Mirame Y Dime Que Me Conoces.

Cuando ambos ya estaban sumergidos Víctor ante la sorpresa trato de salir a la superficie pero el impacto lo dejo totalmente aturdido, Camila ante el susto y al notar como el desconocido salía de las aguas pero su amigo no, se sumergió para atraparlo ayudándolo a salir a la superficie.

Como avise en el anterior relato estos son capitulos que ya estaban subidos y por cuestiones algo confusas me toco tomar la medida de borrar y volver a subirlos. Si no lo has leido te invito a que te adentres a esta historia.


La tarde calurosa rodeaba la ciudad.  El señor Montiel se encontraba dictando su clase, aproximadamente treinta cuatro estudiantes asistían a las clases de aquella materia, un salón sin aire acondicionado alguno, con paredes de color blanco sin embargo se tornaban crema por los años. Las gotas de sudor recorría su arrugado cuello, el cabello que se arregló en la mañana para tapar su notoria calvicie ya se había alzado con rebeldía ante el sofocante ambiente y las tres horas que llevaba allí parado.  Su explicación iba por el camino de la programación pero con un matiz tan coloquial como su día a día.

Su ejemplo se basaba en los casos de herencia, como una clase puede heredar los atributos (características) de otras clases. –Chicos es como tener una pareja, ellos traspasan sus características a sus hijos, ya sea color de ojos, estatura, cabello, etc. – Prácticamente era el ejemplo más fácil de todos para explicar el fenómeno. – ¿Entendieron? Pero eso si aquí no me vayan a venir con casos ajenos a la unión femenino-Masculino que eso ya es otro cuento anormal – termino de decir en un tono jocoso que a algunos contagio, a otros paso desapercibido, pero a alguien lo toco un poco, Víctor, este estuvo atendiendo todo el rato la clase aunque pareciese ausente de esta, pero tales palabras lo hicieron salir de su letargo.

Víctor era un chico que a sus 13 años, empezó a notar la atracción especial por personas de su mismo sexo, dando así comienzo a la curiosidad por paginas obscenas ante los ojos de los demás, allí a escondidas comenzó el descubrimiento del placer propio,  donde su cuerpo convulsionaba ante el placer proporcionada por su mano, mientas un hilillo de sangre se desprendía de sus labios al callar el producto de sus deseos.

Pero él jamás sintió culpa de sentir tal atracción, al contrario, a los 15 años cuando su madre encontró en las carpetas fotos de modelos mostrando sus partes más íntimas con gran seguridad una alarma salto en ella, no dudo en preguntarle a él mismo lo que significaban, todavía guardando la vaga esperanza de que eso se tratara de una completa mentira, sin embargo para su desilusión no fue así, Víctor le desnudo sus gustos sin pudor alguno, colocándola entre la espada y la pared.

-Los ojos del chico quedaron mirando fijamente al señor Montiel, mientras este continuaba con una leve sonrisa ante su gracia. – ¿Profesor no sabía que usted hacía parte del grupo de los clasistas?- Diciendo esto último con una risa irónica.

-Y yo no sabía que usted hacia parte de esos impuros- contraatacó el profesor dándolo como una afirmación.

-Pues mire que si  hago parte de esos “impuros” -  contesto el chico haciendo sonar la última palabra con sarcasmo.

-Ahora resulta que tenemos a un mariposo entre nosotros… Pero tranquilo señor Rojas que yo tengo un amigo psiquiatra que cura eso, al terminar la clase me comunico con él para que le haga un descuento- El profesor mantenía su sonrisa sínica, los demás compañeros permanecían callados solo observando el suceso.

–Gracias profesor por la  preocupación que pone sobre mis gustos, pero déjeme culturizarlo un poco porque es tan anti-ético que tengamos a un docente  con tan poca cultura como pelo – algunos compañeros trataron de callar sus risas ante el comentario.

  • Creo que este no es el lugar para hablar de cultura… Y mucho menos de gustos, mejor sigamos la con la herencia ­– El docente ya irritado dio por terminada la discusión - Para el próximo viernes empezaremos a desarrollar los ejercicios de la guía número 8, nos vemos hasta entonces muchachos – Dando una última mirada de rabia a Víctor mientras este le dedicaba una sínica sonrisa de desprecio.

