Miradas Capitulo 6: Doce deseos, doce miradas. Pa

La noche avanza llegamos a la fiesta.

Hola a todos, antes que nada sincera y sentida disculpa, ya casi un mes desde que publique, ¿por qué? Pues en primera entre de nuevo a la universidad, por ahí de la segunda semana de febrero, ya el último año, dios que largo se ha hecho eso, pero bueno al ser la recta final pues se está poniendo difícil.

Segundo pues salimos de paseo, fueras de la ciudad, unos días y pues no me gusta escribir si no es en la noche y en mi casa.

Y tercero se me atravesó 14 de febrero y pues… y tuve que enfocarme en eso un poquito y pues ya no me senté a escribir, pero no he desaparecido aquí sigo y espero ser más puntual con las entregas.

Torrefacto: como siempre puedo contar con tus palabras que aunque son pocas siempre me sacan una risita, eres creo el lector más asiduo a mis relatos, siempre de los primeros en comentar y siempre sincero, gracias y perdona por la tardanza espero no vuelva a pasar.

Moon: Una disculpa enorme, mira que entrar todos los días a ver si público y yo aquí de flojo, gracias por tu comentario, y espero siga gustando mi manera de escribir.

El mero mero: siempre me rio al leer tu Nick, tranquilo no ha quedado en el olvido, aquí seguimos y espero tener tu lectura asegurada aun cuando me tarde.

Lord Tyranus: pues si aún no he llegado a la parte de sexo explicito, y eso va a tardar, pero que bueno que te guste como se desarrolló esto, la verdad fue un proceso largo y  difícil pero todo lo que vale la pena cuesta.

Manuel: gracias por el comentario aquí está el sig. Cap., deja de esperar.

josepo513: Un inmenso placer leerte, si, es especial cuando encuentras un relato de este tema de calidad, y si, conozco a los autores de los que hablas, lamentablemente llegue tarde con zorro blanco pues ya ha quitado todas sus series, si has guardado esas me encantaría que me las pasaras en un Word, de verdad que es de los pocos que se luce en las letras, y si no es molestia quisiera que me recomiendes más autores o relatos, yo por el momento te recomiendo a seamus, y a Claudio Enrique, este último le tengo un afecto especial, mientras él  vivía su historia yo vivía la mía y creo fielmente que la suya también es real, por desgracia él está enfermo, si no que ya murió y yo jamás le deje ningún comentario, no me dejo de culpar por ello, y si estás ahí Claudio, sé que jamás podre sentir  lo que es luchar con esa terrible enfermedad, pero sí que estado en una situación desesperada, así que en parte te comprendo, más aun con lo de los celos y el despecho que uno sufre por enamorarse de su hermana, es algo que te mata por dentro, como sea José, gracias en serio gracias, que alguien de tan buen gusto literario, me sigua me fascina espero no te haya molestado demasiado la espera y aquí está   el capítulo, espero poder subir uno cada semana, y de nuevo gracias y un abrazo a hasta ecuador.

An Mangazine: Si torrefacto en mi fan varón número uno, tu definitivamente eres la chica número uno en mi lista, además esta aquello de que me interesad de manera especial, por no decir morbosa, pues me gusta la idea de que algún día me cuentes que tú y tu hermanito por fin están juntos, y hablando de eso, como te ha ido este mes, ¡avanzaste algo que has descubierto del?,  bien, pues nada, que un enorme gracias por leerme, una disculpa por la espera, y un ruego por tu siguiente lectura, y  no An agradecerme tu por mis relatos, nunca, yo te agradezco por tu atención, nos leemos en la siguiente entrega niña.

Aegon: Gracias por tu atención, y si es difícil eso de mencionar que sientes atracción por alguien de tu familia, y mira que era tu prima imagina como es cuando es tu hermana, peor el caso de estar viendo un programa que pase un caso de incesto, siempre envuelto en violencias violación y sufrimiento, nunca de amor, porque para la sociedad, nosotros no amamos, los incestuosos solo violan o son violados, nunca es amor.

Así que si me encantaría abrir un blog, dedicado a este tema libre del morbo y de la sexualidad de esta página, algo serio, algo bonito, tanto para guiar a los que ya se han adentrado en este mundo, como para evitar que se lastimen o lastimen a alguien mas.

Solo que como ya dije estaré algo saturado este año, pero aun así dame un mes, y abriremos ese blog, te lo prometo, y sabes que yo honro mis promesas, de nuevo un abrazo un gracias, y claro espero seguir teniendo noticias de ti, y entablar una amistad y algún día por que no vernos en Veracruz, seria genial, la verdad.

cassos16: Hola gracias por tan halagadoras palabras, y gracias por la recomendación, la escritura impecable, y el autor bastante bueno, lo malo, jamás me ha gustado la idea de las orgias, ya no digamos las de familia, porque, pues por que inmediatamente pongo de protagonistas a mi familia, y Lía con mi padre, jamás, nunca. Así que n o lo disfrute tanto, si tienen otras recomendaciones más románticas y menos infieles, me encantaría escucharlas.

Golden Rose: Olvidarme de ti, jamás flor de dorados pétalos, solo que no soy de los que coquetea mucho por internet con las chicas, menos aun con las que no conozco en persona, y los chicos que lo hacen se me figuran muy tontos, pues muchas veces las niñas solo están siendo amables y ellos ya lo toman como un coqueteo mutuo, es hasta cierto punto patético, y créeme no es que me falte huevos, como aquí decimos, es solo que si quisiera cortejar a una dama seria de frente, y dos no estoy libre de hacerlo, así que es eso, no quise parecer un acosador más, espero me perdones mi falta, no fue adrede, y jamás osaría ofenderte, créeme tienes un lugar especial en esta aventura que es escribir, un trocito de mi vida, y espero que siguas aquí acompañándonos.

