MiradasCapitulo6: Doce deseos, doce miradas.Part3
Por fin el año nuevo llega, y con el un nuevo ciclo en nuestra relación.
Manuel: gracias por comentar de nuevo, gracias por deseos y si el amor es la fuerza más grande del mundo, no leemos pronto.
Albert: gracias por crear una cuenta solo para animarme, de verdad no saben cuánto significa para mí.
Moon: hola niña, pues gracias por leerme, es un honor que una escritora, a mí parecer bastante buena, lea mis relatos, que más bien es un solo relato muy grande. Y si es bastante lento el relato, pero siento que si lo apresuro, me saltare demasiadas cosas, cosas que a mi parecer son importantes, un abrazo hasta argentina, y otra cosa, ya había explicado que soy de México, y actualmente vivo aquí, solo que si no te registras de nacionalidad española no te deja subir relatos esta cosa, bueno ama me pasaba, así que por eso la confusión.
Donaldoep: gracias por tan bonitas palabras, pues si nuestra sociedad tiene una doble moral bastante bizarra, pero que se le va hacer, y que bueno que sientas tan profundamente esta mi historia, espero seguir contando con tu apoyo.
AnMagazine: Hola niña, pues aquí esta otra entrega, espero que te guste mucho, y orgulloso de poderte causar un poquito de placer, cosa que espero logre más a menudo, pues las escenas entre ambos irán subiendo de temperatura, tratare de sexualidad mas el relato, pero al mismo tiempo que siga teniendo esa ternura que creo que les ha gustado a ustedes.
Por lo de tu caso, me dices que lo tuyo sería más físico que sentimental, si pasa algo espero que los dos lo disfruten mucho, créeme la experiencia es incomparable, y me doy cuenta que eres lista, y mucho, pues haces bien en temerle al amor, es el sentimiento más peligroso del mundo, más que el odio, porque por odio uno es capaz de matar, pero por amor se es capaz de morir, así que suerte y ve con cuidado.
Bamboo: Que hay, pues aquí dejando otro trocito de mi vida, y gracias por tu interés, y tus consejos, claro que me gustaría estudiar redacción o algo así pero pues en estos momentos lo primero es mi carrera, si estudio algo como eso será autodidacta el proceso, por lo de la manera en como contar las escenas eróticas, pues poco a poco voy descubriendo mi estilo, y creo que si tratara de hacerlo más rebuscado me quedaría bastante raro, así que seguiré así como estoy evolucionando de apoco hasta que tenga un estilo propio y definido, aun así gracias por los consejos.
Dante: gracias por estar acá leyéndome, y felicidades, creo jajajaja, si lo de los primos es muy frecuente al menos acá en mi país no es algo que escandalice tanto, y bueno espero que ambos estén felices, y les vaya de lo mejor, haber cuando te animas a escribir acerca de ello, o a contármelo, y ya veremos si yo puedo plasmar tu historia en un relato.
Taishoua: Gracias, yo trato de plasmar lo que sentía en ese entonces, y era enorme, me consumía, estaba perdidamente enamorado, loco de cariño, y eso es lo que deseo que sientan ustedes al leerme, ese sentimiento que me superaba, pero no creo que algún día pueda siquiera a acercarme a describir lo que es, no hay palabras humanas para ese infinito amor.
PD: gracias por leerme
PD2: espero no tardar mucho, creo será cada semana.
Josepo: que bien que hayas tenido esos roces con tu princesa, tú me entenderás lo que es por fin tocarla, a ella que pareciera se romperá si la abrazas muy fuerte, pero al mismo tiempo deseas aprisionarla con fuerza hacia ti, felicidades, y disfruten de esos pequeños roces, son mega excitantes, y créeme le dan mucho más sabor para cuando por fin visites el paraíso con ella, lo malo es que la adoras tanto que los nervios te traicionan, suerte con eso y cuidado, tanto sentimental como físicamente, ya sabes sin globito no hay fiesta.
Torrefacto: que hay bro, aquí leyéndote y si a veces una caricia debajo de la mesa, significa más que un faje que se da en plena calle, pero ya quedan pocas personas que piensan así, no muchas chicas les gusta el romanticismo, y menos hombres saben manejarlo, aquí estamos.
Shalom: gracias por tu palabras aquí, y más por las que me haces llegar a mi correo, créeme que me has hecho pensar, pronto te escribiré un correo, para decirte cómo va el reto que me pusiste, y bueno nada más, aquí contando otro poquito, espero sea de tu gusto, un abrazo a ti y a toda tu familia.
Jarkus: qué bueno que te guste el relato, y sobre lo de los años, pues solo fue un error, de esos que suceden porque uno 2005 y 2015 se parecen, y pues algo sucedió ahí en mi cabeza que puso el uno sin pensarlo, supongo que pensaba en que en esos años yo tenía 14 y 15, algo así, como sea solo significa eso, otra opción no veo, pero me intriga saber qué idea te formaste en tu cabeza, así que dime tu hipótesis, jajajaja.
