Mirada de Niño Gitano III

Cuando la juventud es la premonición....

Mirada de Niño Gitano III

No te atrevas a decir te quiero

No te atrevas a decir que fue todo un sueño.

Una sola mirada te basta

Para matarme y enviarme al infierno.

Quién abrirá la puerta hoy

Para ver salir el sol

Sin que lo apague el dolor

Que me dejó aquella obsesión.

-Tengo muy mala suerte hermana- Le dije a Maya- Esta mañana tuve un sueño que así como era extraño fue excitante al mismo tiempo- Suspiré y termine de guardar las hortalizas y verduras que fuimos a comprar al mercado.

-¿Por qué? ¿Soñaste con el payo?- Interrogó- Sabes que puedes confiar en mi…

-¡Sí, lo sé! No tengo dudas de ello- Le expresé mientras un ligero rubor subía a mis mejillas.

-Entonces, ¿Qué es, frate¹ ?

-Es que…- Bajé la mirada a mis manos que se retorcían, estábamos en nuestro pequeño cuarto en la casa que habíamos rentado (lo sé, es extraño como nuestro clan funciona, pero mi padre sus motivos tiene). Luego de dejar las cosas en la pequeña cocina- No sé por dónde empezar…- Dije honestamente.

-Kavi…- Tomó mis manos temblorosa y las sujetó fuertemente, las apretó transmitiéndome confianza y luego enganchó nuestros dedos meñiques derechos- Juro por nuestra hermandad que ni al mismísimo Morfeo daré la oportunidad de saber lo que me llegues a decir- Luego besó esa unión y al soltarme rasguñó una cruza sobre su hombro izquierdo (era una especie de ritual que teníamos cuando nos contábamos secretos mutuamente) hacia donde está el corazón.

Mi temor a decirle lo que había sucedido no era cuestión de confianza en ella, sino que me avergonzaba hasta cierto punto contarle a mi hermana melliza el sueño que tuve con Aiden.

-Kavi- Interrumpió mis cavilaciones- Sé que te gusta, y no puedo hacer nada para sacártelo del pensamiento, pero al menor quiero saber las cosas para encubrirte cuando sea necesario.

Así era mi hermana protegiéndome siempre, desde pequeños. Si yo rompía algo, buscaba la manera de ocultar la evidencia o de desviar la atención hacia ella. Mi hermana tenía “el don” como lo comenzó a llamas la Sra. Gwen. Era como nuestra abuela. De pequeña veía o soñaba cosas que aún no sucedían, o nos adivinaba el pensamiento de la manera más extraña; nunca pude darle un susto, siempre me esquivaba o me hacía caer en mis propias trampas.

-Es que soñé que… ¡Que tenía sexo con él!- Logré decir al fin muerto de vergüenza.

-¡Jejejejeje!- Su risa se dejó oír entre las cuatro paredes de nuestra pequeña habitación.

-¡No te rías, Maya! De verdad me da vergüenza, no sabes las cosas que hicimos y…y… dios fue muy real. Casi como si de verdad hubiese dormido con el- Dije apresurado- Su tacto, el ambiente, el frio y el calor mezclados… Maya, ¿Por qué a mí?- Pregunté en un sollozo cayendo en mi cama y cruzando mis brazos sobre el rostro.

Sentía el pecho oprimido. Yo sabía que si mi padre se enteraba de esto me echaría fuera del clan, y me dolía pensar en abandonar a mis hermanas, a mi madre…inclusive al pesado de mi tío. Pero es que siempre me sentí diferente y fuera de lugar. Siempre sentí que en algo no era como mi padre o mi tío. Luego supe que era…

