Mike (I)
Callé y le besé, se arrodilló en la cama sobre mí y siguió besando mis labios. Posé mis manos sobre su cintura, tomé su suéter y se levantó para que se lo quitara, subió los brazos y deslicé suavemente hacia arriba hasta que logré sacarlo de ahí.
¿Por qué continúa golpeando mi pupitre, acaso no se da cuenta que es realmente molesto?, deja de llamarme, el señor Smith viene hacia acá, deja de llamarme, me suspenderán, si volteo a decirle que pare me meteré en problemas. Y sigue golpeando mi pupitre, ahora es más intenso, para ya, para ya… Nos sigue viendo, nos suspenderán a ambos. Viene hacia acá
Alex, Alex… Escucho sus susurros pero no puedo voltear, Viene hacia acá “¡ALEX!” Tomé un buche de aire y abrí mis ojos. Bah, Era solo un sueño… Pero aún lo escucho golpear. Somnoliento giré mi cabeza hacia la ventana y ahí estaba, Golpeando con una pequeña piedra y llamando a mi nombre. Le miré por un par de segundos, me puse en pié y fui a abrirle.
Hasta que al fin!
Su nariz y mejillas están rojos por el frío que hace afuera. Sus ojos se ven de un azul más intenso y su cabello castaño, mojado casi se ve negro. Se metió a mi habitación rápidamente temblando.
-Hasta que al fin abres, llevo cómo 20 minutos llamándote y tocando y solo te veía dormir mientras yo me congelaba ahí fuera.
-Disculpa, no pude dormir hasta hace poco, incluso soñé que me molestabas en clases y nos expulsarían a ambos
Le eché una mirada de molestia y golpeé su hombro
-Ouch! Y ¿yo que hice? Solo ha sido un sueño, aparte creo que antes te expulsarían por quedarte dormido que porque yo te moleste en clases.
-En fin ¿Qué haces acá tan temprano?
-Pues, me extrañó no verte ahí… Y necesitaba saber que estabas bien.
-Ya me has visto, estoy bien. ¿Feliz? Ya puedes irte.
-No! ¿Cómo puedes ser así? He estado un buen rato afuera esperando que despertaras, estoy congelado y aun así quieres que me vaya mira
Cogió una de mis manos, sus dedos delgados y pálidos habían tomado un ligero color rosa, se sentían cómo cubos de hielo, le miré a los ojos y solté sus manos.
-Pues bien, quédate hasta que se te pase el frío.
Caminé hacia mi cama tomé una cobija y me acosté dándole la espalda, sentí cómo se metió bajo mis sábanas y rodeó mi cuerpo con uno de sus brazos, levantó mi franela con la punta de sus dedos, dejó deslizar su mano fría sobre mi abdomen hacia mi pecho, metió una de sus piernas entre las mías y acarició sus pies desnudos con los míos, sentí molestia, pero calma. Le extrañaba.
-Suéltame.
Tomé su brazo y lo aparté de mí, me acosté boca arriba. Se apoyó sobre uno de sus brazos y se quedó viéndome, le miré molesto y se entristeció.
-No sé por qué actúas de ésta manera sí sabes que te quiero, sabes que nos queremos
Se acostó sobre mí y apoyó su cara en mi pecho, sentí su cuerpo tibio contra mí y entendí que aún le quería.
-Sabes que debemos parar esto, es solo una etapa y ambos lo superaremos.
Subió su mirada y comenzó a besar mi barbilla y mejillas, se movió hacia mí y sentí su aliento sobre mis labios
-Dime que no lo quieres, dime que quieres parar y esto acabará ya.
Callé y le besé, se arrodilló en la cama sobre mí y siguió besando mis labios. Posé mis manos sobre su cintura, tomé su suéter y se levantó para que se lo quitara, subió los brazos y deslicé suavemente hacia arriba hasta que logré sacarlo de ahí. Se quitó la franela que cargaba debajo y quitó la mía, siguió besándome, bajando hasta la barbilla, me dio un pequeño mordisco y siguió bajando por mi cuello, lo tomé por la cintura y volteé posándome sobre él, deslicé mis dedos sobre su pecho hasta bajar al abdomen y desabrochar su pantalón. Se lo quité y comencé a besar su abdomen hasta llegar a la orilla de su ropa interior, volví a su boca y metí una de mis manos dentro. Gimió un poco y se movió hacia mí.
-No sabes cuánto tiempo llevo esperando esto.
-Shh, calla.
Sentí como su miembro crecía en mi mano, bajé un poco mis dedos y acaricié sus testículos. El seguía gimiendo de placer mientras me veía, su boca entreabierta, dejaba escapar un suspiro cada tanto, lo cual me causaba placer, volví a besarle y me acosté sobre él, comencé a moverme contra su cuerpo. Me rodeó con sus brazos y sentí su pene duro contra mi abdomen. Comenzó a frotarse contra mi cuerpo más rápidamente hasta que sentí una humedad entre ambos. Un último y profundo gemido acompañado de un fuerte suspiro me lo hizo saber.
-Lo siento, sé que ha sido muy pronto pero…
-No importa, lo entiendo.
Me levanté y desnudé completamente. Me metí al baño, me siguió. Dejé llenar la tina por unos cinco minutos mientras buscaba algo de ropa para cambiarme. Al estar llena me sumergí en agua tibia y ahí estaba, viéndome, le miré. Asintiendo, se sentó de espaldas a mí, se acostó sobre mi cuerpo y besó mi mejilla.
-¿Y ahora?
-¿Ahora qué? Ahora… Todo seguirá cómo antes.
-Nada puede ser cómo antes, nada puede ser incluso cómo ya es, tú te irás y yo ¿Qué?
-No lo haré, hallaré la manera. Pero me quedaré a tu lado.
Comenzó a jugar con el agua y posó su cara sobre mi pecho, ahí estuvimos unos 15 minutos, salimos y me vestí, le di algo de ropa y me abrazó.
-Debes irte, nos meteremos en problemas si saben que estás aquí.
-Pero, te veré mañana?
-Sí, sólo por favor vete ya.
Abrió la ventana y bajó por balcón, regresé a mi cama y me tiré sobre ella, sus sábanas aún olían a él, se erizó toda mi piel y mis tetillas se endurecieron rápidamente, tuve una leve erección. Metí mi mano y comencé a masajear mi pene mientras olía la almohada, bajé mi ropa interior y comencé a frotarme contra el colchón, aumenté la fricción y pronto me corrí. Ahí quedé boca abajo, gimiendo molesto, ya me tenía en sus manos.