Milf usada

Mi dómine me usa y me hace gozar y me manda deberes de escribir historias para TR

MILF USADA.

Me desnudo despacio. Blusa, jeans, corpiño, bombachita, medias, me quedo solo con las sandalias de medio taco. Cierro los ojos. Se acerca a mí, le oigo respirar. El sentir a un macho tan cerca me excita. Mis pezones se ponen duros y mi vagina se moja, no puedo evitarlo. Me tapa los ojos con un antifaz. Mi piel nota su calor junto a mí. Me coloca un collar de terciopelo. Estoy entregada a su placer. Intuyo que mi placer será someterme al suyo.

Su manos soban mis tetas, sus palmas las amasan, las cumbres erectas vibran bajo sus caricias. Yo estoy parada con los brazos pegados a mis costados.

  • Las manos.- me ordena.

  • Sí...mi dómine.

Adelanto las manos, sé lo que va a hacer, me coloca unas esposas. Tras de mí, pegado a mi espalda, sigue vestido, el sentir su ropa rozando mi piel me excita mucho, más cuando tiene fuera la verga dura que se me clava en el valle de las nalgas.

  • Gata ... ¡dime una fantasía que te excite cuando te tocas!.

  • Lo sabes... dómine. Que varios hombres se calienten y masturben mirándome.

Se separa de mí, y me da el primer azote con la fusta. Se me escapa un gemido de dolor y placer.

  • ¡No me mientas!...¿ lo has hecho?

Mis nalgas comienzan a arder bajo el delicioso martirio de los golpes del macho. Hablo despacio para que no acabe, aunque deseo que termine el excitante dolor y me coja como una yegua en celo que es lo que soy en sus manos.

  • Una vez, hace muchos años en un zoco en Túnez. Cuando era joven.

No como ahora que eres una MILF puta y viciosa. Tienes que contarlo.

  • Hay otra...putita.

  • Sí ...mi domine.

  • Dí...y no mientas.

  • Escribir historias a medias con otros autores de TR...me excita...me pone saber que les pongo.

Y me aprieta los pezones mientras me mordisquea el cuello. Una corriente de placer va de mis tetas a mi concha, que está empapada.

  • Vas a escribir una con ese que te ha puesto cachonda al dedicarte un cuento de maduras.

  • Sí..mi dómine.

  • Gata...Levanta los brazos y abre las piernas.

Obedezco y la fusta me da en en los pechos donde los pezones sensibles arden, luego son apenas cuatro golpes los que me da en la boca de mi sexo. Estoy cachonda, mojada, empezando el camino del orgasmo. No puedo evitar que este dominio me excite tanto.

  • Arrodíllate.

  • Sí... mi dómine.

Me quedo en cuatro. Él se coloca tras mío y su cipote tantea la entrada de mi concha. Me mete la polla despacio, llenando mi lubricada vagina. Se queda quieto. Soy yo la que empiezo a moverme. Como un dios de piedra deja que sea yo la que lleve el ritmo. Noto que me llega la ola.

  • Mi dómine...me voy a venir- susurro.

Me sujeta para dejarme quieta y es él el que se mueve teniendo la polla en el fondo de mi feminidad con golpes de cadera para llevarme hacia el placer.

  • Aaahh..ahhh- no puedo evitar gemir de lujuria.

Él me empieza a dar nalgadas hasta que me desplomo en un orgasmo salvaje y furioso. Se queda clavado hasta mis últimas oleadas. Cuando me recupero, saca la polla de mí.

Se pone ante mí, me quedo de rodillas. Me restriega el glande mojado por la cara. Abro la boca, quiero chuparle la verga. Me pega con ella en los labios, que tengo puestos como morros ansiosos.

Me mete la pija en la boca, la aprisiono para que pueda follarme por ahí. Me agarra la cabeza y la mueve para que yo, como una perra viciosa, le haga una mamada. Llega hasta casi mi garganta. Me gusta el control que tiene de su deseo, me hace sentirme más sumisa, más obediente. Me deja quieta la cara, parte de la polla queda fuera de mí, deja la más sensible, el glande y el pellejo que lo rodea, lamo ansiosa, quiero su semen, mi manos esposadas bajan a mi clítoris, me toco, busco otro orgasmo. Sé que me voy a ir de nuevo cuando vuelve a mover rápido su tranca en mí. Suelta la leche y yo me vengo.

Me quita el antifaz, le limpio la poronga con la lengua. Se la mete en el pantalón, cierra la bragueta.

  • Gata... levántate.

Obedezco, Me abre las esposas.

  • Vístete y recuerda los deberes que te he puesto.

  • Sí... mi dómine.

Me visto, me quita el collar de terciopelo, me doy cuenta que es diferente que el de la vez anterior : es azul.

Voy hacia la puerta y salgo a la calle. Sé que me volverá a llamar y yo me dejaré usar y someter.