Miradas Capitulo 6: Doce deseos, doce miradas.Prt1

Mi hermana y yo cada vez nos atrevemos a mas.

Peito: un gusto conocerte, y más dicha aun que mis letras te gusten, (suspiro) todos los demás pueden saltarse esta parte si quieren, será largo.

Me comentas que te atrae tu hermana pequeña, no me dices tu edad ni la de ella, así que poniendo mis dotes de detective are una conjetura, nosotros los hombres comenzamos con el interés en el porno y esas cosas como a los 14, un año más un año menos, así que me dices que llevas siendo lector de esta página cuatro, yo también ya llevo años rondando en silencio por aquí.

Así que digamos que tienes entre 19 y 22, tu hermana es menor, una vez conocí a un tipo que tenía 17 o algo así y su hermanita acababan de nacer, pero digamos que tu caso no es tan extremo. Es más Lía y yo ya estamos separados por bastante edad y no es tanta, así que normalmente serias uno o dos años mayor que ella, a mucho cuatro,  así que ella tiene ahora mismo, entre 14 y 18, ¿vale?

Ok pues el primer consejo es este, un paso atrás.

Más aún si ella es menor de edad, que créeme no es que yo sea muy creyente de eso de que la edad adulta llega cuando unas tontas leyes lo dicen, pero si ella tiene menos de quince, sí que tienes que tener cuidado, sé que muchas chicas dejan se der niñas a veces desde los 12 lo cual a mi parecer es tristísimo, pero eso no significa que por ello nosotros los chicos debamos de tratar a toda mujer como si ellas no valoraran su inocencia.

Bien, ahora lo mismo que le dije a An mangazine, ¿es solo atracción, o crees que es más que eso?, ¿no lo sabes? Es normal, pero bueno digamos que es el inicio de lo que será amor real, pues entonces debes de parar un momento y pensar si quieres ir enserio con esto.

Y me refiero a que te aras responsable de toso lo que suceda en el futuro, sea bueno o malo.

¿Lo has decidido?, pues para que sepas tomar una acción correcta te invito a seguir los siguientes pasos

  1. 1. *Practicas algún deporte, y no hablo de las cascaritas callejeras de tu cuadra, hablo de una disciplina real, ¿no?, pues ahora es cuando, te recomiendo entrara a un gimnasio, entre más pronto mejor, no son caros pues se pagan mensualmente, ve dos horas diarias, y hablo de diarias nada de que hoy me dio flojera. Eso te ayudara en muchas formas, uno, en que así sacas mucha de la energía y frustración que se acumula en tu cuerpo, y vas a tener bastante de ambas si es que de verdad te enamoras de tu hermana. Dos, tendrás que esperar hasta el tercer mes más o menos, pero créeme habrá cambios en tu cuerpo, y para mejor, y cuando lleves ya algunos meses, y de repente te quites la playera frente a una chica, hermano, su rostro no tiene precio. Tres. has esto con la idea de que estas mejorando para ella, para gustarle, y si en algún momento dices, no ya no vale la pena, ese es el indicador de que no te gusta realmente, y mucho menos la amas.*
  2. 2. *No sé qué personalidad tienes pero de ahora en adelante te comportaras como un caballero, más hacia ella, no te confundas, nada de halagos piropos ni insinuaciones, que lo más seguro es que se asuste, no, lo que te pido es ser un hombre de verdad, atento, amable, cordial, sin llegar a parecer su sirviente, me explico. Ella está viendo la televisión en el sillón, y no sé dónde estés pero ayer aquí en México amaneció a tres grados, y eso es mucho frio para los que estamos acostumbrados a un clima tropical, pues ahí tienes una oportunidad, no hables no preguntes, te levantas vas por una cobija y la cubres, te mirara confundida y tal vez te de las gracias tu solo un leve encogimiento de hombros si te pregunta el por qué y te sientas, no a su lado, y no te tapes con la cobija, lo hiciste por ella no por ti. Que quiere salir con sus amigas y tus padres no la dejan, intercede por ella, insiste en que la dejen salir. Otro ejemplo y esto sirve para cualquiera que tenga novia, vas caminando en la calle y tu chica te dice mira una tienda de helados y todos preguntan ¿quieres uno?, somos idiotas, pues claro que quiere uno si no te hubiese comentado nada, de nuevo sin hablar vas y se lo compras. Y así, ten detalles, pero no detalles amorosos aun no, cada chica es diferente tu sabrás cuando y como destacar, pero siempre sin propasarte.*
  3. 3. *Cuanto sabes de ella? Conoces su color favorito? Su flor? Podría ser una niña más a la que les encantan las rosas, ¿pero de qué color, rosas blancas rojas, anaranjadas amarillas, o colores artificiales, azul morado negro, y si no son rosas serán lirios, azucenas, girasoles, bocas de dragón, tulipanes margaritas? ¿Qué prefiere el frio o el calor, playa o bosque? ¿Comida favorita? Salado o dulce? ¿Postre preferido, que quiere ser de grande, está cerca de cumplir ese sueño? ¿Cuantas amigas tiene como se llaman, y quien de ellas es su mejor amiga? Si no sabes estas respuestas no es raro eres un hermano normal y corriente, y tu misión es esta, entérate de todo eso, no de golpe, platica con ella, y a tu vez platica de ti, como les fue en el día y cosas así, si no son muy unidos será raro al principio pero se irán acostumbrando. Y si ya sabes todo esto y más pues noticias amigo ya estás enamorado de ella. Quiero que agás esto por una razón, si platicas con ella te darás cuenta de cómo es ella como persona y tal vez descubras que es una tonta niña superficial, y aburrida, no es que en realidad sea así, solo que a ti no te parecerá nada interesante de ella, si eso pasa pues hasta aquí llego tu romance. Pero si descubres que te interesa su vida que cada que la conoces mejor más linda y bonita te parece, si hasta sus errores te parecen adorables, entonces ahí hay algo.*

