Migraña inoportuna

La doctora necesita realizar una prueba a la paciente para establecer el diagnóstico.

Sonia es una mujer de cincuenta años, de aspecto elegante y cuyo rostro resulta muy atractivo. Cierto día debe acudir a su médica de cabecera para consultarle un problema realmente incómodo que le ocurre desde hace unas semanas. Cuando la doctora la llama por su apellido, Sonia se levanta de la silla en la que estuvo esperando media hora sin mostrar la más mínima impaciencia. Entra sin sonreír en la consulta y se sienta sin aguardar el permiso de la doctora a la espera de comenzar a relatar su problema.

"Últimamente, después de tener relaciones con mi marido, me aparece un dolor de cabeza insoportable que tarda en desaparecer". La doctora, con esa somera descripción, ya intuye cual puede ser el problema y le realiza ciertas preguntas.

"Descríbame el dolor más detalladamente. ¿Le duele toda la cabeza? ¿Una zona? ¿Es intenso o leve? ¿Duración?"

"Es un dolor pulsátil, muy limitado en el lado derecho. Me incapacita para hacer cualquier cosa, incluso hablar. Lo que tengo que hacer es cerrar los ojos y permanecer inmóvil"

"¿Está atravesando una temporada de estrés? El trabajo, el matrimonio,...."

"No....no creo que sea estrés. Es decir, tengo problemas cotidianos, pero nada....especial. No, no creo que sea eso"

"¿Su dieta ha sufrido alguna variación últimamente?"

"No, tampoco, sigo comiendo igual que siempre"

"Verá, se trata de una migraña. Hay distintos tipos de migraña y la que usted sufre es una migraña de esfuerzo. Ocurre tras la realización de una actividad que supone un esfuerzo, como ejercicio físico o en este caso...tras el coito".

"No sabía que el sexo podía producir migrañas", dijo Sonia levemente sorprendida.

"Le recetaré unas pastillas que deberá tomar todos los dias. Sirven para prevenir las migrañas. De todas maneras, si le ocasionan trastornos o el problema persiste vuelva por aquí"

"Gracias doctora"

Sonia toma el medicamento a lo largo de la semana, pero tras una noche de sexo con su marido la migraña retorna con fuerza. Decide volver a la consulta de la doctora, un poco más seria que la vez anterior.

"El medicamento no surte efecto. He vuelto a sufrir migrañas"

"¿Otra vez tras haber sido follad...digoo por tener sexo con su marido?

"Sí, así es", le dirige una mirada severa.

"¿Esa migraña aparece en alguna otra ocasión que requiera esfuerzo?"

"No....no. Ni en el trabajo, ni cuando tengo que subir cosas del trastero....no, solo tras el sexo"

La doctora medita unos segundos, hasta que se decide finalmente a decir lo que piensa.

"Puede que no sea una migraña de esfuerzo, y puede que sea otro tipo de migraña más rara. Puede tratarse de migraña orgásmica".

"¿Migraña orgásmica? Nunca oí algo así. ¿Lo dice en serio?"

"Sí, totalmente en serio. El orgasmo produce una súbita dilatación de los vasos sanguíneos que en el caso de los de la cabeza produce la migraña o jaqueca"

"Y si es así, ¿qué puedo hacer?"

"Primero tengo que saber que se trata de ese tipo de migraña y para eso..."

"¿Sí?"

A la doctora le costó decirlo.

"Una forma de establecer un diagnóstico sería realizarle un electrocardiograma mientras...tiene un...orgasmo"

"¿Y eso dónde se hace?"

La respuesta comprensiva de Sonia sorprendió a la doctora.

"Aquí mismo. Tenemos uno en la sala de atenciones urgentes de abajo. Si quiere..."

"Si con esa prueba puede solucionarme el problema....adelante"

"Bien, pues vamos"

A la doctora le sorprendió la tranquilidad de Sonia. Diríase que ella estaba más nerviosa que la paciente, pero ésta, mientras se dirigían a la sala de urgencias, no dejaba de preguntarse como haría para tener un orgasmo en aquel momento. "Supongo que me dejará conectada al aparato sola. Es decir, tiene que ser así, no puede ser de otra manera".

Las dos señoras entraron en silencio, sin hablarse. Mientras la doctora preparaba la camilla y el electrógrafo, Sonia esperaba de pie un poco nerviosa.

