Miradas Capítulo 5: Mirando una película.

El año nuevo se acerca, y Lía y yo pasamos una tarde de cine en casa.

AnMangazine: Honor que me haces al leerme, y aquí me tienes de nuevo mencionándote. Gracias por tu comentario me encantó, mira que saber que puedo ocasionarte un poco de placer solo usando pluma y papel (retóricamente hablando), debes tener cuidado con lo que me escribes terminaras por hacer inflar demasiado mi ego.

Tal vez las siguientes líneas sean demasiado personales, y pido desde ya una disculpa si me meto en donde no me han llamado, pero cuando mencionaste a tu hermano no pude contenerme, encontrar a alguien que si no ha pasado por lo mismo que yo, si esta en algo similar, me emociona gratamente, más aun cuando es una dama, pues los varones somos bastante más propensos a mirar sexualmente a nuestras familiares, es como encontrar a un unicornio en medio de un bosque cuando pensabas que eras único en tu especie.

Al parecer por lo que expresas tu hermano te atrae, y me atrevo a decir que bastante, pues al ser una lectora de este sitio y de esta categoría, es obvio que sientes una fuerte atracción hacia el incesto. Me encantaría saber que sientes, ¿cómo comenzaste a ver a tu hermano de esa forma? ¿Desde cuándo?, ¿es simple atracción sexual, o algo más profundo? ¿Espero respuestas a estas preguntas? claro que no, tus sentimientos son tuyos y ya de por si te agradezco infinitamente que hayas compartido ese secreto tuyo con nosotros.

Ahora bien, dices que tu hermano se parece un poco a mí, no sé muy bien a que te referirás pero aun así lo tomare como un halago, y mencionas que desearías que fuera más aventado como yo, escribiste “pero no me dice nada” te tengo una noticia An, jamás te dirá nada, si has leído los comentarios de los demás te darás cuenta de que eso de que un chico vaya con su hermana y le diga me gustas, follemos, pues no pasa, y yo no soy nada aventado, es más soy bastante tímido, y si no fuera porque Lía me dio pie a seguir hubiese crecido con cierta dificultad para relacionarme con las chicas, mi actitud a hacia Lía se originó del hecho de que ella me dijo que le gustaba mi atención, y eso despertó al poeta y romántico que llevaba dentro, pero si ella nunca se hubiese dado cuenta de mis miradas, jamás se lo hubiese confesado, pues el cariño y e incluso la lujuria que sentía hacia ella me detenían de insinuarle siquiera que me atraía, pues el miedo a perderla me frenaba, creo yo, que si cabe la posibilidad de que tu hermano te vea de esa manera no se arriesgara a perderte como su hermana, pues comprende que, la culpa de desear a nuestra propia hermana nos hace sentir como fenómenos.

Lo siguiente seria darte ánimos y un par de consejos con los cuales tendrías a tu hermanito en tu cama en unos cuantos días, los chicos somos bastante más simples de seducir que ustedes las mujeres, pero no lo hare, ¿por qué?, ¿soy un hipócrita? ¿Un mentiroso?, quiero creer que ninguna de las dos. Tampoco  te frenare ni te diré que no veas de esa manera a tu hermano.

Tomo esta actitud neutral, por una razón, deseo que si sucede o no, algo entre ustedes, sea decisión completamente tuya, no me gustaría cargar con esa responsabilidad, si supiera que tú y él solo tendrán un poco de sexo y después cada uno seguirá con su vida, te lo juro te recomendaría que lo hicieras, el sexo con tu, (en tu caso hermano en el mío hermana), es de las experiencias más  excitantes que puede haber, es como si te drogaras con euforia pura, no sé si eres virgen pero si no, bueno chica no importa cuánto placer hayas sentido con tus anteriores parejas o contigo misma, nada y repito nada se compara a hacer el amor con tu Herman@, pero nunca es así de fácil, tal vez tú te enamores, si no es que ya lo estás, o a la inversa y si él se enamora y tu descubres ¿que solo era una fantasía que al cumplirla pierde su encanto? O en el peor de los casos y ¿si ambos se enamoran? no quiero dar spoilers de mi historia, pero créeme es difícil muy difícil, como dije no quiero arruinar para ustedes este relato pero cuando lleguemos a ese punto te darás cuenta que... (Suspiro gigantesco) Dios, tendré que esforzarme para llegar a esa parte rápidamente, ahora tengo una razón más para apresurarme, tú.

Por ahora te pido paciencia, no que borres esos sentimientos de ti, si es verdad lo que dices, tu y yo sabemos que es escuchar hablar a los demás de sus fastidiosos hermanos y tu sonreír por dentro y pensar yo a mi herman@ lo mataría también pero a besos, es como una llama que te da calor por dentro un secreto que te acompaña todo el día, haciendo más bella la vida más poética.