Peito: otro de mis favoritos, una tremenda disculpa por abandonarte así, por supuesto que me encantara platicar contigo, te dejare mi correo abajo, espero recibir noticias tuyas pronto, ¿cómo va el gim? Y no soy de monterrey, si dije paisano es porque somos de México, soy de lo que antes era el distrito federal y ahora por magia de nuestro genial presidente es Ciudad de México a secas, y                claro que me gustara apoyarte y aconsejarte solo que no soy un experto ni nada, solo puedo darte alguna que otra idea, espero te sirvan, pero tu situación es diferente a la mía, espero conocer toda tu historia y gracias por tu confianza.

Donaldoep: gracias que bueno que disfrutes, tratare de seguir mejorando, y si está lleno de ternura mi relato es porque así fue muy tierno muy bonito, claro que hubo de todo, y seguiré contándoles.

Elcrow: Que hay cuervo, pues aquí tratando de darle menos sexo al relato y más erotismo, que igual las escenas sexis aparecen y se van todo irá subiendo de tono, igual que cualquier noviazgo me imagino, genial la frase que me dedicas, no creo merecerla, pero gracias, en cuanto s relatos  heterosexuales, no sé a qué te refieres, heterosexual se refiera a  una relación sexual entre personas de distinto género, que es lo que Lía y yo somos, un hombre una mujer, si te referías a relatos que no tengan incesto no creo poder cumplir pues todas las historias que me imagino, ahora más pues sé que me recibirán bien aquí, pues todas son de este tema por obvias razones pero si me aclaras a que te referías con gusto tomare nota y haber que sale.

Vane: Qué tal las cosas en Colombia, aquí de mal en peor pero uno se acostumbra, todo volviendo a la normalidad después de la visita del papa, gracias por tu comentario, espero que perdones  la larga espera, y por las freses si son bonitas es por ella que me inspira,         es fácil ser poético, que a poeta no llego, cuando tienes a una musa a tu lado, un abrazo desde México.

De nuevo perdón por el retraso, y    a los que no mencione no es por olvidarlos o por que no sean importantes les agradezco a todos sus comentarios y espero seguir contando con algunos de ellos que de verdad que me animan, gracias y un abrazo muy fuerte hasta donde estén.

Miradas

Capitulo 6: Doce deseos, doce miradas. Parte 2

El trayecto al salón de fiestas donde sería la celebración de la compañía fue en mi opinión muy corto, y esto lo digo porque todo el trayecto Lía y yo nos la pasamos jugando a acariciarnos las manos debajo de la cobija, creedme, (sé que acá en México es créanme, pero creedme me suena más genial), yo me sorprendía a cada segundo que pasaba con Lía, pues cada instante aprendía algo nuevo, primero habían sido las miradas, un hombre puede alagar o hacer sentir mal a una chica solo mirándola, y aunque ellas pareciera no nos notan si lo hacen y saben diferenciar entre una mirada de adoración a una lujuriosa, después fue el hecho de saber que ella también podía comunicarse conmigo a través de sus ojos, y esa extraña y nueva habilidad que comenzábamos a tener de hablar con los ojos, y  esta vez en este viaje en auto descubrimos otra manera de comunicarnos.

Nuestros dedos jugueteaban unos con otros, primero estaban entrelazados , pero después como si tuvieran conciencia propia se separaron para solo tocarse, yo acaricie con las yemas de mis dedos su palma, y subí hasta su muñeca donde dibuje círculos, Lía miraba por la ventana fingiendo que nada pasaba, después baje de nuevo, y ella me recibió, las yemas de nuestros dedos se encontraron, y se tocaban se separaban y volvían a tocarse, después ella me acaricio el antebrazo, y se dedicó a tocar una melodía imaginaria usando mi brazo como piano.

Y así todo el camino, yo trataba de parecer normal también volteando a ver hacia la ventana de mi lado, y muriendo de ganas de besar aquella juguetona mano.

Cuando llegamos, ya había anochecido y el viento que nos recibió en el estacionamiento nos despertó de mala manera.

Lía y mi madre tiritaron de frio pero cuando les dijimos que se pusieran los abrigos, dijeron que cual era el punto de vestirse así si terminarían cubriéndose.

Lía se notaba con frio no supe como aguantaba tal clima en las piernas, yo con pantalones ya sentía que se me congelaba todo.

Entramos al lugar donde un camarero nos indicó nuestra mesa después de revisar el boleto de mi padre, dentro todo era muy bonito, era un salón enorme con mesas para como diez personas cada una, todo adornado de blanco, y cristal, inclusive había series de luces colgando de las paredes y de algunos árboles que adornaban el lugar.

Cuando llegamos a la mesa saludamos al compañero de trabajo de papa, y así familia en la mesa serian tres familias, pero solo habíamos llegado dos en ese momento.

El señor que nos presentó mi padre llevaba de acompañante a su esposa que ni queriendo le llagaba a los talones a mi madre, y a dos niñitas de como siete y ocho años que no dejaban de moverse y dar lata.

Mi padre y aquel sujeto comenzaron a hablar del trabajo y de los demás compañeros, mi madre también hizo migas con la señora aquella, en eso mi mamá se pintaba sola en lo de hacer nuevos amigos rápidamente, esa habilidad la había heredado Lía que podía charlar con cualquiera aun cuando acabara de conocerle, yo como ya he dicho era bastante huraño.