Todos se levantaron de sus asientos deseosos de salir de aquel caluroso salón. Víctor se dirigió hacia la puerta con Lucas a un lado. Este último era uno de sus amigos más allegados, su personalidad era muy contraria era algo callado, reservado ante los desconocidos pero luego de tomar algo de confianza más abierto a las conversaciones.

–Creo que dejaste a Montiel con un sin sabor en la boca – inquirió su amigo con una sonrisa.

–Sabes que no me gusta cuando las personas atacan la diversidad y menos que se burlen de ello-hablo Víctor con una mueca de disgusto.

–Pero ya olvidando el incidente mira que estamos a comienzo de finde y con este calor que hace aguanta irse para la piscina un rato, vamos a ir con Laura, Camila, Karina y Cristian … o sea todo el combo… ¿te animas?-  Acababan de salir de la facultad y se dirigían a tomar el transporte.

–Ya salimos de primeros parciales… ¿A qué horas salen? – inquirió Víctor.

–A eso de las 2 en la casa de Camila – A lo lejos se divisaba la ruta con el número cuatro, la cual Lucas tomaba para llegar a su morada.

-Okey yo les caigo a esa hora… Necesito relajarme un poco… Nos vemos entonces – Dijo mientras se despedían con un apretón de manos y Lucas se subía al transporte.

El chico decidió ir a su hogar caminando, necesitaba tomar algo de aire, el sol había bajado un poco. Saco su celular colocando algunas canciones en su reproductor, le dio play tomando rumbo con un andar tranquilo. Caminaba entre los árboles frondosos, apenas el clima estaba haciendo su cambio de invierno a verano algo muy normal en un país como Colombia, el  mes de agosto se acercaba, se sentía en el ambiente y es que Víctor siempre había amado el olor de los fuertes vientos de aquel mes, no era que el aire destilara algún perfume en sí, pero sus ráfagas hacían una combinación de tantos aromas que eran exquisitos para su gusto. Sus pensamientos volaban como las hojas que se desprendían de las ramas dando su último adiós al  que las vio nacer,  recordó a su colega Iván, recordó como dio su despedida como aquellas hojas, realmente lo extrañaba, escuchar sus risas exageradas, sus abrazos, sus chistes pendejos.

Iván fue como un hermano para este, se conocieron en el bachillerato mientras jugaban un poco de futbol callejero, aunque estaban en cursos diferentes su unión jamás fue rota, se separaron mucho más cuando el ciclo escolar acabo entonces seguía el nuevo paso, la universidad, un deseo de ambos de probar ese gran ambiente de la tan esperada libertad. Tomaron carreras muy diferentes  pero siempre su unión se mantuvo constante y firme, tanto así que ambos empezaron a asistir a los encuentros de estudiantes por el bienestar de su estamento, algunos los llamaría revolucionarios otros mamertos, pero eso no importaba mientras se tratara del bienestar universitario.

….

Cuerpos trabajando a su máximo potencial era lo que se divisaba en aquel campo de prueba, haciendo que los reclutas pasaran por diferentes tipos de prueba para prepararse en la batalla que cargaba en sus hombros en algunas fechas y mucho más frecuentes en estos tiempos. La mirada de Jairo se paseaba por el gran terreno, su cuerpo reposaba en el césped mientras sus compañeros terminaban la ardua rutina, su sudor recorría su morena piel, sus suspiros agitados empezaba a mermar, pero su mirada se posaba en los trabajados músculos que se contraían para su deleite.

Jairo se dio cuenta de su particular atracción a los 16 años sorpresivamente, siempre le habían atraído las chicas, estuvo con varias mayormente en sus dos últimos años de bachiller, era el “ tumba locas” , por así decirlo, de todo el colegio, es que no era para menos, siempre fue alguien muy aficionado al deporte, cualquiera, esto le ayudo a desarrollar su cuerpo un poco antes que sus compañeros, a tal edad ya poseía unos pectorales no abultados al estilo de macho-gym sino que tenían un volumen bastante considerable para su estatura, sus piernas no eran la excepción ni mucho menos sus brazos,  además por genética resulto beneficiado con unas rasgos bastante atractivos a la mayoría de las vistas. Una de sus variadas conquistas siempre perduro en su mente, la bella Paula, una chica dulce y tímida, una apuesta con sus amigas la hicieron salir con él, pero a ella en un principio jamás le intereso, pensaba que era un chico sobrevalorado. La cita inocente le hizo conocer una faceta que desconocían la mayoría de él, eso la atrapo poco a poco, del mismo modo la timidez de la chica lo conmociono y enamoro.

