Minutos

...

Minutos

Cuando entre en aquella habitación nunca pensé que saldría de ahí con el corazón en la mano. No me esperaba lo que paso después de que me viste ahí…claro que nadie espera que su novia la deje solo por estar en la habitación de otra persona, pero fue demasiado para asimilar en unos pocos minutos.

Nunca lo hubiera creído de ti. Antes que nada éramos amigas….me conocías desde siempre. No me explico como fue que me creíste capaz de semejante trastada…yo con un hombre…..es tan irónico entender que después de casi diez años de ser amigas y de tres siendo pareja no me conocieras en lo mas mínimo. Te dejaste llevar por lo que te decían los demás y asumiste sin preguntar que era verdad.

Tu reacción me marco en lo más profundo y me dolió como no te imaginas. Solo me viste allí y comenzaste sin más a gritarme, insultarme y cachetearme diciéndome: ¡¡se acabo!!….no me lo creía y me basto con sentir el ardor que dejo tu mano en mi cara para entender que te perdía sin tener la menor idea de ¿Por qué?

No entiendo ¿Por qué me hiciste eso? Dejarme sin explicación…desapareciendo de mi vida así….creyéndome la peor persona del mundo. Me detestabas, odiabas quizás, pensabas las peores cosas de mí, pero nunca te detuviste a pensar que no era cierto. Que yo no era capaz de eso…que estaban equivocados todos y... No. Te fuiste dejándome a mí con el corazón mas pesado de lo normal, en pedacitos…sin respiración.

¿Cómo pudiste? Decías quererme, amarme y…me lastimaste así. Tomaste todo lo que sentía por ti y lo aplastaste….lo enterraste sin mirar atrás y en el proceso me acabaste por desmoronar. Así de simple lo hiciste, así de inmediato me desechaste…en solo cinco minutos. Solo eso creíste que merecía por parte de ti. Pasaste de llenarme los días a hacérmelos un infierno. Pasaste a ser lo que mas deseaba olvidar.

¿Sabes? No te culpo. Fue tu hermana la que provoco todo, era lógico que le creyeras a ella y no lo hicieras en mi, pero aun así…debiste preguntar, reprochármelo…hablarlo tal vez, pero preferiste ocultarte de todo y de todos…te ocultaste de mi al intentar explicar algo que no debía explicar. No era yo la que se debía dar cuanta del error, no lo era. Y mientras tu me odias yo me desahogaba de la única manera que podía y sentía…y te llore. Te llore por días hasta que ya no podía más y opte por hacer lo único que podía hacer…seguir con mi vida sin ti.

¿Qué podía hacer? Yo ya no existía para ti. Ya no había un nosotras y aunque el extrañarte me abrumaba los minutos intente no dejarme caer otra vez, pero no pude…basto con que aparecieras por unos segundos para entender que me dolías en lo mas profundo, que aunque intentara con todas mis fuerzas odiarte no podía…por el contrario, solo deseaba abrazarte, mirarme en tus ojos otra vez y decirte…te amo, pero no me atrevía ni podía. Todo esto no era mi culpa…era, en parte tuya; pero no lo entendías ni reconocías y sin embargo no pude sostenerte la mirada al mirarme directamente a los ojos y me perdí escaleras arriba con la presión en el pecho de nuevo atormentado mis ojos.

¿Qué es lo que pretendías al venir? Me pregunte mil veces antes de sentir tu voz detrás de mí. Pedías perdón, decías: lo siento….yo no quise. Pero nada parecía suficiente para mi corazón y el que me pidieras perdón me parecía lo mas absurdo que podía escuchar por lo que solo me voltee y te pedí que te fueras, que ya eso no me servia. No era suficiente, que decir lo siento no arreglaba nada y que no volvieras a buscarme. Pero no te movías de donde estabas y al mirarte a los ojos y ver tu cara se me derritió el corazón…llorabas y decías cosas que no entendías mientras te acercabas a mí y me besabas en los labios para luego decir: lo siento mucho…adiós.

Te marchabas otra vez. Me dejabas otra vez y…no pude más con mi lucha por no admitirte de nuevo a mi lado y me aferre a ti y a tus labios. Volvía a ser mía tu boca, volvía a sentir tu calor, tu olor…volvía a sentir la agradable sensación que me provocaba tu pecho pegado al mió y ya no pude ni quise dejarte ir de mi lado….me perdí en tus ojos y, me deje cautivar por tu suave voz que me decía te amo, te amo una y otra vez.