Mini vacaciones con mi Tío III

Semana Santa, calor, piscina, poca ropa... Continua la estas mini vacaciones con mi tío cargada de pasión.

Acto 3. El dependiente

A la mañana siguiente nos despertamos y me entró un antojo de chocolate. Como no habíamos traído decidí ir a la mini-tienda que había en el camping mientras mi tío preparaba el desayuno para los dos.

La tienda estaba al lado de la recepción, de echo par acceder a ella había que entrar por ahí. Al entrar estaba el chico que nos había pillado el día anterior, cuando me vio que me dirigía a la tienda desde detrás del mostrador me dijo “ahora voy a atenderte”, se ve que también llevaba la tienda.

Cogí el chocolate en la estantería y me dirigí a la caja, le dí la tableta y el la paso por el código de barras. Ambos nos miramos a los ojos.

Recepcionista: Es uno con cincuenta – apoyando la tableta en el mostrador.

Yo: Claro, aquí tienes – extendió la mano para coger las monedas y yo se las puse en su palma.

Recepcionista: Gracias – se quedó un momento cayado – perdón por lo de ayer, no quiero que penséis que lo hice apropósito.

Yo: No te preocupes enserio – miro hacia los lados y bajando un poco la voz – además nos puso mucho que nos hayas descubierto.

Recepcionista: En serio?! - parece que le sorprendió que le dijera eso – bueno si soy sincero, después de veros me la casqué pensando en la situación en la que estabais.

Yo: Eso es muy bueno e interesante – vi la hora que erá en un reloj que estaba detrás de él – bueno ahora me tengo que ir que me esta esperando mi tío para desayunar, pero luego me paso y podemos hablar un rato – empecé a caminar hacia la puerta.

Recepcionista: Tío?!! - puede observar que se quedo con una cara de confusión por mis palabras.

Llegué al bungalow, mi tío me esperaba sentando a la mesa, le di un beso en la mejilla y me senté a su lado. Desayunamos y planeamos un poco el día. Yo le comenté que había hablado con el recepcionista y que luego volvería para seguir hablando un poco más. Él me dijo que prefecto, así aprovechaba y llamaba a su mujer y dormía un poco, que lo traía agotado.

Llegué a la recepción y me dirijo a junto el chico.

Yo: Hey! Ya estoy devuelta – le dije sonriendo.

Recepcionista: Hey! Pues llegas en buen momento, ahora tengo un descanso. Ven – tras esto, señaló hacia una puerta que había tras la recepción, yo lo seguí y tras esa puerta había una pequeña sala con un par de sofás y una tele – pasa y siéntate, por cierto me llamo Gael.

Yo: Gracias. Yo me llamo David – me senté en uno de los sofás y él se sentó junto a mi.

Gael era un chico muy guapo, media 180cm, de 30 años, con el pelo moreno y corto por los lados y más largo por arriba (vamos el típico corte que esta de moda ahora), de miel bronceada y un cuerpo aparentemente delgado. Iba vestido con un pantalón vaquero, una camiseta holgada y una cadena que le llegaba hasta a barriga.

Gael: Osea que es tu tío – ahí directo al grano – pues en vaya escena os he pillado, no?! – hecho una carcajada.

Yo: Si, es el hermano menor de mi padre. Si la verdad que no nos lo esperábamos, pero bueno ya viste que no tuvimos ningún reparo que nos pillases.

Gael: Ya me di cuenta, ya. Ni os molestasteis en taparos – se quedó callado – y lleváis tiempo haciéndolo?

Yo: Si bueno algo ya llevamos – le conté la historia por encima de nuestros encuentros.

Gael: Vaya historia chaval – llevo su mano a su paquete y se lo acomodó – nunca pensé que eso pudiese pasar. Me has puesto muy burro.

Yo: Ya lo he notado – encojo una de mis piernas poniendo el pie en el sofá y veo como Gael lleva sus ojos a mi pierna.

Gael: Veo que no llevas ropa interior – mi pantalón dejaba a la vista mis huevos a través del agujero.

Yo: Pues no, para ser sincero, sabia que no los iba a utilizar ya pase de traer – me rio.

Gael: Ya veo – lleva su mano por mi pierna la mete por dentro del pantalón y empieza a sobarme los huevos – a tu tío le molestara si tu y yo?

Yo: Para nada.

Se acercó a mi y nos empezamos a besar mientras su mano paso de mis huevos a mi pene, el cual empezó a crecer ante la situación y el manoseo me estaba dando. Después de un rato los dos nos pusimos de pie, él se acercó a la puerta y paso el cerrojo. Dándose la vuelta y quedando frente a frente, nos empezamos a desnudar, yo fui el primero en quedarme desnudo pues llevaba solo dos prendas. Cuando el se quitó la camiseta dejo a la vista y cuerpo trabajado con unos pectorales marcados, unos abdominales definidos y unos bíceps marcados. A continuación se bajo el pantalón mostrando sus anchas piernas y un buen bulto en su bóxer. Antes de que siguiese, me acerque a él poniendo mi mano en su bulto y haciendo la forma de su pene con mis dedos, moviéndolos varias veces por toda su longitud.

