Mini vacaciones con mi Tío I
Una Semana Santa un poco diferente, con mi tío en un bungalow puede ser muy excitante. (Esta parte contara con varias partes). Espero que os guste.
Acto 1.La llegada
Han pasado ya unos meses desde que se produjo el encuentro entre mi tío, mi primo y yo. Empezaba la primavera y los días se estaban poniendo más calurosos. No había vuelto a pasar nada entre nosotros pues por situaciones de trabajo y estudios no teníamos mucho tiempo aunque cada vez que hablamos lo recordábamos con gran placer.
Se acercaba la Semana Santa, mi primo me contó que se irían toda la semana a casa de unos familiares de su madre excepto su padre, que tenia que trabajar y hasta el viernes no se reuniría con ellos. Yo me quede un poco triste, pues pensé en hacer planes con mi primo para ese semana, pues me encanta pasar tiempo con él.
Estuve unos días de bajón por la noticia, pero pronto se me paso cuando recibí un mensaje de mi tío, “ creo que ya te dijo tu primo que voy a estar solo hasta eljueves, finalmente no voy a trabajar pero a ellos le voy a seguir manteniendo la escusa. Había pensado que podíamos ir unos días de acampada y estar tu y yo solos ”. Ese mensaje me alegró y la respuesta sería clara “ claro tío, ya sabes que por mi encantado ”.
El mensaje quedó ahí hasta que el jueves anterior a Semana Santa recibo la llamada de mi tío.
Tío: Hola cielo, como lo llevas?
Yo: Hola tío, bien aquí en casa y tu que estas trabajando? - le preguntó al escuchar ruidos.
Tío: Sí aquí estamos ahora en un descanso y por eso te llamo para poder hablar con tranquilidad.
Yo: Pues tu dirás, en que has pensado?!
Tío: He pensado ir a un camping donde tienen unos bungalow a muy bien de precio y pasar unos días juntos para estrechar más los lazos, a demás por su alrededor hay varias zonas para perderse. Entonces nos podemos ir el sábado hasta el jueves por la mañana y después ya me voy con tu tía. Te parece bien?
Yo: Claro que me parece bien, pasar 6 días contigo. Ya lo tengo duro sólo de pensarlo – y realmente era cierto mi pene estaba en todo su esplendor hasta el punto que me dolía dentro del bóxer.
Tío: Que bueno, para ser sincero yo también me estoy excitando. Bueno luego te mando un mensaje con el lugar y hora para quedar. Hablamos mi amante sexy.
Yo: Way!, nos vemos el sábado mi macho alfa.
Al día siguiente recibí el mensaje indicando el sitio y la hora de reunión. Llegó el sábado y cuando llegué a junto mi tío lo primero que hice fue darle un apasionado beso en toda boca. Deje mi coche aparcado, cogí mi bolsa con la poca ropa que llevaba, nos subimos al suyo y pusimos rumbo al camping.
Cuando llegamos allí, aparcamos el coche, nos dirigimos a recepción y después de registrarnos el chico, muy mono por cierto, nos llevo a nuestro bungalow. Cuando entramos, nos encontramos con una cocina americana, un salón donde de veía una puerta que daba al baño. Viendo al techo se podía ver una barandilla y unas escaleras que subiendo por ellas dabas a la única habitación que había con una cama de matrimonio.
Subimos al segundo piso y dejamos nuestras cosas, abrí mi bolsa, cogí un par de prendas y baje al baño a cambiarme. Cuando salí del baño mi tío estaba sentado en el sofá y viéndome fijamente. Llevaba puesto un pantalón corto blanco y algo transparente y una camiseta de tirantes.
Tío: Y eso?
Yo: Este va a ser mi uniforme estos días, a demás – moví mis caderas de un lado a otro.
Tío: No llevas bóxer?! - se quedo observando como mi pene se movía de un lado para otro dentro de los pantalones.
Yo: No creo que me hagan falta – le guiño un ojo, mi tío se levanta se acerca a mi, posa su mano en mi entrepierna agarrándome el pene y me pega un beso.
Tío: Eso también es verdad.
Nos fundimos en un beso y empezamos a sobar nuestros cuerpos, mi tío metió su mano por debajo de mi camiseta y empezó a pasarla por mi pecho, desde mi cuello bajando hasta mi abdomen. Se notaba que la ropa ya empezaba a sobrar y agarrando mi camiseta me la sacó. Yo también lo ayude a sacarse la suya. Nuestros cuerpos quedaron pegados, sentía su piel pegada a la mía. Pasó sus manos por mi espalda llegando al elástico de mi pantalón, las introdujo por dentro y estirándolo un poco lo dejo caer por mis piernas hasta el suelo.
Sin dejar de besarnos, me agacho un poco, llevo su brazo por detrás de mis rodillas y me cargó como en esas películas románticas. Yo rodee su cuello con mis brazos y cuando me tubo bien sujeto empezó a subir las escaleras dirección a la cama. Llegando a ella, me acostó y separando sus sabios de los míos se quedó enfrente de mí y nos quedamos observando el uno al otro.
