Minerva
Durante la batalla una guerrera, pero durante la noche...
sPOSMORTEMS.
MINERVA
La diosa Minerva fue identificada con la Atenea de los griegos, la hija Júpiter, nació, ya adulta, de la cabeza del propio dios. Es la diosa de la inteligencia y del ingenio. Los honores que se le tribuían estaban desprevistos de todo misterio, se basaban en el amor a la ciudad y el trabajo, en la prevalencia de la honestidad, la espiritualidad y la moderación; de hay que Atenea simbolizará la primicía de la razón y del espíritu sobre el empleo de la violencia irreflexiva. Su templo mas famoso estaba en Atenas: el Partenón...
Los tambores resonaban a lo lejos, justo detrás de las montañas, aún no veiamos a los guerreros, pero hasta nosotros llegaba el fuerte olor de la grasa de oso que se huntaban en sus cuerpos, era un ritual que repetian cada vez que entraban en batalla, alrededor mío lo único que podia oler era el miedo que unos campesinos que con arcos pelados por el deshuso y un puñado de flechas desafiladas, intentaban defender ya no sus tierras sino la vida misma.
Levante la cabeza intentando ver la posición de las tropas AYARI, eran miles, todos huntados de la misma grasa de color gris pálido, el pelo cubierto con una espesa ceniza, la cual conseguian quemando los cuerpos de sus enemigos, todos los guerreros tenian una marca de color blanco en el pecho, no llegaba a distinguir de que se trataba, pero eso era lo que menos me importaba en estos momentos, en el centro y con caballo negro estaba el guerrero MASSIM, las batallas le precedian de tal forma que tan solo con pronunciar su nombre aldeas enteras huian de sus casas temiendo no sufrir la íra de tal guerrero.
El valle de AZRAN temblava al golpear de las espadas contra los escudos , el humo de las antorchas no dejaban ver las copas de los arboles, alce la mirada al cielo en busca de algún alivio pero en cambio encontre a un centenar de buitres volando sobre nuestras cabezas esperando formar parte de la batalla o de lo que quedase de ella.
De repente las voces y el golpear de espadas cesaron por arte de mágia, el caballo negroempezo a cabalgar en nuestra dirección con tal fuerza y elegancia que daba la impresión que caballo y guerrero eran uno y ellos dos solos hubieran ganado la batalla, al llegar a la orilla de un pequeño riachuelo que dividia el valle, se detubo y eshalo un relincho que enmudecio la leve brisa que vajaba de las montañas Quebradas, el guerrero alzó su espada con gesto desafiante, pero nadie de otro lado del riachuelo se atrevió a respirar, bajo la espada y rebusco en una bolsa de piel que llebaba atada a su cintura, saco un objeto pequeño, no pudia ver de que se trataba, pero parecía un trozo de madera muy pequeño, lo miró y con las dos manos lo alzó al cielo, el silencio era sepulcral, sólo lo rompió un fuerte cabalgar de un caballo, pero no procedia de ninguno de sus guerreros, sino del mismo riachuelo, al instante de entre los arboles mas altos ,surgio un caballo blanco con jinete, a menudo que se acercaba distingui que el jinete era una mujer, la cabellera le caia sobre sus hombros e incluso le tapaba las caderas, el pelo negro como la noche volaba al viento, su rostro con una tez oscura resaltaban los ojos verdes, las piernas desnudas hasta el muslo delataban la fuerza que de ellas desprendian, las pieles que cubrian su cuerpo eran blancas y definian mejor todo su cuerpo, al acercarse al guerreo y frenar en seco el espectacular caballo pude ver bien sus pechos, estaban tapados por una piel de color roja como la sangre, pero aun asi pude apreciar lo maravillosos que eran, todo su cuerpo desprendia fuerza y deseo, mi pecho dejo de respirar un segundo al ver volar el pelo al viento y caer sobre su espalda, ni el sueño mas bonito habria hecho justicia a tal belleza.