Así que mientras los adultos estaban en lo suyo yo también comencé a platicar con mi Lía, que no todo era excitarnos.

-Y entonces que paso con aquel trabajo del que me hablaste el otro día, ya lo terminaron ¿o cómo?

-No, aun no y lo peor es que Marisa no aparece por ningún lado, creo que se fue de vacaciones fuera de la ciudad, es tan descuidada ni siquiera le importa si nosotros estamos haciendo su parte o no.-Marisa era una de las integrantes del cuarteto de mi hermana, estaban Marisa, Jessica, Paola y Lía, yo creo que las había conocido en algún momento de mi vida, pero eso fue antes cuando solo existía, ahora que por fin estaba comenzando a vivir de verdad pues me daba curiosidad saber cómo eran, no las recordaba de nada.

Me quede mirándola divertido, siempre que me platicaba de sus amigas se quejaba de Marisa, que si era muy aventada con los chicos, que si no sabía guardar un secreto, que si cada día era más insoportable, que siempre se burlaba de Paola quien al parecer era la menos agraciada del grupo, en fin que de tanto escuchar de aquella Marisa hasta yo la comenzaba a odiar un poco.

-Mmmm... Pues que mal plan, porque no simplemente la sacan del equipo y ya.

-Pues ganas no nos faltan créeme, pero...-hizo una mueca que me pareció de lo más cómica y adorable.

-¿Pero qué?, por lo que me has contado de ella es una persona horrible, no sé por qué sigue siendo tu amiga.

Nunca debí de  decir eso, Lía se enojó.

-Y tú qué sabes para decir eso de ella, yo tengo mis razones-me encogí, no esperaba esa reacción.

-Oye que yo solo quería apoyarte, la que se está quejando de ella eres tú.

Ella bajo la mirada derrotada, pues ambos sabíamos que yo tenía razón.

-Perdón es que... no sé, supongo tienes razón pero la conozco desde la prepa, no podemos simplemente hacerla a lado y ya, además también me cae muy bien.

Yo suspire profundamente, las mujeres eran definitivamente el misterio más grande del mundo.

Por las largas platicas que sosteníamos antes de dormir, yo estaba comprendiendo cada día mas el mundo femenino, que entre más me adentraba más misterioso y sorprendente me resultaba, las relaciones sentimientos y el mismo modo de ver la vida son diametralmente opuestos al mundo de nosotros los varones.

Las mujeres se rigen por normas y reglas increíblemente complicadas entre ellas, pero que entienden a la perfección todas y al parecer sin siquiera haber hablado antes de ello, por ejemplo que Paola usara ropa provocativa, para así destacar mas no era mal visto por el grupito de Lía, pero en cambio Marisa que era por lo que entendía algo así como la más bonita del grupo, no debía usar ropa que destacara más su belleza pues eso ya era una zorrería.

Cosas así de raras.

-No creo que no le importe la calificación, ¿no has dicho que vale un 40% del bimestre?

-Sí, y eso es lo que nos preocupa.- en ese momento se hizo a un lado un mechón de cabello que le caía frente al rostro, el mechón estaba perfectamente rizado.

Yo tome  ese rebelde rizo, y de nuevo lo puse frente a su rostro.

-Se te ve bonito así- ella se sonrojo de inmediato y en automático volteo a ver a los papas, ellos en lo suyo, me miro de nuevo entre enfadada y divertida.

Lo leí en sus ojos, “Tonto”

-Pues ahí esta, seguro que se comunica con ustedes antes de que entren a clases.-yo fingí que no había echo nada anormal, pero baje mi mano derecha y toque muy suavemente su pierna.

Lía de nuevo me miro alarmada, yo le sonreí provocador, o bueno esa fue mi intención.

acaricie solo con las yemas de los dedos, toda su hermosísima pierna, desde el comienzo de su cintura hasta su rodilla desnuda, nada demasiado sexual, solo las yemas de los dedos, y eso apenas, casi la acariciaba con el puro aire.

Ella más roja no podía estar, hacer aquello en un lugar público creo que la tomo totalmente de sorpresa, lo bueno es que el mantel larguísimo cubría mi traviesa mano.

-Pues... eso... eso... espero-Lía estaba tartamudeando, había logrado ponerla nerviosa.

Me reí bajito.

En eso sentí su mano sobre mi pierna y ella también comenzó a acariciarme, pero cuando yo ya estaba calentándome.

-¡Ahuché!-no pude reprimir el grito de dolor que el pellizco de mi hermana me había provocado.

-¿Qué pasa?- mi madre se giró hacia mí, yo ya no tenía la mano en el muslo de mi princesa, si no que me sobaba la parte donde sus uñas me habían herido.

-Nada, nada, es que...-y de nuevo me quede callado, definitivamente mentir no era lo mío.

-Leo que anda criticando a mis amigas, ¿a ver si así aprendes?-de nuevo Lía al rescate.

Mama debió de imaginarse como se había vengado Lía.

-Deja a tu hermano en paz Lía que luego me lo dejas todo lleno de moretones.

-Oh perdón por lastimar a tu hijo favorito.

-A los dos los quiero igual, no digas tonterías-pero justo en ese momento mi madre me tomo la corbata y me la acomodo, toda mimosa.

Lía me miro un poco enfadada.

-Venga que tú eres la favorita de papá y no me vez quejándome.

-Claro que no, tu padre también los quiere a los dos igual.

-Clareo-dije yo sarcásticamente.-como si Lía no fuera la princesa de la casa.

