Miradas

Algo sincero salido del alma.

Aun no sé bien cómo fue que comenzamos la conversación, por qué motivo o razón nos cruzamos una tarde, pero al levantar la mirada, detrás del mostrador, sus ojos… su sonrisa, tenía un brillo especial. Al hablarme me sentí también yo especial, compré lo que debía comprar, y salí pensado en esa mirada muy particular. Debía pasar por ese negocio medio a menudo, así que allí él estaba, sonriendo como siempre con calidez hacia el público en general, y yo era un cliente más del lugar, como siempre me sonreía y yo le correspondía de la misma forma. Fueron pasando los días y esas sonrisas se transformaron en agradables charlas: de amigos, trabajo, cosas en general. Así nuestras miradas se cruzaban y nos regalábamos sonrisas mutuamente el uno y el otro. Hasta llegamos a hablarnos sólo con miradas. ¿Saben? él me levantó el alma, me dio fuerzas, valentía, me demostró lo especial que soy aunque yo no confíe en mí misma, él me dio autoestima. Hoy por razón del destino de la vida, ya no esta allí detrás de ese mostrador, pero sí en mi recuerdo su tierna y dulce mirada, una mirada que me alegra el alma auque ya no esté.