Ahí estaba ese hombre que me traía loco con ese cuerpo fornido y sin ningún vello, esos brazos fuertes, se baja el pantalón y deja al descubierto su bóxer negro con un gran bulto que pedía a gritos ser liberado. Acto seguido se bajo el bóxer y se deshizo de ambos, quedando completamente desnudo con su pene de 20cm apuntando al techo y un buen grosor.
Se acerca a la cama, se va inclinando hacia mi posando sus fuertes piernas a cada lado de las mías y dejando un ligero espacio entre nuestros cuerpos vuelve a acercar su boca a la mía. Empieza a mover su cadera con un ligero movimiento y nuestros penes empiezan a rozarse. Desde otro ángulo parecería que ya estábamos follando. Llevo mis manos a sus nalgas y acompaño sus movimientos con ellas.
Nuestros penes están ambos duros como dos barras de acero y ya sintiéndolos humedecidos. Liberando mi boca nos intercambiamos una picara sonrisa. Sin palabras y sólo con un gesto cómplice le indico que quiero su pene en mi boca. Él empieza a deslizarse hacia arriba, lo hace con un movimiento lento y acercando y alejando su pene de mi torso, dejando un rastro líquido preseminal, como si de un caracol se tratase. Llegado a la altura de mi cara, se detiene dejando sus huevos a la altura de mi boca, los cuales empiezo a lamer y a comérmelos metiendo y sacando uno tras otro. Los llevaba bien rasurados por lo que el tacto con mi lengua se notaba muy suave. Cuando noto que ya tenia bien comidos sus huevos, volvió un poco para atrás, para ahora sí, dejar su pene mi alcance. Yo sólo abrí la boca y él hizo el resto. Fue introduciendo poco a poco su pene, podía sentir como cada centímetro buscaba su espacio y como ese glande se iba acercando cada vez a mi garganta.
Él se movía muy lentamente y gemía al sentir como mi boca iba apresando su pene. Cuando llevaba un poco más de la mitad, se detuvo un momento y de un solo movimiento me introdujo el resto. Esto me llevo a quedarme sin aire y empezó a darme arcadas. Intente quitarla, pero como él esta encima de mi me fue complicado. A él le estaba gustando esa sensación pues hacia presión y gemía “ Oh si… Oh si ”, después de un rato, no se cuanto, me la sacó y empecé a toser y a respirar fuerte intentando recuperar todo el aire perdido.
Cuando me compuse, le dí un buen azote en el culo para demostrarle mi descontento. Él en vez de tomárselo como una reprimenda le gusto a lo que empezó a restregar su pene, todo cubierto por mi saliva, por toda mi cara. Volví a abrir mi boca para acogerlo otra vez, esta vez los movimientos ya eran más rápidos, estaba empezando a follarme la boca en toda regla.
Yo me agarre mi pene y empece a pajearme, sentía en mi mano mi pene muy duro, bueno siempre que estaba con él se ponía.
Estábamos tan concentrados en nuestro juego que…
Ostras!!… - escuchamos de repente detrás nuestra – perdón, no imagine que… - era el chico de recepción que había entrado en el bungalow a dejar un juego de sabanas.
Mi tío saco su pene de mi boca y lo apunto mirando hacia él y yo me incorporé en la cama para ver quien estaba hablando.
Recepcionista: Perdonar, llame a la puerta y como nadie contesto asome la cabeza y como no vi a nadie imagine que no había nadie – se queda callado y echa una buena mirada al pene de mi tío - venia a traer otro juego de sabanas ya que os vais a quedar más de dos días.
Tío: No te preocupes, la verdad que la culpa es nuestra por no haber cerrado la puesta con llave y la verdad no escuchamos la puerta.
Recepcionista: Nada, nada, lo siento mucho – miro hacia una silla que había en un lado de la habitación – dejo aquí las sabanas y ya me voy – lo iba haciendo mientras lo decía.
Tío: Gracias y disculpa nuevamente – le decía mientras el chico bajaba las escaleras.
Cuando sentimos la puerta cerrarse.
Yo: Vaya pillada no – se me escapo una carcajada.
Tío: Ya ves, menuda manera de empezar.
Yo: Y tanto – miró hacia él – y tu apuntándolo con tu pene duro.
Tío: Que le voy a hacer?! No me iba a tapar después de habernos pillado. Por lo menos que vea bien.
Los dos nos echamos a reír por su comentario.
Tío: Bueno, seguimos?
Yo: Tu que crees?
Tío: Que sí – se abalanza sobre la cama – además la pillada me puso más caliente.
Yo: Y a mí.
Agarra mi pene y empieza a apretarlo.
CONTINUARÁ....
P.D.: Este relato contará con varios actos. Espero que este primero os guste y deseis el siguiente. También estoy abierto a que me conteis lo que os gustaría que pasase o que querrías leer. GRACIAS A TODOS.