En ese momento, mama se giró y yo aproveche para mirar profundamente a Lía, y trate de que leyera mi pensamiento, para mi ella si era la princesa de la casa.

Creo que lo capto porque de nuevo ahí estaba ese sonrojo que al parecer seria su tono natural al estar cerca de mí.

Papa no podía estar más fuera de la plática.

-Basta los dos parecen chiquillos- mama nos miró pero se le veía alegre.

-Y yo que siempre estoy deseando que estas dos crezcan.-la señora se metió en nuestra platica familiar.-pero veo que las peleas son para siempre ¿verdad?

-Oh si y eso que ahora ya se llevan mejor antes era cada rato gritos por cualquier cosa.

Y así de nuevo las dos madres se enfrascaron en su conversación.

En eso llego un mesero y puso en la meza una jarra de cristal llena de piña colada, una botella de tequila, refresco de toronja, y una botella de ron, y para los niños un refresco grande de cola.

Yo comenzó a servir las bebidas, mientras le preguntaba a cada uno que querían.

Comenzó con las damas.

Todas ellas pidieron piña colada, a los varones les prepare un ron con cola, y a las niñas sendos vasos de refresco, cuando ya estaba por servirme yo también solo refresco, Lía intervino.

-Anda Leo sírvete un vaso de piña esta delicioso.

-Mmmm ¿que eso no tiene alcohol?

-Sipi pero bien poquito, anda te va a gustar.

Si ella me lo pedía me comía ahí mismo la garra de cristal también.

-Buenooo.

Y así probé por primera vez una bebida alcohólica, la verdad es que estaba buena, muy dulce y refrescante.

Lía y yo regresamos a nuestra platica, hasta que llego la tercera familia, que constaba de un padre su esposa su hijo como de 18 años y una chica de más o menos la misma edad que venía de la mano del joven y que presento como su novia, y al final una chiquilla de no más de diez años, al parecer esa noche estaban baratas las niñitas.

La novia del chico, llevaba un vestido igual de fiesta azul rey, que se pegaba a su delgado cuerpo marcando las pocas curvas que tenía, era más baja y más flaca que Lía, y claro mucho menos bonita, también llevaba un peinado increíblemente complicado pero su cabello que suelto no podía llegarle ni a los codos, no era competencia para la cascada castaña de Lía que lucia larguísima aun con tanto rizo.

El tipo ese se quedó mirando embobado a mí Lía e inmediatamente se presentó, tardando demasiado en eso de estrechar la mano de ella, yo me moleste, emoción que compartió la novia, Lía se sonrió halagada y presumida. Yo también tuve que saludar a todos, deje al último a la compañera del que sería mi rival esa velada.

-¿Te sirvo algo?-pregunte mirando directamente a los ojos a aquella chica, seria unos cinco centímetros más alta que yo, pero sentados no se notaba tanto, y yo sabía que mis ojos eran mi mejor cualidad física.

-¿Ah?... si gracias.-me miro algo sorprendida, le sonreí, y me devolvió el gesto.

-¿Y que quieres? Te advierto la piña colada tiene alcohol, y no esta tan suave.-yo apenas hacia un minuto había bebido mi segundo vaso de alcohol de mi vida y ahí estaba actuando como si llevara años bebiendo, supongo que eso de que el alcohol te vuelve más valiente no era mentira, pues no era mi naturaleza hablar así de la nada con cualquiera, o tal vez era que el hecho de haber estado con Lía  de la manera en  que estaba me había dado una seguridad que antes no tenía.

-Ron con cola está bien, gracias.-le prepare el vaso incluso con hielos, mientras sentía la mirada de Lía en sobre mí y al chico que también me miro malhumorado, ignore a Lía como si no la sintiera, pero al tipo ese sí que le devolví la vista.

Y mis ojos decían,

“¿verdad que nos es bonito cuando te lo hacen a ti?”

-Gracias-me repitió, mientras tomaba un sorbo de aquel líquido.

-de nada....-trate de recordar su nombre pero estaba tan molesto por el descarado coqueteo de aquel joven que no preste atención.

-Violeta-me dijo ella sonriendo.

-Bonito nombre, ¿por el color o por la flor?-pregunte yo, Lía  me miraba cada vez más furiosa.

-Supongo que por los dos, ¿y tú?...

-Leo

-¿Y de dónde viene Leo?

-Pues de... -en eso estaba cuando un nuevo pellizco en mi pierna me saco de mi coqueteo.

Mire a Lía quien fingía esta vez que miraba hacia las otras mesas, el tipo aprovecho la interrupción para murmurarle molesto algo a su novia quien igual molesta le respondió en susurros, me reí divertido, podía imaginar que estaban diciendo.

En eso tome la mano de mi princesa y entrelace los dedos ella trato de quitarme su mano pero la apreté con fuerza.

Ella volteo a mirarme, y una sonrisa de mi parte la recibió, esta vez era una sincera, trate de hacerle entender que me dolía ver que alguien más le coqueteara, y que yo solo tenía ojos para ella.

Lía relajo su mano y también me apretó con fuerza, me sonrió, una sonrisa hermosa e inocente.

Dios, estábamos locos, un momento muriendo de celos, otro tratando de hacerla enojar, y de nuevo totalmente felices, de verdad que necesitábamos terapia.

Y continuamos con nuestra charla, yo le conté que si no fuera por lo de Laura me hubiese gustado comenzar a practicar algún deporte, pero seriamente, pues a veces me iba a la deportiva a jugar basquetbol pero solo con mis amigos, y más que nada era a perder el tiempo.

