Mientras pensaba

Mientras pensaba como fotografiar a la chica se me ocurrió esto. Se me fue la imaginación

Tengo ganas de hacer algo. Tiene que salir pero aún no se el qué. Lo tengo casi. Fotos, si pero quién... son realmente íntimas.

Salen de mi dicen lo que soy y lo que pienso lo que pasa por mi cabeza, mi manera de hacer y de ver pero sobretodo de sentir. Esa sensualidad siempre presente que nos hace naturales. Nuestra manera de movernos delante de alguien que observa cada centímetro de tu cuerpo. Sentirse deseada nos hace mostrarnos seguras de nosotras mismas.

Desnuda, de pie delante de mi, con un brazo hacia sus pechos, los esconde con mucha fragilidad para guardar el misterio de su belleza. El pelo le cae hacia un lado, el derecho. Lo tiene largo y ondulado y muy negro. Su cintura, sus piernas y sus pies. Maravilloso. Cuando empieza a moverse hacia mi noto una sonrisa que esconde algo. Al abrazarme siento sus pechos contra los míos y la llama se enciende en mi. Me susurra un “dejate llevar” y me besa despacito mientras los botones de

mi camisa se desabrochan uno a uno. Siento su piel contra la mía. La suya es suave, la toco y la beso, en este momento siento que es la única piel que quiero tener recorriendo mi cuerpo para toda la eternidad. Sus la labios recorren mi cuello dulcemente, les sigo el rastro con mi mirada y los descubro jugueteando con mis pechos. Que cosquilleo deambula por mi interior. Se desliza minuciosamente por mi cuerpo, lo recorre de peca a peca soltando de vez en cuando un mordisco. Me estoy deshaciendo, mis manos descubren rincones de su cuerpo, mis dedos tientan acariciar el secreto que esconde entre sus piernas. Increíble, agradable y sorprendente. Acaricio lentamente, mientras unos tímidos gemidos salen de un suspiro de sus labios. Me vuelvo loca por momentos, quiero más y mis caricias se vuelven más pasionales aún. Su pecho cabe en mi mano, se lo acaricio, se lo beso sin parar de masajearle su secreto. Me excito al sentirla en mis dedos pero no es suficiente para toda la fuente de sensaciones y sensualidad que desprende. Paso mi lengua y jugueteo con su secreto. Creo que esta llegando al limite y lo siento. No puedo parar de tocarla, lamerla y hacerla gemir cada vez más fuerte. Las ganas de ella crecen en mi por momentos y sus manos me agarran el pelo para que no pare. El idioma de su secreto es tan fácil para mi que el mio también pide que le hablen. Tengo que sentirla más cerca, me digo, tengo que mirarle a los ojos y verla llegar al clímax encotrándome con su mirada. De nuevo mis dedos se introducen en ella mientras ella hace lo mismo en mi. Me toca suavemente, me mira, gime, me sigue tocando... No puedo hablar, sus prodigiosas manos me hacen sentir en otro mundo, nada importa, solo ella. Se tumba encima mio cruzando sus piernas con las mias de manera que su secreto roza con el mio en cada movimiento. Su mano ahora en mi pecho, la ayuda a lamerlo con su lengua mientras mueve sus caderas. Mis manos aprietan pasionalmente su trasero ayudandola a moverse, gimo de un inmenso placer. Más quiero más le grito. Se apoya con sus dos manos en mis hombros y baja directamente a conversar con mi secreto. Su lengua lo recorre de arriba a bajo sin parar, me tiemblan las piernas, sus dedos en mi interior se mueven, el placer máximo se acerca pero en ese momento ella también quiere el momento máximo asi que se pone encima mio y me encuentro cara a cara con lo que quiere que le lama. “Es todo tuyo” me dice “ hazme volar”. Muevo mi lengua, juego con su sexo, meto mis dedos, los saco, los vuelvo a meter los vuelvo a sacar sigo lamiendo. Gimo, gime pedimos más, estoy y esta al límite. La quiero sentir en mi interior y ella también a mi. Dejo mis dedos en el interior mientras mi lengua se mueve en su clitoris, ella me hace lo mismo, sabe que eso me hace salir de mis casillas. Mis piernas vuelven a temblar, Más, más no pares cariño, te siento, sí, o sí, dios mio. Espasmos, siento como su interior aprieta poco a poco mis dedos. Su sudor se mezcla con el mio, se lo lamo por ultima vez, piel de gallina. Mis brazos la rodean, le beso el cuello la mejilla y finalmente mi lengua encuentra la suya. Le paso mis dedos por la espalda mientras se ruboriza y me doy cuenta de que me encantan sus pechos, la curva de su espalda, la forma de sus caderas, esos oyuelos cuando sonrie.... me gusta todo de ella.