Pues por el momento y si tú quieres has esto, porque a ti si te recomiendo un plan de acción, y a An no, simple estos pasos no te llevaran a nada romántico con ella de momento, y si resulta que no hay nada ahí, te retiras y ninguno sale dañado, porque en realidad no ha pasado nada. Y aun cuando nada pase, tú te volverás mejor persona, incluso físicamente mejoraras, y serás un hermano amable, y creas o no aprenderás a tratar a otras chicas, pues aprendes de ella quieras o no al convivir diario. Espero que te sirva de algo y nos leemos pronto, y enserio tranquilo y no lastimes a tu hermana, eres el hombre y el mayor tu deber es protegerla, y siempre recuerda nosotros podemos tener sexo con una mujer y disfrutar aun sin enamorarnos, es más hasta sin que nos guste la chica. Pero ellas pueden tener sexo, sin sentir placer, o peor obligadas, y a eso se le llama violación. Piénsalo y ya veremos cómo sigue esto.

An Mangazine, seguro que te preguntaras porque a él lo ayudo tanto y a ti no, sencillo, con que tu trataras con excesivo cariño a tu hermanito y le dieses un beso cerca de la boca, ya lo tendrías toda la noche pensando en ti. Somos realmente simples, pero si quieres seguir el punto 3 y conocer más a tu hermanito y descubrir si el como persona también te atrae hazlo, y ya me contaras si aún quieres algo con él.

Elendur: hola gracias por tus palabras y sí, hay muchas frases y costumbres que compartimos los latinos, espero poder conocer más de Chile a través de ti y que tu conozcas un poco México.

Torrefacto: siempre puedo contar con tus hermosas y bien pensadas frases dignas del más talentoso trovador, que ya hay pocos, espero seguir contando con tus inigualables letras.

Miguel: Gracias paisano, y que bueno que mi relato sirva para que recuerdes, espero con cariño tu pasado, un abrazo hasta monterrey.

Khareth: Hola que bueno que puedas imaginar tan bien las escenas, eso es lo que quiero al escribir de esta manera tan detallada, y eso de que sentiste dolor con los desplantes y eso, bueno… pero sin adelantos.

Aegon: hola, si hasta ahora te escribo es porque hasta hoy me di cuenta de que habías comentado en todos los capítulos, muchísimas gracias, y mira por donde yo acababa d escribir este capítulo y leí tu comentario, y mira lo que son las cosas yo tengo familia en Veracruz, mi madre proviene de haya, en realidad es de su parte de la familia de donde herede mis ojos, así que si algo he aprendido es que el mundo es pequeño y grande el destino, tal vez algún día nos conozcamos haya por las vacaciones de verano que es cuando voy a la costa.

Vane: hola niña, que bueno que pude arrancarte una risa, nada más bello que la risa de una dama. Pero claro ríanse chicas, que aquí nosotros los varones pasamos las duras y las maduras para poder descifrarlas, y  a veces es cansado así que una ayudita no nos vendría mal, no sean tan malas con nosotros, entiendan somos tontos y rara vez captamos indirectas y cosas así.

Carol: hola, gracias por tus palabras me han arrancado una sonrisa, mas por el nene, cosa que podría meterme en problemas. Pero bueno gracias de nuevo a aquí estamos espero este capítulo sea de tu  gusto.

Y como siempre un gracias enorme a todos y un abrazo enorme.

Miradas

Capitulo 6: Doce deseos, doce miradas. Parte 1

El año nuevo llegó, casi siempre esa fecha la pasábamos, en casa de los familiares de mi mama, que vivían en el estado de Veracruz, pero ese año lo pasaríamos en una fiesta que daba la empresa de mi padre.

El día 31 comenzó con la alarma de mi reloj despertándome a las seis y media, me levante de un salto pues quería darle una sorpresa a Lía.

Lo primero que hice fue quedarme observando a mi princesa dormir, su cabello suelto se derramaba por la almohada como una cascada castaña y ondulada, su rostro ligeramente sonrosado estaba de lado así que solo podía ver medio rostro,  su blanca piel resaltaba aún más pues varios mechones de cabello le cubrían de la frente hasta el cuello, era hermoso, podría haberme quedado a admirar a ese ángel dormir horas pero debía apresurarme.

Me vestí con mi típico pantalón de mezclilla, y la camiseta roja de cuadros del día anterior, aún estaba limpia, fui a lavarme la cara como todas las mañanas, y ya totalmente despierto comenzó a preparar el desayuno, el plan seria solo llevarle el desayuno a la cama a Lía pero si hacia aquello se vería realmente sospechoso, así que prepare el de toda la familia.

Los hot cakes siempre han sido mi especialidad, en realidad la única cosa que sabía en ese entonces  hacer de comer, además de huevos en todas sus variantes, así que prepare bastantes de aquellos, freí tocino y pique fruta que encontré en el refrigerador, papaya, melón y manzana, cubrí las fruta con miel y granola mientras que a los hot cakes les unte mermelada de fresa, el tocino lo hice al final para que llegara caliente a su destino.

