Migú, 1er encuentro con el lobo blanco. Cap. II

Reedición, lo mismo sin algunos errores. Los Lobos interiores, Amor o Violencia. ¿Qué lobo vencerá la batalla por Migú? ¿Puedes hacer siempre lo que quieres hacer?

La semana pasaba lentamente, uno de los días no se si era martes, miércoles o jueves que me llamó mi padre para agradecerme mi “conversación” con Maribel, que gracias a esa charla había progresado mucho, “fue un placer, todo un placer” pensaba yo.

Pero mi padre no me había llamado para eso, me había llamado para darme una orden, tenía que defender una tienda de las afueras, una organización rival estaba intentando venderles protección, y ya sabíamos lo que eso significaba.

Había que dejar claro que nuestra organización cuidaba de los suyos.

El primer paso el de llamar para aclarar que la persona en cuestión era parte de la hermandad no había funcionado, también es cierto que ajenos a la hermandad solían decirlo al recibir una amenaza, ahora iba el segundo paso, que viesen a gente de la hermandad en el local de la persona, que les afirmase que es cierto, no es cuestión de provocar una guerra, a veces también ocurre lo contrario, que delincuentes comunes simulan ser miembros de un grupo rival para extorsionar.

En esas estábamos cuando en la tienda entraron dos tipos y otros dos quedaron fuera, se acercaron a la caja y le preguntaron si aceptaba o no la protección que su grupo le ofrecía.

En eso le llamé la atención, con un “Señor, perdone” cuando me miró deje mi tablet en el mostrador y desbloqueé la pantalla, en ese momento aparecieron cuatro vídeos, sus dos compañeros de fuera uno estaba en el suelo boca abajo tumbado con uno de mis ayudantes sentado sobre su espalda y apoyando en la nuca del yaciente una pistola, otro de sus socios estaba de pie, con las manos en alto mientras desde atrás alguien lo controlaba con un gran cuchillo de caza en el cuello. Pero el plato fuerte eran las dos últimas cámaras, en las cuales él y su compañero salían de espaldas con el inconfundible punto rojo de la mira láser brillando en la parte de atrás de sus cabezas.

Por favor no se muevan les dije. Con cuidado le quité la cartera y saqué su documentación le dije, Señor Ortiz, aquí no nos gusta la gente que nos amenaza, pero entendemos que a veces las personas sin darse cuenta quieren coger lo que no es suyo, por eso nosotros dejamos clara una cosa, que aquí nuestra gente tiene la seguridad de que nos esforzamos por ellos, que nadie va a venir a hacerle daño desde fuera.

Y si eso ocurriese, siempre habría alguien que recibiría una visita, vaya pues usted señor Ortiz no vive demasiado lejos hasta un niño en bicicleta le podría llevar una pelota de trapo y volver en una mañana, o ir a buscarla.

Su cara palideció, una pelota de trapo era una clara referencia a su cabeza cortada y metida en un saco atado con cuerdas y que se usa para jugar y a base de patadas dejarla casi irreconocible es una forma de avisar a bandas rivales del peligro que corren por “jugar con lo que no deben”.

Pero eso Señor Ortiz, eso es una posibilidad, ya que claro usted aquí ha venido a vender y se va de vacío de una visita que ya tiene ese servicio contratado con otro proveedor y por educación va a comprar unas botellas de agua fría para el camino y unas pastillas para el mareo, que tienen mala cara, y sacando de su cartera un billete por casi el doble del valor que lo pedido le dije al dependiente y ponle unos caramelos para el mal trago de regalo que el señor Ortiz deja propina.

Con una bolsa de papel en la que estaban las pastillas y los caramelos, las cuatro botellas de agua fría iban en otra mayor de plástico. Los acompañamos hasta su vehículo y les dimos los buenos días mientras se alejaban conduciendo.

Sabían que teníamos sus direcciones y su matrícula, difícilmente se atrevería una organización a atacarnos sin saber mas que la dirección de un protegido, pero con cuatro soldados comprometidos. Y ellos no lo sabían y cuanto mas tardasen en descubrirlo mejor, pero en su vehículo se había instalado un rastreador GPS.

Con esa actuación y no habiendo causado mas daños que unos zarandeos y un golpe menor a un soldado rival no tuvimos ninguna represalia. Y ese era el objetivo, nosotros no luchamos si no es necesario, una guerra contra cualquier rival solo beneficia a los espectadores, y eso lo sabemos todos, pero eso no quita que de vez en cuando se den escaramuzas, pero casi nunca de importancia.

Luego por la tarde me llamó mi padre, y me dijo, Migú, ¿Sabes cual es la mayor ironía de la vida?

Mi padre y sus reflexiones filosóficas. No padre, pero sin duda me vas a iluminar, No me apetecía una charla de dos horas escuchando sus diatribas.

Migú, lo irónico de esta vida, siguió ignorando mi comentario, es que los salvajes son los civilizados y los civilizados son los mas salvajes. Fijate aquí en América, en el sur y centro estaban grandes civilizaciones siempre en guerra y con sacrificios, y en el norte tribus salvajes que vivían en paz y con pequeñas ofrendas sus dioses. Nosotros con grandes poblaciones y luchando siempre por conquistar más y más terrenos y someter a más pueblos y guerras, y conquistas y dioses impíos siempre sedientos de sangre mientras los salvajes del norte apenas tenían guerras, nómadas y felices solo deseando que nunca faltasen animales que cazar ni leña para alimentar sus hogueras, con poco eran mucho más felices que aquí con mucho más de lo que ellos pudieron jamás soñar, y sin embargo aquí todo era guerra, sangre y dolor.

