Miradas A Dos Butacas 1 - Barreras Rotas

Primeramente me presentare: me llamo Eduardo y soy estudiante de medicina.

Soy un chico de 20 años, no estoy en forma, de 1.86 mts de altura, cabello negro y ''chino'' y con unos hermosos ojos color miel.

Para escribir este relato, me ha tomado mucho tiempo, ya que un abanico de sentimientos me llena cada vez que lo intento continuar y me pongo en modo meloso y sonriente con cada palabra y sentimiento que intento plasmar aquí.

Todo comenzó cuando me vine a estudiar medicina a la capital del país, siendo yo un simple pueblerino, con gustos extraños (en este momento no hablo de mi sexualidad) y con amplios deseos de vivir en una ciudad diferente, ser alguien diferente y vivir diferente (pero sin dejar a mi novia en lo que es mi ciudad natal).

Llegando a la ciudad lo primero que hice fue inscribirme en la escuela, ya con ansias de entrar a clases y disfrutar de la vida universitaria. Sin saber que nada me prepararía para vivir lo que iría a vivir en esa escuela.

Tuvimos una especie de demostración de la escuela, donde nos enseñaron los lugares importantes de la escuela, siendo poco importantes para mi... hasta que llegamos al laboratorio y me siento en una banca y al estar en una conferencia sumamente aburrida preferí voltear a ver que veía a mis alrededores, por mi lado derecho tenia a una chava rubia, linda, con ojos verde claro, cabello desarreglado pero que simplemente le quedaba bien, pero nada interesante fuera de eso, a mi lado izquierdo mire un chavo extraño, diferente, que nadie pelaría realmente, muy flaco, sin músculos, cabello castaño y lacio, con una cara de niño que hace que te derritas de la ternura y un poco mas alto que yo (1.87) con una piel color canela que hacia juego con sus ojos cafés profundos. En ese momento yo ni siquiera le preste atención, solo lo vi y no me pareció la gran cosa y , como no me interesaban los hombres, continué con las miradas, "escaneando" todo lo que mis ojos veían. Si soy algo extrovertido, pero hay veces que simplemente no te salen palabras, y así sucedió cuando le intente hablar al chavo sin chiste, el cual me miro de ''este tipo porque me esta hablando...'' se volteo y me dejo hablando solo. Sin tomarle importancia al suceso me di cuenta que todo se había acabado y que eramos los últimos en salir del laboratorio.

El domingo no pude dormir de la emoción de pensar quien iba a estar en mi salón, si habría chavas lindas y tiernas, si conseguiría buenos amigos, en fin pensé en como seria mi futuro y recordé en ese momento al compañero amigable (así le puse yo como apodo porque no sabia ni su nombre) y por una extraña razón me dije a mi mismo, que ojala y no me toque en el mismo salón este semestre. Hable con mi novia y me dispuse a dormir ya que  el día siguiente seria un día largo y quizás único.

Llego el lunes a mi salón de clase y al parecer Dios estaba en contra mía, ya que por el arco de la puerta estaba el compañero amigable (Irving, ese día supe su nombre) y me dije a mi mismo:

• No mames, ese wey otra vez... pinche amargado

Y me metí al salón y comencé a socializar (cosa que es muy fácil para mi por ser demasiado ''chistoso''). Paso una semana de clase y me había encontrado un grupo de amigos, en el cual, por azares del destino estaba incluido Irving, ya que era amigo de ellos desde la preparatoria. Las conversaciones en el grupo me parecían geniales, conversar con todos me fue quitando poco a poco los nervios de la nueva ciudad, pero el problema ya no eran mis nervios, sino las constantes miradas frías de Irving, que al parecer no le caía nada bien.

Se imaginaron miles de cosas acerca de mi, pensaron muchísimas cosas, que era un matado, que era bien nerd, que era un niño de papi (visto con ropa de marca), incluso pensaron que yo era gay (ese momento era diferente al presente) pero pronto se dieron cuenta de que no era así.

Extrañamente me fui haciendo amigos de todo el salón, pero no le hablaba a Irving, creo recordar vagamente su voz porque era muy callado, y lo único que recordaba era su risa, que aunque no hablara, se reía mucho de los chistes de mis compañeros (de los míos pocas veces, pero no como los de ellos), yo era un tronco sin vida para el hasta que un día casualmente nos dejan a ambos solos (todos fueron a comprar comida) y esa fue la vez que escuche una voz que nunca olvidare.

• Yo pensé que eras muy diferente. Me dijo el mirándome fijamente

• ¿Y porque pensaste eso?

• No lo se, no tienes cara de ser como eres. El soltando una pequeña risa que yo correspondí de manera automática

• ¿Y de que tengo cara?

• No lo se... ¿de gay? - Riéndose un poco ante tal comentario y en ese momento no me di cuenta pero era una risa forzada de parte de el.

Molestándome un poco por su comentario le dije - ¿Tengo aspecto de puto o que?

• Poquito.

• Pues tu no te miras tan macho que digamos y mas con esa cara de perro regañado que traes! ¿que ya te corto tu novio?. Ahí defendiendo yo a capa y espada mi sexualidad que poco a poco se iba escapando con tal mirada.

• ... amm no... es que quiero cortar con mi novia...

• ¿Tienes novia?

Ese fue el momento en el que rompimos las barreras auto impuestas, y no solo hablar así como compañeros... sino que ese día nos hizo cambiar algo en nosotros. Dejo de ser el Compañero Amigable y me empezó a tratar diferente desde ese día y en unos pocos días nos hicimos amigos. Me contaba todo y yo le contaba todo, vivíamos muy cerca el uno del otro y nos íbamos juntos en el transporte. El nacimiento de una amistad. El Nacimiento de Algo Mas.

Buenas tardes:

Yo se que es un relato tan corto y solo es el comienzo, ya que tengo casi 3 capitulos mas ya hechos, pero la ortografia y la sintaxis estaba pesima de la obra original, por lo que quiero hacerlo lentamente. En lo que va en estos capitulos sera de como nos conocimos, como nuestra relacion fue floreciendo. No habra contacto hasta varios capitulos despues, por lo que no se vuelvan locos, pero si hubo. Dudas o comentarios sientanse en libertad de ponerlos y los intentare resolver a la brevedad.