Lo dividí todo en cuatro platos grandes, la fruta por supuesto en unos pequeños tazoncitos, teníamos cafetera, así que solo tuve que ponerla a funcionar y servir el negro liquido en cuatro tazas, ya eran las siete y media, había tardado una hora, y la familia estaba a punto de levantarse, a mi padre le daban el día primero libre y el uso uno de sus días de vacaciones para poder faltar ese día 31.

Primero tome dos de los desayunos y me dirigí al cuarto de mis padres, toque.

-Pa, Ma, ¿ya se despertaron?-tardaron un rato en contestar.

-Pues ahora ya hijo, ¿qué pasa?-era mi padre

-¿puedo pasar?-pregunte alegre para no preocuparlos.

-Claro mijo-mi madre se oía soñolienta.

Tuve que agarrar por un momento los dos platos con una mano, algo bastante difícil pero abrí rápidamente, y de nuevo use las dos manos.

-Pero Leo, ¿qué hiciste?-mama se escuchó totalmente sorprendida.

-el desayuno, es-Gracias hijo, pero ¿por qué?-mi padre me miro curioso. Pero me quedara bien-me dirigí hacia ellos y les di sus platos.

-por nada especial, solo que son los mejores padres que alguien pueda tener, además creo que es justo que de vez en cuando mama descanse de la cocina.

La verdad era que lo hice por Lía pero eso no hacia mentira lo que había dicho, ellos eran los mejores padres del mundo.

Mama y papa ya habían comenzado a comer.

-Esperen aun no traigo el café.

Salí y regrese con sendas tazas humeantes.

Ellos no salían de su asombro.

-¿Vas a pedirnos algo?-papa me pregunto todo confundido, pues ni yo tenía la manía de portarme bien para obtener algo pero tampoco tenía ese tipo de detalles por mí mismo.

-¿Tan interesado me creen?-pregunte yo haciéndome el ofendido.

-Es que... esto es...-mama no sabía cómo seguir.

-solo se me ocurrió, es todo-me encogí de hombros.

Yo estaba que no cabía de gozo, mi vida hasta hace poco era aburrida y monótona, pero ahora había descubierto que podía no solo ser feliz si no que también podía hacer felices a otros y eso me estaba llenando de una dicha enorme.

-Pues gracias Leo-papa me miro orgulloso

-Sabes desde hace un rato andas raro, no se más alegre o algo así.-eso hizo que de nuevo pesara que  mi mama era más suspicaz de lo que yo creía, así que me hice una nota mental de tener más cuidado con ella cerca.

-No tengo por qué no ser feliz, bueno me voy a darle su desayuno a Lía y a comer el mío, provecho.

Ellos me miraban alucinados, supongo que de verdad estaba cambiando.

-Gracias-dijeron al unísono-ustedes también provecho.

Pase a prenderles la tele de su cuarto.

Ahora si la cereza del pastel.

Salí al jardín de mama y corte una de las rosas, que aunque no estaban en su mejor forma si había una pequeña y blanca que apenas había abierto sus pétalos al sol matutino.

Regrese, puse la rosa en un vaso con agua, y puse el desayuno de Lía en una charola, la única que teníamos plana, a ella quería darle todo el desayuno completo, inclusive puse leche en una tacita de té por si quería ponerle  a su café, a los cuales ya les había puesto azúcar.

Esta vez abrí primero la puerta, y después entre con la charola, Lía aun dormía, en vacaciones ella y yo no despertábamos si no hasta las ocho y media o nueve.

Deje la charola en la mesita de noche de mi hermana, y la mire de nuevo estaba en posición fetal, no totalmente echa bolita pero si formando una ligera curva, en la vida real nadie duerme boca arriba ni siquiera las princesas como lía.

Ella comenzó a moverse, no sé si por mi penetrante mirada o porque su olfato detecto el aroma del desayuno recién echo.

Pero yo quería ayudarla a despertar, así que tome muy delicadamente su barbilla la gire hacia mí y le di un beso.

Moví mis labios hasta que ella abrió sus ojos algo sorprendida y asustada, yo tenía los míos también abiertos para verla, por un microsegundo, trato de alejarse, supongo que no es muy grato que te despierten así de sorpresivamente. Pero casi al instante tanto sus ojos como sus labios dibujaron una sonrisa, y me correspondió el beso, la vi cerrar de nuevo los parpados y yo cerré los míos para disfrutar en su totalidad de aquel beso de buenos días.

Nos separamos.

-Buenos días princesa.

-Buenos días nene, ¿y a que se debe esto?-me miro directo a los ojos creo no se había dado cuenta del desayuno a su lado.

-A que eres hermosa, solo a eso, anda desayuna antes de que se enfrié.

Lía entonces vio lo que yo le señale con la mirada, y de nuevo ahí estaba esa expresión de tierna sorpresa.

Se quedó un rato sin habla, igual que mis padres, creo que los sorprendí demasiado con aquel detalle, que a mí no me había parecido la gran cosa.

-Nene, eres... no tenías que... tu exageras-su sonrisa era enorme.

Le puse la charola sobre sus piernas mientras ella se sentaba recargada en la cabecera de su cama, la rosa la deje sobre la mesita igual que la taza y la leche. Tomo el cuchillo y el tenedor y comenzó a comer. Prendí esta vez nuestra tele, y sintonice cualquier canal.