Su relación fue realmente la única que él siempre aprecio, la forma de tratarse como amigos pero con ese tinte de novios fue lo que hizo que fuera única. Pero luego de terminar su último curso el destino los separo, Paula gano una beca para estudiar en una ciudad muy alejada de su habitad, la majestuosa Medellín, un ambiente innovador y acogedor. Trataron de seguir a pesar de la distancia, los medios de comunicación avanzados permitieron una mayor cercanía entre ambos. Pero cierto día soleado como el actual en una de sus conversaciones Jairo recibió la noticia por boca de ella de que dejaría el país, su desempeño académico eran tan intachable que había sido la afortunada de hacer un intercambio con una chica Española, fue un golpe demasiado fuerte para su (hasta esos días) unión, lograron sobrellevarlo hasta el día de su partida, en medio de lágrimas dieron su último adiós.

Jairo sumido en su soledad trato de salir adelante, allí fue que ingreso a la Policía, con solo 19 años y costándole mucho esfuerzo. Durante el entrenamiento propio para el ingreso entre una noche de escapadas con sus amigos se sorprendió como empezó a sentir esa atracción por Juancho, en una escapada al baño público de aquel bar entre penumbras, bromas y un poco de licor en sus cabezas terminaron descargando su pasión el uno al otro, desgarrando la ropa y poseyéndose con desespero. Al terminar tal encuentro fugaz optaron por no hablar del tema, pero esa nueva experiencia abrió esa parte oculta que tenía Jairo en su interior, empezó a notar como sus gustos empezaban a tener una doble cara. Se reprimió el sentimiento durante toda su estadía en el campamento y parte de su primer año de patrullero, pero un día cansado de sentirse cohibido puso un pie en un bar de ambiente, allí se definió totalmente dando lugar a su identidad sexual, le seguían atrayendo esas musas de curvas pronunciadas pero de igual forma los guerreros con curvatura en una sola parte de su cuerpo.

Sus compañeros se acercaban destilando agua por sus poros haciendo que sus pieles brillaran, el olor a macho invadió el ambiente. – Marica haz mejorado tanto que hasta ya acabas antes que nosotros – reía Rendón mientras se pasaba una mano por su frente para quitarse las gotas de sudor. – Vos sabes que ha esto hay que trabajarle mucho para poder dar la talla en el campo de batalla – comentaba García (Jairo) mientras se levantaba para dirigirse a las duchas. – Tienes razón no viste la última marcha que esos culicagados (niños) nos hicieron muy buen frente.

Un recuerdo fugaz cruzo la mente de Jairo, esos ojos. Recordó como en la último encuentro con aquellos primíparos en revolución vio unos ojos que lo dejaros anonadado, aunque fue unos pocos segundos que luego fueron interrumpidos por la batalla inminente, pudo grabarlos en lo más profundo de su mente. No tenían un color llamativo, pero tenían algo en particular, algo que sobre salía a pesar de la capa de odio que los cubriera en ese momento, no sabía que realmente era pero sabía que donde lo viera los reconocería.

Los cuerpos se quitaban todo el mugre y sudor que los cubría, desnudos unos contra otros sin pena alguna, un cuarto que se rebosaba el olor a macho, era tanto así que cualquier chica o chico sin salirse de sus cinco sentidos se volvería loca(o) ante tal olor.

Ve García hoy nos dan la tarde libre como es de costumbre los viernes… estuve hablando con los otros y pensamos ir a una piscina que queda cerca de aquí… ¿te le apuntas? – Le decía Rendón mientras se hacía un nudo en la cintura con su diminuta toalla, se le notaban las piernas trabajadas y macizas por el ejercicio.

–Pues yo me le apunto de una… ya necesito sacarme un poco el estrés acumulado luego de tanto entreno- Se secaba los pies con la toalla para comenzarse a vestir.