Un día mi padre me llamo aparte para, según él, hablar de “hombre a hombre”, allí descubrí algo importante; que no era como él quería. Me explico que el deber ser de un hombre era conseguir una linda novia, casarme, únicamente trabajar para mantener a la nueva familia y tener hijos. Pero yo no quería eso. Un día el sr. Aldair, a mi hermana y a mí, nos había enseñado un mapamundi, donde nos explicó y apreciamos en que parte nos encontrábamos ubicados, de donde venía nuestra estirpe y  hacia donde podíamos dirigirnos; y entonces supe que quería viajar a conocer el mundo. También supe que las niñas no me atraían y cuando se lo quise decir a mi padre, a la temprana edad de 8 años, llego una muy gritona Maya, diciendo que nuestra mascota (para ese entonces un camaleón) había desaparecido de su cuarto. Cuando quedamos a solas ella y yo, ya que nuestro padre había ido en busca de la mascota, esa chiquilla me dijo, sería como jamás la había visto:

-No es el momento, Kavi, aún no.

-Pero…- Traté de decir yo.

-Falta poco, hoy no es un buen momento.

Justo después de decir esto salió corriendo, dejándome ahí sentado con cara interrogante.

Una hora más tarde me encontraba yo con un amigo en un bosquecillo cercano a nuestra escuela, hablando.

-Kavi, promete que nunca te iras.-Me dijo aquel chico, del que no logro recordar su rostro.

-¿A dónde podría irme? Aquí mi familia y yo estamos muy cómodos- Repliqué. Sinceramente ya ni del nombre de ese muchachito me acuerdo.

-¡Solo promételo!- Gritó.

-¡Lo prometo!- Dije quedamente, pero con solemnidad cargada en la voz.

-Está bien. ¿Trajiste tu violín?- Preguntó aquel chico ya perdido en mi memoria.

-Claro que sí. Tocaré algo para ti.

Saque mi instrumento, antiguo pero muy bien conservado, de madera exquisita, pulido y brillante, de una bolsa de tela que estaba metida en mi mochila.

-Adelante- Apremió él.

Al principio comencé son unos simples acordes, aunque estaba muy chico aprendí excepcionalmente rápido a tocar el violín, y con ayuda del señor Aldair había aprendido mucho más rápido a tocar piezas casi completas de solos reconocidos.

Luego seguí tocando una ligera melodía, suave y casi infantil, solía tocarla para mi madre mientras tejía y me hacía sentir muy tranquilo y en paz. Tenía mis ojos cerrados y mi cuerpo se dejaba llevar por la dulce melodía que yo mismo interpretaba.

Y de repente, sin previo aviso, sentí que algo cálido rozaba mis labios. Al momento de abrir mis ojos, desconcertado y asustado, me encuentro con mi amigo ruborizado hasta las orejas viendo al piso y temblando.

-¿Qué ha sucedido?- Pregunto viéndolo asombrado- Tu…tu… ¿tú me has besado?- Cuestioné incrédulo.

-No-no te enojes Kavi. Y-yo s-solo- Y de sus ojos comenzaron a brotar lágrimas.

Angustiado, coloqué el instrumento con cuidado sobre el pasto y abracé al chico fuertemente, diciéndole que no llorase. Que no estaba molesto y que no se preocupara. Lo alejé un poco de mí y con besos cortos e inocentes fui borrando de su rostro aquellas lágrimas. Él tomó mi rostro entre sus manos y juntó nuevamente nuestros juveniles labios, de manera impetuosa.

Yo solo cerré los ojos y lo dejé hacer.

Después de un rato me libero de su agarre y nos fuimos separando lentamente.

-T-tu… ¡M-me gustas m-mucho!- Dijo serio, mientras veía directamente a mis ojos- No me dejes nunca, por favor- Suplicó.

-¿Por qué lo haría?

-Mi padre cree que su familia es la responsable de unas cosas que se han perdido en su tienda.

-¡Eso es mentira!- Grite, comenzando a enojarme.- ¡Mentira!

-Lo se… pero papá dice que no me metiese, dijo- Hizo una pausa asustado- dijo que hoy todo se resolvería. Tu puedes quedarte, dijo que a los niños los perdonaría.- Concluyó bajando la mirada al verde pasto, mientras resonaba en el viento el llamado de un halcón.