Esto es todo lo que recuerdo, desconecté de la charla que amenazaba seguir así durante horas, y son cosas de las que luego me arrepiento con los años uno se va dando cuenta de que esas charlas aburridas se vuelven interesantes y repletas de sabiduría que uno en su estúpida juventud no quiso ni supo asumir.

En un momento dado dio una fuerte palmada sobre la mesa. Migú, que te estoy hablando.

Dime padre, le contesté. Aún avergonzado de haber dejado navegar mi imaginación por las profundidades de mi mente ignorando lo que me contaba mi padre.

¿En qué punto te has “dormido”?. Y yo contesté, Que no me he dormido. Y dijo mi padre, me da igual, estabas soñando, por lo tanto te has dormido despierto.

Lo que quieras, pero es que cuentas las cosas con tantas florituras que hace falta una semana para una charla de diez minutos. Si me aburre con su charla no se lo voy a dejar de decir, que luego se queja de que no prestamos atención, pero en gran parte la culpa es suya por los enormes rodeos que da.

Lo importante siempre ha de decirse dentro de un contexto, para que no se malinterprete, pero ya que insistes haré un resumen. Uno de nuestros soldados ha muerto, ni se ha enterado, y hemos capturado a su asesina, la pantera negra.

La pantera negra era una de las mejores, casi desconocida, sin apenas fotos o vídeos suyos y siempre con una imagen diferente, todo lejano y bastante desenfocado, su captura se debió a una afortunada coincidencia.

El muerto Juan Miguel tenía la costumbre de presumir de las chicas con las que se acostaba y las grababa en vídeo, el caso es que esta chica durante los preliminares del sexo le vació en la copa un frasquito de cianuro que llevaba oculto en su sexo, además demostró una increíble profesionalidad ya que el frasco iba envuelto en una bolsa con un cordelito que imitaba un tampón.

Lo que no esperaba es que Juan Miguel hubiese “invitado” a ver el espectáculo a otros soldados con cámaras ocultas, y por ello aunque no llegaron a tiempo para salvarlo, si para capturarla a ella.

Y a esa fiera, a esa asesina la debía sacar la máxima información. Era una especie de examen de graduación criminal. Podía usar todo lo que quisiera con ella incluso mutilarla gravemente antes de ejecutarla, y en esas estaba cuando me acorde del viejo dicho, se cazan mas moscas con miel que con hiel. Y me puse manos a la obra.

En la primera entrevista la saludé y le pregunté como debía llamarla, ya que se la conocían muchos alias pero no se sabía su nombre con certeza.

Estaba esposada a la mesa, sentada en una silla, tenía marcas de haber sido golpeada, muchos golpes dolorosos, pero ni letales ni que causasen daños permanentes, no había sido una tortura en toda regla pero si una buena paliza, durante la cual me dijeron que no dijo nada importante y que apenas se quejó, y no pidió ni perdón ni clemencia.

Da igual, al final dirás que tu cazaste a la pantera. Buena respuesta, la cosa iba bien, frialdad distancia y seguridad. Si entraba en la conversación, acabaría bajando la guardia.

Puede ser, pero como lo mas probable es que no salgas de aquí ¿Qué mas te da? Además siempre podremos mentir y decir que la pantera solo cometió media docena de asesinatos, y el resto fueron subcontratados a sicarios locales. Esto iba contra su autoestima, con su cantidad de asesinatos se la estaba reduciendo a una mera secretaria de sicarios, ella que había matado a mas de 100 personas.

Cualquiera que me conozca sabrá que no es verdad, contestaba como ausente.

No te conoce nadie, o casi nadie. El resto son rumores, habladurías, una larga lista de comentarios que se exageran cada vez que se cuentan, y son tan pocos los que saben la verdad y tantos los que creerán lo que contemos... que acabarás siendo la putita del verdadero asesino que te dio la fama para que fueses una cabeza de turco en caso de represalia.

MIENTES, he matado a 136 personas y recuerdo cada cara, y cada sitio de las ejecuciones, hombres casi todos, alguna mujer varios viejos y ningún niño. Había conseguido enfadarla.

No te creo, demuéstralo, Ezequiel, pasa y toma nota, nombres, lugares y forma de asesinato, fecha si es posible. Apuntalo en estas hojas. Y si no te dice su nombre apunta Gatita. Y la dejé con Ezquiel.

Gilipollas, pendejo, Yo soy la pantera, yo soy María Asunción Cormenzana Ruiz de la Peña. Y si salgo de esta prometo que te las verás conmigo. Bien las cosas iban bien, ya estaba, era muy buena con el maltrato físico, con el mental no era tan fuerte.

Jefe, me dijo Ezequiel, ya sabe que yo apenas se escribir y ese nombre es muy largo, ¿puedo poner gatita? Los ojos de la pantera se inyectaron en sangre y le dijo a Ezequiel: o pones pantera o pones María Asunción Cormenzana Ruiz de la Peña, pero que si pones gatita, entonces tu última comida serán tus propios testículos.

No se enfade señora, contestó Ezequiel realmente asustado por la violencia de las palabras, Pantera estará bien, usted dígame que debo anotar que yo lo haré.