-Entonces a prepararse para salir a eso de la una de la tarde luego de almuerzo – Rendón le palmeo el hombro y se dio la vuelta para empezar a sacar la ropa de su closet. – Por cierto antes que se me pase por alto – Volvió Rendo a hablarle a Jairo.

–Decime – Le siguió este.

–Mira que al lugar que vamos es algo concurrido por unas bellezas de peladas (chicas) las veces que hemos ido ligamos con algunas… pero eso si te aviso tienes que mentirles un poco- Decía este mientras se enfundaba en un short corto.

-¿Cómo es eso? – pregunto con curiosidad Jairo.

–Pues mira que las tipas son mayormente de la universidad que arma a cada rato revuelo en la ciudad… ellas tienen un resentimiento hacía nosotros por los heridos que resultan después de las marchas… entonces lo que hacemos es decirles que estudiamos en algún instituto una tecnología así las tramamos un poco y los chicos que vienen a acompañarlas no están tan prevenidos… es que te comento esos tipos son mucho más ardidos con nosotros entonces hay que cuidarse – puntualizo Rendón mientras se acababa de vestir y se echaba su toalla en el hombro.

-Ya entiendo… – Jairo quedo algo pensativo, no le gustaba mentir pero si era por seguridad lo tenía que asumir. –Entonces nos vemos – finalizo este mientras se retiraba de los baños.

….

En el panorama se alzaban a la vista robles frondosos que creaban maravillosas sombras alrededor de las cristalinas aguas de la piscina, debajo de estos se encontraban docenas de bancas que servían para el descanso de los visitantes. Apenas eran poco de las 2:30 de la tarde cuando estos chicos universitarios pisaron las tierras del cálido lugar dispuesto a pasar una tarde muy agradable. Organizaron sus cosas en el suelo sobre una manta, se empezaron a desvestir dejando a la vista de todos sus jóvenes cuerpos a la espera de reposar para empezar de disfrutar del ambiente.

-Oye Víctor me contaron que hoy tuviste una discusión con el ingeniero  Montiel – empezó a comentar Camila para sacar un tema de conversación.

–Si el viejo ese hoy me saco la mierda con sus comentarios  homofóbicos – respondió este mientras terminaba de colocarse su pantaloneta.

–Hoy me lo comentaron durante la reunión de facultad… Montiel anda súper enojado por la manera que le contestaste – Camila se arreglaba su cabello suelto mientras se colocaba una gafas de sol.

–Que se ponga rabón el viejo ese… quien lo manda a andar diciendo esos comentarios tan estúpidos – puntualizo este. –Cristian me di cuenta del incidente que tuviste con Mari… pero si me permites…

-Esa es una maldita… ni me hablen de ella… es que solo pensar como pudo traicionarme con Sergio me da tanto coraje… solo terminamos por una pelea tonta y ella corre al otro día a enredarse con él… pero tampoco la culpare solo a ella… él también tiene culpa en esto… un verdadero amigo no haría lo que él hizo – Víctor fue cortado bruscamente por Cristian, se notaba en resentimiento que guardaban sus palabras.

La relación de Cristian y Mari tuvo mucha seguridad, aunque algunas veces peleaban por cosas tan absurdas como quien quería más al otro, su unión siempre fue muy fuerte. Un día cualquiera por una de esas peleas absurdas rompieron, Cristian esperanzado que en los siguientes días se arreglaría cuando todo se tranquilizara, pero su corazón se detuvo en el momento que encontró en una de las tantas redes sociales que inundan la red una foto de ella con uno de sus amigos besándose, ese día lo invadió la rabia pero un sentimiento más fuerte que ese lo consumió por completo, su ánimo decayó, se sentía impotente como ver como dos personas que él tanto apreciaba le habían clavado una lanza llena de veneno en la espalda.

-Dejemos lo que paso atrás… Ahora es momento de comenzar a divertirse chicos y dejar todas las penas al viento – comento con entusiasmo Karina para darle ánimos a todos y sobre todo a Cristian, mientras se colocaba sus delgadas manos en las curveadas caderas que cargaban su cuerpo.

–Si chicos ya reposamos es hora de comenzar a ¡divertirse! – salió la última vocal de los labios de Laura mientras se lanzaba a las aguas cristalinas que envolvían su piel canela y mojaban su negro cabello.