-Pero… ¿De qué? ¡Mi familia no es culpable de nada!

Tomé mis cosas y salí corriendo en dirección al pueblo, y una vez allí, seguí corriendo hasta el pequeño valle donde nos encontrábamos. Y con horror observé como nuestra pequeña casa era quemada.

Mi madre sostenía a mis hermanas y a la señora Gwen, mientras lloraba y gritaba plegarias al cielo.

-No…- Susurré.

De la casa venían saliendo mi padre y el señor Aldair, cubiertos por unas mantas gruesas, para resguardarse del fuego. Maya se desprendió de mi madre con algo de esfuerzo y corrió hacia mí para luego tirarse sobre mí y abrazarme fuertemente.

Después de eso, lo único que recuerdo es montarnos en un tren, sentarme del lado de una de las ventanas y observar fuera de la misma, hacia el gris y triste andén. Ver como aquel chico pálido y de ojos increíblemente grandes y azules, cabellos rubios y mirada triste se mantenía tras una de las cuatro columnas de la vieja estación de trenes, mirando como partíamos mi familia y yo. Llorando desconsoladamente.

Mientras mis padres están ocupados con mis otras hermanas, el chico sale de detrás de la columna y lanza por la ventana un papel arrugado y amarillo, donde con letra muy marcada y medio borrada por las lágrimas se leía:

“Te buscaré, hasta pronto.”

-Nunca me reiría de mi hermano favorito, el soñador y hermoso- Oigo a lo lejos.

-¿Ah?- Dije, mientras apartaba los brazos de mis ojos medio aletargado.

-Que te quedaste medio dormido… y soñabas conmigo, tu hermana favorita. ¡Jajajajajaja!- Dijo alegre.

-Sí, tienes razón Maya.- Le di la razón mientras de mi boca se escapaba una sonrisa.

-Tranquilo, ya casi es tiempo…cuando seamos al fin mayores de edad todo cambiará.- Murmuró.

-¿Dijiste algo, hermana?- Pregunté. Ya que había oído los murmullos.

-Que mamá quiere que le acompañes a buscar a la agencia los nuevos trabajos.

-Está bien, pero no bailaré más. Tocare el violín solamente.

-Kavi, sabes que papá no es partidario de que tu toques el violín. Tampoco le gusta que andes mucho con el tío Aldair.

A papá no le gustaba, porque él me decía que aplicara a una escuela de música y que me mudase al campus de la misma para no tener que seguir viajando de ciudad en ciudad. A mi me parecía una excelente idea, porque la vida que teníamos no era de mi gusto. No desde que comencé a tener ese sueño con ese niño (debo admitir que han sido muchos).

Luego venían los sueños con aquel payo. Sus ojos, su boca, sus fuertes manos y su amplio pecho venían a mi mente todas las noches antes de dormir. Luego al caer en los brazos de Morfeo, soñaba con aquel pequeño, del cual no me acordaba el nombre, y me despertaba con sed de Aiden. Incomprensible.

¿Cómo puedes sentir que algo fue tuyo, como si de verdad hubiese dormido con ese hombre?

-Muy bien, muevan esos ricos culos y ¡denme dinero, putas!- Grita aquel viejo asqueroso, que por desgracia era mi jefe.

Ese gordo grasiento, de cara redonda y roja de la borrachera, la nariz rotos, ojos casi ocultos por unas pobladas cejas canosas y una cabeza con una gran calva en la parte superior. Aborrecible.

Pero era lo que me quedaba….

NOTA: Disculpen la tardanza, con este rollo de mi universidad, que si hay paro que si no hay…todo un lio. Y ahora con un viaje que hare a Francia (que ya lo tengo casi encima) estoy de a poco. Bueno gracias por aquellos que comentaron y me escribieron y nuevamente pido disculpas. Aprecio sus valoraciones y críticas constructivas.

NOTA 2: Es corto porque queria publicar aunque sea el avance que tenia, aprecio mucho que sigan leyendome! Saludos desde Venezuela.! xD