Mientras dormía

Marta la mejor amiga de mi novia

Mi chica dormía profundamente cuando me desperté cegado por la excitación, tenía una erección brutal y solo un pensamiento en mi cabeza, Marta dormida sola en el cuarto de al lado.

En mi ciudad el calor es sofocante y estábamos en pleno verano así que supuse que dormiría muy ligera de ropa, la enorme atracción que sentía por ella unido al alcohol de mas que habíamos tomado en la cena hizo que la cautela y la cordura se perdiesen en lo mas profundo de mi ser.

Me incorpore sobre la cama y me dirigí hacia el baño del pasillo intentando no hacer ningún ruido mientras los latidos de mi corazón amenazaban con despertar a todo el vecindario, conforme salía de mi cuarto trataba de autoconvencerme de que solo iría al baño a descargar mis cargadísimas pelotas y así volver a pensar con nitidez y dormir a pierna suelta de nuevo, en el fondo sabía que no podría pasar delante de su puerta entreabierta y no mirar en su interior.

Marta era amiga de mi novia desde párvulos y había venido a pasar unos días a casa aprovechando que su marido estaría dos semanas en el extranjero de viaje de negocios. Esa tarde salimos por el centro de la ciudad y me pase de vuelta intentando que conociese todos los garitos de moda, al final llegamos a casa mas cargados de la cuenta.

Si soy sincero ella me atrajo desde el primer momento en el que la vi, esa silueta tan femenina con unas caderas bien definidas rematadas en un culo firme y bien contorneado, si a eso le unimos que es morena y tiene unos ojazos negros enormes y que de vez en cuando la he pillado mirándome con esa sensualidad que emana de cada poro de su piel, al final consigues que su imagen este siempre rondando por mi cabeza.

Como supuse la ventana estaba abierta y la luz de la luna iluminaba tenuemente el cuarto dejando intuir la silueta de marta en la cama, solo vestía una camisetita de tirantas blanca y unas bragitas a juego, la sola visión de sus caderas hizo que se nublara mi vista, fue en ese preciso instante cuando supe que nada me detendría, era pura lujuria la que movia mis cuerpo aquella noche.

Entre en el cuarto muy lentamente agachándome conforme me acercaba a la cama, cuando estaba en el borde del colchón me detuve con todos mis sentidos a flor de piel, podía oír su respiración profunda mientras mis sienes palpitaban y mi polla hinchada me quemaba la entrepierna.

Mire a mi alrededor para asegurarme de que todo estaba como debía estar, entonces fue cuando muy despacio fui acercando mi mano a sus muslos, ella estaba de lado dándome la espalda con las rodillas un poco flexionadas, la camisetita se le había subido y dejaba al descubierto su cintura y sus hermosas caderas, aquella era la visión mas sugerente que había experimentado jamás lo que contribuyo a que mi excitación rozase la locura, tarde un siglo en alcanzar su piel con mis temblorosas manos pero mereció la pena, la sensación cuando las yemas de mis dedos la tocaron fue indescriptible, tuve que hacer un esfuerzo enorme para no correrme en ese preciso instante, permanecí así quieto durante unos segundos que parecieron horas hasta asegurarme de que ella seguía tan dormida como antes y que mi corazón volvía a mi pecho.

De nuevo retome la conquista de mi trofeo y poco a poco muy lentamente fui pasando mi mano por sus muslos, acariciándolos, recreándome en sus curvas de exuberante hembra, deje caer mis dedos hacia la cara interna de sus muslos saboreando cada centímetro conquistado acercándome sin remedio a su sexo, a través de sus braguitas pude notar el intenso calor que desprendía su coñito, saboree esa sensación durante unos segundos y lo guarde en mi mente como el más valioso tesoro.

Dos gruesos labios se marcaban prominentes en su braguita permitiéndome intuir lo goloso que era su chocho, mi respiración acelerada y los fuertes latidos de mi corazón confirmaban que me estaba volviendo puro animal que huele a su hembra en celo justo antes de montarla, mire de nuevo a mi alrededor para asegurarme de que nada me impediría hacer lo que ya estaba sucediendo mientras mi cara se acercaba lentamente a su sexo, cuando estuve a escasos centímetros inspire profundamente intentando absorber su olor a hembra y fue tan grande mi recompensa que hundí mi nariz entre sus gordos labios para no dejar escapar ni una pizca de su aroma, pude notar su humedad tras la fina tela, me retire unos centímetros y con mi mano izquierda la aparte lentamente a un lado.

Su sexo lucia hinchado y rosado completamente depilado y con el brillo que la cálida humedad le confería, no pude ni intente resistirme a que mi lengua profanase su chocho, inmediatamente su sabor invadió cada rincón de mi ser y me sometió por completo a su embrujo, agarre mi polla con fuerza mientras le lamia su concha como si no existiese nada mas en el mundo que aquella mujer, juraría que sus caderas se arquearon levemente cuando le introduje la lengua entre sus labios abriéndole el coñito a su paso.

La situación estaba fuera de mi control ahora eran mis más bajos instintos quienes gobernaban cada uno de mis movimientos, le separe los labios con dos dedos para poder hacerle una buena comida de su espectacular coño, mi saliva se mezclaba con sus fluidos cada vez más calientes lubricandole cada pliegue a su paso hasta que por fin alcance su clítoris erecto, duro, palpitante, lo lamí apretando con mi lengua suave pero al mismo tiempo de forma contundente y creí sentir como un suspiro rompía el silencio de la noche, casi sin darme cuenta había empezado a meneármela por debajo de los calzoncillos con firmeza y de forma contundente, notaba como las venas hinchadas marcaban mi polla a punto de reventar y mis pelotas llenas de leche caliente se preparaban para descargarla toda, cerré los ojos y apreté mi cara contra su coño mientras metía mi lengua lo más profundo que pude intentando colmar su sexo por completo, intentando fundirme con ella mientras mi polla descargaba chorros de leche en tremendas contracciones que expulsaban toda la fiebre que se había apoderado de mi, empapando mis calzoncillos y mi mano mientras sentía claramente como la vagina de Marta se contraía en rítmicos espasmos abrazando mi lengua con fuerza y llenando mi cara con sus fluidos.

Me retire poco a poco, ella ya no respiraba plácidamente como cuando entre en su cuarto aunque seguía en la misma postura, volví a tapar su caliente y dilatado sexo con sus braguitas que ahora estaban completamente empapadas y me retire despacio hacia el baño, donde pude comprobar el enorme corridon que acababa de tener.

Cuando me asee como pude intentando no hacer ruido me fuí a mi cuarto, me puse otros calzoncillo y me tendí junto a mi chica que seguía tan dormida como la deje un rato antes, ajena a como su amiguita acababa de regalarme la mejor corrida de mi vida, me esforcé para convencerme en creer que Marta no se despertó pero en el fondo sabia que en aquel cuarto se acababa de abrir un nuevo mundo para ambos.