Me quede mirándola un rato embelesado, la adoraba a tal grado que hasta verla comer era un gozo para mí.

Ella me miro con la boca llena y pasándosela rápido se sonrojo.

-Deja de verme, me da pena.

-perdón, es que eres tan bonita, pero igual voy por mi plato.

Cuando entre con mi plato en una mano y mi taza en la otra, esta vez la que me sorprendió fue ella, se había echo aun lado de su cama y abriendo las cobijas me invito a meterme con ella en su cama, no me hice del rogar me senté a su lado ella me echo la cobija sobre las piernas y así desayunamos juntos viendo la tele.

-Por qué me serviste tanto tocino, ¿no vez que engorda?-separo las tiras de carne de su plato como alejándolas de sí.

-jajaja, tu gorda, de donde si estas perfecta.

-Claro que no, estoy bien pesada, y tengo un montón de grasa en todo el cuerpo, soy la más gordita de mis amigas.-lo dijo hablando en serio, lo cual me sorprendió, pues para mie ella tenía uno de los cuerpos más sensuales que hubiese visto.

-Lo que pasa es que tus amigas están anoréxicas, si están más delgadas que tu están echas un hueso entonces.

Lía seguía comiendo, pero se miraba con ojo crítico.

-pero es que a todos les gustan más las flaquitas, no que yo estoy... no se tengo mucho...-la calle con un beso que me supo a miel de las frutas.

-Tu estas buenota eso es lo que pasa, perdón por usar esa expresión pero es la verdad, y toque con mi mano uno de sus enormes pechos. Ella se ruborizo y salto un poquito por la caricia.

Hubo un rato de silencio, pero un silencio bonito, donde ambos casi acabamos de comer.

-¿En serio no te lo vas a comer?-pregunte señalando el tocino en su plato.

-Nop, ¿lo quieres?

-si-y estaba a punto de tomarlo con mi tenedor cuando ella clavo el suyo en la carne y me la ofreció en la boca, me quede quieto y sorprendido, tal vez no les suene a algo importante y a lo mejor es que no es importante pero para mí fue un detalle tan bonito de su parte que me quede pasmado un momento.

-Di ahh-me indico como si fuera un bebe.

No dije ahh pero si abrí mi boca, y ella metió la comida, ahora el sonrojado era yo, así hasta que terminamos la comida, y el café.

-Oye no lo pensé antes pero ¿y si papa y mama entran?-me pregunto preocupada.

-Tranquila también les lleve el desayuno a la cama.

Ella me miro sonriente.

-eres tan tierno-y me beso de nuevo tomándome de las mejilla, yo también la tome de su cuello acariciando con mis pulgares su garganta.

El beso pronto se volvió una batalla de lenguas, y de nuevo dimos un pasito más en nuestros eróticos juegos, cuando la falta de aire nos obligó a separarnos, y yo me retiraba de su boca, ella acompaño hasta afuera mi lengua con la suya así que por un momento nuestras lenguas estuvieron en el aire, y ahí ella me dio una lamida a mi propia lengua que como por voluntad propia también dio una laminita solo con la puntita de ambas.

Fue súper erótico, y cuando recuperamos el aliento, como si nos comunicáramos mentalmente, los dos sacamos nuestras respectivas lenguas y solo las acercamos lo suficiente para tocar la punta uno del otro. Por supuesto sé que era algo demasiado vulgar y hasta corriente, pero era también increíblemente excitante, aún más si pensamos que en cualquier momento nuestros padres podrían entrar a la habitación.

Nos quedamos viendo fijamente a los ojos del otro hasta que esa risita nerviosa que haberes nos daba salió de nuestras bocas, supongo que pasaba eso pues nos sentíamos de alguna manera como unos niños haciendo travesuras.

La fiesta de papa seria de gala, ósea que las mujeres llevarían vestidos de noche, y los hombres traje y corbata.

Mi madre y Lía ya tenían planeado ir al salón de belleza e inclusive habían echo reservaciones.

Así que yo solo me vestiría formal, pantalón de vestir, no sé cómo se llame en otros países, zapatos una camisa de manga larga color verde esmeralda, según mi madre resaltaba mis ojos, y una corbata negra, mi padre me había comprado la corbata y un suéter muy elegante que hacia juego, el suéter se abría por enfrente así que la verdad me veía bien.

Mama quería que me cortara el cabello pero yo me negaba, ya se me hacía demasiado eso de cambiar de look solo por esa fiesta.

-Mama déjalo, además se ve bien así con el cabello largo, aunque un poco más y te lo cortas Leo.

-Vale

Lía había salido a mi defensa, y al mismo tiempo me había dado una orden, ese era el tipo de detalles cotidianos que tal vez no he explicado demasiado bien en este relato, y es porque eran muy pequeños casi nada, pero para Lía y para mí sí que importaban, había una comunión entre nosotros que antes ni siquiera soñando podíamos imaginar, eso de darme una orden y yo acceder inmediatamente, era uno de esos detalles.

Había mas, como por ejemplo que ahora me preguntaba mi opinión respecto a su peinado o ropa, cosas así de minúsculas, pero que hacíamos sin pensar, incluso enfrente de mis padres, lo cual me recordó que debía decirle cuanto antes a Lía que debíamos tener mucho cuidado enfrente de mamá.

