Miriam me humilla ante mis amigos

Miriam me quería solo para ella y se encargó de conseguir que me quedara sin independencia y sin amigos.

Un año antes de que ocurriera lo que os expliqué en el anterior relato, teniendo yo 22 años y Míriam 31, Míriam se había ido encargando poco a poco de que mi dependencia de ella fuera total y absoluta. Desde el principio me mostré de acuerdo en esto, aún sin saber con exactitud a lo que se refería. Un ejemplo de cómo lo logró fue su empeño en dejarme sin amigas y en conseguir que mis amigos no me vieran más que como a una puta.

Cuando di mi consentimiento a la dependencia total de Míriam, no imaginé que ella sería capaz de esto. No obstante, una vez se inició el proceso estuve lejos de sentirme incómoda e incluso me llevé alguna sorpresa. En el fondo puedo decir que disfruté, como disfruto todas las perrerías que me hace Míriam, y pese a lo mucho que llego a odiarla en ocasiones.

Míriam no era la primera persona a la que me sometía por un tiempo prolongado. Ya antes había tenido amo, y aunque su crueldad conmigo no era tan extrema como la de Míriam, en más de una ocasión me había humillado ante sus amigos. Fue así precisamente como conocí a Miriam de una forma que probablemente relataré un día. La diferencia con lo que me hizo Míriam fue que ella no lo hizo ante sus amigos... sino ante los míos.

Un buen día simplemente cogió mi móvil y se puso a invitarlos a una cena sorpresa en mi honor. Los llamó a todos... muchos no se conocían entre sí... es lo típico, había gente del colegio, gente de la universidad, gente del lugar habitual de veraneo... en total unos 15. Tampoco vinieron todos, pero me sorprendí bastante cuando hacia las 21 horas se presentaron 10 de mis amigos y amigas en casa de Míriam... me sorprendí y me asusté un poco, porque solo una hora antes le había prometido obediencia total y absoluta hiciera lo que hiciera y dijera lo que dijese durante esa noche, pensando que la cena era con amigos de ella.

Todo empezó con normalidad, la gente estaba animada, hablando entre ellos y conmigo... incluso con Míriam, que destacaba porque era casi 10 años mayor que el resto en edad... La verdad es que Míriam no había escatimado en gastos para la cena y habíamos estado todo el día haciendo preparativos, cocinando y poniéndolo todo presentable. Sorprendemente Míriam me ayudó, y no dejó que lo hiciera todo yo sola, como era habitual... quizá era un síntoma de lo que vendría luego...

Ya empezaba a pensar que no ocurriría nada, puesto que acabamos los postres y la verdad es que había visto a Míriam muy integrada en el grupo. Ofrecí a todo el mundo cubatas y cervezas, y cuando las copas estaban bien llenas Miriam se puso en pie y dijo muy alto:

 Bueno, escuchadme todos... os he invitado para que veais la puta que tenéis por amiga.

Algunos rieron un poco, supongo que creyeron que "puta" era una palabra figurada. Yo me puse muy nerviosa.

 Sandra, desnúdate y besa mis pies.

En cuanto empecé a desnudarme, las risas pararon. Se transformaron en miradas incrédulas. Cuando estaba en ropa interior, una de mis amigas, Anna, se levantó:

 Sandra, pero qué estás haciendo?

Miré a Míriam.

 Sandra, dile lo puta que eres.

Miré a Anna. Una chica a la que conocí en el colegio, morena, con buen tipo aunque un pelín de sobrepeso... me costó mucho hablar. Aquellos no eran desconocidos, eran mis amigos. Y a Anna la conocía desde los 7 años.

 Anna... soy una puta, soy la puta de Míriam y voy a hacer todo lo que me diga.

La mirada de Anna fue de total sorpresa... ojos como platos. Sin más, soltó un "Guarra" y se fue dando un portazo. Dos amigas más de mi colegio, Judith y Gisela, se fueron tras ella. No he vuelto a verlas nunca mas. Me quité el sostén y me bajé las bragas, y ya totalmente desnuda me arrodillé, descalcé a Míriam, que llevaba solo unas zapatillas, y empecé a lamer sus pies. Entonces, uno de los chicos, un amigo de la universidad, se levantó.

 Tíos, no sé vosotros, pero a mí esta degeneración no me va. Hasta otra.

Se fue, y le acompañaron otras dos chicas, también de la universidad... una de ellas era la novia del chico que se fue. El problema con ellos es que iba a volver a verles la próxima vez que fuera a clase...

