Mirando a la limpiadora 2

De nuevo la limpiadora de mi edificio se muestra para mí.

Ha pasado una semana desde que me hice una paja mirando como la limpiadora de mi edificio limpiaba un piso en bragas, sé que vio cómo me corría y eso me está volviendo loco. Hoy es lunes, le toca volver a limpiar la casa de enfrente y yo estoy delante de la ventana, esperándola con la polla ya dura.

La veo aparecer por el patio, mira de reojo hacia mi ventana y aparta la mirada rápidamente al saber que estoy ahí. Su aspecto es tan desaliñado como siempre, el pelo lacio y quemado por el sol despeinado y de cualquier manera, la bata de siempre, sin mangas, deja entrever unas axilas que necesitan una buena depilación, desde aquí no distingo si lleva sujetador, aunque algo me dice que no... la forma en que sus tetas puntiagudas se marcan en la bata, casi dejando que se noten los pezones. Sabe que la estoy mirando.

Entra en la casa y veo como se pone a limpiar. No creo que tenga que esforzarse mucho, esta semana la casa ha estado vacía, se mueve diferente, consciente de mis miradas y de la para que me estoy haciendo... la tengo durísima. Hoy estoy completamente desnudez, ya no tengo nada que ocultar.

Por fin empieza a pasar algo, se afloja la bata y se mueve de modo que las tetas se escapen, se liberen. Tiene los pezones duros y bastante alargados, hoy puedo verlos mejor. El vaivén hace que la bata se abra del todo, por fin se la quita.

Se quita la bata directamente frente a la ventana, para mí, para que la vea, nuestras miradas no se cruzan en ningún momento, pero veo como se sonroja. Se las agarra como queriendo ponerlas en su sitio, se da la vuelta y empieza a bajarse los pantalones. Me ofrece un primer plano de su espectacular culo... me va a reventar la polla... llevo toda la semana sin follar y no me he masturbado esperando este momento.

Lleva unas braguitas de un color rosa gastado tan sobadas como las de la semana pasada, se le meten entre las nalgas y al quitarse los pantalones se inclina dejándome ver como se marca su coño... casi se le escapan los labios, lo tiene peludo, las braguitas que se ha puesto hoy no consiguen contenerlo, está hinchado y húmedo, hay una manchita reveladora que me indica que está cachonda perdida. Yo ya no puedo parar... empiezo a gemir para que me oiga... para que me mire.

Ella se da la vuelta despacio, ahora sí que me mira directamente, se sube bien las braguitas hasta que se las mete por la raja dejándome ver todo su coño peludo, no aguanto más, me corro sin control mientras ella se agarra el coño y me mira fijamente... cierro los ojos un segundo para recobrar el aliento.

Cuando vuelvo a abrirlos veo como sale de la habitación con su ropa en los brazos. Espero donde estoy, notando como mi polla vuelve a la normalidad. Unos minutos después, sale otra vez sin mirarme, otra vez como si no hubiera pasado nada, sólo que esta vez si pasa algo, deja caer al suelo del patio algo, no consigo distinguirlo, pero 30 segundos después me he puesto un pantalón y una camiseta y he salido a buscarlo.

No me lo puedo creer, son sus bragas, las que llevaba puestas hace unos segundos, y están empapadas, me las llevo a la nariz, huelen a corrida, se ha masturbado en ellas y mes ha dejado como regalo... Mi polla despierta de nuevo. Voy a hacerme otra paja.