Una vez al lado del guerrero, esta cogió el trozo de madera y dando un fuerte golpe al caballo se dirigió hacía nosotros, no llevaba ninguna arma entre sus manos, sólo el objeto que le dió el guerrero, al acercarse levanto ambas manos señalando al cielo, de repente una luz muy intensa empezó a crecer justo de detrás de ella, a la vez que se acercaba más crecía hasta que nos cegó a todos, no pudimos mirarla cuando paso justo por encima de nosotros, después nos sobrevino una brisa demasiado fría que helo todos mis huesos, era muy extraño lo que acababa de pasar , pero el silencio que nos dejó era aterrador, intente abrir los ojos y ver lo sucedido pero la luz tan intensa había desaparecido, al contrario, una oscuridad muy intensa volvio a cegar mis ojos , no veia nada, y lo peor es que no sentia mi cuerpo, no sentia mi corazon, no sentia nada, intente levantarme pero el empeño fue inútil, caí sobre mis pies, respire lenta y profundamente y noté como el aire helaba mis pulmones, los ojos me ardian , los dientes rechinaban tanto que temi por ellos y la oscuridad es lo último que recuerdo...
Al despertar, mi cuerpo temblo de frio, mis manos buscaban algo a que agarrarse pero únicamente encontro el frio suelo, intente abrir los ojos pero un fuerte dolor agudizaba los parpados, los labios estaban húmedos pero su sabor era horrible, con mucho esfuerzo conseguí ponerme en pie, me hallaba en el centro de una habitación, todo estaba oscuro, salvo una pequeña ventana que estaba en lo alto de la pared, cuando mis ojos se acostumbraron a la tenue luz, observe que se trataba de un calabozo, las rejas rodeaban la estancia, y el frio que ellas desprendian empapaban todo el recinto.
Había más celdas alrededor mío, todas similares pero todas estaban vacías, intente recordar el porque estaba allí, que me había sucedido, todo mi cuerpo se estremeció el visualizar las escenas de la batalla ocurrida el día anterior, la mujer , la luz el silencio , todo lo ocurrido, muchas preguntas atropellaron mi mente, donde estaban mis compañeros, donde estaban todos , porque estaba solo.
De un salto pude agarrarme a las pequeños barrotes de la ventana, fuera en el patio había una gran multituz, eran gerreros, aun tenian sus cuerpos manchados con la grasa que los cubrian en la batalla, pero me extraño mucho el no ver ninguna marca ni herida de la batalla, todos sus cuerpos estaban intactos, ¿tan poca resistencia se habían encontrado en la batalla?, comían y bebían, celebraban la víctoria como núnca yo había visto.
Un ruido quebró el silencio de las celdas, unos pasos le siguieron, dos hombres se acercaban hacía la puerta de mi calabozo,al abrirla uno de ellos me golpeo en la cabeza con tal fuerza que creí que perdería el conocimiento, me pusieron una cuerda al cuello y tiraron de ella, intente resistirme pero la cuerda más se aferreba a mi cuello, y sentí que me asfisiaba, así que opuse la mínima fuerza.