Pero por ahora solo míralo de lejos, trata de ver alguna señal, ¿él es tierno contigo, amable? ¿O es de los que te molesta todo el tiempo, te cela? Como dije antes me encantaría conocer tu situación, me emociona el solo hecho de saber que ahí afuera puede estarse desarrollando un drama parecido al mío, pero cuando lleguemos a... te darás cuenta a que me refiero cuando lleguemos, entonces si después de leer eso aun él te gusta, y quieres intentarlo, tendrás mi apoyo, te estaré animando y si me lo permites podre darte algunos consejos, si, el incesto es difícil, pero también es jodidamente hermoso, pero ignórame An estos son solo divagues de un loco, y quien haría caso de un loco

AdriER, vane04, circe: Bienvenidos, creo son nuevos dejándome un comentario, el cual les agradezco infinitamente, y me da gusto ver que más personas se suman a esta odisea, espero ser de su entero agrado.

Golden Rose: Hola ya has comentado creo algunas veces y yo no te he mencionado, espero perdones mi falta de tacto, gracias por tus cortas pero bonitas palabras espero seguir contando con tu apoyo.

Carol la sueca: Bonito Nick jajaja, hola Carol mucho gusto, tus palabras me agradan de sobremanera, otra más que se registra solo para comentarme, y que además visita la página para ver si ya actualice, tengo que confesar que yo también visito la página demasiadas veces, buscando nuevos comentarios, sí, soy un vanidoso, pero ustedes tienen la culpa, creo que me he vuelto un poco adicto a sus ánimos y halagos, trataré de que no se me suba, y bien pues nada más que decir solo que es un honor ser el responsable de provocarte ese calorcito y humedad tan especial en las féminas y espero seguir teniendo el mismo efecto en el futuro, con todo respeto por supuesto, a lo de desaparecer, espero no hacerlo y si lo hago será porque algo grave ocurrió en mi vida, y dios quiera eso no pase, un abrazo hasta Venezuela.

Y a todos los demás, tanto a los primeros que le dieron una oportunidad a este relato como a los que se han ido sumando, como siempre gracias, y una disculpa si me extendí demasiado con AnMangazine, pero si es real lo que compartió pues me sentí obligado a aclararle algunas cosas que espero le ayuden de algo.

Un abrazo para todos y todas.

Miradas

Capítulo 5: Solo te mirare a ti.

Después de esa extraordinaria navidad, amanecí todo desvelado, cansado y tonto, como creo es común después de ese tipo de celebraciones, Mis padres dormían en la cama de a lado, me levante con la ropa toda arrugada, pues en esos casos todos dormíamos con la ropa puesta, me estire tratando de despertarme.

Escuche a Lía moverse en la cama de arriba, pero no hizo señas de querer levantarse, tendí la cama, que ya era suficiente trabajo para mi abuela recibirnos como para dejarle trabajo.

Salí al patio y todo estaba echo un desastre, el cual limpiaríamos toda la familia, nadie se había levantado aun, supongo que los demás se habían desvelado mucho más que yo.

Me senté en una de las sillas frente a los restos de la fogata, solo cenizas, y como ya era costumbre comenzó a pensar en Lía.

Las cosas habían acelerado de una manera increíble apenas hace dos meses, me había dado cuenta de que me gustaban las chicas, y hace unas horas ya había tenido mi primer “faje” (aquí se le dice así a eso de casi tener sexo con la ropa puesta), y nada menos que con mi hermana.

El sol ya estaba en lo alto, mire mi reloj de pulsera, las doce y media de aquel 25 de diciembre, hacia frio aun con el sol en todo su apogeo.

Lía, Lía, Lía, en mi mente solo cabía ella, deseaba con cada fibra de mi ser otro beso de ella, quería abrazarla, respirar su aroma, acariciar su cuerpo, que hasta hace poco pude tocar a placer, por Dios, había tocado su entrepierna, aun me fascinaba el recuerdo del calor y la humedad de mi hermana.

Pero el deseo físico no era importante en realidad, si solo hubiese sido lujuria lo que sentía ese frio día, no me hubiese preocupado tanto, era lo otro, la otra necesidad la que me atormentaba.

La deseaba físicamente, sí, pero lo que quería aun con más fuerzas, lo que quería con toda mi alma era que ella me quisiese, deseaba su cariño, y no el de hermana, que ahora había resurgido entre los dos un amor fraternal que no creí que existiera entre ambos, no, lo que yo anhelaba era su amor, quería que ella me amara, eso era aún más importante que el hecho de poder tocarla.

Por supuesto que mi parte racional me decía que estaba loco, desear que tu hermana te amé de esa forma estaba más allá de la locura, mas allá de un momento de pasión y curiosidad, yo ya lo sabía, incluso había tratado de decírselo dos veces a Lía, pero en ese momento lo confirme, en esa mañana, lo supe.

-Te amo-murmure dirigiéndome por supuesto a Lía.

Y fue doloroso y maravilloso a partes iguales, me sentía feliz, y triste, emocionado y aterrado, me sentí vulnerable.

Supe que debí hacer caso a mi conciencia cuando me ordenaba que me alejara, ahora ya era muy tarde, mi corazón daba latidos tan fuertes que casi dolía, y era por ella, por su simple recuerdo, ya estaba perdido, no había marcha atrás, Lía era a partir de entonces el centro de mi vida, mi corazón latía por y para ella.

Y tuve miedo, porque Lía lo había dicho, para ella solo era un juego, nada más, y cuando se aburriera dejaría de jugar, como yo cuando me aburría de mis videojuegos, solo pasaba al siguiente y ya, ella haría lo mismo, algún día se aburriría de mí, y solo pasaría al siguiente, me sentí desolado ante la sola idea.

