Mil posiciones (2)

Despues de toda una noche de cogedera y culeadera, Luis vuelve para terminar de maltratarme el culo.

MIL POSICIONES (2)

Busca mi relato anterior. Ahí explique la noche que pasé con mi amigo Luis, el de la verga súper dura, súper gorda, rosada cabezona y larga. Nos dimos una culeada bien rica. Busca el relato y te darás cuenta lo morbosos que somos.

Son las 12:00 mediodía. Luis llega a mi casa y mientras arreglo mis cosas se pone atrás mío y comienza a sobarme las nalgas, a pasarme las manos por encima del pantalón. Tiene la verga dura y yo se la aprieto, esa verga como me gusta, igual que su culito, su boca, la lengua, los dedos blancos, largos, finos, con las uñas cortas y bien cuidadas. Su olor me fascina.

"Quedé con ganas de más culito" me dice mientras me mete la lengua en la oreja. Su aliento cálido me pone a mil. Dejo lo que estoy haciendo y restriego mis nalgas contra su paquetón. El me agarra la verga y me pajea.

Se arrodilla y me comienza a mamar la pinga, se la mete en la boca y la lame de arriba abajo. Es experto succionando pinga. Una vez me sacó la leche mamandome y luego hizo que yo me pusiera a hacer lo mismo. Pone su lengua bajo mis huevos y siento un calor húmedo, luego sigue bajando y se pone a lamerme el culo.

Nos vamos al sofá de la sala y ahí comienza todo de nuevo. Vivo en un piso 22, frente a la ventana me desnudo y el me abre el culo para comérmelo. Se ve abajo toda la ciudad, los autos, la gente caminando. Me imagino si alguien pudiera vernos, esa cabellera atrás de mis nalgas y mi verga parada aplastada contra los ventanales. Todavía quiere seguirme culeando, pienso.

Busca el lubricante especial que tengo y se pone un condón en su mano. Me comienza a lubricar poco a poco con un dedo, luego dos, luego 4. Yo respiro hondo y aguanto, sintiendo como su mano delgada va entrando toda en mi recto, ensanchándolo. Con el condón puesto siento como van entrando sus 4 dedos, sigo respirando hondo, el saca la mano y comienza de nuevo, el puño entero. Me inclino para adelante, pensando solo en la sensación de llenura que tengo en el culo. EL sigue rotando y metiendo cada vez un poco más, más adentro, afuera y luego rota empujando. Siento la mano completa en mi culo.

Con las dos manos me abro más los cachetes de las nalgas para sentir como entra esa verga, que rico se siente, mi próstata la masajea cada vez más y siento que me vengo.

"MMMMM, sigue, chucha madre, que me estas matando del placer" le digo.

Me saca la mano, se sienta en el sofá y yo me siento en sus piernas. Me sigue metiendo un rato mas los dedos, que bailan porque ya tengo el ano abierto. Me siento encima de su pinga y comienza el meneo, la movedera de arriba abajo, de un lado a otro. Le duelen las rodillas de soportar mi peso pero igual me sigue metiendo la verga y agarrandome las nalgas.

"que rico tienes ese culo, no aguante las ganas de cogerte de nuevo, ahora te voy a sacar la mierda, vas a ver", me dice al oído.

Me pongo de pie y me sigue culeando mientras caminamos de la sala al cuarto de estudio. Su pingona entra y sale mientras caminamos. Me pega dos cachetadas. Pone un almohadón en el piso y me pongo en cuatro en una de las sillas con rueditas, asi me puede meter el huevo mientras la mueve de atrás para adelante. La sensación es intensa. Me pone después bocarriba y me sube las piernas y me culea con muchas ganas. Sudamos a mares. Sudor de arrechura.

"Dale como hombre, que sienta yo ese huevo adentro" le digo y eso lo calienta más.

Me golpea con sus pelotanas las nalgas mientras su verga llega hasta el fondo de mi culito adolorido. La mete sin piedad hasta que siento que me abre algo dentro, es como si estuviera reacomodándome las tripas, un placer nuevo y extraño para mí. Se saca la verga, me limpia el culo y luego me vuelve a meter la lengua. Eso me hace venir a mi, mi leche cae sobre mi pecho mientras la de el la siento caliente justo en el hoyito del culo. Que rico Luis, que rico que me cojas tan duro, me siento cansado pero no dejo de escribir antes que se me pase la sensación de placer que tengo todavía. Aún no me he bañado y siento como la leche se sigue escurriendo por mi culo y mis nalgas.