Subimos por las oscuras y deruidas escaleras, un largo pasillo nos engullo, hasta que el luminoso patio nos corto el paso, la multituz no dejaba de gritar, no entendia lo que decian pero por la rábia que desprendian sus ojos no me tenian mucha simpatía, al llegar al centro del patio me arrojaron al suelo obsequiándome con una patada en mi rostro, pude notar el asqueroso olor de los pies sucíos de mi querido gerrero, al alzar la mirada observe con cierto horror que a tres metros de mi se encontraban dos troncos colocados en cruz, el primer gerrero agarro un extremo de la cuerda que me sujetaba el cuello y la entrelazo entre los troncos, al otro lado había dos filas de gerreros, estos agarraron la cuerda y tiraron con fuerza, el primer esfuerzo me levanto y me traslado dos metros, sin tocar el suelo, la cuerda apretaba de tal forma que sentí que me separaban la cabeza del cuerpo, todo estaba sucediendo muy rápido, por mi mente sólo podia retener , y no se porque, a la mujer del caballo blanco, cerré los ojos e intenté soportar el dolor de la cuerda al rozar mi piel, el segundo tirón de los gerreros me alzó dos metros del suelo,sintiendo como mi espada crujía con ruidos que núnca había oido antes, pero ya no sentía mis piernas, la sensación era tal que imaginé que algún gerrero me sujetaba por los pies, todo mi cuerpo se zarandeo al mismo tiempo que los ruidos se sucedian, pero mis recuerdos no variaban, creía poder tocar el pelo al caer en su espalda.
La multitud se agolpaba alrededor del espectáculo que sucedía en el centro de la plaza, yo sólo lograba ya sentir mis manos aferradas a la cuerda, intentando separarla de mi cuello, pero me era imposible, cuando ya desistí un fuerte golpe me valanceo de tal forma que deje de sentir le presión de la cuerda, abrí los ojos y allí estaba yo , en el suelo y liberado de mi muerte segura, una mano grande y aspera me sujeto el rostro, levantandome hasta que mis pies no tocaban el suelo, pude ver la cara de mi salvador, con gran asombro pude ver que se trataba del guerreo que presidía la batalla del día anterior, me lanzó con tal fuerza que al caer perdí el conocimiento.
Al despertar me encontraba rodeado de una sábana blanca, en una cuarto inúndado de una luz tan brillante que me cego al instante, pero allí estaba, dos mujeres estaban vestiéndome con tal delicadeza y tanta hospitalidaz me desconcertaba, al fondo una mesa repleta de carne y frutas me esperaban, estaba muy débil, pero con ayuda de las dos mujeres pude levantarme,mientras comía pregunte que hacía allí y porque todo esto , que había pasado,pero ninguna de las dos hablaba, una de ellas tímidamente me enseño la lengua y pude ver que tenian la lengua cortaba en dos, lo habia oido decir, a las mujeres que servian a la nobleza o realeza les rajaban la lengua para así impedir que contaran bulos de sus amos.
La más joven me cojió el brazo y subiendo la manga de la camisa me enseño una cicatriz que según mi abuelo me sucedió al nacer, cuando cai a las ascuas del fuego, la acaricio y la beso de tal modo que pocas veces había sentido, no entendia nada pero lo que fuera que estaba sucediendo era algo que tenia que ver con la cicatriz de mi piel.
Este trato al que estaba siendo sometido me parecía el mismo cielo, después de todo lo sucedido en las últimas horas, pero no iba a durar mucho, un soldado muy corpulento entró en la estancia, era enorme, me sujeto con una sola mano y pude apreciar el tamaño de sus dedos, era impresionante, sentí miedo, llebava todo del cuerpo cubierto con una armadura de color blanco, al rozarla aprecie que no era latón , que era la costumbre en los guerreros, no acerte a descubrir que metal sería ,pero la pureza del color blanco, lo hacía sobrenatural,
Obligo a levantarme y tras varios empujones me lanzo fuera de la habitación, al centro del pasillo, mire ambos lados , era estrecho pero muy largo, no había mucha luz, pero ya estaba acostumbrado a la oscuridad de las celdas, me levantó y empujándome hacía la derecha aceleramos el paso, no había ninguna puerta ambos lados del pasillo, al final creí ver la silueta de una persona, a medida que nos acercabamos acerté, otro soldado de las mismas características nos esperaba delante de una puerta de color gris,al abrirla entramos en una habitación iluminada por velas, eran pequeñas pero había muchas, estaban por todos lados, el aire estaba muy viciado de la cantidad de velas que en ella había, adivine que se trataba de una alcoba, pues en el centro estaba una grandiosa cama, cubierta con varios velos de color azul cielo, al fondo pude ver una gran jaula, sus grandes barrotes le daban un aspecto muy grotesco, empujándome me introducieron en ella , dando un portazo cerraron la puerta, al momento me quede solo en la habitación, un silencio sepulcral sobrevino al lugar,al instante se abrio la puerta y aparecio MASSIM, el guerrero por excelencia, vestía una túnica de color negro, que lo hacia mas peligroso, mis pies empezaban a temblar y temí de nuevo por mi vida, sentándose en la cama, me miro y esclamo varias palabras, no entendí nada pero me tranquilizaron, empezo a buscar dentro la bolsita que llebava atada al cuello, estrajo un objeto, depositándolo en la palma de sus manos me lo enseño, se trataba de una moneda, estaba muy sucía pero aún brillaba por los cantos, deberia de ser muy antigua porque la forma circular estaba muy deteriorada y con muchos golpes, supuse que era el mismo objeto que en la batalla del día anterior estrajo de la misma bolsa,la levanto por encima de su cabeza , cerrando los ojos pronuncio una palabras y se dejo caer en la cama.