Casi me pongo a llorar, patético llorar por algo que aún no pasaba, pero me limpie las lágrimas que aún no habían salido, y me dije que si no quería que Lía me dejara, si quería continuar con esto, tenía una sola cosa que hacer, una misión, tenía que enamorar a Lía, hacer que me amara de la misma manera que yo la amaba.

Con esta decisión tomada, y nuevas energías fluyendo por mi cuerpo me levante, y comencé a barrer el patio.

Más tarde los familiares que se quedaron a dormir, se levantaron y se sumaron a la limpieza de la casa, después siguió el recalentado( el comer las sobras por llamarlo de una manera, de la cena de la noche anterior), mis padres me preguntaron sobre mi labio roto, les invente una historia donde por subir corriendo las escaleras me tropecé y me pegue con el barandal, como testigo puse a Lía y dije que ella me limpio la sangre, cuando mi madre vio la mancha se enojó con lía.

-Como se te ocurre Lía, limpiarlo con blanco, ¿sabes lo difícil que es sacar la sangre?

Lía me miro y sonriendo respondió

-No importa-Casi me le aviento a besarla ahí mismo, pero me contuve.

Durante esta comida, mi mamá y mi tía, Laura, la madre de Laurita, (ingeniosos los mexicanos ¿verdad?) se pusieron de acuerdo con los horarios y desde cuando yo ira a ensayar a casa de Laura, lo cual casi me provoca agruras, hice las paces con Luis quien también me pidió disculpas.

-Perdón Leo, primero estamos criticando a Carlos por lo que le hizo a Martha y luego voy y le digo eso a Lía, digo es muy guapa y todo pero después lo pensé y es mi prima ¡yak!-me dijo mi primo con asco, ¿qué pensaría el si supiera que yo no solo ya me había besado con Lía sino que casi habíamos tenido sexo, y no conforme con eso planeaba enamorarla?

-Pues eso se lo tendrías que explicar a Laura, porque ahora que soy su chambelán creo que se pondrá peor el asunto-le dije yo medio en broma medio en serio.

-Pues puede y que si pueda ayudarte con eso, creo que mi tía Laura ya casi convence a mi mama para que me obligue participar, no sé cómo tú aceptaste tan rápido.

-Soy débil-y los dos nos reímos, ya olvidada nuestra pelea.

Y ya comidos, todos a sus respectivas casas.

Cuando llegamos a casa, cansados y agobiados, tomamos turnos para bañarnos, yo el ultimo como era costumbre, después decidimos ir a dormir otro poco.

Al entrar a nuestro cuarto, yo ya limpio y en pijama, la encontré conectada a internet.

Me puse detrás de ella, y sin interesarme que es lo que hacía, la abrace por detrás, como tantas veces ella había echo conmigo, mis palmas tocaron su vientre, por encima de su propio pijama.

-¿Qué haces nene?-una sonrisita se le dibujo

-Nada-le murmure en la oreja, rozando mis labios con su cuello, la sentí temblar.- ¿tú qué haces?

-Mmm... Pues esto no parece nada-me dijo mientras acariciaba mis dedos con los suyos mientras trataba de quitar mis traviesas manos de su barriga.-estoy enviando un correo a mis amigas, tenemos que hacer un proyecto antes de entrar a clases.

-y no quieres jugar un ratito-volví a susurrarle en el oído.

-te dije que eso fue especial.- pero me dejo su cuello al descubierto, cosa que aproveche para besar esa parte tan erótica de ella.

Trate de bajar mis manos mas pero ella me detuvo.

-En serio nene, estoy cansada, además...-gimió cuando mordí uno de sus hombros-hay que ir más lento, me asustas a veces.

Yo quería mas, quería hacerle el amor ahí mismo, pero mi amor por ella venció a mi deseo y me detuve, lo menos que quería era molestarla.

Junte toda mi voluntad, y me separe de ella no sin antes despedirme de su cuello con un besito en la nuca.

Me senté en mi cama, con la respiración agitada y una semi erección en los pantalones del pijama.

Lía se giró a verme, y sonrió toda sonrojada, se levantó y se acercó a mí, se inclinó y me beso en la boca, fue profundo pero rápido el beso, trate de tomarla hacia mí pero mis manos se detuvieron a medio camino ella había dicho que estaba cansada y debía respetar eso.

Me quede temblando de ansias, pero decidido a no obligarla a nada.

Ella me miraba divertida, mientras yo peleaba conmigo mismo.

-De verdad eres todo un caballero-su voz era de sorpresa y admiración.

-si yo soy un caballero.-tome su mano derecha, acerque mi rostro al dorso-Tu eres mi princesa-y bese muy suavemente esa hermosa y delicada mano.

Ella se sonrojo más si es que se podía, y esa sonrisa y mirada de alagada sorpresa que ya se me estaba haciendo costumbre ver, y provocar se dibujó en su rostro.

Las cortinas estaban corridas así que al apagar las luces quedaba una penumbra bastante acogedora, los dos nos metimos a nuestras respectivas camas.

-Descansa nene-me dijo mimosa mi amada.