Lobo: Auuuu amigo, aquí un león, bueno pues primero bienvenido, y gracias por las palabras, segundo a mi también me encienden los relatos de hermanas muy mayores, por razones más que obvias, a ti porque, tienes a una hermana reina de tus sueños húmedos, o solo la fantasía?, como fuere, la duración de los relatos si está bajando, pero yo los corto donde creo que ya quedo digamos ese lapso de tiempo, para comenzar con otro además de que juego con la continuación, para mantenerlos un poco en suspenso, creo que eso también ayuda a disfrutar de una historia, así que eso no sé si se cambie, seguiré cortando los capítulos donde crea necesario, pero también tratare de hacer más largos cada relato, y si creo que Tabú de hermana, quedo con mucha tela de donde cortar, de lo más hermosa que he leído, no se me identifique de inmediato con Sergio, y bueno Leo su hermana hasta nombre comparte con mi propio protagonista, jajajaja, Seamus ¿dónde estás? Se te extraña hermano.
Golden Rose: te note un poco fría, espero no haberte ofendido de manera alguna, y si es así perdóname, Rosy, espero seguir contando con tu lectura, y tus comentarios, que no soy nadie para exigirlos, pero de verdad me animan, y no se a ustedes que ya me comentaron casi en todos los capítulos, los extrañaría si no me comentan, con unas letras tuyas sería feliz, un muy fuerte abrazo hasta estados unidos.
Vane: hola señora mía, gracias por tus hermosas palabras, si la escritura de algunos relatos aquí encontrados parecieran fruto de adolescentes que desean escribir escenas porno en lugar de un relato erótico, trato de no caer en eso, pero como ya dije antes sí que habrá escenas muy sexuales en el futuro, porque bueno no es cuestión de medidas ni de grandes frases pornográficas, es pasión pura, y esa es más sensual que cualquier complicada posición del camastra, y gracias por las recomendaciones, pero más aún por tu lista de autores favoritos, a muchos no los conocía, y he de decirte, tienes un excelente gusto, saltas de lo romántico, a lo plenamente sexual, pero siempre eligiendo relatos con clase, gracias aún estoy leyendo toda tu lista, así que si no escribo será tu culpa me has dado mucho material para leer, un abrazo hasta Colombia.
Circe: hola gracias por comentar, y que curioso que digas que sentiste el dolor de mi erección no atendida, no sé si se note pero tarta de explicar el mundo de los varones a ustedes las chicas, o bueno como sentimos el mundo nosotros, y al mismo tiempo dejo caer alguna información de ustedes la féminas, que aprendido con el tiempo y la experiencia, y otras directamente escuchándolas a ustedes, para sí guiar un poquito a los chicos, ¿lo estoy logrando? Trato de que ustedes como mujeres comprendan un poquito que dentro de nosotros también hay tormentas de sentimientos, solo que la mayoría somos malos al querer demostrarlo, yo fui suertudo pues nací con lo que algunos llaman elocuencia, de nuevo gracias, nos leemos después circe.
Samanta: Hola sami, sami por que ya tengo un amigo que en realidad si se llama Samuel, y a él le digo Sam, bienvenida, y muchísimas gracias por registrarte para comentar, me causan orgasmos mentales cuando leo eso, me inflan mi ego mucho, y bueno todos somos un poco vanidosas al final de cuentas, así que gracias espero leerte aquí al menos alguna que otra vez.
Y como siempre gracias a los que no he mencionado, saben que igual tienen un lugar especial en esta aventura, y bueno un abrazo a todos y cada uno de ustedes y ahora si a leer.
Miradas
Capitulo6: Doce deseos, doce miradas.Parte3
Cuando entre al salón ya la música estaba a todo volumen y todos o al menos la mayoría de las parejas estaban en medio, bailando salsa o cumbia, nunca he sabido distinguir una de otra, me dirigí a nuestra mesa donde encontré a mama y a las tres niñitas solamente.
-¿Y Lía?-mire a mi alrededor pero no la vi.
-Bailando con tu papá, ¿por qué tardaron tanto?-de nuevo esa mirada tan suspicaz, que me ponía nervioso.
-Yo fui al baño, no se Lía.-mentí mientras miraba a las niñitas jugar entre ellas, me sorprendía que no estuvieran corriendo por el lugar.
-Ahhh, y ¿qué es eso de que hay una novia es cierto?-mama saco el tema tan rápido y tan de repente que me quede callado un rato.
-¿qué?, a ya, no, que va cosas de papá-dije yo pero seguía sin mirarla, aun observaba a las tres damitas que estaban al lado mío, cuando la hermanita de Mario volteo a verme, yo le sonreí, pues porque eso es lo que yo ago. Cuando un niño me mira, ella toda roja desvió su mirada, se me hizo de lo más tierna.