De los 10, ya solo quedaban 4. Dos compañeros de la universidad (Oscar y Toni), uno del colegio (Jordi) y Andrea, una chica con lo que entablé amistad en mi lugar de veraneo habitual. Continué lamiendo los pies de Míriam, quien se dirigió a los que quedaban:

 Veis? Es una puta guarra y aún quiere ser más guarra. Así que si os interesa, ya sabéis como tratarla. Si no, podéis iros con los demás.

Pero ya nadie se movió. Ya había intuido que Oscar, Toni y Jordi no lo harían, porque había tenido relaciones sexuales con ellos anteriormente y estaba segura de que no perderían la oportunidad de repetir. Pero Andrea... por qué no se había ido ya?

 Muy bien.-dijo Miriam- los que os habéis quedado la disfrutaréis. Sandra, entra en la habitación y haz lo que ellos quieran que hagas cuando entren, vale?

 Sí, Míriam.

 Déjalo bien claro, Sandra!

 Por favor, os estaré esperando en esa habitación.- dije sin levantar la mirada de los pies de Miriam- Sentíos libres de tratarme como la puta que soy.

Me fui a la habitación a esperar que entraran. El primero fue Jordi. Era un chico de mi edad, alto y bastente atractivo. Se sacó la polla y me dijo:

 Sandra, esto es un sueño para mí, me la he cascado muchas veces pensando en cuando te follaba... y ahora no voy a estarme de nada.

 Está bien. Qué quieres?

 Ponte a cuatro patas.

Y me folló como a una perra... fue curioso porque cuando salí con él a los 15 años era todo muy inocente, me follaba de un modo vulgar, yo tampoco colaboraba mucho, no tenía demasiada experiencia aún. Sin embargo ahora... era un animal desaforado, empujaba y empujaba... me estaba poniendo mala, estaba disfrutando mucho... quizá bien valió la pena perder algún amigo, pensé. Me corrí. Y luego él la sacó de mi coño y la metió en mi boca. Chupé ya rápidamente, sin rodeos, notando el sabor de mi propio flujo vaginal en mi boca... no tardó nada en correrse, y cuando lo hizo puso sus manos en mi cabeza y apretó, para meterla más adentro. Su semen caliente entró directamente en mi garganta, salado y espeso.. tan espeso que hasta se me enganchaba en la campanilla. Le limpié bien la polla.

 Podremos repetir?- preguntó.

 Solo si Miriam quiere, habla con ella.

 Lo haré. Eres muy buena, Sandra.

 Gracias, siento no haberte avisado... no lo sabía ni yo...

 Tranquila... sabes? En el fondo siempre lo sospeché.

 En serio?

 Sí.

 Dile a Anna y a Judith...

 Déjalas, igual es envidia. Ja, ja, ja.

Jordi salió de la habitación.

Entraron casi de inmediato Oscar y Andrea... juntos... Oscar era compañero de la universidad, nos veíamos a diario. Tiempo atrás me había follado, tras una fiesta monumental donde ambos habíamos acabado borrachos. En cuanto a Andrea, la conocía de un par de años atrás, en mi lugar de veraneo habitual. Era una chica de pelo castaño, algo rizado, delgadita, de piel blanca. Aunque no se podría considerar como una chica explosiva, tenía bastante atractivo y unos ojos muy bonitos.

 Un trío?- pregunté- ... Andrea...

 No es un trío, Sandra.- dijo Andrea- Solo voy a mirar lo que haces... a ver si así acabo de creérmelo! Solo Oscar ha dicho que no le importaba que estuviera mirando.

 Ah...

 De veras se la chupas y te follas a cualquiera?- preguntó Oscar.

 Solamente a los que me dice Miriam.

 Joder, qué sorpresa me he llevado cuando te he visto ahí desnudándote.

 Bueno... me alegro de que al menos os hayáis quedado...

 Y yo!! Creo que voy a disfrutarte!!

 ... y tú, Andrea?

 No sé, Sandra, no sé si irme, o quedarme o qué hacer... no me esperaba esto de ti, pero tampoco quiero dejar de ser tu amiga... no sé.

 Me gustaría que no dejaras de serlo...

 Bueno, basta ya de charla.- Oscar ya estaba algo impaciente.- Vas a chupármela, venga. Como hiciste aquella vez pero hasta el final.