-Descansa Princesa-le respondí yo, y me dormí pensando que mi plan no podía haber empezado mejor.

30 de diciembre, los días después de navidad fueron aburridos, salía a jugar con Javi y Jorge a sus casas o a pasear por ahí, pero cuidaba que no vinieran ellos a mi casa pues sabia lo atractiva que les resultaba Lía, mi plan de enamorarla había comenzado muy bien pero no había tenido progresos, al parecer Lía solo se dejaba llevar en fechas especiales, o momentos clave, pues en estos días solo seguíamos con nuestra rutina de verla en ropa interior, y eso solo a veces pues había ocasiones en que se levantaba mas tarde que yo.

Yo trataba de comenzar algo, ya sea abrazándola por la espalda y dándole besitos en sus hombros, o acariciando su mano muy suavemente por debajo de la mesa en las comidas, y no es que ella me rechazara pero tampoco ponía de su parte.

Eso me tenía preocupado, y no era estúpido sabía que acosarla demasiado la terminaría hartando, había leído suficiente para comprender un poco sobre el romance.

Así que le baje de intensidad a mis acercamientos, pero mi mente trabajaba para provocar otro de nuestros juegos, en eso estaba cuando decidí salir a digámoslo así, la ciudad, para ver si así se me ocurría algo, estuve vagando un rato en esa mañana de diciembre, preguntándome que debía hacer al respecto, se me ocurrían un montón de cosas, rosas, chocolates, etc., pero además de que todo era demasiado cliché, me había dado cuenta que Lía le daba miedo que yo fuera tan romántico, así que debía ser algo diferente.

Camine por los diferentes departamentos de la plaza comercial, cuando pase frente a una tienda de lencería.

En mi país, tenemos una... tradición, que dice que el último día del año debes vestir ropa interior de color rojo si quieres que el siguiente año esté lleno de amor y pasión, y de amarillo si quieres dinero.

Eso era perfecto por que el regalo no solo seria para ella si compraba lencería también me vería beneficiado yo.

Entre y muy nervioso me dedique un momento a ver todo lo que ahí se exponía, había tantas prendas cada una más sexi que la anterior, baby dolls, tangas medias con ligueros, un sin fin de ropa erótica que del solo pensar verlas en Lía me estaba poniendo malo.

Pero ya que las señoritas que atendían aquel establecimiento me comenzaron a mirar de forma extraña me apresure, me acerque a una de ellas y le dije que quería una prenda, señale la que deseaba.

-Pero no sé si son por tallas o que, es para una chica como...-mire a mi alrededor, había otra dependienta, con las caderas bastante parecidas a Lía-Ella

La chica que no podría tener más de 22 años me miraba alucinada, yo parecía casi un niño de primaria, ¿entraba a comprar lencería para una chica?

Yo por supuesto estaba súper avergonzado pero Lía lo valía, la chica se quedó un momento más mirándome, como dudando si estaba hablando enserio o qué, pero como no hay ley alguna contra que un niño compre ropa interior de mujer pues tuvo que atenderme.

Me mostro la prenda y me dijo el precio, no muy cara pero si mucho más que cualquier prenda interior que yo hubiese comprado alguna vez para mí.

Pague y salí corriendo de ahí, no sé si de verdad creyeron que un niño regalaría a aquello a una mujer que era obviamente mayor que yo, o si se quedaron con la idea de que era uno de esos niños raritos que deseaban ser mujeres.

Metí la bolsa con mi vergonzoso regalo, y regrese a casa con la sensación de que todos sabían que llevaba en la mochila.

Llegue a casa y escondí el paquete, debajo de mi colchón, solo tenía que estar ahí una noche, me acosté para tratar de recuperar mi estado normal.

No había nadie en casa, todos tenían cosas que hacer al parecer, me puse jugar la play, hasta que mi hermana y mi mama regresaron, preguntaron si me había ido bien en mi salida le conteste que sí, sin dar más detalles.

Lía entro al cuarto y se quedó mirándome ahí sentado sobre la alfombra mientras mataba monstros en la pantalla.

Pause el juego.

-Ahora tu eres la que me mira-le respondo mientras la  vi repentinamente, ella desvió la mirada, avergonzada.

-Solo es que quiero ver una película, pero estas jugando, me mostro una caja del videoclub al que pertenecíamos.

-¿Aquí?-pregunte estúpidamente

-pues claro si fuera en la sala no me importaría que estuvieses jugando.

-¿Solo los dos o mamá también?-yo seguía algo lento pues no creí que Lía me estuviese invitando a ver una peli solos nosotros dos.

-¿Desde cuando mamá entra a nuestro cuarto?-me miro coqueta y malvada-pero si no quieres no.

Se dio la vuelta como si fuera a salir del cuarto.

Salte como gato, y me atravesé en su camino.

-No, claro que quiero, ahorita quita la play, anda veámosla juntos.

Debí parecer desesperado, ella se rio burlona, pero me dio un piquito, el primero en días, cuando sentí esos labios aun en tan pequeña caricia, me estremecí todo.

-Tranquilo nene, solo es una peli, ¿entendido?

Mierda, creí que... pero no me importo, era una oportunidad de estar a su lado, y según supiera manejar la situación podría provocar que esa simple tarde de película se convirtiera en otra cosa.