-¿Y eso?-sus dedos aun juagaban con los míos debajo de la mesa.

-No sé, tal vez así pegue de una buena vez el estirón.

-¿Y por qué tanta prisa en crecer?-me miro llena de ternura.

-¿Tu por qué crees?

Ella se rio nerviosa y negó con la cabeza, como diciendo que voy a hacer contigo.

La comida por fin llego, crema de espárragos el primer plato, todos comenzamos a comer excepto las niñas de siete años, que por alguna razón no tenían hambre, sus padres trataban de obligarlas a comer sin usar supongo ni la violencia ni palabras rudas, pero ellas cada vez más necias estaban a punto de armar un berrinche.

Así que tome una servilleta que era de color rojo, pues combinaban con los manteletes donde pusieron los platos, y con unos cuantos dobleces y en menos de dos minutos, en mis manos tenía una grulla de origami, la servilleta no le daba tanta firmeza pero me había salido bastante bien.

Lía que me miro curiosa desde que comencé a doblar el papel ahora si me miraba entre sorprendida y otra cosa que en ese momento no descifré.

-Anda tómala-le dije a la más pequeña, la niñita la tomo totalmente alegre.-Si comen les are otra  además puedo hacer flores y otros animales.

Y era cierto, eso de leer mucho, te lleva a tomar de vez en cuando libros que no son novelas, ya sea recetarios de cocina, grandes antologías de obras de arte, libros de leyes que cuando me topé con uno descubrí que definitivamente no sería abogado, y por supuesto libros de papiroflexia, a la cual me había echo adicto a eso de los once años, hasta mis doce que descubrí los videojuegos.

Pero igual que andar en bicicleta, las figuras básicas nunca se olvidan.

Por un momento las niñas pelearon por la pequeña ave de papel, hasta que hice otra, esta vez pareciera que toda la mesa me miraba, lo cual me incomodo mucho.

Ya con una grulla cada una, las niñas se dispusieron a comer.

Lía seguía mirándome de esa manera rara.

Cuando llego el plato fuerte, cordero en salsa de tamarindo, por cierto muy ricas, y los demás estaban de nuevo en sus mundos, me acerque a Lía.

-¿Qué pasa?, ¿por qué me miras así?

-Mmm... No sabía qué hacías eso- ella estaba concentrada en su plato, o al menos lo fingía.

-¿El que, el origami?, pues si solo que lo deje hace un tiempo, ¿y eso que?

-Nada solo que... nada.

La mire tratando de entender que pasaba.

No me creía que de verdad estuviera celosa de unas niñas de siete años, así que debía ser otra cosa.

Además no lucia enojada, era una emoción que no lograba identificar, cosa que me puso de mal humor, pues yo creía que ya estaba haciendo progresos en eso de entenderla.

La cena siguió, con un silencio muy incómodo de parte de Lía hacia mí, y con una que otra platica entre aquella parejita y nosotros, el tipo, al que llamare Mario, no dejaba de mirar demasiado a Lía no coqueteaba con ella directamente pues Violeta lo tenía bastante controlado.

Lía y ella se sonreían y hablaban como si fuesen las mejores amigas del mundo, pero en sus miradas había algo así como odio, ahora sé que es la llama de la competencia.

Los hombres también tenemos un sentido de la competencia muy fuerte, es más todo lo trasformamos en un reto cuando estamos con nuestros amigos, pero nuestros retos son totalmente directos, son algo como:

“te reto a que no te subes a aquel árbol”

Y el otro

“ha como no me subo a ese y a otros diez ¿cómo vez?”.

Las chicas también tiene ese instinto de competir entre ellas, pero a diferencia de nosotros, ellas no se hacen retos idiotas, no, lo que a ellas les emociona es probar que son las más bonitas del lugar, atraer la atención de cualquier hombre aun cuando este no les guste, y más aún si el hombre en cuestión tiene novia.

Eso lo aprendí aquella noche vieja.

-Entonces... ¿es Leonardo?-Violeta llamo mi atención con aquella pregunta mientras disfrutábamos del postre que eran algo como brownis pero sabor nuez y licor, se notaba que querían emborracharnos a todos.

-¿Perdón?

-Tu nombre, ¿viene de Leonardo?

-Oh ya, no, en realidad...-Aquí e de hacer una pausa.

Los nombres de Leo y Lía por supuesto que no son nuestros verdaderos nombres, y elegí estos después de una muy complicada y sin sentido meditación. Cuando me propuse a elegir mi nombre para este relato de inmediato elegí Leo, pues mi animal favorito es el León, claro tuve mi etapa de dinosaurios como todo niño que se respete, pero ya después el León fue mi preferido, pues bien ya estaba, Leo, y el nombre de mi hermana claro tendría que haber sido Leona, como la Street figthers, ¿por qué tendría que haber sido Leona? Sencillo en la vida real mi nombre y el suyo, son el mismo pero en femenino y masculino, ya saben Fernando, Fernanda, Mario, María, Carlos Carla, de esos, mis padres supongo que querían enfatizar aquello de que habían logrado tener la parejita. Eso de compartir nombres es un plus a nuestro romanticismo, entonces ¿por qué no elegí unos nombre que fueran así precisamente?, pues porque en realidad nadie nos llama por nuestro nombre completo, a los dos nos dicen por nuestro diminutivo. Y así quedan dos nombres de tres letras cada uno pero diferentes entre sí, así que quise plasmar eso aquí, así que Leo, después pensé que para mí Lía siempre seria mi princesa, pese en una princesa, y recordé a Leía, lo acorte y véala, Lía, como les dije una enredada y absurda conclusión.