Asombroso, un grito, una amenaza incluso estando esposada y Ezequiel había pasado a ser un secretario obediente que trataba de usted a la pantera. Me gustaba esa chica, iba a hacer todo lo posible para que esta situación durase mucho, mucho tiempo, tenía potencial esa chica, tal vez sacase de ella mas de lo que ella quisiese dar, incluso tal vez fuese la clave para solucionar algunos problemas.

Al día siguiente le pedí la lista a Ezequiel y le pregunté que como había ido todo, me dijo que bien, pero que la señorita se molestó y no le dejó escribir, le pidió el bolígrafo y las hojas, que ella lo haría más rápido y que mi letra no se entendía me dijo, y es verdad señor Migú, yo apenas se escribir y no lo hago bien, entonces me engaño en vez de coger el papel cogió mis manos y tuve miedo, esposada a la mesa y atada a la silla y yo señor pensaba que iba a morir, me agarró la mano derecha y me la aplastó contra la mesa hasta que tuve la muñeca pegada a la tabla y entonces me hizo estirar los dedos, y con la otra mano cogió el boligrafo y entonces pensé que me clavaba la mano a la mesa o que me clavaba el bolígrafo en la cara o cualquier otra cosa, pero no señor, esa señora es muy peligrosa pero creo que no es mala, puso el bolígrafo tumbado sobre mi mano y me dijo, mira Ezequiel, si el bolígrafo es tan largo es para que no lo cojas con los dedos encogidos sino estirados, ¿Ves? Me dijo, es mas largo que tus dedos estirados llega tanto como tu mano, así que no encojas los dedos al escribir, y tendrás mejor letra, y escribe todos los días un poco, y al final lo harás bien. Y me soltó señor Migú, me soltó sin hacerme daño, y yo estaba rendidito de miedo señor, pensaba que me iba a hacer mucho daño, y esa señora dice que mató a muchos y no, yo no quería ser uno mas.

Ezequiel, esa mujer es valiente, otros saben que una paliza les va a doler y hablan antes del primer golpe, ella tiene heridas de otras situaciones similares y no ha hablado, y sabe que si habla es mujer muerta, o por nosotros o por sus anteriores jefes, así que callar de momento es su seguro de vida, al menos mientras pensemos que podemos sacar algo, que nos dará siempre lo que no la perjudique a sus intereses, no te preocupes por ella, y sobre todo, no la enfades.

Al día siguiente volví a entrar en su celda, habían pasado cuarenta y ocho horas desde nuestro primer encuentro:

Hola gatita, la saludé.

Escucha anormal, si lo que quieres es morir joven me sigues llamando gatita y verás lo que te pasa. Te aseguro que.

Que nada la interrumpí, no saben es muy bien donde estás ni con quienes y así debe seguir cuanto menos se sepa mejor. Te aseguro que aquí llamarte Pantera te iba a crear poderosos enemigos y María Asunción Cormenzana Ruiz de la Peña tardando un poco mas te iba a causar los mismos problemas y seguramente alguno que otro a tu familia, Ezequiel que es quien te va a cuidar es de la máxima discreción y quienes te han “invitado” a estar aquí ya han sido enviados a otras funciones en Europa para evitar algún ajuste de cuentas, de tu lista varios son de nuestra hermandad y si bien este trabajo es peligroso, y lo sabemos, somos mas de ojo por ojo que de poner la otra mejilla.

Ahora vamos por partes, no me conoces y me presentaré, me llaman Migú, aunque mi nombre real es... y ella me interrumpió.

Miguel Guzmán, vale, entre profesionales, te diré lo que quieras saber y acaba conmigo de forma rápida. Su cara de relajada había pasado a tensa en un instante y había perdido todo el color, su tono de voz no era tan firme como quería aparentar, y por primera vez en muchos años estaba asustada.

Miguel Guzmán Solís Matamoros, para servirla señorita. Y por ahora, ya que nos conocemos quiero que piense en toda la lista de personas que amablemente le escribió a Ezequiel, le dejaré unas hojas de papel y unos bolígrafos y escriba los detalles de porqué les mató o cuando, todo lo que recuerde de cada caso, que créame, le vendrá muy bien.

Mientras tanto, descanse, yo estaré ocupado unos días, así mientras escriba las notas que le he pedido yo decidiré qué debo hacer con usted, porque no se deben tratar estos temas tan graves de forma precipitada y no quisiera equivocarme con usted. Aquí me despedí y me marché dejándola pensando en el tipo de tortura y refinado asesinato al que ella sería sometida.

Esa misma tarde me duché me arreglé y salí con las chicas, con la cabeza en la celda de Asunción, de mí dependía que viviese o muriese, una profesional tan buena a un paso de captarla para la hermandad, pero por otro lado era un peligro, era meter un zorro en el gallinero y por supuesto debía morir, ya que había matado dos días atrás a un miembro y a varios protegidos hace ya años en otros roces con su organización. El tema era como matar a una persona así, me costaba, no quería, no podía, me veía demasiado reflejado en ella, podría decirse que teníamos vidas paralelas. Mi padre cuando entré en la hermandad, decidió que no quería que corriese el peligro de las acciones exteriores (en terrenos neutrales o enemigos) y por ello acabé siendo el “interrogador” y ejecutor en ocasiones de los agentes rivales capturados, para ello me había estudiado muchas técnicas de tortura y asesinato desde los clásicos de Roma y Grecia, a los Orientales, sin evitar pasar por los medievales y con un aprecio especial por los Americanos, el cuero mojado para casos leves y las hormigas de fuego para los graves. El primero consiste en una tira de cuero mojado anudada tensa alrededor del cuello, al secarse encoje y asfixia al condenado, el segundo es inmovilizar a una persona junto a un hormiguero, y que las hormigas se lo coman vivo, el mordisco de estas hormigas es especialmente doloroso y por ello es un método de asesinato y disuasión de rivales.