Preparamos todo, arrastre el sillón de dos plazas de la sala al cuarto, mientras ella preparaba palomitas, que en ese entonces no teníamos microondas, así que era a la manera antigua, después yo fui por refrescos a la tienda y por dulces.

Mamá al ver que estábamos haciendo se quejó.

-Y por qué en su cuarto, podemos verla aquí los tres juntos.

En mi mente le grite mi madre que cerrara la boca. Cosa que en la vida real jamás pasaría.

-Pues... es que...-no sabía que escusa poner, pero Lía llego al rescate.

-Es que son pelis de miedo, y con mucha sangre-mama odiaba las pelis de esa índole, además de que era de esas que no ponían atención más de cinco minutos y que después se la pasan preguntando por detalles que ya han sido explicados, realmente algo desesperante.

-Además no vas a ir con la tía Laura para eso del Valls o ¿no sé qué?-yo recordé de repente que ese día Mi mama quería aprovechar para ultimar los detalles del Valls con el maestro de baile, no sé como pero ella había logrado que la tomaran en cuenta para elegir la canciones y los pasos del Valls como si el de los quince años fuera yo.

-cierto, casi se me olvida, bueno pues si no quieren que su vieja madre les arruine la fiesta solo díganlo y ya-mi mare parecía algo dolida.

-No es eso, pero...-Mire a Lía pidiendo ayuda.

-Mami, es que a ti ni te gustan las pelis, además Leo ya va a regresar a la escuela y luego con eso de la tonta fiesta de Laura pues ya ni lo voy a ver.

-Ahora resulta que de repente los dos niños son tan unidos.

Me estremecí de miedo, si mama comenzaba a sospechar todo podía irse a la basura.

-Claro que no, solo que Leo y yo hablamos en nuestro cuarto casi siempre, toda la vida nos hemos llevado bien.

La facilidad con la que Lía mintió me preocupo un poco pero, igual se le notaba algo incomoda y nerviosa.

Mama por fin se tranquilizó y comenzó a arreglarse para salir rumbo a casa de mi tía, se ira algo más temprano.

Lía y yo seguimos con nuestros preparativos, cerré cortinas e incluso utilicé unas mantas para que ningún rayo de luz se filtrara, Lía ya había puesto cobijas en el sillón para cubrirnos del frio, que en realidad no era molesto, más bien acogedor, invitando a acurrucarse con tu persona especial, y eso era lo que yo planeaba hacer.

Cuando, todo estuvo listo nos sentamos en el sillón que estaba bastante cerca de la pantalla, la verdad que nuestro cine personal había quedado genial.

-Así que ¿toda la vida nos hemos llevado bien?-pregunte risueño

Lía se rio también.

-Pues claro tú y yo siempre fuimos muy unidos, y siempre nos hemos querido mucho-su voz era traviesa.

-jajaja, oh entonces debió ser mi otra hermana la salvaje  que me daba esos terribles pellizcos

No acabe de decirlo cuando Lía ya estaba sobre mí tratando de pellizcarme.

-Auch eso duele, espera-yo daba giros y me cubría con las manos tratando de evitar sus afiladas uñas.

-Eso te ganas por decirme salvaje-me seguía pellizcando y al mismo tiempo haciéndome cosquillas, yo reía y me quejaba a partes iguales, quería detenerla, y hubiese sido fácil, solo tendría que tomarla de las muñecas y obligarla a estarse quieta, pero cuando éramos más pequeños, lo había echo y la había lastimado de una muñeca, no paso a mayores y mis padres no se enteraron pero siempre me quede con la culpa de haberla lastimado.

-Lía me rindo me rindo-grite entre carcajadas de dolor.

-Defiéndete, ¿no se supone eres hombre?-ella seguía queriendo jugar.

-Jajaja, no Lía basta ya... jajaja... Auch... no quiero lastimarte-ella paro.

Cuando recupere el aliento, me limpie las lágrimas, que por la risa me habían brotado.

Ella estaba ahí de rodillas sobre el sillón a mi lado, me tomo del rostro y me beso profundamente, por supuesto respondí, fue mega excitante, mama aún no se marchaba, me encanto la sensación de peligro.

-Lo sé, sé que nunca me lastimarías-quedamos a centímetros uno del otro-eres tan correcto siempre

-No siempre-y la bese de nuevo, esta vez lleve mis manos a sus pechos ella se arqueo al contacto.

Me quito las manos de ahí, y corto el beso.

-Nene, tranquilo, que mama no se ha ido

-No me importa-trate de besarla de nuevo.

-No nene, hoy es solo ver películas, has estado demasiado travieso y te dije que lo de navidad fue especial, fue por ser valiente-me dio un besito en mi herida que ya estaba cicatrizada, la costra ya se había caído, pero una línea de un rosa diferente marcaba donde había sido el golpe.

-Pero la peli es de miedo, soy valiente al verla, ¿no cuenta?

Lía lanzo una carcajada.

-Te crees muy listo ¿verdad nene?- y me dio un piquito-confórmate con ese.