-pues a mí parece que sí, que si es una niña, de verdad mijo has cambiado un montón.-me acaricio el cabello.
-¿y eso es malo?
-no, para nada, es más se te ve más feliz, pero...-una mirada triste apareció en su rostro.
-pero...
-pero creo que tu padre tiene razón, estas muy niño, Leo acabas de cumplir los catorce, debes ir lento, ¿entiendes?, no quieras volar cuando apenas estas caminando.
Su plática me estaba poniendo por demás nervioso e incómodo, supongo que porque todo lo que decía era verdad.
-Y si hubiese alguien, ¿sería malo?-le mire, de alguna manera yo quería confesarme a alguien, si Lía no hubiese sido mi hermana y si la vecina, aun cuando la edad fuera la que teníamos, al primero que le hubiese contado seria a Javi, y tal vez después a mi madre, pues he de reconocer que a ella era a quien recurría en mis momentos de confusión tristeza o alegría.
Mi madre me miro muy profundamente, era en definitiva hermosa, supongo que la belleza de Lía y lo poco o mucho atractivo que soy yo, lo sacamos de ella.
-No, estas en esa edad, es bueno que comiences a sentirte de esa manera, pero ten cuidado, no quiero que te lastimes.
-No pasara ella es...-demonios ya había admitido que había una ella-... es una hermosa persona, no haría eso.
Mi corazón al menos quería creer aquello.
-eso espero, no me gustaría tener que golpear a una niña.
-jajajaja, por favor no, que vergüenza.
Mamá también se rio un poco pero esa melancolía combinada con alegría se reflejaba en su rostro.
-¿Por qué tienen que crecer tan rápido?
En eso la música cambio a una nueva canción, y mi padre y Lía regresaron, después del baile papa bebió de una copa, y se llevó a mi madre a la siguiente canción, Lía se sentó a lado mío.
-¿Pasa algo?-supongo me noto algo raro
-No, nada, solo mama que anda de curiosa... o cierto, tenía que decírtelo, mamá está bastante alerta últimamente, no deja de insistir en que estoy raro, y como que no ve normal que ahora nos llevemos bien, creo que debemos tener cuidado enfrente de ella.
-Lo que pasa es que tiene celos de que le esté quitando a su niño-me miro divertida, pero su voz se notaba no muy de broma.
-estás loca
-¿Y quien me contagio esa locura?
-Jajajaja, ahora resulta que yo tengo la culpa-obviamente hablábamos muy juntos casi en nuestros oídos, pues la música estaba altísima, además de que no era plan que las niñas escucharan la conversación, bueno las dos más pequeñas pues la otra había desaparecido.
-Pero es cierto, creo que está nerviosa de que estés creciendo y pronto ya no la vas a necesitar, bueno eso piensa ella.
-Pues está mal, siempre la seguiré queriendo.
-¿Más que a mí?-Lía me pregunto, de nuevo no supe si en serio o no.
Me quede callado, ¿había una respuesta correcta para aquella pregunta?
-son diferentes cosas, ella es mi madre tu eres...-no pude seguir no sabía cómo.
-yo soy tu hermana, lo vez, y con lo loquito que estas no se me haría sorprendente que bueno tú y mamá...
-Te equivocas, si estoy loco es por ti, solo por ti, no me gustas por ser mi hermana, me gustas porque eres tú, aunque que seamos lo que somos me gusta también... no se es confuso.
-Lo se nene, solo estaba de broma.
Nuestras manos se buscaron debajo de la mesa.
-¿De verdad, le tienes celos a mamá?
-No, pero quería confirmar-me sonrió sonrojada, dios quería besarla de nuevo, me conforme con apretar mi agarre sobre su mano.
-y hablando de celos, que fue eso de hace rato, lo de la papiroflexia, no sé cómo que te note rara.
Lía se rio un poco raro al escuchar mi pregunta.
-no fueron celos, no te creas tanto-la mire fingiendo molestia-es solo que... ¿alguna vez hiciste origami en nuestro cuarto?
La pregunta me pareció extraña pero conteste.
-Mmmm, no estoy muy seguro, pero supongo que sí, no veo por qué no lo haría.
Lía guardo silencio mientras acariciaba mi mano.
-Pues eso... que yo no recuerdo que lo hicieras, trato de recordar pero no lo logro, me sorprendí cuando lo hiciste, y es por qué no lo sabía, y eso me molesta.
-Que sepa origami?-la verdad es que no entendía nada.
-No eso no, es que... no te conozco, como es posible eso, somos hermanos, toda la vida hemos dormido en la misma habitación, y no sé nada acerca de ti.-su mirada era triste y preocupada.
Un silencio nos cubrió, mire a la pista de baile Papá y mama seguían en lo suyo muy lejos.