Pero si, mi nombre acortado que es como siempre me presento, tiene la cualidad de ser bastante ambiguo, así que no era la primera ni la última vez que me preguntaban mi nombre completo, cosa que no pasaba con Lía que raro todo esto no? pues sí, así son las cosas.

-...en realidad viene de...

-¿Leo me regalas el tuyo?-interrumpió mi princesa.

-Pero a mí me gustó también-la mire curioso, no me pasó desapercibido su táctica.- ¿Yo que gano?

-Mmmm... No se tu dime-me miro directo a los ojos.

Le sostuve la mirada, y ella a mi también, un rato no sé cuánto pero de repente supimos que nos miraban, y los dos apartamos la vista, Violeta y Mario, nos miraban claramente extrañados, pues al presentarnos nuestro padre dijo estos son mis hijos.

El rostro de Lía estaba totalmente encendido, el mío también, y el alcohol en mis venas no estaba ayudando, pero haciendo alarde de valor, le pase mi brownis a Lía.

Ella me sonrió coqueta y apenada, pero sus ojos brillaban, brillaban de la misma forma en que brillaron cuando nos besamos esa arde al casi ser descubiertos por mi madre.

Lía estaba excitada, le emocionaba que aquellos dos sospecharan que entre nosotros hubiera algo, o que al menos no éramos normales.

Dieron las Diez de la noche entre charlas, y  yo haciendo animalitos de papel a aquellas niñas, incluida la hermanita de Mario.

Se notaba era una niña tímida, casi no hablaba y en realidad no me había pedido que le hiciese aquellos animalitos, pero yo la incluí pues veía de manera celosa a las otras niñas, no porque yo fuera un artista del papel, ni nada, solo por esa manía que tienen los niños de desear lo que otros tienen, manía que algunos adultos aun conservamos.

Trate de enseñarle a Lía a hacer alguna figura pero solo puso la suficiente atención para realizar un conejo.

Estaba haciendo mi quinto elefante de la noche, pues en manos tan infantiles los juguetitos no duraba casi nada, cuando Violeta ataco de nuevo.

-¿Y no sabes hacer violetas?-preguntaba, ya había echo alcatraces y dos tipos de rosas, pues deben saber que hay infinidad de formas de hacer un mismo objeto en el origami.

Lía la miro como si ella me hubiese preguntado si no sabía bajarle las bragas, yo que ya había consumido más de aquella piña colada estaba demasiado confiado y envalentonado, y en cierta manera estaba disfrutando de aquella competencia, tanto de la que tenían Violeta y Lía y la que teníamos Mario y yo pues ya los cuatro sabíamos que aquello era un juego de a ver quién se pone más celoso.

-En realidad ni siquiera sé cómo son las violetas en la vida real, sé que existe la flor pero hasta ahí.

-Jajajaja, si supongo que no son muy populares.

Por supuesto que Mario no se quedaría atrás y de inmediato lleno la copa de Lía esta vez de ron, y empezó a hablar con ella.

La música hace rato que sonaba, pues todos ya habíamos acabado de comer. Todas eran baladas, tanto en inglés como en español, y ya muchas parejas bailaban lentos y abrazados por la pista que estaba en el centro de todas las mesas.

Si fuese una fiesta familiar seguro que sonarían las mas que repetidas cumbias y salsas tan típicas en mi país.

Pero al parecer el sonido que habían contratado, era más bien moderno pues de repente comenzó una canción que ya había escuchado yo antes pero que no sabía el nombre.

Era Yellow de Cold Play.

-¿Bailas?-Me pregunto Violeta, y la verdad es que me apetecía mucho bailar con aquella chica tan lanzada, no sé si a ella de verdad le empecé a gustar yo, o solo era algo como para hacer enojar a su novio o qué, pero era divertido, aun así decidí que aquel juego ya había llegado demasiado lejos.

-No se bailar, y hablando de eso, Lía ya sé que quiero a cambio de mi postre, enséñame a bailar.

Lía se quedó sorprendida, pero inmediatamente me sonrió.

Se levantó dejando ver de nuevo aquellas larguísimas piernas, Mario casi babea pues sentada y con el mantel había quedado oculto el verdadero atractivo de aquel vestido.

Yo lo mire presuntuoso, y tome la mano que me ofrecía Lía.

Caminamos a la pista donde ya varias parejas bailaban, todas jóvenes pues la música era en ese momento muy moderna, aunque bastante lenta y bonita.

Lía entrelazo mí su mano izquierda con mi derecha y puso mi izquierda en su estrechísima cintura, y finalmente su mano izquierda en mi hombro.

Comenzamos a movernos yo bastante torpemente.

-Da un paso adelante y uno atrás, así… lento no trates de seguir a los demás solo deja que yo te lleve.

La mire, por nuestra altura tenía que levantar la vista pero la verdad no me importaba en ese momento estaba en las nubes, cuando la canción se volvía rápida dábamos un giro o algo así las demás parejas también.

Cuando ya habíamos agarrado ritmo se acercó a mí, y sus labios una vez más rozaron mi oreja.

-Y esto nene, ¿no que no te gustaba bailar?

-Contigo si, además no quiero que ese te siga hablando.

-¿Y eso?, yo te veo muy cómodo charlando con esa-recalco la última palabra.

-Ellos son novios, solo quiere ponerlo celoso, porque sabe que tú eres mil veces más bonita que ella.

Lía se rio en mi oído complacida.