-jooo

Pusimos por fin la película, a los quince minutos mama entro a decirnos que ya se iba, yo apenas y conteste, creí que trataría de acosar a Lía, es más planeaba hacerlo, pero la peli no era tanto de miedo como de suspenso, y era una muy buena, así que quede atrapado en ella desde el principio, Cuando mama se fue, Lía se acercó a mí y se recargo en mi hombro, y puso mi brazo alrededor de ella, yo seguía metido en la trama, y solo comenzó a comer las chucherías y palomitas con la otra mano.

Así paso casi toda la peli yo súper entretenido con la pantalla, Lía creo también le intereso pero de vez en cuando me acariciaba la pierna y la mano con la llenas de sus dedos.

Cuando ya faltaban como veinte minutos para la final, ósea en lo más interesante, Lía me pregunto.

-¿De verdad que esta buena le peli no?-no noté su tono de sarcasmo

-Sí, esta vez sí que elegiste bien.-yo aun con la vista enfrente.

-creí que querías jugar conmigo-eso si llamo mi atención

-pero tu dijiste que...-estaba realmente confundido.

-No creí que te rindieras tan pronto-Lía miraba la pantalla, pero sin verla en realidad, estaba algo molesta incluso tenía un mohín muy lindo de enojo.

Yo no sabía ni que pasaba, ella había dicho que nada de travesuras y ¿ahora se enojaba por que no quería jugar?

Emocionado trate de besarle el cuello, pero ella se apartó aun fingiendo que veía la tele.

-Jooo, peo quien te entiende-la verdad es que me enoje un poco, incluso retire mi brazo de sus hombros.

Trate de concentrarme en la peli de nuevo pero ya había perdido el hilo, estire el brazo para tomar el control y regresarle un poco, pero entonces ella fue la que se me lanzo al cuello.

Comenzó a besarme, de a poquito, después uso sus dientes dándome de mordiditas, que me pusieron caliente en un segundo.

-Cuando las mujeres decimos que no,  a veces es si-me murmuro en el oído.

-Y como se cuándo es un no que es sí, o un no que es no-gemí mientras ella me besaba, yo comencé a acariciar su cintura y sus caderas.

-Es tu trabajo saber eso, además un no podría ser un tal vez-Joder sí que eran complicadas las mujeres.

Nuestros labios se encontraron y el beso que nació fue húmedo, delicioso y vulgar. Mi lengua y la suya jugueteaban, su saliva sabia tan bien.

Ella se me sentó encima, como en navidad, sintió mi erección con su entrepierna ella ya estaba calientita.

Lleve mis manos a sus senos, ella gimió.

-No nene, tranquilo-no caería otra vez

Apreté aún más, arrancándole otro de esos sonidos tan lindos.

-Vez aprendes rápido-me murmuro en mi oído, antes de morder mi oreja.

-No Lía ahí no-gemí, la verdad es que no me gusto la sensación.

Ella se rio, y trató de morderme otra vez, la detuve

-Mis no si son no-la mire a los ojos, ella de nuevo lanzo una risita.

Nos besamos de nuevo, ella comenzó a frotarse contra mí.

Yo quería seguir pero se me ocurrió algo, y la perspectiva de eso era tan dulce que tuve la fuerza para detener aquel faje.

-Espera Lía-la aleje de mí, ella se quedó algo cortada.

-¿qué pasa nene?-adoraba que me digiera nene.

-Nada malo princesa, solo que tengo un regalo para ti.

Sus ojitos brillaron de expectación.

-¿En serio? ¿Qué es?-su rostro era mitad lujuria mitad curiosidad infantil, ni siquiera sé si es posible semejante combinación pero ella tenía esa expresión, lo juro.

-Te lo daré si prometes usarlo justo ahora.-la mire directo a los ojos

-¿usarlo? ¿Qué es?-estaba ya claramente intrigada.

-No te digo, primero promete que lo usaras aquí y ahora-supongo sospechaba de que se trataba, lo pensó un rato.

-Ok lo prometo-cerramos el trato con un piquito.

Me levante y le pedí que se diera la vuelta, saque mi regalo de su escondite.

-Ya puedes mirar-le entregué la bolsita de cartón que tenía la marca de la prenda, que por supuesto todo el mundo sabía era solo de lencería.

-Eres un pervertido nene-pero tomo la bolsa.

Cuando saco la panti que era un colaless ahora que se llaman así, se quedó pasmada.

-es rojo ya sabes para el año nuevo-dije yo estaba avergonzado y expectante, ella había prometido usarlo en ese momento.

Lía tardo en contestar.

-Claro rojo para que mi año esté lleno de sexo, ¿me pregunto con quién?-me guiño el ojo.

-Prometiste usarlo ahora

-jajaja, pero es que...-me miro avergonzada.

-lo prometiste, ella sabía lo que para mí significaba una promesa, tanto las que me hacían como las que yo hacía.

-Vale pervertido, pero no mires mientras me cambio, además deja busco un sostén rojo.-me iba a dejar verla semidesnuda, pero la detuve.

-no, solo quítate el pantalón, quédate con el suéter, Lía llevaba un suéter blanco, de cuello de tortuga de esos que se pegan a la figura de las mujeres, lo cual resaltaba hermosamente sus senos.

Lía me miro sorprendida, pero creo que también le gustó la idea.

-Vale cierra los ojos y no veas.