Pasamos la primera parte del día de la forma más normal, arreglando la casa entre todos, viendo tele, y cosas así, pero a eso de las tres de la tarde después de comer toda la familia se fue a bañar, e igual que en navidad después a cambiarnos de ropa.

Lía por supuesto ya tenía vestidos de noche o de coctel como prefieran llamarlos, pues tanto en su graduación de la prepa, como en otras ocasiones tuvo la oportunidad de usar alguno.

Yo me había metido a bañar esta vez el primero pues era el más rápido, así que cuando Lía entro envuelta en una toalla, y totalmente desnuda me encontró encima de la cama leyendo.

Se veía muy tentadora ahí con una toalla en la cabeza envolviendo su largo cabello y otra alrededor de su cuerpo húmedo.

-Lía como se te ocurre y ¿si entran los papas?

-Se metieron a bañar juntos-y guiñándome el ojo prosiguió-creo que a ellos también les gusta jugar un poco.

Me sonroje de solo pensarlo mama y papa bajo la ducha en ese momento, me dio entre asco y no sé qué, claro era obvio que si mis padres tenían una buena relación tuvieran sexo a menudo, pero eso a mí y creo que a muchos cuando somos adolescentes no nos entra en la cabeza que los adultos también tienen ese tipo de necesidades.

-jajaja, pero mira el nene como se pone- Lía ya estaba secándose el cabello.- ¿pensabas que ellos no lo hacían?

-No lo sé... solo que... ¿lo están haciendo ahorita? ¿En la ducha?

-Supongo, no veo por qué no.-Lía lo decía de una manera tan natural.-seguro que es bonito eso de bañarse juntos.

Y me miro directamente a los ojos.

¿Fue una insinuación?

Pero estaba tan choqueado con lo de descubrir que mis padres tenían una vida sexual propia que esta vez no hubo respuesta ingeniosa.

-como sea date la vuelta me voy poner ropa.

Yo solo cerré los ojos, y ella creo ya confiaba en mí, así que después de un rato a oscuras me dijo que ya podía abrirlos, estaba ahí con ropa interior.

Pensé que se pondría el colaless que le había regalado pero en su lugar llevaba un juego de sostén rojo y una tanga igual roja.

Pero que tanga, era un hilo dental.

Se veía especialmente avergonzada, el triangulito de enfrente, apenas y cubría su pubis y si me daba la espalada sus preciosas nalgas estaban totalmente descubiertas.

Yo inmediatamente tuve una erección.

-¿Te gusta?- me pregunto a lo cual apenas pude responder moviendo  la cabeza afirmativamente.-el que me regalaste está sucio, ya sabes por lo de ayer, además de que se marcaria en el vestido.

En ese momento saco dos vestidos uno negro y el otro rojo vino.

Los dos eran de una tela suave y brillosa tipo seda, el negro tenia mangas largas y se veía bastante ajustado, aun ahí solo en los ganchos, llegaba hasta medio muslo, el rojo a su vez no tenía mangas y si toda la espalda descubierta, pero era largo hasta el suelo.

Cada uno enseñaba y tapaba una parte diferente del cuerpo.

-¿Cual me llevo?-me los mostro

-Mmm... ¿Te pondrás el que yo diga?

-Mmm sip. Pero rápido que me está dando frio.

Yo quería alargar más ese momento pues verla así de sexy me tenía a mil.

-No se tengo que verlos puestos.

-Serás aprovechado, pero bueno.-y procedió a ponerse el vestido negro, tuve que ayudarle a subir el cierre oportunidad que aproveche para abrazarla por la espalda y mostrarle lo excitado que estaba a la vez que le daba un besito en su cuello.

-Nene tranquilo, que los papas podrían venir, además ya es tarde anda mejor dime si se me ve bien.

Yo la tome de las caderas mientras hundía mi rostro en su larguísima melena.

-Un ratito, Lía, es que hueles riquísimo.

-Es el shampoo- la hice gemir al final de su frase con un mordisco en su hombro que era el lugar que más alto que alcanzaba en ese entonces de su anatomía.

-No princesa, es tu aroma y es delicioso.-me pegue más a ella, restregándole mi erección en su hermoso trasero.

-Leo es enserio tenemos que apresurarnos.-pero no se alejó de mí.

-Vale niña hermosa, pero después seguimos ¿sí?

-Ya veremos -me contesto tímida

Me aleje de ella, me senté en mi cama y tome mi almohada para cubrir mi marcado miembro, aun cuando ya habíamos echo bastantes avances en lo que se refiere al erotismo, me daba pena que me viera en ese estado.

Ella se acomodó el cabello y me mostro su figura cubierta por ese ajustadísima prenda, estaba preciosa, sus senos se marcaban hermosos y erguidos, se veían como si trataran de romper la seda que los cubría. Pero definitivamente lo que se robaba mi mirada eran sus bien formadas y blancas piernas, el vestido llegaba a medio muslo pero gracias a las caderas y a lo ancho de sus muslos se veía como si tapara menos que eso, no sé cómo explicarlo, la prenda era elegante, pero sus piernas se asomaban coquetas, tan coquetas que rosaban lo vulgar.

Al mismo tiempo hacia la ilusión de que las piernas ya de por si largas de mi hermana lucieran kilométricas.

De la parte de arriba era elegancia pura con esas mangas largas que cubrían sus brazos completamente.

Se dio una vuelta para que viera como el vestido marcaba perfectamente sus hermosas nalgas, tanto que casi se podía ver la línea que las separaba, ahora entendía por que quería usar el tanga.