La tome de la barbilla y la obligue a mirarme.
-Yo tampoco te conozco, no del todo, pero... me encanta descubrir un poquito de ti cada día, me gusta escucharte cada noche y que me escuches, además tampoco es que yo sea la mar de interesante así que tranquila, y piensa esto, tenemos toda la vida para conocernos, no te gusta la idea?
Lía me miraba enternecida, y atenta.
-Toda la vida... hay Leo que cosas dices, si esto solo es un juego no puede durar tod...-me dolieron sus palabras, pero me dije que solo las decía para calmar nuestras culpas, pero igual no la deje terminar y le di un piquito.
Lía salto hacia atrás asustada, pero al ver que nadie nos vio, excepto las niñitas quienes se rieron histéricas ante nuestra muestra de afecto, se calmó, y enojada me dio un pellizco en la pierna.
-Niño, que pasa si nos ven, estás loco nene-pero se sonrió al final.
-Pues nada solo que somos unos hermanos muy cariñosos, creo que en Francia es normal que se besen en los labios-la verdad es que me lo invente en ese momento, y a la fecha no sé si sea cierto o no.
-Pero no somos franceses, que bueno, con esos ojitos que tienes igual y tu si viniste de parís.
Sé que yo ya he hecho mención del color tan rarito que tienen mis ojos, y seguro que hasta presumido he de sonar, pero la verdad es que es mi mejor cualidad física, bueno ahora ya tengo otros atractivos, pero en ese entonces mis verdes ojos eran lo único francamente atractivo de mi persona.
Pero que yo y otras personas notaran lo especiales que eran mis iris, no significa que Lía me lo hubiese dicho, claro que en el pasado lo había mencionado, pero estoy hablando de cuando yo tenía once o diez años, si lo han notado ella nunca me había dicho un piropo sobre mi mirada desde que habíamos comenzado... lo que sea que teníamos.
-¿Te parecen bonitos?-inclusive parpadeé rápidamente como hacen las chicas coquetas solo que yo lo hice en broma así que exagere el efecto.
-Jajajaja, ¿que se supone que es eso?-su risa siempre me ha sonado al más bello de los cantos, aun cuando el escándalo de la fiesta apenas y me dejaba escuchar.
-y... ¿te gustan?-esta vez pregunte seriamente.
Lía bajo la mirada, de nuevo la tome de la barbilla y la obligue a mirarme.
Nuestros ojos se conectaron, sus preciosos orbes avellana se veían negros, por alguna razón, hermosamente oscuros.
-si ya sabes algo ¿por qué lo preguntas?-me miro sonrojada, entrecerrando los ojos.
-Quiero escucharte-me acerque a ella.
Suspiro, y sonrió de manera condescendiente, de nuevo esa miradita de que voy a hacer contigo.
-Me encantas tus ojos, son los más hermosos que he visto nunca.
Me acerque aún más a ella, si no estuviésemos en medio de una fiesta rodeados de gente, y con el miedo de ser interrumpidos por nuestros padres, la hubiese besado, pero lo que hice fue acercarme a su oído.
-Pues son tuyos, fueron hechos solo para verte a ti, cada mirada es tuya, y si los quieres te los doy.
Lía creo que no pudo contenerse y me acaricio mi nuca, jugando de nuevo con mi cabello.
-¿De dónde?, ¿de donde sacas tantas palabras bonitas?, ¿por qué me las dices? no es justo.
-No sé, solo me vienen, tú me inspiras, eres mi musa.
Yo ya estaba rosando su oído con mi boca, le di un besito de despedida, justo en la parte debajo de la oreja pero sin llegar al cuello.
-Leo, nos verán...-pero de nuevo no se quitaba.
-Lía...-te amo pensé lo más fuerte que pude tratando de que leyera mi mente.
Me aleje de ella, de verdad que el alcohol me tenía loco.
Los dos nos quedamos viéndonos, tal vez demasiado profundamente, sinceramente, si cualquier persona se acercara lo único que podría ver seria a dos novios enamorados mirándose melosamente, claro que dos novios con edades muy disparejas.
-Y ¿quieres bailar?
-no soy como tú, tú lo traes en la sangre yo no.
-bueno si no quieres tendré que encontrara a otra pareja de baile...-y mientras lo dijo se puso a mirar a su alrededor como si de verdad buscara a alguien.
-Vale, vale, pues vamos, pero no me culpes si comienzan a burlarse de nosotros.
Y así pasamos lo que quedaba de la noche ella tratando de enseñarme a moverme, pero mi falta de seguridad, mi inexperiencia, y mi timidez natural hicieron que más que nada me viera ridículo, lo cual no estuvo tan mal pues muchas risas sí que tuvimos.