-ok-respondí yo, así que cerré mis ojos, escuche como se quitaba el pantalón, después nada, y así estuve un largo rato, quería espiar pues jamás había visto a Lía sin pantis, pero dije que no lo aria, cuando ya se me estaba haciendo excesivo el tiempo.

-¿De verdad no estás viendo?

-dijiste que no mirara

-y que hablamos de los no de las chicas-Jooo pero como iba yo a saber el significado de un no.

Abrí los ojos ella estaba ahí de pie con el suéter tapando apenas por debajo de la cintura dejando ver el triangulito del colaless, me quede embelesado, era mil veces mejor que verla en pantis y sostén, no sé pero me  excito verla solo sin pantalones a sin pantalones ni camisa.

Era definitivamente la imagen más erótica que había visto en mis catorce años de vida y eso incluía películas y fotos porno.

Como que habíamos perdido el impulso de hace rato así que para tratar de recomenzar.

-Date una vuelta-pedí.

Ella se giró y pude ver su hermoso trasero asomándose debajo de su suéter, atrapado en el ajustadísimo colaless, cuando ella estaba de espaldas me avente a abrasarla.

Ella se dejó, pase mis manos al frente sobre su vientre y comencé a acariciarlo muy suavemente, ella se restregó hacia mí y pude sentir esa hermosa colita rozando mi pene que ya de nuevo estaba duro. Lía se inclinó un poco sacando más su respingón trasero, yo la tome de las caderas y la atraje hacia mí, más pegados ya no podíamos estar, estuvimos con ese juego un rato.

-Nene es cansado estar así

Entendí a que se refería, la empuje hacia el escritorio de la computadora, ella se recargo con las palmas cerca de teclado.

Lo cual permitió que pudiera inclinarse aún más, y así aventar su colita hacia mí.

Yo estaba fascinado, ahí estaba Lía arqueada sobre el escritorio, su cabello larguísimo que solo estaba recogido en una larguísima cola de caballo, le caía por uno de sus hombros, el suéter se había subido dejando al descubierto la ropa íntima color rojo que destacaba en su blanca piel.

No pude contenerme y toque con ambas manos sus preciosas nalgas, una mano en cada una, la acaricie y ella gimió suavemente.

Pase mis caricias a su vientre de nuevo, y subí poco a poco hacia sus senos, atrape uno, mi otra mano estaba aún en su vientre, ella ya estaba totalmente arqueada, se veía hermosísima, me repague de nuevo no sin antes acomodar mi pene que una vez más se asomaba por encima de mi pantalón.

Ella sintió mi dureza y un nuevo gemido escapo de su boca, yo ya completamente pegado a ella comencé a frotarme contra su cuerpo, ella también colaboraba moviéndose hacia atrás y hacia delante, aumentando la fricción entre nuestros cuerpos.

Mi mano derecha está en su barriga, y la izquierda jugaba con uno de sus enormes pechos.

Pero yo quería darle placer que ella disfrutara igual que yo, así que baje mi mano derecha hasta llegar  así pubis, lo acaricie y aunque ya lo sospechaba por todas las mañanas en que la había visto en ropa interior , lo confirme ese día, Lía estaba depilada.

Seguí bajando, nuestros gemidos ya eran bastante ruidosos, mi boca estaba pegada a su nuca y yo le resoplaba en el cuello lo cual provocaba que ella se estremeciera.

Cuando toque su vagina por encima de la lencería, la sentí de nuevo, esa increíble certeza de saber que ella también estaba excitada, su humedad y calor la delataban.

-Dios nene, las cosas que me haces hacer...-gimió mi princesa.

-Tu comenzaste- le mordí el cuello, mientras comenzaba frotar por sobre la tela de encaje.

Seguí acariciando su húmeda intimidad, mientras los dos nos frotábamos como perros en celo.

La mano que tenía en sus pechos pasaba de uno a otro seno, quería mimarlos a los dos.

Los ruidos que salían de nuestras bocas eran mitad jadeos mitad gritos.

Aceleramos so ya sentía no húmedos mis dedos estaban empapados, ella esta derritiéndose literalmente en mis manos.

Nuestros frotamientos ya eran desesperados, yo presione más su vagina y cuando la sentí estalla, ósea una pequeñísimas pulsaciones en sus labios, que ya podía sentir perfectamente a través de la ropa, y acompañadas con u reguero de líquido, supe que se había corrido, y yo a mi vez también llegue al orgasmo, de nuevo mi corrida fue detenida por la playera que estaba usando en ese momento.

Cuando Lía termino de tener su orgasmo las piernas le temblaban, y casi cayó al piso, pude sostenerla de la cintura y aunque igual yo estaba temblando como una hoja al viento, la sostuve hasta sentarla en el sillón, la tape con las cobijas, y la mire ella estaba  con los ojos entrecerrados por el placer recibido. Y me sonreía tímidamente.

Yo me quite la playera y me limpie el vientre de mi tan molesto líquido.

Después me puse una playera de cuadros roja y me senté su lado.

Todo en silencio, ella me miro, se le notaba avergonzada, escondió su rostro en mi cuello.

-Leo, ¿que estamos haciendo?-me pregunto,  note genuina preocupación en su voz.

