Minibukakke en la sauna gay.

Me comí tres pollas en una sauna gay.

Hacía más de un año que no iba a ninguna sauna, a las cuales suelo ir a menudo; por lo menos, eso era antes de comenzar la pandemia.

Tenía unas ganas increíbles de comerme una polla y tragarme todo el semen, sentirlo en mi boca unos segundos, notar lo caliente que sale y luego dejar que se fuera hacia abajo por la garganta.

Ese día que estaba de vacaciones y sin poder salir de la provincia por el confinamiento, pudieron más las ganas de polla que la paciencia, así me fui a una de las saunas que estaban abiertas. Mi sauna habitual está cerrada y por eso tuve que consultar en Google qué sauna estaba abierta. Esta que estaba abierta ya la conocía, es cara, pero es muy grande y está limpia.

Como fui por la mañana, apenas había gente, tres o cuatro personas conté. Esta sauna, que está en Antón Martín, es muy grande, tiene dos plantas y estuve dando vueltas por ahí un rato para fichar a potenciales donantes de semen. Me senté un rato en un privado, que no tienen puerta para cerrar, así que cualquier persona que pase por ahí, te puede ver y pasar adentro, si quiere. Como después de un rato no pasaba nadie y estaba muy cachondo, estaba pajeándome lentamente, decidí ir a la sauna de vapor oscura. Entré y en seguida me di cuenta de que es ahí donde estaban las tres personas que había contado antes. Había dos que estaban muy juntos y tocándose mutuamente las pollas, pero sin llegar a comérselas. Yo me apoyé a un lado de la pared, observando, sin hacer nada, tanteando la situación. En la otra pared había otro tío, pero también solo mirando y a veces con la mano en la polla, que se veía que la tenía medio empalmada. Los otros dos tíos seguían tocándose las pollas mutuamente, pero sin dar el paso de empezar a comérselas. A mí siempre me ha gustado comerme varias pollas a la vez, tres o cuatro me parecen un buen menú, así que me parecía buena idea jugar con los dos que estaban ya jugando entre sí.

Seguí observando un rato y la situación seguía igual. Pude ver que uno de los tíos era un señor maduro (a mí me encantan los maduros), debía tener unos 50 para arriba y el otro era un chaval joven más o menos de mi edad, esos me gustan menos, pero este tenía una buena polla. Como estaba ya a 1000 e impaciente por comerme una polla, decidí avanzar hacia los dos tíos y unirme a los juegos de tocamientos que estaban haciendo.

Avancé y me puse junto a ellos. Me miraron, tal y como se suele hacer en las saunas, si ves que están receptivos, te puedes unir o uno de ellos empieza a tocarte también a ti, como fue en este caso. El señor maduro empezó a tocarme la polla poco a poco mientras el joven le tocaba a él. Ya de cerca y aunque estaba oscuro, pude apreciar un poco más de cerca sus pollas y los dos estaban empalmados, no dura del todo, pero estaba seguro de que eso podría remediarlo yo. Me agaché sin pensarlo y me puse a la altura de sus pollas. Agarré la del maduro que era la que más ganas tenía y me la metí en la boca. Empecé a chuparla y con la otra mano agarré la polla del más joven. La comía la polla al maduro mientas le pajeaba la polla al más joven y le tiraba un poco con la mano hacia mí para que acercase su polla más cerca de mi cara. Me saqué de la boca la polla del maduro y miré a la del joven, me la metí también en la boca y empecé a comérsela lentamente.

No lo sé, pero ante esa situación, creo que ellos dos dejaron de tocarse las pollas y dejar que yo se la coma por turnos. Yo seguía comiéndole la polla al joven y noté como se ponía más dura. Se estaba preparando para la acción. Me giré y empecé a comérsela al maduro también, este se había estado pajeando lentamente mientras yo había estado ocupado con el joven.

Quería comerme las dos pollas a la vez así que les pedí que se junten y cuando lo hicieron, empecé a hacer lo que más me gusta: empecé a jugar con las dos pollas, pasando mi lengua por ambas pollas, metiéndomelas en la boca y chupando un rato de aquí y otro rato de allí. Ninguno de los dos tíos parecía tener prisa y tampoco yo la tenía. Me metí las dos pollas en la boca y aunque eso es difícil, hice lo que pude, pero no es lo mismo que sentir una polla bien dentro de tu boca y pasar la lengua por todo el capullo. Seguí un rato comiéndome las dos pollas y disfrutando mucho. Sé que los dos tíos también estaban disfrutando. Ninguno se había retirado, como suele pasar a veces porque a lo mejor alguno no se quiere correr. Seguían ahí y eso era buena señal de que quería jugar.