Mi respiración se había detenido por un momento así que me obligue a tomar aire y todo rojo solo atine a sonreír como tonto.

-Te vez preciosa, eres... dios Lía... eres tan...-las palabras no me alcanzaban.

Ella solo se rio de mí.

-¿Tan bonita te parezco?- me pestañeo coqueta con sus ojos cafés.

-Eres una diosa.-yo aferrado a mi almohada muriéndome de ganas de saltarle encima como un lobo hambriento.

-Entonces ¿este?

-ponte el otro.

-En serio Leo las cosas que me haces hacer.

Pero se quitó el primer vestido, y dándome la espalda también se quitó el sostén, me quede helado, ¿porque había echo aquello? Después se puso el segundo vestido, esta vez no necesitó e mi ayuda pues la prenda se sostenía del cuello como ya dije dejando toda la espalda descubierta.

Este vestido rojo sostenía, o más bien apenas cubría la parte delantera, haciendo que sus pechos lucieran espectaculares, sus pezones se marcaban en la tela, la parte de abajo era más vaporosa, y tapaba hasta los tobillos pero tenía un corte que cuando Lía caminaba dejaba ver su pierna hasta el muslo.

-Te ves hermosa con los dos, tal vez demasiado.

-gracias- Lía tenía ese sonrojo que ya era algo natural cuando estábamos en plan hermanos cariñosos.

-¿Papa te dejara ir así a la fiesta?

Lía se quedó callada como si por vez primera se estuviese preguntando aquello.

-no lo sé, ¿tú qué crees?-me pregunto mirándose en su espejo de cuerpo completo.

Me levante y me acerqué a ella rápidamente, por la espalda.

-Lo que creo es que definitivamente le da un paro cardiaco si ve a estas hermosuras  en este estado-y tome con mis manos sus dos enormes pechos, para después acariciar sus duros pezones, que se endurecieron más con mi caricia.

-Mmm...- el gemidito que dejo salir fue hermoso.

-Además que si vas así me voy a pasar la noche espantándote a los perros que se te acerquen.

-¿Y lo arias? ¿Estarías toda la noche cuidándome?

-Sí, lo haría.

-Entonces está bien si me llevo cualquiera, tengo a mi caballero para protegerme.

-Lía...-solo eso dije solo su nombre

Ella se giró y nuestros labios se encontraron, fue un beso lleno de deseo sexual desde el principio, los dos estábamos calientes, no había duda, la acerqué a mi cuerpo y ella se retrajo contra mí, sintiendo mi parte más íntima en todo su esplendor.

Gemimos en la boca del otro, pase mis manos a sus nalgas, y la pegue aún más, aunque eso era ya imposible.

Ella como siempre se puso a jugar con los mechones de mi cabello alborotándolos todos.

Nuestras lenguas ya se enroscaban una con las otras contentas de encontrarse de nuevo.

Lía entonces hizo algo que me pareció de lo más sexy, subió una pierna hacia mi cintura, yo por instinto la tome con mi mano para sostenerla, enrosco la pantorrilla detrás de mí, y así con esa nueva apertura mi pene se froto directamente sobre su vagina, pude sentir su calor, la tela tanto de su vestido como de mi pantalón eran delgadas, y podíamos sentir perfectamente  la intimidad del otro.

Ella sentía los latidos de mi amiguito, y yo ese abrazador calor que me volvía loco.

Dejábamos de besarnos solo para respirar un poco y de nuevo al ataque, la verdad que aun ahora me da curiosidad como es que no podemos respirar y besar al mismo tiempo, si en teoría nuestra nariz es libre de trabajar, si alguien lo sabe qué me pase el dato.

Así estábamos, yo con una mano en su hermoso muslo sosteniéndola a ella que solo tenía un píe en el suelo, mi otra mano en una de sus nalgas, ella con una mano en mi nuca la otra en mi cabello jugando con él, y nuestras bocas comiéndose una a la otra, cuando estábamos comenzando a pasar a los mordiscos en los labios...

-Lía, ¿ya te cambiaste?, ¿Sabes donde esta Leo?-la voz de mi madre nos asustó de tal manera que cuando saltamos para separarnos casi nos caemos de espaldas.

La mire lleno de pánico, esta vez sí que la habíamos hecho, si Lía y yo salíamos del cuarto juntos seria señal de que ella se había cambiado frente a mí,  y si solo salía Lía yo me quedaba atrapado en la habitación.

Mi corazón latía desbocado, mitad excitación que aún no se había ido es más creo que se había incrementado, y mitad miedo.

-Ya casi acabo, es que no me decido cual ponerme, creo que Leo fue a la tienda.-Lía me miraba también aterrada, yo le pregunte con la mirada como demonios íbamos a fingir eso de la tienda.

-Pues apúrate que llegamos tarde al salón, bueno me voy cambiar, si leo llega le dices que se esté quieto que no quiero que ensucie su ropa.

-Si mami yo le digo.

Escuchamos, con nuestros oídos agudizados al máximo como cerraba la puerta de su cuarto, y yo supuse que papa ya estaría dentro cambiándose.

Lía y yo nos miramos aun con algo de miedo, pero una sonrisita se asomaba en su rostro y creo que en el mío también, los dos estábamos realmente espantados pero al mismo tiempo, emocionados, como cuando te bajas de una montaña rusa.

