Mini vacaciones con mi Tío II

Sigue la historia con mi tío en las vacaciones que se montó para la Semana Santa.

Acto 2. El río

Mi tío me estaba haciendo una paja mientras acercaba su boca a mi pezón. Estaba salado por la mezcla de mi sudor y el liquido preseminal que anteriormente mi tío dejo por todo mi torso. Empezó a bajar por su propio rastro hasta llegar a mi pene. Desde la base de este empezó a pasar su lengua hasta la punta, la que rodeo con su lengua y dejándola bien ensalivada. Cuando ya estaba bien lubricada, metió mis 19cm en su boca, empezando una mamada muy placentera que hizo que que mis suspiros saliesen por mi boca.

Sentía como sus labios presionaban de arriba abajo todo mi pene, como su lengua jugaba en círculos con él y como se notaba su humedad la cual me estaba llevando al más puro placer. Acariciaba su cabeza y pasaba mis uñas por su cogote para indicarle, además de mis gemidos, lo mucho que me estaba gustando. Estuvo por un buen rato, hasta que abandono mi pene para llegar al pirineo y seguido a mi ano.

Se cambio de posición, para tener mejor acceso a él, y con su lengua comenzó a dilatar mi ano. La introducía lo máximo posible, podía sentir como quería entrar y como humedecía la zona. Cuando consideró que ya estaba listo, llevó mis piernas a sus hombros, posicionó su glande en mi ano y sin ninguna contemplación la introdujo hasta su base, sintiendo como sus huevos chocaron contra mi culo. Un sonoro grito de placer salió de mi boca, estaba lleno podía sentir como mi culo se contraía sobre el pene de mi tío.

Se quedó un buen rato quieto para sentir esa sensación de estrechez que le estaba dando mi interior. Sacó lentamente su pene de mi dejando solo la punta y lo volvió a meter hasta el fondo, así unas tres veces, como sabe que me encanta que haga eso. Acto seguido empezó con un buen ritmo, se notaba que tenia ganas de llegar la clímax. Los dos estábamos gimiendo y nuestras respiraciones estaban aceleradas, el habiente estaba cargado con nuestras feromonas oliendo a sudor y sexo. Yo tenia los ojos cerrados y cada vez que su pene tocaba mi próstata por mi cuerpo corría una corriente eléctrica, esta sensación hizo que me corriese a grandes chorros, llegando los primeros a mi cara y el resto quedando por todo mi torso. No hizo falta tocarme para ese momento, cosa que a mi tío le puso caliente. Noto como su cuerpo se tensa y su pene se puso más duro, sin dejar de moverse noto su corrida inundando mi interior, soltando unos buenos trallazos. Cuando acabo de correrse se calló rendido encía de mi nos dimos un beso y nos quedamos dormidos en esa posición.

Habían pasado dos horas hasta que nos despertamos, mi tío seguía encima de mi y podía notar que su pene estaba otra vez duro apretando contra mi cuerpo. Nos levantamos, decidimos darnos una ducha, nos vestimos, yo con mi pantalón semi transparente y él sólo con unos bóxer. Preparamos algo para comer y nos sentamos a la mesa.

Tío: Qué tal? - dijo apoyando su mano en mi pierna.

Yo: Pues bien, si ya empezamos así no me quiero imaginar el resto de días – le echo una sonrisa enseñando los dientes.

Tío: Esta claro que tiempo va a ver para todo – se acerca a mí y me da un pico.

Yo: Si que esta claro, bueno y que hacemos por la tarde.

Tío: Pues haciendo el buen tiempo que hace – mira por la ventana – podemos ir por los alrededores del camping que sé que hay unos lugares bien bonitos para pasarlos.

Yo: Way! Es un buen plan.

Acabamos de comer y recogimos la cocina. Mi tío se puso unos pantalones cortos y una camiseta de tirantes bien ceñida al cuerpo y yo me puse otra más suelta y con unas aperturas laterales que dejaban mis costillas al descubierto, ah! y una mochila para llevar una cuantas cosas.

Salimos del bungalow y nos dirigimos hacia la zona de senderismo que había por la parte lateral del camping. Nos adentramos en los caminos y nos encontramos con varias personas que estaban paseando. Como nuestra intención era conocer lugares bonitos y porque no decirlo que no hubiese mucha gente, nos adentramos por el bosque. Anduvimos como dos kilómetros y encontramos un claro donde cruzaba un río. Era cristalino y se notaba que no había presencia humana por aquel lugar. Mi tío se acerco metió su mano y descubrió que el agua estaba helada. Yo aproveché para buscar una roca plana y de la mochila saqué una toalla me descalcé y me tumbé en ella. La verdad que hacia un día estupendo y con el calor no tardé en quitarme la camiseta y me quedé tumbado boca arriba.