Y por fin la música se apagó el director de la empresa se puso delante de todos nosotros encima del escenario que había adelante donde también estaba el sonido, y después de un aburridísimo discurso, donde hablaba de que debíamos tener metas y planes que lograr en el siguiente año y cosas así, por fin estábamos listos para recibir el año nuevo.
Mientras el señor hablaba, los camareros fueron repartiendo unas copas con doce uvas que estaban sumergidas en vino blanco, con un palillo largo para poder pescarlas.
Papá y mamá se habían acercado a nosotros, cuando la música paro.
- tienen que comer las uvas antes de que suene una nueva campanada, ¿ya tienen listos todos sus deseos?
Mama nos explicaba como si fuésemos nuevos en esta tradición, pero igual se le agradecía el ánimo que le ponía al asunto, que a mí me parecía intrascendente, claro eso antes de enamorarme de Lía.
-Vale mamá que ya lo sabemos-lía exclamo.
Había algo así como un proyector detrás del sonido y ahí estaba una cuenta regresiva que en unos diez minutos alcanzaría los últimos diez segundos del año, supongo dejaron ese enorme margen para que todos recibieran sus uvas.
-Pero no vayas a ahogarte tratando de comer muy deprisa-mi madre de nuevo se agacho a acomodarme la corbata.
Mire a Lía, y ella en efecto giro sus ojos como diciendo, ahí va de nuevo consintiéndote.
-Yo les recomiendo que en lugar de deseos hagan propósitos-mi padre de nuevo tratando de que fuéramos mejores personas cada día.
-Mi propósito de este año será, terminar el semestre sin quedar a deber ningún crédito, que igual y lo pido como deseo.-Lía explico la situación que ya todos sabíamos, la verdad es que se mataba estudiando.
-Uno de los míos será que salgamos más en familia, casi ni salimos juntos este año-mama dijo, un poco como queja hacia mi padre.
-Mmmm... Pues el mío será tener listo el cuarto de leo antes de que finalice el año-papa dijo pensativo.
Lía y yo nos miramos, ¿había tristeza, miedo, decepción sorpresa?.. Creo que un poco de todo en aquellos hermosos ojos... y yo debía estar igual, no me agrado nada la idea de que nos separaran justo cuando yo comenzaba a descubrir lo maravilloso de compartir alcoba con mi hermana.
-¿Porque esas caras? No les gusta la idea, tu Lía te la pasabas quejándote de que querías un cuarto para ti sola.-Mama no dejaba de sorprenderme, había sido así de suspicaz siempre, la respuesta era si, supongo que años de práctica metiéndose en las vidas de nuestros vecinos y familiares la habían hecho una experta en detectar este tipo de cosas, solo que hasta a penas yo me enteraba de los poderes deductivos de mi progenitora, esos eran los cambios que había provocado Lía en mí no solo era más consiente de mí, era más consiente de todo y de todos.
-Y tu Leo que deseo vas a pedir-Lía fingió que no escucho el comentario de nuestra madre y me miro-deberías pedir que te dé más vida social, que mira que yo teniendo tu tiempo saldría a pasear más a menudo.
-tengo vida social, solo que no la ando divulgando, tu que sabrás.
-Pues un poquito más si deberías contarnos, que aún no me fio de esa que anda robándote el sueño-mi madre de nuevo al ataque.
-¿y cómo sabes que me roba el sueño?-la verdad es que tenía razón, cuando no soñaba con Lía, despierto me quedaba, para verla dormir.
-Leo ¿que hemos hablado sobre eso?-papa a veces exageraba con eso de ser estricto.
-pero yo que si no se me ha demostrado nada, soy inocente hasta que se demuestre lo contrario.
Lía se rio, de mi gracia, adoraba hacerla sonreír.
-Vale, vale ya casi llega el momento, ¿en serio no tienes un deseo?-mama trato de calmar el fuego que ella misma había provocado.
-Si en realidad, es solo uno el que tengo, ¿creen que si lo repito doce veces se me cumpla?-Y la mire, Y ella a mí, de nuevo con ese sonrojo que ya me pertenecía, que solo yo lograba sacarle, bueno eso quería creer.
Creo que mama quería decir algo al respecto pero en ese momento...
-Diez...la multitud alrededor comenzó la cuenta final.
Nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dosis
El uno no se gritó lo que si paso fue que una fanfarria lleno el lugar, y confeti dorado y plateado cayo del techo, quien sabe cómo.
Todos comenzaron a meterse una a una las uvas a la boca mientras una campana, obviamente una grabación, sonaba en los altavoces.
La primera.
“que Lía me ame” la mire y ella me sostuvo la vista.
La segunda, apenas y las partía y ya las tragaba casi enteras.
“que Lía se enamore de mi “nuestros ojos seguían conectados.
La tercera,
“que Lía me quiera” ella también trataba de comer sus uvas rápido, y los dos sonreímos pues nos veíamos graciosos tratando de tragar los pequeños frutos verdes.