El caso es que quedé con la chicas, tres ya estaban María, Lupe y Sofía, me dijeron que Tina y Marga llegarían mas tarde, que Marga solía llegar tarde, que se tenía que hacer las mechas. Me reí, pero me pareció una escusa simple para dos cosas no gastar tanto dinero, ya que se ahorraba las primeras rondas y beber menos y evitar situaciones incómodas si estando todas borrachas acababan con gente poco recomendable. Lo malo que tiene el pertenecer a una hermandad es que sospechas de todo y de todos.

El caso es que estaba un poco fastidiado, Tina no había llegado y el run-run de mi cabeza sobre la situación en “el trabajo” no ayudaba. Pero María que siempre sabía como alegrar las cosas me pellizcó una costilla con cariño y me dijo, algo así como, bebe cerveza para que sepamos que estás vivo. A la vez que me extendía un botellín, casi acabado, me lo bebí de un sorbo y casi lo escupo, estaba caliente, pero no caliente de falta de frío, sino que estaba a temperatura ambiente, osea entre 22 y 25 grados.

Bueno Migú, dijo riendo, ahora que sabemos que estas vivo y como te has terminado la última cerveza, ¿Vas a la barra a por otro cubo de cervezas fresquitas? (los cubos son pequeños y traen 5 ó 6 cervezas entre hielos para poder manterlas frescas sin tenerlas que beber en dos sorbos).

La tuya María era cerveza caliente ¿Verdad? No me importaba sacar las cervezas, pero estaba molesto con la broma de la cerveza caliente.

Cariño, me contestó María, si me traes la cerveza caliente me tendrás que bajar la calentura de otra manera. Y se rieron las tres al ver como mi cara enrojecía.

Me sobrepuse y la contesté. No podrá ser, no vamos a dejar solas a tus amigas. Pensando que con eso cerraba la chanza sobre la descarada proposición sexual que me lanzaba. Estaba equivocado.

Migú, María había encontrado un filón y lo iba a explotar, si no las quieres dejar solas pasamos por una farmacia y compras pastillas azules (viagra). Que sepas que ni mis amigas ni yo con el primero quedamos satisfechas.

No se como con una cerveza caliente había acabado con una propuesta para acostarme con tres chicas al menos dos veces con cada una en una noche, y lo peor de todo es que no estaba la chica en la que me había fijado.

La idea me tienta la contesté con la mejor cara de poker que pude poner pero..., no quiero que luego Tina y Marga se enfaden conmigo por hacerlas el feo.

Que pocholo, que se preocupa de Tina y de Marga, pero si ellas también estuviesen, entonces aún con pastillas azules nos harías el feo a todas.

No sabía donde meterme, y no me gustaba el cariz que esto estaba tomando, ¿Estaban jugando conmigo? ¿Era una encerrona? Como en este negocio desconfiar te mantiene vivo las dejé un momento mientras iba al baño a expulsar la cerveza caliente que me habían hecho beber (eso dije). Y entonces llamé a Andrés Aníbal Alzazar (lo de Alzazar es una errata del agente que le inscribió en el registro y como eso dificulta que la ley de con él, pues ¿Para qué volver a ser Alcázar?) o como le llamamos los íntimos, triple A.

Le llamé y le dije, Triple, tengo un problema y necesito ayuda, ven solo y con apariencia de haber perdido a tus colegas, se supone que te has perdido de fiesta estoy en el local grande de Alfonso, y voy a ir a la sala pequeña, te espero en 15 ó 20 minutos. Recuerda, no me buscas a mí, sino a la cuadrilla.

De acuerdo, necesitas algo, armas, una salida segura, protección. Se estaba imaginando lo peor. Y le tenía que sacar del error, pero a mi manera. Pues si, si esto acaba como imagino necesitaremos mucha protección, antes de llegar vete a una farmacia y compra gomas, tres paquetes.

En su estado de alarma no lo entendió bien y se asustó aún mas. Compraré lo que haga falta y vamos todo el grupo a sacarte. Si es que cuando Triple A se asusta no razona, es más, puede incluso liarla bien gorda.

Escucha con atención, tienes que comprar tres paquetes de gomas, fundas, chubasqueros, condones, profilácticos, preservativos o como cojones quieras llamarlos, pero deja la artillería a buen recaudo y ven solo antes de que las lobas con las que estoy me arranquen los huevos a bocados.

Vale jefe ahora salgo en menos de 10 minutos llego. Desde luego que llegaría, vocabulario grosero y una promesa de sexo es algo que hasta la mente mas corta de la hermandad entiende a la primera, y Triple A, no es tonto en absoluto, tal vez sea escaso de cultura por lo pronto que abandonó los estudios, pero ya le he hecho apuntarse a formación para adultos, ya que a mi lado no puede quedar como ignorante por ello tiene que tener una formación básica, o lo que yo considero básico que es el acceso a la universidad aprobado.

Por cierto Andrés, cuando le llamo Andrés es cuando el asunto es serio. Me llamas Migú y no soy tu jefe somos amigos desde hace años. Y colgué.