El otro tío que estaba en la pared no se movía, pero estaba observando toda la escena y pajeándose. Me lancé y le dije: "Ven si quieres", esperando que se uniera. Mi fantasía es repetir lo que viví una vez en mi sauna habitual: yo rodeado de 5 pollas y comiéndomelas todas por turnos para acabar con todas las corridas en mi boca.

El tío de la pared no lo dudó y se acercó poco a poco. Yo solo esperaba que esto no ahuyentara a ninguno de los dos tíos a los que ya se la estaba comiendo. Se acercó y antes de meterme su polla en la boca, agarré las pollas de los dos tíos y les pajeaba para que se mantuvieran ahí y no se retiraran. Me metí la polla del tercer invitado y empecé a comerla lentamente, examinándola con la lengua para ver cómo era: ¿grande? ¿pequeña? ¿cómo tenía el capullo?

Este la tenía un poco torcida, pero daba igual. Se la comí sin soltar las pollas de los otros dos para que no se fueran, pero al no poder coger con la mano la polla que me estaba comiendo, era más difícil o por lo menos, no me gusta tanto. Me gusta poner la mano encima para poder dirigirla según me centro en el capullo, el rabo, etc...

Decidí soltar la polla del maduro pensando que este no se iría. Los maduros, una vez pillan a un joven, no lo sueltan ni de broma. Agarré la polla del tercer invitado y se la comí bien durante unos 30 segundos pajeándola lentamente.

Momento de cambiar de polla, me giré hacia la polla del joven y me la metí en la boca. Todavía la tenía dura como la había dejado antes y empecé a mover la cabeza para que su polla entrase y saliese de mi boca. Agarré las pollas del maduro y la del tercer invitado y les pajeaba lentamente mientras disfrutaba de la polla del joven. Tras un rato, cambié de nuevo de polla. Empecé a comérsela de nuevo al maduro y con las manos, lo mismo: a pajear a los dos restantes. Más bien prefería agarrar la polla que me estaba comiendo porque así la puedo dirigir mejor así que a ratos solo tenía la mano en una de las pollas libres y el otro tenía que ir pajeándose.

De vez en cuando alguno de ellos me decía: cómo te gustan las pollas, que bien la comes, gemían y cosas de esas. Entonces yo sabía que estaban disfrutando y no se iban a retirar antes de correrse. Eso era lo que yo quería.

Por mi cabeza solo venía aquel recuerdo de cuando me comí cinco pollas y todas se corrieron en mi boca. Lo escupí todo porque por aquel entonces, aún no me lo tragaba y, aun así, hay que mirar qué te tragas. Me puse tan cachondo de recordarlo que les dije a los tres tíos: "Correos en mi boca cuando queráis". Dos de ellos asintieron: "Vale" y el maduro pregunto sin esperar respuesta: "¿Quieres toda la leche?" - Yo respondí con una polla en la boca y asintiendo: - "Ajá".

Fui turnándome las pollas, las sentía con la lengua y las palpaba, lamía y gozaba de placer como un loco. Me las metía en la boca, notaba como chocaban con mis labios, a veces con los dientes, cuando estaban dentro de mi boca, las sujetaba con la lengua y cuando las sacaba, mi lengua se deslizaba por toda la polla. Me gustó y me gusta mucho. Es la gloria.

Después de un rato empecé a cansarme, así que hice lo que hago en esos casos para dar a entender que quiero ya la leche:  puse mi boca abierta como un cocodrilo debajo de la polla del joven,

con la lengua fuera

y pajeándole la polla para que se corriera.

Mensaje captado:  los tres empezaron a pajearse a más velocidad como para correrse ya. Los tres estaban aguantando bastante. Pasé de la polla del joven a la polla del tercer invitado, que era el que tenía en frente, e hice lo mismo: mientras se pajeaba, puse mi boca abierta con la lengua fuera esperando a recibir la corrida. Todavía nada. Me metí su polla en la boca y se la comí de nuevo. Con mi mano izquierda agarré la polla del maduro, y le pajeé lentamente. Seguí comiéndosela al tercer invitado, pero de repente el joven empezó a gemir y dijo que se iba a correr. Inmediatamente giré mi cabeza hacia él y abrí la boca como un cocodrilo con toda la lengua fuera a esperar el semen en mi boca.