"Ya está todo preparado. Desnúdese y túmbese mirando hacia arriba. Puede dejar la ropa en esa mesa"

Sonia se desabrochó la blusa, se bajó los pantalones y se quitó los zapatos. Cuando creyó que era suficiente la doctora la apremió "Quítese todo, debe quedarse desnuda totalmente". Como Sonia no tenía vergüenza accedió a los requerimientos de la doctora, pero no totalmente convencida. La piel de la doctora comenzó a mojarse con impúdico sudor.

Una vez tumbada en la camilla, la doctora le ajustó los electrodos. El pecho izquierdo fue manipulado abiertamente por la doctora. Sonia supo que la estaba tocando deliberadamente, tanto los pechos como el vientre. La doctora iba despacio, no quería dejar de tocar ese cuerpo tan suave y tan...femenino. Le sorprendió que Sonia no se molestase con los tocamientos.

El momento difícil llegaba. Cuando Sonia se encontraba finalmente con los pechos cubiertos de elctrodos y cables, y el monitor del electro ya estaba encendido, la doctora le dijo

"Ahora...debe tener un orgasmo..."

"No creo que me encuentre en un estado demasiado excitante para provocármelo"

"Entonces...¿quiere que la....ayude?"

"¿A qué se refiere?" La cara de Sonia, a pesar de la paciencia que había mostrado hasta el momento, se indignó levemente.

La doctora, al ver que Sonia con todos esos cables no podía moverse fácilmente, llevo su mano al coño depilado de la mujer.

"No se preocupe"

Sonia, a pesar de decirse mentalmente que no podía tolerar aquello y sin saber por qué, se dejó hacer por la doctora, que no se atrevía a mirarla a la cara y que la tocaba más bien toscamente. Decidió relajarse y dejarse llevar.

La doctora al fin miró directamente a los ojos de Sonia, que con el ceño fruncido y comenzando a resoplar también la miraba, pero desafiante. La doctora pensó que ante aquella mujer debía esmerarse más, por lo que sus manos y sus dedos perdieron su timidez inicial y se abrieron paso decididos pero suavemente en la vagina la Sonia.

Sonia empezó a sentir las oleadas de placer que su coño le lanzaba. El electro reflejaba una subida del ritmo cardíaco que todavía se consideraba normal, pero que ascendía cada vez más. La doctora acariciaba el vientre rítmico de Sonia con una mano, y con la otra se hacía con su interior, con su húmedo calor, con el aire torrencial de sus exhalaciones. La madurez de Sonia se entregaba al recio brazo de la doctora.

Jadeaba y jadeaba, próxima al orgasmo. Cerró los ojos y emitió un gemido de protesta. "¿Te duele la cabeza?" le preguntó cariñosamente la doctora. "Sí....está....empezando....aaaaaa" Sonia la miró enfadada, deseando que terminase de una vez. La doctora, para terminar lo más rápido posible, decidió ir más allá. Dirigió su boca hacia el coño de Sonia y lo comió desmesudaramente. Sonia no pudo más y sus jadeos se tornaron en gritos. Su espalda se arqueaba, los electrodos le molestaban sobremanera al estar adheridos a su cuerpo, y el sudor la bañaba completamente. La cabeza le dolía más y más, parecía que le iba a explotar. Tuvo miedo del orgasmo y quiso perdirle a la doctora que se detuviese. Pero ésta mantenía su cabeza castaña entre sus piernas, lamiendo y sorbiendo sin fijarse en ella. Sus exhalaciones tampoco le permitían decir nada y tuvo que soportar como el amenazante orgasmo le alcanzaba.

El cuerpo retembló, y su cabeza casi le estalla. Momentáneamente pudo perder el conocimiento, pero se mantuvo semiconsciente durante el orgasmo. La doctora la abandonó a sus agitaciones y se fijó en el electrocardiograma, que indicaba la tremenda estimulación que su sistema circulatorio había sufrido. La gráfica indicaba la dilatación y sobreesfuerzo del sistema circulatorio, por lo que no había dudas de que la migraña era orgásmica, y no de esfuerzo.

Dejó a Sonia que se recuperase, lo que no hizo hasta pasados unos minutos. Cuando pudo incorporarse, mareada y dolorida, perguntó:

"¿Qué tal ha ido...la prueba?"

"Ya sabemos cual es el problema. En el momento del orgasmo se produce una disfunción en sus vasos sanguíneos, se ensanchan más de lo que deberían y después al contraerse otra vez producen el dolor"

Sonia apenas tenía fuerzas para escuchar. La doctora la abrazó y le acarició sus brazos desnudos.

"Tranquila, le daré el tratamiento adecuado y podrá disfrutar de una plena vida sexual...con su madiro".