Todos ya contagiados por el buen humor se lanzaron a la piscina para disfrutar del espléndido y cálido día. Los juegos entre ellos empezaron a formarse poco a poco, los típicos, el castillo humano, pelea encima de los hombros, trenes desde el majestuoso tobogán, etc. Sin duda sus problemas quedaron en el olvido y solo disfrutaban del grandioso momento.

Mientras los chicos jugaban entre ellos a las afueras de las instalaciones llegaban alrededor de 8 hombres provenientes del cuartel listos para empezar a divertirse y sobre todo decididos a ligar como fuera. Entre ellos se encontraba Jairo  con una sonrisa, hace meses no salía de paseo.

-Por fin llegamos puff – resoplo Rengifo a las espaldas de Rendón en señal de lo largo que había sido el viaje.

–Sí, pero ya llegamos y aquí vinimos para divertirnos en grande… además que recuerden que tenemos permiso hasta las doce de la noche por lo que podemos quedarnos a tomarnos unas frías en la noche – Rendón más que consumir licor lo que más quería era ligar, las pajas ya no le producían casi nada y quería follar este día como fuera.

–Dejemos la habladera y entremos que ando que me meto a esa piscina para calmar este calor que me mata – hablo con algo de desespero Rodríguez.

Los hombres ingresaron a las instalaciones, pagaron las entradas y se dirigieron hacia una de las bancas que estaba cruzando la piscina frente a la de los universitarios. Los cuerpos gloriosos empezaron a desprenderse de sus algo ajustadas prendas dejando a la vista sus algo trabajados cuerpos atrayendo la mirada de más de una curiosa y uno que otro curioso.

Laura que siempre fue una chica que no le importaba mirar con descaro a los hombres que le llamaban la atención no dudo en desviar la vista y fijarse en esos machos que empezaban a desnudarse ante sus ojos. Por su lado los chicos siguieron jugando mientras las chicas tantearon el terreno para ver cuál de todos valía la pena. Sin duda alguna de todos ellos los que más resaltaban por ser bastante guapos eran Rendón y García.

-Karina mira ese que tiene la pantaloneta negra algo corta… ese tipo está muy bueno – comento sin pudor alguno Laura.

-Si esta bueno, pero mejor está el de la pantaloneta azul marino- dijo Karina sin despegar la vista.

–Pues chicas al parecer hoy ligamos porque aunque esos dos son los mejores yo ya tengo mi vista fijada en una musa por ahí!!- finalizo diciendo Camila quien se acomodó de nuevo sus gafas y disimuladamente siguió jugando para empezar a llamar un poco la atención de una chica que se habían estado haciendo miradas discretas desde media hora atrás. Lucas notó perfectamente el interés de las chicas por querer hacerse notar solo un poco ante los nuevos visitantes.

-Cristian hagamos peleas en el agua… subimos a las chicas en los hombros y ellas verán quien tumba a la otra – propuso Lucas.

–Okey… haber Laura súbete a mis hombros para que jueguen un rato – dijo Cristian ya sabiendo por donde iba la cosa.

–Vamos Karina súbete para que comencemos – le guiño un ojo a lo que ella respondió con una leve y pícara sonrisa. El juego comenzó y las chicas sabían muy bien cómo empezar a llamar la atención sin llegar a ser unas busconas. A un lado se encontraba Iván y Camila hablando jocosamente de cómo sus compañeras eran unas expertas en llamar la atención sutilmente.

-Mira la Karina quien la viera pensaría que juega solo por divertirse - dijo entre risas Camila.

–Ella y Laura esas son las perfectas para dar clases de cómo ligar – continuo Víctor.

-¿Y vos cuando vas a despegar? – inquirió Camila, ella más que nadie sabía que hasta la fecha su amigo jamás se había interesado por tener una pareja.

-No me vengas con tu sermón en estos momentos… solo quiero relajar… - un golpe en la superficie acuática hizo salpicar gotas por todos lados, mientras un cuerpo impacto contra otro provocando que este último recibiera además de ese golpe otro contra el duro borde de la piscina.