La cuarta, casi no alcanzaba la campanada.
“que Lía me necesite como yo a ella”
La quinta
“por favor que Lía me mire”
La sexta
“que no es un juego, que sea real”
La séptima
“quiéreme Lía quiéreme, aunque sea solo un poquito”
La octava
“solo debes quererme un poquito, yo hare el resto princesa” Lía y yo seguíamos en nuestro mundo, mirándonos mientras comíamos a toda velocidad.
La novena
“Que me quiera para siempre, que me ame por siempre, por favor”
La decima
“Que nunca me niegue sus besos, que solo sean míos sus labios”
La undécima
“Poe favor que nunca me deje, que nunca se vaya”
La doceava
“solo eso pido, solo una cosa, que Lía me ame”
Y por fin cunado todos pudimos pasarnos los frutos, comenzaron los abrazos mama y papa se abrazaron muy lindamente, la verdad me preocupo un poco que mamá, se hubiese percatado de nuestras miradas pero, la verdad no mucho, en ese momento, me acerque a Lía, y ella a mí, nuestros cuerpos se unieron.
Recode los años anteriores, cuando Lía y yos dábamos el abrazo de año nuevo, o el de nuestro cumpleaños, o el de cualquier ocasión en que nos veíamos obligados a rodear al otro con nuestros brazos.
Y eran abrazos incomodos, de esos que son rígidos, casi sin querer tocar a la otra persona, y dar unas muy tontas e incomodas palmadas en la espalda, así eran nuestros abrazos en el pasado.
Pero ahora.
Lía desde el principio cruzo sus delgados brazos enfundados en aquellas largas magas de seda negra, detrás de mi cuello como si fuésemos a bailar alguna canción especialmente romántica, mis manos se fueron a su cintura, ella se recargo en mi hombro algo un poco incómodo para ella ya que me quedaba realmente alta más aun con esas zapatillas. Yo a mi vez me hundí en sus pecho, mejor dicho en medio de sus pechos, y apretamos nuestro abrazo, acercándonos muchísimo, yo la apreté contra mí, fuerte, tal vez demasiado fuerte, pero ella igual hizo lo mismo con sus brazos atrayéndome del cuello hacia ella, sé que al leerlo parece que pasa una eternidad, pero en la realidad son apenas segundos, lo que dura una acción.
-Feliz año nuevo- le susurre al oído-mi princesa hermosa, que todo te salga bien que sonrías cada día, y si no, si tuvieras un día gris y malo, ahí estaré yo, siempre estaré ahí.
La escuche reírse enternecida en mi cuello.
-Feliz año Leo, me confundes, me asustas... tengo miedo... pero... me gusta, tú me gustas nene.
Todo habían sido susurros, y seguro que mamá, ya estaba de nuevo con el radar encendido, pero por vez primera me importo muy poco, lo único que deseaba era quedarme así, abrazándola, y sentir como ella me correspondía, quedarnos así por siempre... pero no era posible así que nos separamos, y esta vez abrace fuerte a mi madre.
Me miro, con una expresión cautelosa, intrigada al máximo, como queriendo leerme la mente.
-Feliz año nuevo ma, que te puedo desear que no te merezcas, con que podría agradecerte lo buena que eres siempre conmigo, te quiero.
-Hay Leo, que piensas, que pasa en tu cabecita hijo...-suspiro-Feliz año nuevo.
Después fue el turno de papá, este si fue un abrazo de lo más incómodo, papá y yo nos amábamos, pero demostrábamos nuestro amor, en las charlas rumbo a la escuela, debatiendo de las noticias, y de cómo el mundo se iba cada día mas a la basura, también cuando arreglábamos algún desperfecto en casa, y él me enseñaba algo nuevo, y yo lo aplicaba en la siguiente ocasión, y me miraba orgulloso, el me decía te quiero con una sonrisa de aprobación cuando ayudaba a mi madre en casa, cuando entregaba mi boleta de calificaciones y casi todo era excelente, yo le decía te amo, cuando obedecía sin chistar una orden suya, cuando de mi boca no salían grosería, pues él me había prohibido usar lenguaje soez en casa, le quería, le admiraba, y el a mi creo que también me adoraba, era su varón, su hijo, el hombrecito de su casa, su futuro, su apellido, su sangre, si papá y yo nos queríamos, pero no había entre nosotros abrazos o palabras cariñosas, ni mimos, nada de consentirme, papá estaba criando un hombre, y él fue el primero que me enseño que esta vida es cruel y dura, y hay que ser más duros que ella para seguir aquí.
Él y yo nos dimos ese conocido medio abrazo medio estrechón de manos, que es tan característico de nosotros los varones, una palmada en la espalda y ya.
-Feliz Año nuevo hijo
-Feliz año nuevo padre-nada mas solo eso.