Al instante siguiente Lupe y Sofía llegaron y me agarraron por los brazos, Tranquilo semental, que esta noche estamos tranquilas, por ahora..., pero como sigas provocando a María es capaz de violarte en la barra. Lupe, grandota y con ese tacto de camionero capaz de hacer estragos con todas las normas de diplomacia y protocolo. Y por ello la contesté con ironía, ya que era alta y de complexión fuerte. Muchas gracias por el aviso señora embajadora, su delicada presencia engrandece cualquier evento y es tal la armonía con la que elige las palabras que uno se queda absorto cuando la escucha.

Lupe que no estaba de buen humor, tampoco enfadada, pero creo que hubiese preferido quedarse en casa ya que sospecho que con algo o alguien estaba molesta me contestó con el garbo y la elegancia que la caracterizan, Migú, como sigas tomándome el pelo te voy a dar un tortazo que lo van a registrar hasta los sismógrafos de Alaska.

No pude menos que reírme y siguiendo con la tontería la respondí. Pero que cosas mas bonitas dice mi niña, y la estampé un piquito en los labios. E intenté seguir con la conversación con las otras chicas cuando una mano me agarró por la parte de detrás del cuello de la camisa y tiró de mí hacia atrás y hacia abajo, quedando con las rodillas dobladas, el cuerpo en paralelo al suelo y siendo sostenido en tan ridícula posición por Lupe la cual me lanzó a la cara. Pero es que no sabes ni dar un beso en condiciones, y me metió la lengua hasta la campanilla. Cuando consideró que había terminado de besarme me irguió y ya cara a cara me dijo. Así se dan los besos de verdad, y esto para que no lo olvides, y me soltó un tortazo, que sin hacerme mucho daño me dejó la cara roja y a todo el mundo mirando sorprendido.

A todo esto otro brazo aparece de la nada me agarra la mano derecha y tira de mí y me encuentro con Triple A, que se está riendo por lo bajo mientras me dice. Migú, cuanto tiempo, sigues siendo un seductor. Mientras yo me intento reubicar en la situación María se encara con Triple A, que le saca una cabeza y le dice. Tranquilo chavalote, que esta noche tu novio es nuestro, o por lo menos es mío. No, dice Triple A, que no es mi novio, somos amigos del barrio. Y María sigue a lo suyo, si claro y yo soy virgen. Como creo que esto se está complicando trato de mediar, Chicos vamos a solucionar esto.

¿Me vas a solucionar lo de ser virgen? María me ha vuelto ha sacar los colores y veo de reojo a Lupe y Sofía riendo y que acaban de llegar Marga y Tina. Así que aprovecho la ocasión para escaparme a la barra a pedir dos cubos de cervezas para con una cerveza en la mano y bebiendo poder reconducir esta situación a algo que pueda considerarse una conversación entre personas cuerdas.

En un momento de descuido y realizadas las presentaciones pregunto a Lupe y a Sofía sobre María, ¿Qué diablos la pasa?.

Se le habrá roto el Satisfyer responde Lupe con su habitual falta de tacto.

Sofía es más precisa y me aclara la situación, María ha descubierto que su novio lleva un tiempo engañándola y ha decidido que esta noche se folla al primero que se cruce en su camino y tu Migú te has puesto solito en su diana.

Esta noche tus calzoncillos son suyos corrobora Lupe. Con ese estilo directo a la yugular marca de la casa.

Es el karma, sentencio, eso me pasa por decir que la fidelidad está sobrevalorada.

Y una mierda el karma dice Triple A medio en serio medio en broma (aunque lo he presentado como Andrés, Triple A es mas bien para la hermandad y cuando ya hay mucha confianza), no puede ser el karma yo llevo meses sin catarlo y me tienes que ganar por media hora. Y entonces le contesto con un refrán modificado, el que llega tarde ni oye misa ni (come carne sería lo correcto) moja el churro.

Amigo mío me dice mientras mira de reojo a María, me parece que tienes poco churro para tanto chocolate y me da un abrazo en el que me mete en el bolsillo de la cazadora uno de los paquetes que le había pedido mientras dice a las otras cuatro.

Y ninguna de las otras cuatro preciosidades quiere esta noche darse un homenaje con un chico bien parecido (dice Andrés refiriéndose a si mismo).

Y le birlo el mérito diciendo, Gracias Andrés, que María no me tiene que acaparar en exclusiva estáis invitadas a un homenaje y si no es conmigo Andrés os puede hacer un apaño, que todavía no se le ha quejado ninguna del trabajo.

Ya será menos comenta Marga, ha picado es una broma de la cuadrilla, y le respondo a Marga, Es que Andrés entiende mucho de agujeros, pausa para mirar la cara de Marga, quien está como pensando que Andrés es actor porno, ...como es enterrador. La cara de Marga cambia radicalmente se vuelve pálida hasta que estallo en carcajadas y se da cuenta de la broma. En ese momento me gano una colleja de Tina, que casi no había entrado en conversación,

Deja en paz a la pobre Marga, si se pensó en hacer monja por lo mal que lleva estar con hombres, que le cuesta mucho vencer su timidez. Y Lupe de la que se puede esperar cualquier cosa me pone un dedo en el pecho y me dice que sepas que voy a preguntar a sus ex si es bueno en la cama, y la cara de Andrés se ilumina pensando que esta noche tiene posibilidades con ella, se da la vuelta y pregunta en voz alta ¿Quién tiene una ouija? Y mientras todos nos reímos la cara de Andrés es como si a un niño le hubiesen dejado sin tarta en su cumpleaños.