-¿Eso crees?

-Lo que crea yo no importa, es la verdad eres la más hermosa de la fiesta.

Y lo era Mario no era el único que se comía con la mirada las piernas de mi niña.

De nuevo su risa, de nuevo ese roce de sus labios.

La pegue más a mí, y acaricie su cintura, mientras trataba de no perder el paso.

Estaba espectacular, tan bella tan sexy, y hacía apenas unas horas ella había estado semidesnuda en mis brazos mientras la besaba, me sentí soñado, el hombre más afortunado de la tierra.

La canción estaba por terminar, y me prometí buscarla y escucharla hasta hacerme sangrar los oídos, ya era mi canción favorita.

Me recargue en ella, más precisamente en sus senos, solo un momento pues se vería raro si me tardaba, y cuando los acordes ya estaban en los más alto, preparando el final, le murmuré en su oído.

-Quiero besarte...-silencio, inclusive la música había parado, de inmediato sonó esta vez sí una cumbia, ya se habían tardado pensé yo, fastidiado, siempre he odiado ese tipo de música.

Pero en ese momento lo único que me preocupaba era que Lía no había dicho nada, pero antes de separarnos...

-Yo también...

Fuimos aun con las manos juntas a la mesa, donde Mario y Violeta se veían todo menos contento.

-Pues no bailas mal-la chica de nuevo estaba tratando de llamar mi atención, yo menos interesado no podría estar, Lía me había confesado que quería besarme, que yo había provocado en ella el deseo de besarme, por mi como si Violeta se comenzara a desvestir enfrente mío, me hubiese dado lo mismo.-¿Quieres que te enseñe como bailar salsa?

-Leo, me acompañas al auto, deje mi abrigo y ya hace frio-mentira el salón no sé si tenía calefacción o por toda la gente dentro, pero estaba cálido.

-Claro-salte yo de mi asiento- Ma Pa, vamos por los suéteres, ¿te traemos el tuyo?

Mama dijo que si, antes de que papa la sacara a bailar, al parecer ya todos se estaban animando a ir a la pista de baile después de aquellas baladas lentas del al principio.

Lía y yo salimos, mientras esquivábamos, gente y mesas.

Por fin la fría y oscura noche nos recibió con un helado viento que nos golpeó en el rostro, lo cual acento mi sensación de embriaguez.

A Lía creo que le paso lo mismo, porque se detuvo de golpe y se llevó la mano a la cabeza en señal de mareo, la sostuve de la cintura y del brazo.

-¿Estas bien?

-Sí, solo que creo que bebí demasiado.

-Sí, yo también, venga vamos ya hasta se te puso chinita la piel.

Corrimos tomados de la mano hacia el auto., sacamos los abrigos, y Lía se puso el suyo.

-Vale, eso para arriba, pero no me digas que abajo no tienes frio-señale sus hermosas piernas aun descubiertas.

-No tanto, además ser bonita cuesta.

-Pero si tú te vez preciosa aun en pijama, no veo por qué sacrificarte así.

-Tonto, ¿no te gusto así?-se notaba el doble sentido en su sensual voz.

Que bien, por un momento creí que de verdad solo habíamos ido por los abrigos.

No le conteste, solo la empuje hacia el auto, y la bese, ella se dejó, y pronto sus manos ya estaban alborotando mi crespo cabello, mientras las mías estaban acariciando sus caderas.

Nuestros labios ya se conocía, e igual que en la tarde no estábamos para romanticismos, el alcohol, el juego de los celos, la excitación de estar en un lugar público, pero más que nada estaba eso, el ser hermanos, el hecho de que ese beso estaba cargado de un deseo prohibido, que las caricias que nos dábamos estaban vedadas para nosotros, eso nos prendía de sobre manera.

La noche era fría sí, pero nosotros estábamos ardiendo, Ya estábamos usando lenguas y dientes, mis manos pasaron a una de sus precios y redondas nalgas, y la otra bajo todo lo que pudo para tocar directo sobre su piel una de sus hermosa piernas, ella gimió cuando apreté ambas caricias.

-Leo...-jadeo en mi boca.

-Lía...-gemí yo

Pero Lía no me dejo mucho tiempo la ventaja, bajo una de sus preciosas y pintadas manos hasta mi pantalón y acarició por sobre la tela, lo que desde hacía ya rato presionaba contra su pubis.

Gemí cuando paso sus uñas, aun sobre la tela sentía de cierta forma afiladas, peligrosas, totalmente eróticas.

-te amo Lía, te amo...-no pude contenerme, no quise, ya era demasiado, mi corazón mismo me gritaba que se lo  dijera.

-Shhh, leo no hables... mmm... dios Leo diosss- gimió así cuando una de mis manos subió hacia su pubis, ella abrió sus piernas dándome vía libre.

-Pero es que es verdad.....ahh Lía... no tan fuerte-Mi Princesa había apretado mi hombría de una manera brutal, rodeaba mi pene con todos los dedos de su mano, y este latía dando saltitos de felicidad, me di cuenta que estábamos llegando más lejos que nunca cuando mi mano acaricio, por sobre su tanga, y aquel  triangulito que ya estaba por demás empapado, apenas y podía cubrir piel, que me pareció irrealmente suave.

Si creía que los labios de la boca de mi Lía eran suaves, su vagina me estaba demostrando cuan equivocado estaba era increíble lo deliciosamente sedoso de su textura, y la humedad por fin la podía sentir casi directamente de su fuente, pero todo aquello era opacado por el calor que surgía de aquel sagrado sitio, estaba hirviendo.