Me sentía mal conmigo, como mirarlo, como recibir ese abrazo, cuando sabía que estaba traicionando todo lo que él me había enseñado, todo lo que el creía que era, ahora era mentira, me había enamorado de su hija, y no solo eso la estaba empujando conmigo al pecado, ya había disfrutado de su cuerpo, no en su totalidad, pero...
Perdóname papá, perdóname... es más fuerte que yo. Para dejar de mirarla tendría que sacarme los ojos, para dejar de pensar en ella una bala en la cabeza, y para dejar de amarla, arrancarme del pecho el corazón, perdóname padre, perdóname.
Después tuvimos que repartir abrazos hipócritas a las personas que había alrededor, No sé de donde habían salido Violeta y Mario, pero de repente este estaba abrazando a Lía, quien hacia lo posible por mantener la distancia cosa que me agrado de sobre manera.
Violeta me abrazo también, se le veía divertida conmigo, me miro y yo a ella, una risita salió de ambos.
-Feliz año nuevo, Leo, que no viene de Leonardo.
-Feliz año nuevo Violeta, que no sabes si de la flor o del color viene tu nombre.
Y se fue, a meter en cintura a su coqueto novio, y esa fue la última vez que vi a aquella chica, la primera, sin contar a Lía por supuesto, con la que había coqueteado en mi vida.
Lía se acercó y como quien no quiere la cosa no fuimos juntos a la mesa donde platicamos de como pronto entraríamos de nuevo a clases, de la futura fiesta de Laura, y de cómo podríamos evitar que yo tuviese que bailar con mi prima, planes bastante locos, el más aventado, escaparnos de la fiesta justo antes del Valls.
-Si es contigo me escaparía a cualquier parte.-de nuevo el Leo poético.
Tardó en responder, y creo que gran parte de lo que había sucedido aquella noche se lo debía al licor, bendito licor entonces.
-Yo también, si es contigo.
¿Por qué?, ¿por qué estaba prohibido lo nuestro?, ¿por qué no podía besarla ahí cuando nuestros cuerpos era lo que más deseaban?, ¿a quién lastimábamos?, ¿por qué era una ofensa nuestro amor?, ¿por qué un pecado nuestro cariño?
Por fin la noche termino a eso de la una y media de la madrugada, papá no había bebido demasiado, solo cuatro copas toda la noche, y lo demás solo refresco, no quería arriesgarnos en el auto, aun cuando yo pienso que la cantidad correcta de alcohol en la sangre para manejar es cero.
Subimos al auto, y de nuevo las cobijas nos hicieron el favor de cubrirnos de la oscura y fría noche invernal, Papa puso la calefacción, aunque bajo la ventanilla de su lado un poco para que no se empañaran los vidrios.
Lía se acercó ama y se recargo en mi hombro, definitivamente el alcohol nos tenía demasiados descarados, nuestras manos no tardaron en encontrarse, ella cerró sus hermosamente maquillados ojos, y fingió dormir, pues debajo nuestras manos danzaban.
Yo recargado en el vidrio miraba la ciudad pasar a nuestro lado, muchas personas caminaban en las frías calles, siendo de bares, y discotecas, estos eran jóvenes, que se besaban bajo las farolas, parejas que habían salido a la ciudad a celebrar la llegada del 2005, me sentí feliz por ellos, ellos que si podían caminar de la mano con su persona especial, ellos que eran libres de demostrarse cariño en público, los envidie, pero de una manera cariñosa, por fin no me molestaban como antaño esas parejas que daban un espectáculo en la vía publica, si antes me parecían groseros, y hasta en cierto punto asquerosos, ahora los comprendía, como esperar a llegar a casa si nada te impide saborear los labios de tu amada, ojala muchos fueran amor verdadero, que se casaran y vivieran felices por siempre, eso pensaba en aquel viaje hasta que....
La mano de Lía abandono la mía, y cuando comenzaba a sentirme desolado, la sentí bajar por mi pierna acariciando muy suavemente.
Mi cuerpo reacciono a sus juguetones dedos, una parte reacciono más que el resto, ella seguí con sus caricias, mi cuerpo se erizo completo, y ese calambre que recorría mi columna vertebral cada vez que me excitaba, ya estaba en todo su esplendor, y hablando de cosas en todo su esplendor...
Cuando sus dedos llegaron, tuve que cerrar los ojos y apretar la frente contra el vidrio, sus dedos acariciaron a todo lo largo mi pene, que saltaba contento de recibir mimos de aquel misericordioso ángel.
Yo lleve mis mano hasta su pierna y comenzó a subir muy lentamente rozando la piel desnuda de mi hermana, Dios cuando pese eso, que ella era mi hermana, mi pene alcanzo su estado máximo, que pues en ese entonces no era mucho no demasiado poco, supongo que lo normal en los chicos de mi edad, no es que me pasara la vida viendo penes erectos de chicos de 14 años, pero cuando mi mano estaba a punto de sumergirse dentro de la falda de Lía, ella me detuvo con la otra mano.