Y en esto que Sofía, la mas bajita de todas a la que Andrés casi le saca dos cabezas lo empuja hasta sacarlo del grupito mientras le dice, quita del medio que te llevas todos los palos. Como eres nuevo te voy a poner en antecedentes.

A Migú ya lo conoces, y nosotras lo conocimos hace unos días, es un chico majo y divertido y hemos pensado en él para María que hoy hace tres días pilló a novio poniéndola en adobo indebido (jerga, “ponerla en adobo indebido” significa sexo con otra persona teniendo pareja, osea unos cuernos consumados de toda la vida), y como un clavo saca a otro clavo... Eso no quita que nos divirtamos nosotras a cuenta de meter miedo al pobre Migú, o a ti, que tienes pinta de malote, pero se ve a simple vista que eres mas bueno que Santa Claus en Navidad.

Y ahora que estás al día, te lo resumo, Tina tiene novio fuera, y creemos que sus cuernos crecen por minutos, pero de momento no busca, nada, luego Marga, que si no estamos nosotras se corta mucho y le cuesta relacionarse con los chicos, vamos Santa Marga, la rubia Virgen, jajaja, en cuanto lo diga en alto va a tener nombre para una temporada (si, Sofía empezaba a estar perjudicada por el alcohol). María, a la que esta noche hemos convencido para que se pase por la piedra a Migú hasta que se le atrofien los testículos.

Y quedamos Lupe y yo, Lupe tendría mucho mas éxito si su boca no fuese la de un estibador del puerto, y yo, que como no soy demasiado guapa y soy la mas bajita de todas voy a criar telarañas y se me va a oxidar de no usarlo.

Las cosas claras, Andrés con cara de panoli estaba embobado, en parte asimilando lo que le habían dicho en parte decidiendo sexo casi seguro con Sofía o probable sexo salvaje con Lupe.

Sofía chica lista a pesar del alcohol ingerido le dio un codazo en las costillas a Andrés y le dijo, Se supone que con lo que te he dicho me tienes que escoger a mí.

Mientras tanto yo había logrado que el resto de las chicas quisiesen volver al local de la semana pasada a comer algo, y dejasen de beber, y sobre todo de ser el blanco principal de sus ataques, y sus proposiciones cada vez menos discretas.

Quería y deseaba que con algo de comida y bebida de baja graduación (iba a rebajar la cerveza con limonada) fuesen algo mas consecuentes, no me importaba acostarme con María si eso era visto como un “favor” pero quería intentarlo con Tina y no encontraba forma de aceptar o rechazar a María sin que eso se viese como un punto en contra.

La cena no transcurrió sin incidentes, como que Lupe invitase a Marga a pasar la noche con María y conmigo, diciendo, Marga, si esta noche te vas con Migú y María con suerte te toca algo, tal vez aprendas algo por si un día quieres estrenarte. Marga se estaba levantando para irse cuando la sujetó Tina que le dijo a Lupe, Lupe, si tantas ganas tienes pregunta en la barra, algunos con suerte puede que no te cobren por revisarte los bajos. Y luego con tono mas amable le dijo a Marga, Ya sabes como es Lupe cuando bebe, mañana te llamará y te pedirá perdón, pero no controla las burradas que dices no se lo tengas en cuenta, cuando quieras acostarte con un chico ya lo harás y estaremos para apoyarte, pero no estaremos mirando, dijo esto tapándose los ojos con las manos a la vez que dejaba los dedos separados para poder ver entre ellos y le sacaba la lengua de forma infantil. Con lo que consiguió que a Marga se le pasase la mayor parte del disgusto. Y volviendo a su tono serio y duro le dijo a Lupe, Cariño, tienes que relajarte antes de salir de casa, si se te acaban las pilas, la solución está en tus manos...

Guerra abierta entre Lupe y Tina, no presagiaba nada bueno. Y Lupe explotó, Tina, a mi me gusta Migú, he aceptado que consuele a María, pero ni a María le gusta Migú, ni es por cariño por lo que se van a acostar, y si Marga aprende algo de sexo será mejor que viendo porno, y de paso no me sentará tan mal que se acuesten esos dos.

Tina no tiró la toalla a la primera pero si ofreció la pipa de la paz. Lupe, si tienes otra solución proponla, pero no uses a terceras personas sin consultarlas. Sabes de sobra que Marga es lo opuesto a ti, que eres toda descaro y ella toda timidez. Otra cosa es que María quisiese cambiarte a Migú por Andrés, total para vengarse da igual con quien..., y entonces se oyó la vocecita aflautada de la pequeña Sofía, A Andrés me lo he negociado yo hace un rato buscad a otro.

¿Y que tal si lo compartís? La voz suave y pausada de Marga, la Marga tímida y callada, estaba proponiendo un trío. Si, decía, Sofía y María con Andrés y Lupe con Migú. Era la forma que tenía de salir de ese lío sin tener que pasar la noche con un chico, pero había propuesto un trío y un intercambio de parejas como si estuviese cambiando cromos de niña en el patio del recreo.

A mi me vale dijo Lupe. Esta bien por mi, dijo María y Sofía solo alcanzó a protestar un poco, protestas que fueron acalladas con un, otro día ya lo tendrás para ti sola, pero hoy hazlo por María.