Y de nuevo con esa extraña telepatía que iba naciendo entre ambos, los dos prácticamente saltamos a los brazos del otro y si antes no estábamos besando con pasión esta vez era verdadera furia, nuestros labios no trataban de besarse si no de comerse los míos  a los suyos y viceversa, gemíamos desde el principio y lenguas y dientes pronto entraron en escena.

Lía me mordía ferozmente mientras yo había llevado mis manos a sus pechos, sentir esos erectos pezones contra mis palmas era demasiado delicioso.

Los gemidos ya eran grititos de puro placer y excitación.

Pero tuvimos que detenernos, creo que si seguíamos unos segundos más, nos corríamos ahí mismo de pie ambos, bueno yo al menos casi llegó al orgasmo así de pie solo con ese beso.

Jadeamos tratando de controlarnos, nos separamos, y nuestros ojos se conectaron, lo supe ella también estaba mega excitada, el miedo a ser descubiertos nos prendió de manera increíble.

Y de nuevo esa risita nerviosa.

-Rápido nene salte y después te regresas que te vean entrar los papas, tárdate un rato haya afuera.

-¿Con esto así?-señale mi erección.

-Vale pues... sal y entra has ruido al entrar con el zaguán y te vas al baño.

-Ok-la verdad es que me pareció buena idea.

Me asome a la sala, no había nadie. Pero antes de irme mire a mi compañera de travesuras.

-Lía...-me miro, ella estaba ya frente al espejo tratando de recuperar la compostura.-Ponte el negro, es más bonito y menos revelador, papa se enojara menos, además no quiero que cualquiera te vea así.

Señale sus pezones que aún no regresaban a su estado normal, ella se cubrió con una mano como si estuviera desnuda, me reí y salí rápido y silencioso. Crucé el patio lo más sigiloso posible, abrí el zaguán muy, muy despacio y salí por fin a la calle me recargue en el zaguán de mi casa y me reí, seguro que si pasaba alguien en ese momento creería que estaba loco, me reí de puro gozo y emoción, estaba eufórico, me sentía capaz de cualquier cosa.

Cuando me calme, un poco entre de nuevo a mi casa, azotando la puerta lo más ruidosamente que pude, entre otra vez a la sala y seguía sin haber nadie, me metí al baño, eche el seguro y por supuesto que lo primero que hice fue bajarme los pantalones, y comenzar a masturbarme.

No duré ni tres minutos cuando tuve uno de los mejores orgasmos que he tenido, claro hablando de los que me he provocado yo mismo.

Ya calmado, limpie todo, y me mire al espejo, parecía recién levantado de la cama, mi cabello todo alborotado y mi cara lucia algo torpe y sonrosada.

Me lave el rostro aun cuando hacía apenas una hora me había bañado, me peine de nuevo, que en mi caso es solo echarme agua un poco de fijador, muy poco y desordenar mi cabello pero de manera ordenada, no sé explicarme mejor.

Cuando salí, ya la familia completa estaba en la sala recogiendo sus últimas cosas, llaves sacos, suéteres y esas cosas.

-¿Dónde andabas Leo?-Mama me pregunto preocupada, ambas mamá y Lía llevaba solo el cabello recogido en una cola de caballo, ya se los arreglarían en el salón de belleza.

-Fui a la tienda, por...-mierda no podía terminar la frase pues no había comprado nada.

-Ya vámonos se hace tarde-Lía me salvo de nuevo, y más haciendo esa vocecita de niña mimada que a mi antes me ponía de los nervios, y que sirve para que mi padre no le niegue nada.

Esta ocasión me sonó a música de ángeles ese tonito chillón que solo las mujeres pueden poner a su voz.

-Vale ya vámonos, ¿ya tienen todo?-papa pregunto, yo me toque los bolsillos, cartera, llaves, mi reloj, en ese entonces aun no tenía celular  así que si llevaba todo.-Y leo más cuidado con como cierras la puerta que casi la tiras.

-Lo siento no me fije.

Todos nos subimos al auto, papa miraba desaprobatoriamente a Lía.

Y más aún cuando dentro del auto ella cruzo sus piernas sensualmente, posición lógica en las mujeres con minifalda.

-Lía ese vestido está muy corto debiste ponerte algo abajo-mi padre la miraba por el retrovisor, enojado.

-pero este vestido no lleva nada debajo, además es solo por una noche, y tu estarás ahí, también Leo estará ahí, no pasa nada.

Mi padre gruño algo molesto, pero cuando mi madre le paso una mano acariciando su hombro para calmarlo, y le murmuro algo al oído se terminó de convencer.

-Bueno pero que tu hermano no se separe de ti-definitivamente mi padre era un anticuado y machista hombre.

-¿Y yo por qué? Ni que fuera niñera-mire a mi preciosa hermana, en su vestido negro, y baje la mirada a sus piernas que terminaban en unas zapatillas de tacón de aguja, eran negras y de correas así que dejaba al descubierto sus deditos, mi vista regreso a su rostro y le guiñe un ojo.

-Si aquí el niño eres tu enano, y feliz deberías ponerte de poder acompañar a tan bonita dama.-ella también me guiño el ojo.

-Calmados los dos, tampoco es que no confiáramos en ti hija, pero si estaría bien que Leo te eche un ojito, hay cada personita en esas fiestas...-mama se veía ya más relajada, creo que en el fondo los padres saben que sus hijos deben pelearse un poco para considerarse normales.