Los cuerpos que chocaron fueron los de Víctor y Jairo. Minutos antes entre juegos de quien debía ingresar primero al agua Jairo fue empujado por los fuertes brazos de uno de sus compañeros, sin medir su fuerza ni su dirección este cayó encima de Víctor quien se encontraba hablando con Camila. El golpe contra el borde fue más fuerte que el de los cuerpos. Cuando ambos ya estaban sumergidos Víctor ante la sorpresa trato de salir a la superficie pero el impacto lo dejo totalmente aturdido, Camila ante el susto y al notar como el desconocido salía de las aguas pero su amigo no, se sumergió para atraparlo ayudándolo a salir a la superficie.

-¿Víctor te encuentras bien!?- le pregunto algo alterada Camila, cuando observo como un hilillo de sangre se asomaba  en su frente tomo el rostro entre las manos y miro la mirada perdida de su amigo.

–Dis… Discúlpame es que no te vi… Ven… déjame sa… sacarlo – empezó a excusarse  Jairo y se alarmo al ver la herida. Tomo entre sus brazos el cuerpo de Víctor mientras lo sacaba y en seguida el salió de la piscina. – ¿Chico me escuchas?... respóndeme - Jairo cogió entre sus manos el rostro del chico y empezó a hablarle esperando una respuesta.

Víctor algo desubicado abrió los ojos encontrándose con el rostro preocupado de Jairo. – Si… Si… estoy bien… creo – dijo un pausadamente, al escuchar esto Jairo sonrió al pasarle el susto, lo ayudo a levantarse y luego lo hizo sentar en una de las bancas.

–Solo es un rasguño… solo es curarla y colocarle micro poro y listo – inquirió Cristian al revisarle la herida.

–Nos pegaste un susto tremendo!! – comento Karina.

–Ni que lo digas Karina… a mi casi me da un infarto del susto – le siguió algo exagera Laura.

–Lo importante es que estoy bien – dijo Víctor tratando de calmar a sus compañeras. Se acercó Cristian con el botiquín de los primeros auxilios y se lo paso a Camila para que esta le hiciera la curación.

Al otro lado se encontraban los chicos del escuadrón algo asustados por la suerte de Víctor, que había resultado lastimado por sus juegos tan rudos. Jairo al sentarlo en la banca se dirigió donde sus compañeros a la espera de que nada pasara a cosas mayores, miro como uno de los amigos del herido se acercaba serenamente a ellos.

–Pueden estar tranquilos… solo fue un rasguño… pero para la próxima tengan más cuidado al momento de jugar – terminando de decir esto último se dio media vuelta y se volvió a lanzar a la piscina.

Todo volvió a la normalidad, la mayoría volvieron a la diversión excepto el herido y la chica que lo había estado curando. Jairo ya con un poco menos de susto decidió acercarse y disculparse.

-Quiero pedir disculpas por el incidente… realmente no quería hacerte daño – empezó a decir Jairo realmente apenado mientras Víctor no despegaba sus ojos de aquel chico tan bien parecido.

–Bueno esto quedo listo… reposa un rato y luego te metes a la piscina si quieres– hablo Camila dirigiéndose a Víctor, se levantó de la banca y sin dirigirle una sola palabra a Jairo se dirigió hacia donde estaban sus amigos dejando a los dos chicos solos.

–No te preocupes… ammm – se quedó a la mitad de la oración al no saber el nombre de su receptor.

–Me llamo Jairo García… mucho gusto… creo que no fue la mejor manera de conocernos – dijo mientras estiraba su mano y le dedico un media sonrisa para quitar la tensión.

– Yo soy Víctor Rojas… y concuerdo contigo no fue la mejor manera de conocernos – termino diciendo devolviéndole la sonrisa para darle un poco más de confianza.

-¿Hay algo que pueda hacer para remediarlo?- pregunto Jairo sin despegar la mirada de los ojos de Víctor, esos ojos se le hacían familiares, sus rasgos, su color… su brillo… en la mente de Jairo cruzo la posibilidad de tener al chico que lo hipnotizo con sus ojos durante la última marcha.

–No… tranquilo… - comento algo distraído Víctor, sus pensamientos no eran nada ajenos a los del otro chico, sentía que ya conocía a Jairo, era como un presentimiento, pero no era nada tenebroso al contrario se sentía tan cercano y seguro.