Agarró su bóxer y se lo quito. Ante mi apareció un pene de unos 19cm (mas o menos como el mío), con un buen grosor, estaba sin circuncidar y con una forma de cono. Me puse de rodillas y él se acerco a mi quedando su pene a la altura de mi cara. Saque mi lengua y como si se tratase de un helado, la pase desde sus huevos hasta la punta. Él se estremeció al sentir mi lengua por todo su pene, al llegar a la punta estiré su piel hacia abajo y deje a la vista un rosado y húmedo glande pues ya se podía ver su líquido preseminal. No tarde mucho en introducir su pene en mi boca, podía notar la diferencia de forma y grosor al de mi tío, que entró de una forma más fácil y profundo.

Su sabor era diferente al que estaba acostumbrado, era un sabor más suave del que estaba acostumbrado, incluso en el toque salado. Apretaba mis labios al rededor de su pene y a la vez movía mi lengua en círculos al rededor de su glande. Gael suspiraba y a su vez le templaba una pierna del placer que estaba recibiendo. Llevó su mano a mi cabeza y con sus dedos jugaba con mi pelo. Yo pasé al siguiente nivel, empezando a acariciarle los huevos y pasando mis dedos por el perineo repitiendo el movimiento varias veces. Se notaba que le estaba gustando pues su pene dentro de mi boca palpitaba como si se estuviese a punto de correr.

Gael: Espera, espera – apretó sus dedos en mi pelo – necesito sentarme que me fallan las piernas – le falta aire – eres todo un experto.

Yo: Y aún no has visto nada – le doy un empujón para que se siente.

Él cae en el sillón, gateo hasta quedar cerca de sus piernas y me quedo de rodillas frente a él. Agarre sus piernas y se las levante hasta mis hombre apoyándolas en ellos. Ahora tenia su pene y su ano a mi disposición. Incline mi cabeza, saque la lengua y empecé lamiendo su glande hasta su ano, pasando por sus huevos. Gael no pudo evitar soltar un sonoro gemido.

Ya en su ano, la punta de mi lengua comenzó a hacer círculos en forma de espiral has el centro. Allí hacía movimientos lentos de arriba a abajo intentando introducirse en su interior. Gael gemía y movía sus caderas al ritmo de mi lengua y apretaba con sus manos el borde del sofá.

En unos minutos, deje su culo libre para pasar a lamer sus huevos pero al mismo tiempo lleve mis desos hasta su ano jugué un poco con él y le introduje dos de golpe. Aunque estaba bastante dilatado, Gael gritó y levanto su cabeza del sofá,

Gael: Wow nene más despacio.

Se volvió a relajar y mis dedos empezaron a moverse. Estuvimos así un rato más hasta que yo no aguanté más y mi pene quería acción. Aparte sus piernas de mis hombros, me levanten, fui acercándome a su cara y me senté encima de su pecho.

Yo: Babamela bien…

Fue lo único que le dije. Él empezó a lamerme la polla y se notaba que la dejaba bien húmeda con su saliva. La lamía muy bien, sabía jugar con su lengua moviendo-la de lado a lado, siendo su principal propósito dejarlo bien mojado. Cuando creí que ya lo estaba, se lo saque, me coloqué entre sus piernas, las apoyé en mis hombros y acerqué la punta de mi pene a su ano.

Hice un poco de presión pero no la suficiente pues aún no quería introducirse-lo. Dejé de hacer presión y volví a hacelo. Repetí esta acción un par de veces más y en la última le introduje mi pene de un golpe. Gael abrió su boca y soltó un sonoro grito.

Con un movimiento suave, se lo saque dejando solo mi glande dentro y se lo volvía introducir. Con cada movimiento iba aumentando el ritmo. Su ano se ajustaba al grosor de mi pene y su interior estaba muy caliente. Ambos empezamos a gemir y se nos entrecortaba la respiración. De vez en cuando y cuando tenia todo lo dentro de él, comprimía su ano haciendo presión en la base de mi pene.

Los dos empezábamos a sudar, el aire iba cogiendo olor a sexo. Agarre su pene y le empece a hacer una paja. Con cada movimiento ambos notábamos que el final estaba apunto de llegar. Nuestros penes se empezaron a tensar y a ponerse más duras. En un par de minutos, comenzaron a salir chorros de semen. Los de Gael caían entre su pecho y el mio y los míos fueron directos dentro de él. Unos seis trallazos inundaron sus entrañas.

Incline mi cabeza hasta su pecho, recogí un poco de su semen, me acerque a su boca y nos fundimos en un beso. Ambos estábamos cansados y nuestras respiraciones se entrecortaban. Nos miramos y esbozamos en nuestras caras una sonrisa de satisfacción.

Gael: Ha sido una follada brutal.

Yo: Ya lo creo – le doy un pico – tienes un buen culo.

Gael: Gracias. Aunque me quedé con las ganas de probar el tuyo.

Yo: Para eso amigo tienes que pedir permiso – me rio.

A Gael no pareció gustarme mucho mi comentario.

Yo: Pero te puedes pasar una noche por el bungalow y pedírselo a mi tío.

Gael: En serio? - su cara mostraba entre incredulidad y entusiasmo.

Yo: En serio, seguro que a mi tío no le importa que te nos unas – me levanto y busco mi ropa – y ahora me tengo que ir.

Gael: Pues avisame y me paso – vio la hora y concluyo – si yo también me voy a dar una ducha que en un rato vuelvo al trabajo.

Ambos nos vestimos. Nos dimos un último beso y salimos del cuarto en el que estábamos.

CONTINUARÁ...........