Del mismo suelo surgio un niebla que oscurecio todo el recinto , no lograba ver nada, pero una lijera brisa empezo a soplar por una de las ventanas, a medida que se disipaba la niebla se dibujaban varias siluetas postradas en la cama, agudize las pupilas y hay estaba la guerrera del día anterior, estaban los dos desnudos, abrazados , ambas manos se acariciaban sin cesar, Massim se coloco por encima de ella y con ambas manos acariciaba todo su cuerpo, mientras ella se estremecia y gemia de placer, descendio hacía su sexo y pausadamente comenzo a lamerlo, ella cogió su cabeza y la aplasto hacía su sexo, la respiración se le entrecortaba de tal forma que parecian espasmos, al levantarse y buscarle la boca de ella pude ver que el guerrero no tenia pene, no podia creerlo pero así era, su pubis estaba vacío , no habia nada, en vez de pene tenia una espesa mata de pelo, los dos me miraron, ella se levanto y se dirigio hacía mi, habrió la puerta y cogiéndome de la mano me invito a la cama, de un tirón me despojo de mis ropas y ferozmente empezo a chuparme el pene, no me lo podia creer, unos escalofrios empezaron a recorrer todo mi cuerpo, gemia y dos lágrimas calleron de mis ojos, de un empujon me lanzo a la cama, entonces el guerrero agarro mis manos de tal forma que me era imposible menearme, ella se subio encima de mi y con un ligero movimiento introdujo mi pene en su sexo, los movimientos eran lentos pero fuertes, hasta que cambio de ritmo, su pelo era tan largo que rozaban mis muslos, pero algo sucedió, observe su cuerpo balancearse encima del mio, y lograba verle los pechos, su cuerpo se transparentaba como la niebla que momentos antes habia visto, todo era tan irreal pero yo sentia placer, mi cuerpo se estremecia, intente aguantar pero me era imposible ,estaba apunto de acabar, aprete los puños y cerrando los ojos me corrí dentro de la guerrera, era incleible , no podia ni abrir los ojos, núnca había disfrutado tanto , al abrir los ojos ella se dio la vuelta y pude verle una mancha en la espalda era igual que la que yo tenía en mi brazo, empeze a comprender varia cosas, pero cuando estaba aún perplejo por sucedido, el guerrero giro rapidamente y de debajo de la cama saco un puñal con la empuñadura en oro y la introdujo en mi pecho, sentí como el cuerpo se me helaba,los ojos me escocian, queria gritar pero algo me lo impedia, mire hacia un lado buscándola a ella pero no la encontre, solo pude ver encima del lado de la cama que estaba ella una vieja moneda, la cogí y al verla observe que estaba escrito por ambas caras, una de ellas decía POSMORTEMS, y en la otra, cada vez mas billante..... MINERVA.