A la siguiente ya la consuelo yo, dije pensando en Tina, que era la única que en ese momento tenía pareja. Y me llevé una colleja de Lupe.

Estando así las cosas terminamos de cenar y pagamos. Después de los tragos pedimos dos taxis, ya que no habíamos traído carros ya que manejar tomados es peligroso. Andrés me dijo por señas que lo acompañase al baño y allí me explicó que en su casa estaban sus padres y su hermano, que malo sería llegar con una chica, pero con dos imposible. Entonces me dí cuenta de que Andrés era un soldado de fortuna, estaba en la hermandad o en cualquier otro sitio que le sirviese para llevar dinero a casa, si bien era leal también era pobre. Así que le dí una tarjeta de crédito de empresa y el número secreto y le dije, llévalas a un hotel, coge una mini suite con cama de matrimonio y cama pequeña aparte, y este gasto me lo justificas como terapia de recuperación de acontecimientos traumáticos.

Tu tendrás que justificar traumatismos varios si no dejas satisfecha a esa fiera que te llevas. Me contestó Andrés entre risas. Y así nos despedimos.

En el taxi íbamos 4, dejamos primero a Marga, luego a Tina y finalmente acabamos en un hotelito (diferente del de Andrés y sus chicas) Lupe y yo.

Nos inscribimos y subimos a la habitación, al cerrar la puerta se derrumbó toda la seguridad de Lupe y casi se echó a llorar, ¿Qué te pasa la pregunté?

Tu me gustas, eres casi guapo, simpático y agradable, sabes estar con la gente, y estoy muy a gusto contigo y tu solo quieres follar, te ibas a acostar con María y ahora te vas a acostar conmigo, y yo quiero gustarte, pero se que no te gusto. He visto como me miras, y me miras como a María o a Marga, como a Sofía, pero no me miras como a Tina que te quedas embobado.

Lupe lo siento, la dije mientras la abrazaba, elegir a una persona entre un grupo es algo normal y no se decide a quién se prefiere, pero no siempre se acaba con la persona que se quiere, lo importante es querer estar con la persona con quién se acaba, y yo prefiero estar contigo a estar con María, María puede ser maravillosa, pero no quiere estar conmigo, sino contra su exnovio y yo no voy a negar que tener sexo sea agradable, pero entre ese sexo y el que tu me ofreces no lo voy a dudar ni un momento, y si va a ser la mitad de agradable que el beso que me diste mientras me tenías mirando a las nubes va a ser maravilloso.

Esto la animo un poco. Ves, me dijo, por esto me gustas, eres capaz de hacerme reír aunque no quiera eres capaz de hacer que quiera ser mejor persona, que mida mis palabras, que procure decir las cosas de forma amable. Quiero estar contigo sin parecer una paleta.

En ese momento y abrazándola desde atrás la tiré suavemente del pelo para que levantase la cabeza y dejase su oreja al alcance de mi boca oreja que procedía a besar, humedecer con los labios, mordisquear y soplar mientras alternando mis manos una mano jugaba con su vientre y la otra iba soltando los botones de su blusa, un botón con cada mano y una mano siempre jugando con su ombligo, subiendo hasta rozar la parte baja de su sujetador, bajando hasta amenazar entrar por debajo de los pantalones, y mientras tanto Lupe suspirando y pidiendo que no parase.

Parece increíble que a veces las mujeres mas brutas en la intimidad sean tan dóciles, y Lupe era una mujer encantadora y sensible, cuando acabé con los botones de su blusa y liberé sus pechos del sujetador, se los amasé suavemente, notando como sus pezones estaban ergidos, algo que me hizo ir con mas suavidad si cabe, ya que si estaban erguidos, estaban sensibles y por ello y con mucho carió introduje en su boca dos de mis dedos que chupó golosa, los saque y los dirigí a un pezón, entonces soltó un largo y profundo gemido, mis manos estaban haciendo su trabajo y ella se apretaba contra mí, para sentirme en su trasero y lo estaba haciendo se estaba frotando contra mí, y yo ya estaba con una erección enorme, pero ella se seguía dejando llevar por la lujuria lo que me permitía a mí seguir marcando el ritmo, liberé uno de sus pechos, y me centré en soltar su cinturón, luego abrir sus vaqueros, que al ser ajustados me costó un poquito bajar, pero ella ayudaba con sus piernas.

Sorpresa, debajo de esos vaqueros última moda esa blusa medio transparente y ese sujetador de encaje aparecieron una bragas cómodas, blancas con dibujitos, casi infantiles.

Lupe no esperaba tener sexo esa noche, y menos conmigo, sabía que a mi me había gustado Tina y que María se me iba a follar a mínima ocasión y por eso había decidido ir cómoda, en ese momento casi al sentirse descubierta Lupe intentó articular una disculpa, algo que iba a cortar el buen momento que estábamos disfrutanto y por ello según empezó a decir, Es que esta noche no esperaba, aquí la interrumpí y seguí yo, No esperabas que debajo de esa fachada de chica bruta y malota descubriera que eres una chica buena y tierna, pues se siente, tus braguitas de uniforme escolar te han descubierto, si lo llego a saber te pido que vengas con la faldita de tablas y la camisa blanca. Y Lupe se echó a reir y se le pasó antes de empezar el mal trago de pensar que no llevaba la lencería adecuada para tener sexo por primera vez.