Lía estaba asustada, asustada de saber que lo que teníamos era malo o incorrecto, así que era mi turno de calmarla era mi turno de mentir.

-Solo jugamos recuerdas, es un juego y nada más, solo eso, solo eres una muy amable hermana que le enseña a su hermano algunos trucos, eres mi maestra y yo tu alumno solo eso, Lía.

Ella se rio en mi cuello, ya estaba abrazada a mí, y yo le levante el rostro y junte mis labios con los suyos, fue un beso tierno y cargado de sentimientos de mi parte de puro amor y cariño, de ella no sabría decir, pero me supo a un beso de una doncella enamorada.

Ya más calmados ella se vistió de nuevo, a lo cual de nuevo cerré mis ojos.

Y cuando estuvo cambiada, se recostó sobre mi recorrimos la peli hasta donde habíamos quedado y la terminamos, pero esta vez entre minuto y minuto, compartíamos caricias, y piquitos.

Después tuvimos que levantar todo, y esperar a mamá. Llegaría antes de la cena, así que comimos solos nosotros dos, una comida en silencio, pero llena de miradas cómplices.

La terminar algo más llenos de lo normal, por los dulces de antes, tome a Lía y la saque al jardincito de mamá, y nos sentamos en el pasto, le quite su tenis y las calcetas, dejando al descubierto sus desnudos piececitos, blanco como la leche.

-A sus pies mi princesa-y bese cada uno de aquellos lindos pies, ella solo se reía totalmente roja de la emoción.

Yo también me quite mis zapatos y nos acostamos en ese cuadrito de césped que mi madre había rodeado y llenado de flores de colores múltiples, el invierno aún estaba en su apogeo sí que no había tantas flores excepto unas nochebuenas, pero para mí eso era el edén, el cielo estaba despejado y aunque aún hacia algo de fresco, el sol calentaba bastante bien.

Miramos el cielo completamente azul, nuestros rostros una al lado del otro.

Lía busco mi mano con la suya y entrelazamos nuestros dedos.

-Leo-me llamo suavemente.

-¿Qué sucede preciosa?

-...

-¿Lía?

-Nada- me respondió, sabía que quería decirme algo más pero se lo guardo y yo no quise presionar.

Nos metimos cuando el sol ya estaba en el horizonte tiñéndolo todo de rojo sangre.

Ya dentro nos duchamos y esperamos en pijama a nuestros padres que casi llegaron al mismo tiempo.

Cenamos, el ambiente era bastante tranquilo y bonito todos éramos felices en especial yo, Lía y yo seguíamos con nuestras miraditas coquetas.

-Entonces quedamos en que los trajes serán negros y las camisas rojas-mama estaba hablando de lo que se había decidido sobre el Valls de Laura, eso me amargo un poco mi felicidad-Y los ensayos comenzaran el 7 de enero, así todos ya volvieron a la escuela, será de cinco a ocho de la noche, así que te vienes comer y después te vas a casa de tu tía.

-Rayos, no sé ni por qué accedí hacer esto-me queje honestamente

-Pues si dijiste que lo arias lo haces-por supuesto mi padre había dicho esas palabras.

-Pues a mí me parece de lo más tonto eso de los quince años.-Lía se escuchaba algo molesta pero no tanto solo era una molestia medio fingida, que me quedara claro que no le agradaba la idea de que yo estuviera mucho tiempo con Laura, eso me encanto saber que me celaba aunque sea un poco.

-Bueno que tu hayas elegido un viaje no significa que las demás deban ser igual.-mi madre hablo- a mí me hubiese echo mucha ilusión tu fiesta.

Cuando Lía cumplió sus 15 papa nos llevó a Cancún de viaje una semana, en ese entonces yo tenía nueve así que apenas y recuerdo algo de aquello.

Terminamos de cenar, y cada quien a su cama, ya acostado, y con las luces apagadas, quise aclarar las cosas con Lía.

-¿Lía?-pregunte a la oscuridad

-¿qué?-su voz no era molesta pero no me dijo nene.

-Laura... ella... yo...- suspire para aclarar mis ideas.-Me gustas tú, eres mil veces más bonita que ella, eres hermosa, sexy y linda, además de lista y divertida... eres mi princesa.

Silencio, pero después de un rato.

-Lo se nene-me dijo mimosa y orgullosa.

-Y tal vez sea tan malo bailando que termine por sacarme del vallas-me reí la idea no me parecía tan imposible.

-Laura correrte a ti, no lo creo, esa desde siempre te a traído ganas.

Me reí por como lo expreso.

-Leo, si andas de travieso por ahí se acabaron nuestros juegos ¿entiendes?-me lo dijo muy seria, y lo sentí de nuevo, sus celos, que a mí me encantaban.

-Me portare bien lo prometo.

-Que duermas con los angelitos.-su voz término en un bostezo, la verdad había sido un largo día.

-tu también hermosa.

Y así de nuevo cerré los ojos y me sumergí en el mundo de los sueños, sabía que ahí estaría Lía en mi mente como siempre, pero esta vez me di cuenta que ahora prefería la realidad a los sueños, mi realidad ahora superaba con creses mis fantasías, y mi plan de enamorar a Lía iba mas que perfecto.