Mira cómo duerme mi amiga tan rica en el sofá.
Mi amiga se quedó dormida en el sofá y se la ofrecí a mi marido para poder disfrutar yo también de ella.
¡Hola, cariño, ya estoy en casa¡
- shhhh, no grites, que está Maite dormida.
¿Quién?
- Maite, mi amiga. Ha llegado muy trastornada y se ha quedado dormida en el sofá.
Pero, qué le ha pasado?
- La verdad es que había bebido cuando llegó a casa llorando y diciendo que su marido era un cabrón.
¿Qué pasa, le ha puesto los cuernos?
- Eso dice ella. Y no es la primera vez. Esta vez está harta y dice que en cuanto pueda se los va a poner a él.
Pues no le costará trabajo con lo guapa que es.
- Te gusta ¿eh?
Hombre, no puedo decir que no. Es una mujer muy atractiva y creo que le puede gustar a muchos hombres.
- La verdad es que está muy bien. No lo puedo negar. Tiene un tipazo fantástico y se cuida mucho más de lo que merece el desgraciado de su marido.
Pues alguien se va a divertir de lo lindo con ese bonito cuerpo. Y no va a ser él. Se le acabó el chollo.
- Ven mira. Mira qué vestido lleva puesto. Esta guapísima, incluso así dormida.
Sí, está muy guapa, pero yo no digo nada que luego tú te pones celosa, y ya sabes que para mí no hay más mujer que tú.
- No te hagas el santito, que te veo con qué ojitos la miras.
Venga ya, no seas tonta. Miro, porque tú me has dicho que la miraras, solo por eso.
- No te preocupes, no se entera de nada, está como un tronco. Puedes mirar todo lo que quieras. Ven tócale el vestido, es super suave.
Sí, sí que es muy suave.
- Acércate, huélele el pelo, ya verás que rico.
Buenooo, vaaaa.
- No seas tonto, acércate más. Está muy dormida, no se entera de nada. No sabes el pedal que se había cogido. Y como luego yo le he dado otros dos whiskies, pues no veas como está.
Joder, ¿y por qué la has emborrachado más?
- Para esto, pánfilo, que no te enteras.
¿Qué haces? ¿Qué estás haciendo, Mari? ¡No le levantes la falda, Mujer.!
- Demasiado tarde. Mira qué braguitas. Siempre me gustan las braguitas que usa Maite. Mira como se le ve el chochito entre los encajes.
No querrás que me ponga a mirar entre las piernas de otra mujer delante tuya ¿No?
- Lo que quiero es que le metas la polla delante mía
¡Joder! tú también has bebido ¿no?
- Un par de copas sí que me he tomado, pero no estoy borracha. Sólo quería reunir el valor para hacer esto. Quiero que folles con Maite, y yo misma te cogeré la polla y se la meteré por ese chochito tan rico y perfumado.
¡Joder! Mari, que luego vamos a tener líos. Que una cosa es fantasear en la cama cuando estamos a cien, y otra es liarse con una amiga aprovechando que está borracha.
- Si a mí me pone, a ti te pone el doble, y si no, ¿qué es ese bulto en tus pantalones? Vamos, hombre no seas mojigato. ¿Sabes lo que me pone a mil por hora?
¿Qué? Miedo me das.
- Quiero que te saque la polla, y que te masturbes mientras contemplas cómo yo le acaricio el chochete, y se lo dejo bien mojadito. Luego, le voy a apartar las braguitas y tú te vas a poner encima y le vas a meter tu pollón. Cuando se despierte, que seguro que se despertará, quiero que solo vea mi cara frente a la suya, pero sintiendo que alguien, a quien no ve, se la está follando en ese momento. Le voy a comer esos labios tan ricos y le voy a chupar esas tetitas tan redonditas que tanto me gustan. Mientras, tú podrás follártela a placer, ¿qué te parece?
Me parece que me lo voy a pasar de miedo. Pero quiero pedirte algo más, cariño, si no te importa.
- Dime amor
Cuando me la esté follando, quiero que te quites las bragas, y que te coloques sobre ella a cuatro patas. Deja tu coño cerca del suyo, o mejor, presiona tu pubis contra el suyo. Quiero pasar de un coño al otro cuando se me antoje. No te importa, ¿verdad?
- Me gusta la idea. ¿Querrás follartela por el culo, también?
Eso depende de lo apretadita que tenga su vagina. Ya improvisaremos.
- Venga sácate la polla, que ya te va a reventar en los pantalones, y yo me muero por saborear ese chochito.