  • ¡Arrrghh! Fue más rápido y empezó a gritar - salió un disparo de semen que cayó en todos mis labios mayormente por la fuerza con la que salió, pero también cayó en mi boca. Sentí el semen caliente en mi lengua, el sabor tan peculiar que tiene se hacía notar en mi paladar. Me encantaba. Me metí su polla en la boca para relamer los restos y las gotitas que aún estaban por salir. - Hmmm- se la comí ahí unos segundos. Recorría su capullo con mi lengua para relamer lo que pudiera seguir saliendo, esas gotitas generosas...

Paré cuando ya noté que ya había terminado y no iba a salir nada más. Noté que tenía semen sobre mi cara y aún estaba aguantando el semen en la boca. Lo estaba aguantando para tener las tres corridas en mi boca y tragármelas juntas. Con el dedo me metí lo que pude del esperma que tenía en la cara en la boca y lo aguanté ahí. Tranquilamente me giré a los dos que me faltaban. Sabían que cuando se corrió el joven en mi boca, ellos habían dicho algo, alguna exclamación o algo, pero sinceramente, ni le presté atención.

Miré al maduro, que era el que más abandonado tenía, a pesar de que me gustan más los maduros. Se estaba pajeando. Me metí su polla en la boca y agarré la polla del tercer invitado con la otra mano, aunque pajeándole sin muchas ganas. Mis brazos ya estaban empezando a sentir el cansancio. Aún estaba aguantando el semen del joven en mi boca y eso dificultaba el trabajo de comérsela al maduro. Menos mal, porque no tardó mucho en moverme la boca y empezar a pajearse rápido, como si se fuera a correr ya. Lo cual así era. Me acercó la polla a la cara y abrí la boca de igual manera que con el joven a esperar el esperar.

El tío joven, a pesar de que ya se había corrido, no se fue. Supongo que quería ver como se corrían los otros dos en mi boca. Es un morbo también verlo.

Ahora tenía la boca muy cerca de polla del tío maduro, casi con la punta de la polla dentro de mi boca, para que no salga nada fuera de mi boca. Al pajearse él mismo con la mano, me daba golpecitos suaves en la cara, pero me daba igual. Empezó a ir más rápido y se tensó, empezó a gemir - Aaargg- salió un chorro de esperma directamente a mi boca. Esta vez, no había caído nada sobre mi cara. Sentía el semen dentro de mi boca y se notaba la abundancia de las dos corridas juntas de mi boca. Estaba caliente. Notaba que era mucho y no sabía si iba a poder aguantarlo todo junto a esperar a la tercera corrida. Moví lentamente la lengua para intentar ver cuanta cantidad tenía. Quería relamer las últimas del tío maduro, pero no quería que se me caiga nada. Me metí la polla del maduro en la boca, pero no pude comerla porque tenía dos corridas en la boca. Saqué su polla y pausé un momento. Decidí que era mejor tragármelo ahí para poder recibir bien la corrida del tercer invitado. Pausé a saborear el semen dentro de mi boca, tantearlo y me lo tragué todo para abajo. Hmm...  Me relamí y ya no quedaba nada en mi boca.

El maduro ya había terminado y parece que no quería esperar porque se retiró. Salió de la sala de vapor oscura. El joven aún estaba ahí. Se había retirado, pero se había apoyado en la pared, sin abandonar la sala de vapor. Miré al que me quedaba: el tercer invitado, que se estaba pajeando lentamente, parece que sin muchas ganas de hacer él mismo el trabajo. - "Mejor" - pensé, así se la como y me lo trago todo. Me acerqué a él y me metí su polla en su boca. Él se dejó hacer, apartó sus manos hacia los lados, supongo que sabiendo lo que iba a pasar. Se la comí durante un rato para volver a ponérsela dura como antes, aunque yo ya estaba un poco cansado pero el hecho de saber que me estaba esperando un premio lácteo me animaba mucho. Se la comía como antes, palpándola con la lengua, de arriba a abajo. A veces la sacaba de mi boca y la pajeaba simplemente con la mano. Me la metí de nuevo en la boca y noté que ya estaba más dura. El momento se acercaba, bien, porque ya estaba cansado.