Luego las bragas acabaron con el resto de su ropa en un rincón, y la mía estando ella ya desnuda no tardó mucho mas en caer al suelo, ella sonrió al ver mis boxér y yo la contesté, sigo pensando que a ti te quedan mejor esas braguitas blancas con florecitas rosas. Si te portas bien te las regalo, y se lanzó a bajarme los boxer, desde detrás de mí mientras con una mano los bajaba con la otras jugaba con mi miembro, lo acariciaba, lo descapullaba y volvía a cubrir, cuando terminó de bajarme el boxer mientras con una mano jugaba se escupió en la otra y al cambiar de mano las sensaciones se dispararon, en ese momento se giró y le dió un beso al glande, luego un chupetón, luego se lo introdujo en la boca y lo rodeó varias veces con la lengua, y finalmente se levantó y de la mano me llevó a la cama.

Yo ya estoy muy mojada y tu bien humedecido ¿follamos? Me preguntó.

Mucho mejor la contesté, vamos a hacer el amor. Y mientras la decía eso la tumbé boca arriba en la cama y con cariño muy despacio me introduje dentro de ella, y la dije, Cariño, esta noche es nuestra.

No fui un tarzán ni un equilibrista ni realizamos las posturas mas extrañas del kamasutra, solo fuimos dos personas teniendo sexo de pareja feliz casi de enamorados, un sexo con risas con tropiezos y desencuentros ya que dos personas que no se conocen no se coordinan bien, pero si disfrutamos, y disfrutamos mucho, esa noche probamos cosas juntos cosas que se supone que son las básicas, pero que al principio como todo lo que importa hay que hacer bien y nos sobraron condones, ya que mas que sexo fueron caricias y cariño, pero eso si, después del primero, que cayó un clásico misionero, en el que los dos íbamos tan excitados que casi terminamos antes de empezar, ella mientras sacudía la cabeza a ambos lados y yo terminando como un fórmula uno en vuelta rápida. Nos reímos, el siguiente mas despacio, acordamos y empezaron los mimos, las caricias la ternura, y nos quedamos dormidos, cuando me desperté me estaba besando, acariciando el pecho y bajando y subiendo su mano hasta tocarme los testículos y los laterales del pene pero sin acercarse al glande.

Hola preciosa, ¿Has dormido bien?

He dormido muy mal. Dijo Lupe y me desperté de repente. ¿Por qué? ¿Qué ha pasado? Me asusté ¿Qué habría pasado mientras dormía? Y Lupe cambió su cara a la de una niña a quién le ha salido bien una travesura y me contestó. Estaba preocupada te dormiste con una deuda pendiente y no se si esta mañana estarás dispuesto a pagarla.

En ese momento hubiera deseado poder atar a Lupe a la cama y montarla durante una semana. Pero como me dijeron la bragas blancas de Lupe era una loba con corazón de cordero.

Lupe, la dije, estoy a tu disposición puedes cobrarte esa deuda como quieras. ¿Antes o después de desayunar? Y Lupe que es de las que no pierde una ocasión dijo ¿Y qué tal antes y después?

Y volvimos al tema casi se termina la hora del desayuno cuando bajamos corriendo, desayunamos, y subimos, y ese segundo turno del sexo de la mañana fue sin duda el mas agradable, ya íbamos encontrando nuestros gustos mutuos y nuestras reacciones se iban acompasando, a Lupe no le gustaba mucho el sexo oral solo para humedecer el sexo del chico para que estuviese mejor lubricado, en cambio el sexo anal la divertía ya que era una sensación de tener en un lado y el otro el miembro y la alternancia de orificios la hacía disfrutar mucho mas. Yo sin embargo en una primera noche no planteo sexo anal, salvo que no me importe no repetir con esa chica o que directamente no quiera repetir, y con Lupe no era el caso.

Después de desayunar charlamos un poco antes de tener que irnos del hotel teníamos tiempo y no íbamos a empezar la tercera ronda justo con el estómago lleno.

La tercera ronda fue en la ducha, un juego sexual de Lupe tenía que ir embistiendo el número de veces que ella dijese en un orificio y cambiar al siguiente, mientras ella iba diciendo números al azar, y si me equivocaba porque me pasaba o me quedaba corto, se salia y me daba una colleja, creo que pocas veces me a gustado tanto aprender a contar, después de un rato así decidió que ya estaba bien y que podíamos terminar, y como premio por esa noche inolvidable me dejó quitarme el condón y terminar en su culo.

Además se ofreció a regalarme sus bragas que conmigo no quería ser más la niña buena, sino la bandida amante del sexo, se las acepté a medias, ya que la impedí ponerse sus pantalones y la coloqué mis boxer y antes de que ella pudiese protestar la dije, no quiero que esa cosa tan maravillosa que tienes se irrite por mi culpa.

¿Y a ti no se te irritarán las pelotillas? Dijo en tono burlón Lupe, Me extrañaría contesté yo, si me paso el día rascándome los cojones. Dije poniendo el tono de voz mas grave que pude imitar y haciendo gestos como de un neandertal.

Nos vestimos y nos fuimos, un taxi la dejó en su casa, me dio un beso con mirada triste, y no supe que decir, ella pensaba que eso no se iba a repetir y no sabía que hacer, Tina tenía novio pero me gustaba, y Lupe. Lupe era un diamante en bruto, que era tonto si no lo aprovechaba, pero si lo aprovechaba y no me quedaba con él sería un canalla por jugar con los sentimientos de esa chica.

Y con esos dilemas en la cabeza me fui a casa a descansar.