–Bueno… al menos déjame quedarme a acompañarte hasta que te sientas mejor… ¿sí? – estaba muy intrigado en conocer a este nuevo chico, era como un impulso que no podía controlar.

-¿Y a ti quien te dijo que yo me sentía mal? – contesto con un tono algo jocoso que contagió a Jairo.

–Bueno… Bueno… no te sientes mal pero quiero hacerte compañía… ¿Es suficiente? – lanzo una propuesta algo descarada para ser las primeras palabras que cruzaban.

–Ante tal propuesta imposible negarme – contesto Víctor con una sonrisa, el chico que tenía al frente era amable y carismático, solo con la primera impresión desecho cualquier posibilidad de que perteneciera a los desalmados de la milicia. Solo bastaron esas cuantas palabras para que Jairo se acomodara al lado del chico de la mirada misteriosa, quería saber más de él.

–Entonces… - Jairo trataba de formular la pregunta correcta para abrir la conversación.

– ¿Entonces qué de qué? – dijo Víctor sin borrársele la sonrisa, cuando apenas llego no esperaba en este día ligar ni nada por el estilo pero Jairo le estaba llamando la atención.

–Intentaba formularte una pregunta… pero por lo que veo te me adelantaste – le respondió Jairo siguiéndole la corriente con el mismo tono jocoso.

– ¿Entonces quieres saber de mí?- inquirió el otro para que la conversación continuara.

–Bueno… no había llegado hasta ese punto pero puede ser – estaban en una lanzadera de indirectas muy directas.

-Okey… Me llamo Víctor Rojas… estudio Sistemas en la universidad Nacional… tengo 18 años… haber que más… me gusta la música... soy soltero pero no a la orden de todos – esto último lo dijo soltando una pequeña risa- amante de los domingos lluviosos y nublados… apasionado por la libertad y las temporadas de agosto.

–Está bien… Me toca mi turno… me llamo Jairo García… trab… – cruzo por su mente las palabras de Rendón.-Digo estudio una tecnología en telemática en un instituto… tengo 23 años… me gusta el deporte… admirador de los días soleados y el calor acogedor… estoy soltero y si estoy a la orden jaja – sonrió mientras Iván le dedico una mirada algo picara.

-Entonces estas disponible y a la orden… ¿las 24 horas del día?- salió de la boca de Víctor de un tono bastante burlón y con doble sentido.

-Depende de quién lo solicite – le contesto Jairo siguiendo con el doble sentido.

-Esta bien suficiente información por hoy – puntualizo.

–Ya oscurece y debemos irnos… sabes algo – empezó a decir Jairo.

  • ¿Dime? – inquirió Víctor mientras no se cansaba de repasar el cuerpo que se gastaba Jairo.

–Para remediar las cosas que te parece si te invito a tomar unos tragos uno de estos días – le propuso Jairo rogando en su interior que aceptara.

-Pues en estos días estoy libre… te doy mi número y me llamas para que cuadremos… ¿Está bien? –dijo Víctor.

–Me parece perfecto… toma anótalo – Jairo le entro su celular a Víctor, este en unos movimientos agiles con sus dos pulgares lo escribió.

– Listo ahí está… espero tu llamada… y espero que la próxima vez que nos veamos no me recibas con un golpe en la cabeza – Termino de decir Víctor mientras se reía contagiando a Jairo de su humor.

– Te lo prometo que no será así… Nos vemos Víctor- se despidió Jairo con un apretón de manos que duro más de lo normal sin despegar sus miradas inquietantes.

Jairo se dio media vuelta para dirigirse hacia donde se encontraban sus compañeros que ya estaban vestidos y disfrutando de unas frías para la calurosa noche de verano. Mientras caminaba se sentía pleno de haber comenzado por buen camino con Víctor, esperaba llamarlo en los siguientes días para quedar a tomarse algo por ahí, ya quería que ese día llegara.

Por otro lado los universitarios ya estaban vistiéndose para tomar rumbo a sus respectivos hogares, Víctor solo esperaba la llamada lo más pronto posible para poder conocer más a fondo a aquel chico que le había robado el aliento con un golpe físico y mental.


Gracias Att Ricardo Morales Rojas, Riick :3