Tras un rato comiéndola como a mí me gusta, empezó a gemir, sentía que se iba a correr. Esta vez no abrí la boca como un cocodrilo, sino que seguí con la boca en su polla y puse mis labios alrededor de la polla como una ventosa. Quería dejar que se corriera así, con toda su polla dentro de mi boca, atrapada por mis labios como una ventosa. Así fue. Empezó a jadear, se movía. Dijo que se iba a correr. Eso lo hacen muchos: te avisan de que se van a correr por si quieres apartarte o quedarte. Yo me quedé así en forma ventosa... - ¡Argggg...!

Se corrió, sentí como su semen caliente entraba e invadía toda mi boca. Menos mal que me había tragado las dos corridas anteriores porque este parecía que llevaba tiempo sin correrse; había soltado mucha cantidad. La tenía toda dentro de la boca, la aguantaba. No aparté mi boca de su polla y seguía relamiéndosela para llevarme todos los restos. Hmmm, pasé mi lengua por la punta de su capullo como para arrastrar hasta la última de las gotas... hmmm... Se apartó él, supongo que satisfecho.

Quise retener ese esperma en mi boca para jugar, sentir lo caliente que estaba, sentir como se movía por dentro de mi boca. Había echado mucha cantidad. Después de unos segundos con todo el semen en mi boca, hice lo que hago a veces: me fui al baño con el esperma aún en la boca para mirarme en el espejo y verlo, observar el esperma dentro de mi boca. Salí de la sala de vapor sin decirle nada a los dos tíos, no hacía falta decir nada.

Una vez en el baño, me puse enfrente del espejo con la boca abierta. Me gusta verme en el espejo con la boca abierta y verla llena del semen de un extraño.

Cuando ya lo había contemplado durante unos segundos frente al espejo, me lo tragué, todo para abajo y relamí lo que pude de mis labios y cara. Me lavé ahí un poco la cara y me fui a las duchas a lavarme.

Sé que ahí podría haber puesto punto final a la visita a la sauna, pero decidí quedarme un rato más, por el tiempo, más de un año que llevaba sin pisar una sauna. La verdad es que soy muy asiduo a las saunas. Es el mejor sitio para comer, sin tener que estar en un chat hablando de cosas que ni me interesan, ni cómo eres, de donde, que te gusta, etc... Allí en la sauna como ya ves a la persona y se va a lo que se va, llegas, comes y si quieres, te lo tragas. Mis zonas preferidas de las saunas son las salas de vapor, pero puedes llegar a tener mucho calor así que más bien siempre estoy por el cuarto oscuro, completamente oscuro, donde no ves la persona, solo puedes palpar con las manos o con la lengua. En un cuarto oscuro fue donde me comí las cinco pollas que he mencionado antes, sin ver a los tíos, sin preguntas, solo sus pollas en mi cara para jugar. En esa ocasión se corrieron todos en mi boca estilo ventosa, pero lo escupía tras cada corrida, que pena, si pudiera repetirlo... Todavía tenía ganas de hacer algo más en la sauna, de comerme alguna pollita más. Descansé un poco y esperé a ver si entraba más gente a la sauna. Efectivamente entraron más usuarios. Ese día me quedé unas tres horas más en la sauna y estuve con dos maduros, pero por separado. Estos quisieron que vayamos a un privado, como suelen querer algunos, para estar los dos solos sin espectadores. Cuando he estado en un privado con algún tío, le he pedido a alguno que me grabe comiéndome una polla con mi móvil, sin salir él, solo su polla. Pero siempre me han dicho que no. Si alguien sabe por qué, que me lo diga. Me gustaría mucho tener un vídeo mío comiéndome una polla con su corrida. Bueno, estuve con dos maduros más ese día, hasta el final. Los dos se corrieron en mi boca y me tragué la corrida de uno de ellos. Uno de ellos también me dejó que me corra en su boca y también se lo tragó. También me comió todo el culo, que también mola.

Qué bien me lo pasé ese día, ese día triunfé; me desahogué después de más de un año sin pasar por una sauna.