre ruborizada y ansiosa.

-          ¡No me importa, pero esto es un poco violento!

-          Venga ya te he visto desnudo otras veces.

Me desnude completamente de cintura para abajo y luego ella me ayudo con el resto de ropa, quedándome completamente desnudo delante de ella.

Mónica no paraba de mirarme el miembro como si fuese algo único.

-          Tu novio, ¿La tendrá igual o parecida?

-          ¡Ya quisiera él!

Para mi sorpresa Mónica se la metió en la boca y empezó a chuparla con dedición parecía que estuviera saboreando algo delicioso. A mí de puro placer se me doblaban las piernas y no tenía control sobre mi persona.

-          Si sigues así me voy a acabar corriendo en tu boca.

-          ¡No te preocupes! Si quieres córrete. – me dijo apartándose un poco.

-          Si no te importa preferiría algo más que una sola mamada.

Mónica se pasó la lengua por los labios y luego me dijo:

-          ¿Qué más quieres hacerle a tu hermana? ¡Pedazo de guarro!

-          Ya que me has puesto la miel en los labios pues penétrate – Mónica sonriente me dijo:

-          Así, ¿Me quieres penetrar? ¿Por dónde? – Pregunto con cara de traviesa.

-          Podías empezar por desnudarte y luego vamos viendo…

Yo me senté en el sofá y Mónica comenzó se quitó la ropa delante de mí. La había visto en bikini muchísimas veces, pero jamás pude ni siquiera imaginarme la belleza de su cuerpo desnudo.

-          Mónica eres algo fuera de lo común, una Diosa de la belleza.

-          Gracias.

Se sentó sobre mi clavándose mi verga y comenzó a cabalgarme a un ritmo frenético mientras sus tetas bailaban cerca de mi cara.

-          Mónica túmbate en el suelo. – Le dije para cambiar de postura.

Mónica se recostó sobre la moqueta del salón y yo me introduje entre sus mulos penetradora en cálido coño.  Me deslice dentro y fuera de ella hasta que:

-          Mónica me corro. Le dije agitado por la excitación.

-          Córrete sobre mi cara. – me dijo.

Ali de ella masturbándome, Mónica acerco su cara a mi polla. Recibiendo en su rostro un chorro de esperma.

-          ¡Vaya! – Dijo sorprendida – Te corres a chorros.

Mónica se fue dejándome solo en el salón y yo me tumbe en el sofá cansado hasta quedarme dormido.

FIN