Mirando el atardecer en una casilla de guardavidas

Era una tarde de Verano y bajé a la playa a ver la puesta de sol. Caminando me cruzo con una casilla de guardavidas y estaba solo, nos miramos... Nunca me imagine que el atardecer desde esa casilla, con sus embestidas en mi culo iban a ser el complemento perfecto de aquel paisaje de verano.

Hola amigos soy Gabriella, amiga de Nicole, les quiero contar esta historia que me pasó hace dos años cuando tenía 21 años.

Era el principio de enero en el Este Uruguayo, había ido a pasar unos días a la casa veraneo de mis tíos, en un balneario llamado La Floresta.

Llegada la tarde, estaba aburrida y me fui a la playa, a las dunas a mirar la puesta del sol.

Como corría una brisa fresca, me puse a caminar por la playa, para entrar en calor. Iba vestida con un shorcito de jean de esos holgados pero que apenas me tapaba la cola, y que al caminar se me veía justo el comienzo de mi redondita cola. Arriba una musculosa blanca, con mi bikini debajo. Mi piel ya comenzaba a verse dorada pese al insipiente verano.

Habría caminado una media hora, cuando en la casilla del guardavidas veo a un tipo de 28 o 30 años haciendo abdominales y flexiones, cuando pase yo mirándolo insistentemente, inmediatamente me sonrió y dejo de hacer lo que estaba haciendo.

Con una mirada penetrante me dijo: hola

yo conteste y enseguida se acercó a conversar

y lo de siempre: que haces sola? Etc, etc

Es eso sopla el viento y se me pega a la piel, a las piernas, yo me saco la arena de las piernas arqueando bien mi espalda y sacando mis pechos hacia afuera, “mirá”, le dije “quedé llena de arena” y tomé su mano y lo puse sobre mi muslo, el lo acarició con empeño para ayudarme en la tarea, su mano se sentía muy bien, tan bien que se me escapó un pequeño gemido.

Fue allí cuando le dije que había bajado a la playa para poder disfrutar de la puesta de sol, a lo que me invito a entrar a la casilla de guardavidas con el pretexto de que desde arriba se veía mejor.

Subí primero por la rampa moviendo mis curvas sinuosamente, y el me seguía, que panorama que le regalé!! Me di vuelta rápido y constaté que sus ojos  estaban clavados en mi cola.

Sonreí picaramente y el hizo lo mismo al ser descubierto.

Al llegar me dijo: “vení entrá, desde acá la puesta del sol se ve mucho más linda” Entramos a la casilla, me dispuse a mirar por la ventana, apoyé mis antebrazos en la ventana y arquié la columna, parando la cola, para calentarlo bien. Ya estaba muy excitada con la situación, estaba decidida y entregada. El se recostó sobre la pared de la ventana y miraba mi perfil, mi postura, ya sin disimulo. “Que hermosa vista!” me dijo. Se acercó y acarició mi pierna, mi cola, yo permanecí inmovil, respirando más aceleradamente.

Mordí mi labio, y me deje hacer. El bajo y quedo en cuclillas frente a mí, yo me incorpore un poquito, él,  con la espalda apoyada en la pared de madera, me bajo el shorcito de jean y la micro tanga y me empezó a chupar la conchita dulce.

Mmmmm, cada vez que iba a tener un orgasmo, él paraba y me decía, “espera que todavía el sol no bajo del todo”, esto me hacía ponerme más caliente todavía.

Al rato no aguante más le agarre la cabeza con las dos manos y haciendo círculos con mi pelvis en la lengua de él, tuve terrible orgasmo.

Así que baje desesperada, el se incorporó y le empecé a lamer los testículos un buen rato, lamía como si fuera un rico heladito, él simplemente me miraba y disfrutaba de verme en acción. Continué con mi lengua subiendo a lo largo de todo su miembro.

Mientras lo miraba a la cara, disfrutaba de mi heladito, él me decía: sos hermosa, que hermosos ojitos verdes que tenés!”, parecía hipnotizado. “me estás volviendo loco”

Creo que mi cara de bebota con su pija en mi boca le gustó ;)

Yo, le devolvía la dulce tortura, lengüetazos planos, movía la punta de mi lengua  en el frenillo, otras círculos en el glande con mi lemgua, le hacía el panchito con mis labios, todo a lo largo de su virilidad, chupetazos…la estaba disfrutando muchisimo!

Pero él, no aguanto más y me agarro de la nuca y me metió toda la pija hasta la garganta haciéndome hacer arcadas, mientras me decia:

hay! que linda la nena como se come tooodaa la pija!!!! (Vale aclarar que después me dijo que la tenía de 20 x 6).

Yo la saqué y me corría unas lágrima en los ojos por las arcada, pero le pedí que me ayudara de nuevo que la quería sentir más adentro.

Así lo hizo, e incluso me cogió un poco por la boca, yo estaba cada vez más caliente!.

Después me levanté, me recosté contra la pared, lo acerqué a mí, condón mediante, subí una pierna instintivamente, él la agarró y me metió su grueso miembro por mi vagina, mmmm que rico!!! Comenzó suave pero luego cada vez más fuerte y más fuerte, creía que en cualquier momento se venía abajo la casilla de tanto bombazo.

Allí yo le pedí que no acabara, que quería que me lo hiciera por la cola, el pareció sorprendido y contento, no podía creerlo, me dijo: me vas a dar esa colita preciosa?

Que redondita la tenes!

Pendejita puta que sos!!!!

Puse gel, Me agarre de la ventana y mirando al horizonte empecé a hacerle círculos con la cola, mientras me la iba metiendo lentamente, así hasta que entro toda, allí yo me abrí con las manos las nalgas y le dije: me parece que quedo un poquito afuera métemela toda! que no sobre nada!

El me mando un envión bien fuerte que me dejó con los pies en el aire y me dijo: Así te gusta?, la sentís bien adentro?

Obviamente que no me iba a dejar ganar, así que le respondí­: nooo! Metela un poquito más! dale, ahora sí dame fuerte.

Y él me empezó a dar bien fuerte, bien fuerte, me golpeaba en las nalgas con su pelvis y eran como cachetazos, a la vez que sentía sus testículos golpeando en mi conchita.

“Tenías razón que hermoso atardecer!” Le dije, no aguante más y tuve otro orgasmo intenso, mis contracciones anales y el movimiento involuntario de mi cuerpo, cadera y cintura, retorciéndome toda, lo hicieron acabar a él también, haciéndome sentir como se le hinchaba y expedía todos sus jugos bien adentro mío.

Me limpié, lo despedí con un besito volador y una sonrisa picara y volví a lo de mis tíos.

Mi tía me esperaba para merendar con una tortita casera y capuccino como me gusta a mi…

Ya empezaba el partido de naipes, tradicional en la familia,

Después de todo, aún con el culo palpitante

sigo siendo la nena mimada de la familia.

si te gustó no olvides hacermelo saber

besis

Gaby