¿Lo había echo mal?, ¿la había ofendido?
Ella seguía acariciando mi palpitante miembro, así que no estaba enojada, ¿entonces?
La respuesta me llego en un susurro que quedaba apagado por el esterero del auto, que mi padre había encendido para saber el trafico vial, mama le daba platica para que no se durmiera al volante.
-No nene, esta vez me toca jugar a mí, cuando lleguemos a casa, bueno... hoy es un día especial, ya sabes, te enseñare... algo nuevo.-Hundió su rostro en mi cuello, como una gatita.
-Aprenderé bien, princesa... Mmmm-un gemidito salió de mi boca-Lía había apretado más fuerte mi hombría.
En ningún momento me abrió el cierre, creo que aún no estaba preparada para tal cosa, pero sí que me acomodo aquella parte de mi cuerpo de tal manera que ella fácilmente podía mover de abajo hacia arriba su bonita mano.
Una paja, no había otra manera de describir lo que estaba haciendo mi hermana.
Lía mi hermosa hermana de veinte años de edad, me masturbaba, mientras nuestros padres estaban a solo un metro de nosotros, yo no seguí avanzando en sus piernas pero me quede en su rodilla acariciando de apoco su tersa piel, para descargar algo de tención.
Ella aceleraba el ritmo y cuando yo me retorcía demasiado, o un sonidito salía de mi boca, ella paraba, para solo acariciar por encima de la tela usando aquellas afiladas uñas.
El camino a casa tomaría una poco más de una hora, pues Lía se la paso torturándome con ese placer media hora del recorrido, seguro piensan que exagero, pero no, no es que yo tuviese un aguante sobrehumano, era que ella se detenía en el momento justo, después comenzaba de nuevo, y así sucesivamente.
El dolor en mis testículos era desgarra dador, era una presión que jamás había sentido, todo mi cuerpo exigía que me corriera, pronto pero al mismo tiempo disfrutaba de aquel masoquista placer, que era no acabar.
Como dije media hora paso hasta que cuando mi cuerpo entero temblaba de excitación, y sudor corría por mi frente, cuando mi respiración ya era por demás errática, y una nubecilla de vaho empañaba mi cristal, cuando creía que enloquecería en ese limbo de placer y dolor.
Entonces...
-Córrete nene, córrete para tu hermana, ¿te gusta que tu hermana te toque verdad? Pues ¿sabes? A mí me gusta tocarte.-Su mano me apretó muy fuerte mientras me sacudía desaforada mi delicado amiguito, y llegue, por fin mis ojos que ya estaban cerrados, fingiendo dormir, se cerraron más aun mis caderas se lanzaron hacia adelante, tratando de penetrar algo que no estaba ahí, tuve literalmente que morder mis labios para no gemir fuertemente, quede sudado, temblando y totalmente mojado del pantalón, Lía acaricio, el glande por encima del pantalón, lo cual me causo, más de ese dolor/placer, jugaba con mi humedad, al último me dio un besito en el cuello, no se retiró sitio ahí recargada en mí, y su mano no abandono mi pene, lo acariciaba de a poquito mimándolo, no sé cómo los papas no notaron lo que sucedía detrás de ellos, supongo que la oscuridad y el alcohol en su sangre ayudaron a nuestra aventura.
Nunca había escuchado a Lía hablar de aquella manera, sé que no fue grosera, ni dijo frases de película porno, pero para mí que la conocía, sabía que ella no se expresaba de esa manera, ni siquiera en los dos orgasmos que le había sacado hasta ahora, era el alcohol, la fecha, el hecho de que cada vez íbamos asumiendo que esto era real que de verdad estábamos metidos en lo que tarde o temprano culminaría en... incesto, tal vez todo junto, pero que Lía me hubiese hablado así de vulgar, me había encendido de una manera inimaginable, como yo había dicho teníamos mucho tiempo para conocernos, y yo estaba aprendiendo a cada segundo, una nueva parte de mi dulce hermana.
Trate de recuperar la respiración, el vientecillo que se colaba del ventana de mi padre ayudo mucho.
Y no sé si justo en ese cambio de año, los planetas se alinearon, o mercurio están en la tangente de Saturno, mientras que los dos estaban paralelos a escorpio, o algo así, pero ese año el 2005, seria, aun cuando yo no lo supiera en ese momento, el mejor año de toda mi vida. Lía termino de jugar con mi semen, que quedo embarrado en el pantalón, y de nuevo nuestras manos se buscaron y así tomados de la mano como dos hermanitos buenos, nos dormimos, la noche había sido larga, y yo entre a la tierra de los sueños, anticipando, la llegada a casa, ansioso por aprender esa cosa nueva que Lía quería enseñarme.