Me arrodillé y saqué la polla de Oscar, ya erecta, de sus calzoncillos. Empecé a acariciarla con mis labios y con mi lengua, consciente de que Andrea miraba atentamente. Oscar puso sus manos en mi cabeza. Aumenté un poco el ritmo, pero pronto perdí la iniciativa. Con el tiempo tiendo a pensar que a cualquier hombre le gusta sentirse dominador, y no pierden la oportunidad de demostrarlo si tienen la ocasión. Justo me acababa de pasar con Jordi, y ahora con Oscar... las anteriores relaciones que tuve con ellos fueron normales, respetuosas... ahora me trataban como a una puta. Supongo que era normal. Oscar puso sus manos en mis mejillas, las apretó y comenzó a follarme por la boca, tratándola como si fuera un coño. Aunque tuve algunos problemas para respirar, afortunadamente no duró mucho, pronto otra ráfaga de semen espeso entro en mi garganta... la segunda ya. Tragué, limpié y Oscar salió de la habitación. Andrea asomó la cabeza fuera y le dijo a Miriam que se quedaba ella sola conmigo.

 Y te gusta que te hagan esto?- preguntó.

 Sí.

 De veras eres tan puta?

 Lo soy, Andrea.

 Sabes? A mí no me van las tías, así que no voy a tener sexo contigo, pero si te digo que me lamas los pies como le has hecho antes a Miriam, lo harás?

 Claro. Haré lo que me digas.

 Que guarra eres.

Y mientras decía esto, se descalzó. Una vez más, me puse de rodillas. Le cogí un pie y empecé a chuparlo. Andrea calzaba unas bambas, así que estaban algo sudados y olían un poco, pero tampoco demasiado. Eran unos pies bastante bonitos, de dedos largos y huesudos y uñas grandes y un poco largas. Lamí el empeine, los dedos uno a uno, la planta, el talón, el tobillo... mientras Andrea no paraba de decir "es increible... nunca lo hubiera dicho...". De golpe se levantó y me dijo que le pusiera las bambas. Lo hice.

 Te llamaré para quedar, Sandra.

 Gracias, Andrea. Adios.

Se fue y casi de inmediato entraron Toni y Miriam. Miriam llevaba la vara en la mano.

 Sandra, Toni me ha dicho que quiere ver cómo te azoto.

Toni... un tío de lo más normal en la universidad, calmado, no muy hablador, simpático... y resultaba ser un sádico? Otra sorpresa más. Miriam me tumbó en la cama boca abajo, me ató muñecas y tobillos y empezó a azotarme en el culo, fuerte, como siempre hacía.

Mientrastanto, Toni se acercó a donde tenía yo la cara, ladeada para poder respirar y se sacó la polla y empezó a masturbarse. Tenía su polla a 5 cm de mi cara, veía como se la sacudía mientras seguían los azotes, cada vez más dolorosos y sin descanso. Pronto empecé a llorar y eso pareció gustar aún más a Toni, que se la machacaba cada vez más rápido. Miriam dijo que los azotes durarían hasta que Toni se corriera. Entonces el cabrón paró de machacársela... Me ardía el culo y me vi suplicando... no sé cómo lo hacía Miriam para que siempre acabara suplicando...

 Suplícale a él.- me dijo.

 Toni, por Dios, por favor... acaba ya...

Toni volvió a la tarea, de nuevo a 5 cm de mi cara y yo llorando, aguantando el dolor... hasta que Toni acabó derramando su semen por mi pelo y mi cara, mezclándose con mis lágrimas. Miriam me desató una mano.

 Límpiate y trágate ese semen. Y luego le limpias la polla.

Me pasé la mano por el pelo y recogí el semen que tenía allí enredado, y me metí los dedos en la boca. Luego hice igual con el de la cara. Después lamí la polla de Toni hasta dejarla reluciente.

Toni se fue sin decir ni una palabra.

Miré a Miriam. Me devolvió la mirada con una sonrisa a la vez gélida y burlona.

 Lo has hecho muy bien, Sandra.

Era lo más parecido a una felicitación que nunca recibiría de ella.

Ya nunca fue nada igual para mí... apenas me quedaban amigos, los que no vinieron a la cena pronto supieron lo sucedido, los que se quedaron y aprovecharon de mí ya nunca me vieron como amiga, y Oscar y Toni en la universidad ya solo querían follarme o que les hiciera una mamada cada vez que nos cruzábamos. Incluso se lo dijeron a más gente, gente que no se atrevía a pedirme nada abiertamente, pero en la forma de mirarme se notaba que lo sabían todo... Solo Andrea cumplió su palabra y nos seguimos viendo, aunque nada era ya igual entre nosotras.

Mi dependencia de Miriam era casi total.