Mírame a los ojos

Mírame a los ojos. Abandona esa expresión de superioridad. Abandona toda esperanza.

Mírame a los ojos

Mírame a los ojos. Abandona esa expresión de superioridad. Abandona toda esperanza. Ayer eras tan solo un ama de casa que leías relatos en una Web y te sorprendías excitándote con historias que tu moral rechazaba. Esta mañana has llevado a tus hijos al colegio.

Después has ido a depilarte, a la peluquería. Te has paseado por el paseo de Gracia, mientras tu mente inventaba mil y una excusas para no venir a nuestra cita. Mírame a los ojos. Has venido. Lo sabes. Y ahora estas atada en la cama de un hotel. Desnuda. Mírame a los ojos. Porque voy a vendártelos. Tu voluntad te pertenece pero fuera de esta habitación y de este momento. Este mediodía has comido con una amiga y has estado a punto de confesarle que te habías citado con uno de los autores de relatos de la Web que visitas furtivamente a medianoche, cuando tu marido tiene todos sus sentidos puestos en el televiso y tus hijos comienzan con el primer sueño. Apenas dispones de quince minutos pero entras en Internet y buscas nuevos relatos con ese gusanillo que te recorre algún espacio entre el corazón y los pulmones.

Le has dicho a tu marido que esta tarde tenias que ir a charlar con una amiga que "presuntamente" tenia problemas y el se encargará de recoger los niños mientras tu permaneces atada y desnuda en esta cama. La que tiene un problema ahora eres tú. Lo sabes y te asusta. Te asusta porque desconoces mis intenciones y te asusta porque te está comenzando a gustar lo que sientes. Estas atada bajo abajo, tus piernas delgadas y morenas están flexionadas hacia detrás, atadas a tu cintura estrecha. Tu culo tiene el tamaño perfecto y tus hombros son anchos y huesudos. No deberías hacer tanta natación. Te revuelves en la cama pero no puedes liberarte. Anoche me escribiste un correo.

El correo definitivo. Y yo acepté tu proposición. Ahora estas a merced de un desconocido que primero te ha inmovilizado con unas cuerdas y ahora va a proceder a vendarte los ojos. Sientes mi mano subiendo por tus pantorrillas, por tus glúteos, por tu espalda. Te agarro del pelo y después de una última mirada te pongo la venda. Tu comienzas a temblar involuntariamente y haces un esfuerzo por contener unas gotas de orina que están a punto de escapársete. Estas verdaderamente asustada. Verdaderamente excitada. Yo me dirijo a mi bolsa y saco la fusta. Escucha atentamente mis movimientos, intenta adivinar que estoy haciendo. El primer golpe cae sobre tu glúteo derecho y lanzas un breve grito. Tienes ganas de decir "no lo hagas" pero te muerdes el labio y bajas la cabeza. Los golpes te arden en los glúteos. Es un dolor diferente al que conoces. Es un dolor necesario. Cuando cesan los golpes el silencio es abrumador. Escucha tu propia respiración. Conocerte a ti misma. De nuevo unos ruidos te anuncian que estoy sacando otra cosa de la bolsa. Poco después algo comienza a arderte en las piernas, un ardor intermitente que sube hasta tus glúteos y se desliza por tu espalda. Al cabo de un rato adivinas que estoy vertiendo gotas de cera sobre ti. Crees que el dolor es de nuevo necesario y levemente insoportable. Pero en realidad estoy sosteniendo a una altura demasiado elevada. Es tu primera vez y por ser tu primera vez estoy dejando que las gotas se enfríen mientras caen. La próxima vez la vela estará mas baja y la cera abrasará tu piel. De nuevo silencio.

La cera esta comenzando a solidificarse en tu piel. Es una sensación extraña. El dolor de los azotes amortiguado por el dolor de la cera. Necesitas un nuevo dolor. De repente sientes mis manos masajeando tus nalgas, las estoy abriendo, mirando tu culo e intentando adivinar cuanta resistencia opondrás a lo que voy a hacer. A lo que me has pedido que haga en tu correo. Sabes lo que va a suceder y apoyas la frente en la almohada e inspiras profundamente. Uno de mis dedos se introduce en tu ano. Esta aceitoso y entra prácticamente solo. Nunca te han sodomizado. Y no sabes si ahora lo deseas. Pero algo te dice que no ha llegado aun el momento de decir "basta". Un segundo dedo entra en tu culo. Ahora comienza a dolerte. Introduzco ambos dedos hasta la segunda falange y lanzas un grito de dolor. Los saco con suavidad y miro tu culo. Se esta dilatando. Va a ser mas fácil de lo que crees. Esta mañana estabas con tus hijos en la puerta del colegio y mirabas a las otras madres e intentabas adivinar en sus miradas si ellas habían hecho alguna vez lo que tú ibas a hacer.

Eso es imposible de descubrir. Mañana cuando lleves a tus hijos de nuevo al colegio ellas te miraran y no podrán adivinar que hoy has sido humillada sexualmente por un desconocido. Te quito la venda de los ojos. Delante de ti tiene mi polla semirrecta, no es demasiado grande pero a ti te da la impresión de que es un monstruo que va a destrozarte las entrañas. Después vuelvo a vendarte los ojos, me unto la polla con aceite (puedes escucharlo y lo has adivinado) y me siento encima tuyo, mi capullo está en la entrada de tu culo totalmente virgen. Comienzo a empujar suavemente y tu culo se dilata poco a poco. Te duele mucho y lanzas un gruñido de protesta pero después aprietas los dientes. Es lo que has decidido y estas dispuesta a no mostrarte débil.

Lo has pensado mucho y mientras mi polla comienza a abrirse paso en tu culo tú sigues repitiéndote "debo aguantar". Cuando mañanas te levantes a prepararle el desayuno a tus hijos te dolerá el culo. Y eso te hará sentirte bien. Porque es algo exclusivamente tuyo. Es tu decisión y tu experiencia. Has pasado por esto y ahora sabes lo que es. Aprietas los puños mientras comienzo a sodomizarte con fuerza. Eres una excelente sumisa primeriza así que no te voy a hacer sufrir demasiado, en otras ocasiones suelo retardar el orgasmo mientras sodomizo a mis sumisas (cambiando el ritmo de la enculada) pero contigo voy a ser piadoso así que doy un ultimo golpe de cadera y te la clavo hasta los huevos mientras te lleno los intestinos de semen. Estas llorando y se que no son solo lagrimas de dolor. Saco mi polla y me voy al lavabo a limpiarme. Debo dejarte sola para que descubras que está sucediendo. Te sientes sucia. Te sientes bien. Mañana cuando lleves a tus hijos al colegio todo será diferente aunque para el resto todo será igual. Igual que esta mañana.

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"Reflexionad noche y día sobre la irrealidad de cuanto os rodea y de vuestra misma personalidad"