Mi tío se acercó a mí y sentándose a mi lado poso su mano mojada y helada en mi pecho. Yo me asuste y no puede evitar gritar y pegarle un manotazo en su brazo. Él se echo a reír y me agarro de la muñeca y tirando de mi me acercó a su pecho. Me quedé un rato inmóvil sintiendo el calor del pecho de mi tío y como latía su corazón. Acercó sus labios a mi oreja y con un susurro me dice: “quitate el pantalón”. Yo levante mi cabeza y lo vi con cara de confundido, pues pensé que no me pediría tal cosa en un sitio público. Me hizo un gesto de afirmación y yo viendo a los alrededores me saqué el pantalón quedando completamente desnudo. Solo él llevaba ropa, me senté en sus piernas y nos empezamos a besar, él bajo sus manos a mis nalgas y las sobaba bien. Alcance a agarrarle de la camiseta y tirando de ella conseguí sacársela, ahora nuestras pieles se tocaban. Cuando llevábamos un rato besándonos, mi pene estaba empalmado y apretado por nuestros vientres, me levanté y quedando con las piernas abiertas, acerque mi pene a la boca de mi tío, el cual empezó a lamermela.

El sol mes estaba dando en la espalda y culo calentándome mientras sentía el calor de la boca de mi tío. Empecé a suspirar al sentir como jugaba con su lengua por todo mi tronco. En un momento me volví loco, le agarré de la cabeza y empecé a follar su boca. Él se dejaba hacer, de echo ni se movió, mientras yo iba aumentado mis envestidas. No tarde mucho tiempo y empecé a correrme en su boca. Mi tío tragaba mi corrida hasta cinco disparos y una vez que termine me limpio el pene como si de un helado se tratase.

Me aparté de él, levantó un poco su culo y se quitó el pantalón dejando su bóxer con una buena tienda de campaña. Aprovechando su postura me puse de cuclillas agarre su bóxer y se lo bajé hasta las rodillas, volvió a apoyar su culo en la roca y acabe de quitárselos. Apoyé mis rodillas en el suelo, echando mi culo hacia atrás dejando mi ano al descubierto, sintiendo como le daba el sol, lleve mi boca a su pene y me lo introduje hasta el fondo de mi garganta. Lo ensalivé bien y una vez que quedo bien mojadito, me incorporé, me senté en su regazo, agarré su pene y guiándolo hacia mi ano me senté encima de él. Lo tenia todo dentro y empecé a moverme de alante a atrás.

Cuando él se encendió, me hizo que me fuese echando hacia atrás y sin sacar su pene de mi interior, él quedó encima mía. Yo abrí las piernas para que la penetración fuese lo más profunda posible. Él empezó a mover su culo y su pene entraba y salía de mí con gran rapidez. Yo intentaba apretar mi esfinter para darle más placer a él y poder sentir todo el grosor de su pene en mí.

No sé cuento tiempo estuvimos así, pero pude sentir como el pene de mi tío se tensaba y empezaron a salir hasta siete chorros de semen. Me había preñado pero bien, sentía el semen caliente, cuando sacó su pene sentí como mi ano estaba bien abierto y su leche caliente salía y se escurría por mi culo hasta la toalla. Se acerco a mi y me beso.

Tío: Siempre me pones mucho – me dio un pico – nos damos un baño?

Yo: No sabes lo que me gusta que me digas eso – le hago un guiño – y ni de coña que esta súper fría.

Tío: Venga, tendrás que limpiarte esto – acerco su dedo a mi ano y lo introdujo un poco – sino después de mancharás el pantalón.

Yo: Que no, que no me meto – llevo su dedo a mi boca y me lo metió y yo pase la lengua por él.

Me cogió en peso y nos metió a ambos en el agua. Levantando mi culo paso sus dedos por él y lo dejo bien limpio. Salimos del agua, nos secamos y nos pusimos a tomar el sol desnudos para entrar en calor después del agua fría.

Cuando ya estaba atardeciendo y el sol se había escondido detrás de unos arboles nos vestimos y nos pusimos de camino al bungalow. Una vez allí, preparamos algo de cenar y nos pusimos a ver una película en la tele.

La película había acabado, subimos a la habitación, nos desnudamos y nos metimos en ella. Parece que la calentura de ambos nunca acaba si estamos juntos, pues nuestros penes estaban duros y pasamos una noche llena de sexo y placer. Acabamos rendidos pues en un día ya lo habíamos echo tres veces.

CONTINUARÁ...