Mirando a la ventana de enfrente
Me encanta mirar a las ventanas del vecindario. Siempre te puedes llevar alguna sorpresa.
Este va a ser mi primer relato. Empezaré por presentarme, me llamo Marcos, tengo 39 años, estoy felizmente casado y vivo en la ciudad de Villajoyosa (Alicante) en España. Me considero un mirón profesional, me encanta mirar a la mujeres buscando cualquier descuido. Desde mi casa, vivo en un tercer piso, tengo bastantes ventanas a mi alcance en las que he ido descubriendo a diferentes vecinas a las que he podido descubrir con poca o ninguna ropa.
Hoy os quiero contar la primera vez que descubrí a una de ellas, en realidad eran 4. Se trata de una casa en la que vive un matrimonio con 2 hijos, una chica de 19 años y un chico de 15. Era una noche de sábado en pleno verano. Yo estaba tomando el fresco en el balcón cuando una luz se enciende en los edificios de enfrente. Se trataba de la habitación de la hija de estos vecinos. Apareció la chica envuelta en una toalla, imagino que venía de darse una ducha. Su figura aparecía u desaparecía por la ventana. Debía estar buscando la ropa que se pondría para salir esa noche. La sorpresa vino cuando a los 5 minutos apareció otra chica de la misma edad en la habitación, también envuelta en una toalla.
Por suerte la habitación tiene un espejo en la pared más cercana a la ventana y allí se fueron las chicas a mirarse. Debo decir que esa noche estaba solo en casa, ya que mi mujer había salido a cenar con unas amigas. Yo en ese momento me fui al interior de la casa y me aposté en una ventana, oculto tras la cortina. Apareció primero la segunda chica todavía envuelta en la toalla, era una joven morena bastante alta y no se le apreciaban unas curvas generosas. Se puso frente al espejo y cogió un vestido para ver qué tal se veía con él. Parece que le gustó y tras comentar algo con la otra chica se fue hacia donde esta se encontraba y al momento apareció con el vestido puesto. No estaba mal con él, pero la chica no era nada del otro mundo. Junto a ella apareció la hija de los vecinos, y ahí vino mi sorpresa cuando vi que solo llevaba puesto un tanga negro. Las tetas apenas se las pude ver, pero se por la posición en la que quedó con respecto a la ventana me di un festín de culo, y madre mía que culo. Inmediatamente después de puso su vestido y a esta si le estaba como un guante. Con el vestido puesto pude apreciar que gastaba un gran par de tetas, y que en ese momento no llevaba sujetador.
Esa no fue la única sorpresa, ya que después del espectáculo visto, aparecieron otras 2 chicas. Ni que decir tiene que yo llevaba ya un rato tocándome la polla. Tenía los huevos cargados y la polla se me estaba poniendo muy dura. Y más dura se me puso, al ver que una de las dos nuevas chicas se quitó la toalla nada más llegar a la habitación. Tenía unas tetitas pequeñas y muy bonitas, pero a esta le pude ver el chochito. Cuando digo que le vi el chochito, me refiero obviamente al vello púbico, ya que desde el otro lado de la calle no me alcanza la vista para ver otra cosa. Pero la imagen de ese pelito recortado, estilo brasileño, hizo que tuviese que para de masturbarme. No quería correrme. A la cuarta chica solo le pude ver la cara cuando entró al cuarto, ya que se vistió fuera de la visión de la ventana. El espectáculo casi acabó cuando las 4 se pusieron delante del espejo como a posando, pero vestidas. Y digo casi porque cuando ya habían salido de la habitación y apagado las luces, al momento entro la hija de los vecinos. Cuando volvió a aparecer frente al espejo tenía el vestido bajado hasta la cintura y llevaba puesto un sujetador negro. Se debió pensar mejor lo de salir sin sujetador con ese vestidito. Se recompuso la ropa y salió. La casa quedó vacía, ya que los padres y el hermano no estaban en casa.
El espectáculo, por lo morboso del mismo, me dejó muy caliente. Me suelo masturbar cuando me pasan estas cosas, pero sin llegar a correrme. Mi leche siempre la reservo para mi esposa. Cuando ella regresó, yo la esperaba despierta. Le hice ver que estaba muy caliente y necesitaba descargar mis huevos. Como ella estaba con la regla me hizo una mamada, como solo ella sabe hacérmelas. En 15 minutos con su boca comiendo mi pollita (he de decir que mi polla es bastante normal, solo mide 13 cm) y sus expertas manos acariciando mis huevos, consiguió que le descargase toda mi leche en su boca. Le encanta que le llene la boca y después soltar todo mi esperma por encima de mi polla. A mí me pone muy caliente ver como lo va soltando de su boca y después me la vuelve a chupar suavemente hasta que le pido, por favor que pare.
Ya os contaré mas historias de vecinas observadas y de otra de mis pasiones, el exhibicionismo.
Espero que os haya gustado.