-Bueno... me aguanto solo porque el desayuno de hoy estuvo rico.-Lía me sonrió sinceramente.

-Gracias mijo-de nuevo mi madre me miraba orgullosa y extrañada-pero de verdad que estas cambiando mucho, ¿pasa algo?

-Nada Ma, pero no pude evitar sonrojarme y sonreír demasiado.

-Déjalo mujer, que seguro que es una chiquilla la responsable-papa me miro ahora por el espejo-pero ya sabes Leo nada de novias, estas muy chico aun.

-Pues no tanto, no tanto-Lía murmuro divertida y traviesa.

-¿Pueden dejar de hablar de mi?, eso me saco por portarme bien-todos en el auto reímos, éramos en definitiva felices.

Llegamos al salón de belleza que estaba a reventar, cosa que se me hizo rara, pero supongo que mama y Lía no eran las únicas que querían resaltar esa noche.

Papa y yo nos quedamos de pie mientras ojeábamos revistas de esas que tienen siempre ese tipo de negocios.

Había otros dos hombres con cara de aburridos, que supuse también esperaban a sus respectivas parejas, mamá y Lía llamaron la atención de ellos, y es que no era para menos, ya dije que mi madre era bastante guapa, y pues con el vestido también de una sola pieza color morado entallado se veía bastante bien.

Y pues una madura y bella muer con una preciosa jovencita de cabellos larguísimos y castaños a su lado no pasaban desapercibidas.

Papa tocio escandalosamente, cuando considero que aquellos tipos ya se habían dado un buen atracón visual con nuestras damas.

Los tipos de nuevo fijaron su atención en sus respectivas revistas.

Me percate entonces que de a poco yo iba pareciéndome cada vez más a mi viejo, en los celos, en lo caballeroso, hasta en lo anticuado, claro que él tenía mucho a su favor era un hombre justo responsable honorable, y trabajador.

Pero también había muchos defectos, ¿y si yo era una copia de él? ¿Eso era bueno? ¿Y entonces significaba eso que yo no tenía personalidad propia? Pero me dije que por mucho que me pareciera a papá, yo me atrevía a cosas que el jamás haría, y que si al final si resultaba una versión más joven de él tampoco era para sentirme mal, al contrario en ese momento no me pude imaginar mejor ejemplo a seguir que mi padre.

Peinaron a mi mama y a Lía por lo que me parecieron horas, lo único bueno fue que pudimos sentarnos, yo me recrimine a mí mismo no haber llevado la game boy o un libro.

Cuando yo creí que ya habían acabado, se pusieron a pintarles las uñas y a maquillarlas.

Habíamos llegado a eso de las cuatro y media, y salimos a las seis y cuarto o algo así.

Pero cuando mi Lía se levantó con su larga cabellera convertida en una cascada  echa de rizos y bucles que parecían imposibles, y me sonrió tímida, ya totalmente maquillada en tonos negros y grises, me dije que había valido la pena.

Comprendí que, aunque por supuesto las mujeres pueden ser lo que ellas quieran y son totalmente capaces de trabajar o realizar cualquier deporte etc., que nosotros los hombres, me dije a mi mismo aun cuando suena muy machista,

Las mujeres nacieron para ser hermosas, para ser admiradas por nosotros, en algún libro leí que naciones reinos y países se habían levantado y caído solo por una mujer, y me pareció lo más lógico del mundo.

Lía parecía una princesa, una ángel, una diosa, todo rastro de humanidad se había ido de ella, ahora era la belleza misma echa mujer, el deseo echo carne, la elegancia personificada.

Tuve que contenerme con todas mis fuerzas para no abrazarla y besarla.

Pero creo que entendió mi mirada, por que como ya he dicho Lía y yo estábamos aprendiendo a comunicarnos, casi mentalmente solo con miradas.

Mi viejo creo que le pasaba algo similar con mi madre, y pude ver que debajo de ese serio semblante que siempre tenía, se escondía un hombre que en su tiempo debió ser un muchacho alto y apuesto, y el sí sonriendo y como si hubiese rejuvenecido diez años tomo a mi madre que también lucia espectacular de la cintura y la beso ahí enfrente de todos. Y eso que mi padre opinaba que eso de besarse en público era casi casi pecado.

Se murmuraron cositas al oído y de nuevo yo me sentí incomodo ante su amor.

Lía me miraba y pestañaba coqueta, cuando subimos al auto la tarde ya había caído y yo de nuevo como un mago saque esta vez sí dos cobijas una la ofrecía a mi madre ya con la otra tape las bellísimas piernas de mi Lía, esta vez no me acerque a ella, no sé, me dio miedo, era tan bella, que de pronto me sentí pequeño, indigno de tocar tal monumento de mujer.

Lía extrañada, se me acerco y debajo de la cobija me tomo la mano y de nuevo nuestros dedos se entrelazaron.

Nuestros ojos se encontraron, y no pude callarme simplemente no pude.

-Lía eres la mujer más hermosa del mundo-le murmure al oído.

-Tonto-me respondió ella.

Mi madre estaba demasiado ocupada mirándose al espejo, y rogué por que hubiese visto nada.

Y así nos fuimos hacia el salón de la fiesta, hacia nuestro primer año nuevo juntos, hacia dos meses apenas y hablábamos entre nosotros, y ahora deseaba no solo pasar el año nuevo con mi hermana, deseaba pasar toda mi vida junto a ella.