Acaricie por sobre la pequeñísima prenda muy fuertemente, quería meter mis dedos debajo de la tela, pero me contuve no quería asustarla.

Mi otra mano subió hasta uno de sus senos ella se arqueo al sentir la ruda caricia, pues en definitiva no estaba siendo amable.

Nuestras bocas solo se separaban lo suficiente para respirar.

-Leo... Leooo...- dejo mis labios y llevo su boca a mi cuello donde se puso a lamer y morder a placer, tanto mío como de ella, y entre beso y beso.-Esto está mal... somos hermanos... podrían vernos... dios Leo nooo, no me toques ahí...

-Si mi niña, lo se somos hermanos... -Lía podía estar diciendo no pero ya me estaba masturbando con todas las de la ley.- ¿te gusta?...

-Si pero... no...- me mordió el cuello para dejar salir esa pasión que le estaba ocasionando, mis dedos estaban por resbalar dentro de su ropa interior, y a su vez dentro de ella misma.-no me toques tan fuerte.

-eso no... Liaaaa... hablo de si te gusta que seamos hermanos y ágamos esto-cuando dije esto presioné tanto su vagina como su bonito seno que tenía en mi otra mano.

-tonto... no hables... Mmm- me callo con sus labios y de nuevo estábamos besándonos, salvajemente.

-Lía ya casi... espera.... para un momento o voy a...-creí que  no pararía y en verdad una parte de mi quería que siguiera, quería descargarme después de esa noche tan llena de coqueteos, pero se detuvo de golpe y me separo de ella, no violentamente, solo me empujo poquito, yo también decidí dejarla ir me despedí de su húmeda intimidad con una caricia especialmente delicada.

Me recargue en el auto que estaba a mis espaldas muestras trataba de recuperar la respiración, ella hacia lo mismo en su lado.

Lía tenía su ojos cerrados, como concentrándose en regresar a sus cinco sentidos, yo de loco cerraba mi vista, se veía preciosa ahí, con unos mechones de su cabello pegados a su frente, y el vestido subido aún más a arriba dejando a la vista más de sus perfectos muslos, casi a la altura de su intimidad, las piernas abiertas y sus enormes senos subiendo y bajando a causa de su agitada respiración, dese abalanzarme de nuevo y terminar el trabajo, quería tanto mi orgasmo como el suyo, la verdad más el suyo que el mío, deseaba sentir de nuevo que podía causarle eso.

Por fin después de meter suficiente aire en nuestros pulmones que por cierto estaba tan frio que quemaba. Los dos estábamos más tranquilos inclusive mi erección que estaba a punto de explotar se había calmado bastante, aunque todavía se hacía notar, además de que ese dolor que te deja un mal cantón comenzó a molestarme.

-Entro yo primero, ve al baño, y ocúpate de eso, no quería que mancharas tu ropa, creo que esos dos ya sospechan algo como para que les demos más pistas.

-Jajajaja ¿te imaginas si supieran que de verdad hacemos esto?-le pregunte pícaro.

-Cállate, ni de broma lo digas.-pero también sonreía.

-Lía... -le iba a decir te amo de nuevo pero me contuve esos dos te amo entre jadeos tendrían que ser suficientes, ella me miro-un último beso.

Lía que desde hacía rato comenzó a arreglarse incluyendo sacar del auto un pañuelo y secarse la frente, término de arreglarse el vestido, y con una sonrisa se acercó a mí y se inclinó y me beso...

… pero bue un casto beso en la frente, me quede sacado de onda y algo molesto.

-Oye...-la mire como reclamándole.

-¿Que pasa Leo? Somos hermanos, ¿no querrás que te bese en la boca verdad?-de nuevo estábamos jugando.

-Eso es lo que quiero precisamente, anda apiádate mi diosa, un beso uno y ya.

Se rio de nuevo, sus risitas me volvían loco.

-Ok mi fiel....

-adepto es la palabra-la ayude

-Jajajaja, de donde sacas tantas cosas-iba a contestar cuando sus labios se posaron en los míos, y esta vez sí fue un romántico y lleno de amor beso de piquito.

Terminamos, y Lía se dirijo adentro de la fiesta, yo casi la obedezco y me estaba dirigiendo a los baños cuando decidí que no, que no quería de nuevo masturbarme, no se me hacía un premio de consolación, un muy feo premio de consolación, yo deseaba terminar lo que habíamos comenzado, juntos, tanto ella como yo.

Esperaría a llegar  casa y entonces... bueno por algo compartíamos habitación ¿no?

Levante la mirada a la noche estrellada, eran las diez y media, en unos minutos ya sería año nuevo, 2015, y yo no podía estar más feliz, pronto darían las uvas y pediríamos doce deseos mientras escuchábamos las últimas campanadas de aquel 2014, yo ya sabía que deseos pedir, por primera vez en mi vida tenía una meta una misión un destino, y todo era Lía, respire el frio aire, y exhale una nubecilla de vapor.

Me sentía tan vivo, tan yo, tan real, no sé explicarlo, Lía le había dado sentido a mi vida, de ser un niño anodino, ahora era especial, ahora éramos especiales, de una forma retorcida y para muchos incorrecta y asquerosa, pero ahora éramos especiales, nuestro secreto nos separaba de los demás, y nos unía en nuestro propio mundo, uno solo de nosotros dos.

Me di cuenta que mi erección ya había desaparecido, y a paso lento, disfrutando que cada detalle del jardín estacionamiento, entre de nuevo a la fiesta, preparado para la siguiente aventura con mi Lía.