Mientras dormía

Estábamos ya dormidos cuando de repente desperté porque escuche algunos ruidos, no sabia que era lo que había escuchado, así que me senté sobre la cama para escuchar con atención.

Quiero decirles que este es el primer relato que escribo y que sin duda tendrá muchas áreas donde se pueda mejorar, por lo cual me gustaría me dieran retroalimentación.

Primero que nada quiero describir a mi esposa, es morena, cabello negro, senos de tamaño regular (cuando se excita se le ponen los pezones muy puntiagudos) y tiene unas nalgas de buena forma y muy buen tamaño, bueno que puedo decirles, me encanta su cuerpo.

Esto que narro a continuación me sucedió hace unos días. Estábamos ya dormidos cuando de repente desperté porque escuche algunos ruidos, no sabia que era lo que había escuchado, así que me senté sobre la cama para escuchar con atención. Grande fue mi sorpresa cuando volví a escuchar los ruidos y me di cuenta que era mi esposa que estaba emitidiendo unos pequeños gemidos, me acerque a ella para mirar su cara y pude ver que mordía su labio inferior y seguía gimiendo, la observé durante algunos minutos y sin duda estaba teniendo un sueño erótico ya que ocasionalmente se acariciaba los senos y la entrepierna, para ese momento yo había retirado la sabana que la cubría y la observaba en su tanga blanca de encaje transparente que dejaba ver con claridad sus vellos pubicos y como se introducía la misma en su rajita, en la parte superior tenía una camiseta blanca muy delgada y ajustada que marcaba perfectamente sus senos y se observaban con mucha claridad sus pezones que para ese momento se encontraban totalmente erguidos.

Todo esto me calentó demasiado, así que decidí tocar su entrepierna para comprobar si estaba húmeda, lo cual era correcto, estaba chorreando. Debido a mi calentura comencé a acariciar con mucha delicadeza su cuerpo ya que no quería que despertara, al parecer mis caricias hacían efecto en ella ya que sus gemidos comenzaron a ser más fuertes y frecuentes, esto me puso a mil y saqué mi verga de mi calzoncillo la cual se encontraba perfectamente lubricada, observe nuevamente a mi mujer mientras jugaba un poco con mi miembro, se veía hermosa y muy sexy.

La abracé suavemente y comencé a besar su oído, su respiración se volvió muy agitada, poco a poco metí mi mano bajo su tanga y jugué unos momentos con sus vellos, ella giró su cuerpo hacia un costado quedando de espaldas a mí, lo cual aproveché para colocar mi verga entre sus nalgas. Llevé mis dedos hasta sus labios vaginales y los separé lentamente, de inmediato encontré su clítoris el cual tenía un tamaño considerable, dediqué algunos minutos para jugar con él, lo frotaba y lo tomaba entre mis dedos dándole suaves apretones, los cuales parecían encantarle ya que movía su cuerpo y lanzaba algunos grititos, mire su cara y comprobé que aún estaba dormida.

Después de ese juego con su clítoris decidí introducir un dedo en su vagina, él cual entro sin el menor problema debido a que se encontraba muy húmeda, por lo cual introduje otro dedo con la misma facilidad que el primero. Inicié un movimiento de mete-saca y al mismo tiempo apretaba con la palma de mi mano su clítoris y su monte de venus. Ella movió su mano hasta encontrar mi pene y empezó a acariciar mi glande con sus dedos (continuaba dormida). El movimiento de mi mano de mete-saca se volvió mucho más intenso al grado de ir recorriéndola sobre la cama con mis movimientos, sus gemidos me volvían loco. Saque mis dedos de su cueva y los lleve a la entrada de su ano y empecé a lubricarlo con sus jugos, una vez lubricado introduje lentamente la punta de mi dedo índice y esperé aproximadamente un minuto para darle tiempo a que su ano se fuera acostumbrando al tamaño de mi dedo, nuevamente continué mi labor hasta que logré meter mi dedo por completo.

Había llegado el momento de penetrarla, entonces moví su tanga hacia un lado y coloqué mi verga en la entrada de su vagina y con movimientos lentos pero firmes fui introduciendo mi verga, ella movió su mano hasta mis nalgas para jalarlas hacia ella para que la penetración fuera más profunda, hasta este momento ella seguía dormida, pero muy excitada. Únicamente hice un par de embestidas ya que la posición me resultaba muy incomoda y realmente lo que quería era lubricar mi pene para poder introducirlo por su ano. Retire mi pene de su vagina y la gire boca abajo, pero antes de girarla coloqué dos almohadas a la altura de su vientre, para que al girarla su culo quedara levantado facilitándome la penetración.

Me coloqué encima de ella y separé sus nalgas con mis manos, por fin pude observar ese orificio que tanto me encanta, le introduje un dedo para asegurarme que estaba lista para recibir mi verga, retire mi dedo y coloqué la punta de mi miembro en la entrada de su ano y presioné lentamente, cuando empezó a entrar la cabeza de mi pija ella despertó sobresaltada ya que no sabía bien que era lo que pasaba, giro su cabeza, su rostro mostraba una expresión de confusión, pero al verme sonrió y paro más el culo y ese momento de un solo golpe se la clave hasta el fondo, lanzó un pequeño grito de dolor pero de inmediato empezó gemir como loca y de pronto dijo "me encanta, por favor más fuerte, no pares, destrózame, soy toda tuya", sus palabras me excitaron aún más, si es que esto era posible.

Continuamos en esta posición algunos minutos, saque mi verga de su culo y me coloqué boca arriba y ella se sentó sobre mí ensartándose mi miembro nuevamente en el culo, hacía movimientos circulares para sentir mi verga en todos sus rincones, yo aprovechaba para jugar con su clítoris. Ella aceleró su movimiento y alcanzó un gran orgasmo que mojó todo mi vientre, ella quedo temblando por algunos instantes antes de recostarse sobre mi pecho, nos dimos un largo y apasionado beso.

Me levanté y coloqué a mi esposa de espalda sobre la cama, estiré la mano y tome un condón del buró, ella me dijo "permíteme ponértelo" con sus dientes rompió el empaque y se acercó, me lo colocó con un poco de dificultad ya que era la primera vez que lo hacía. Nuevamente se recostó sobre la cama y abrió sus piernas invitándome a penetrarla por su chocho, esa era una invitación que nadie podría rechazar. Me lancé sobre ella y de un solo golpe le clave la verga hasta que mis huevos chocaron con sus nalgas. En esta posición podía chupar y morder sus pezones – vale la pena mencionar que son muy puntiagudos y se ven irresistibles -, mis embestidas eran fuertes y profundas, ella tenía los ojos cerrados y apretaba los dientes en cada embestida, era una sensación de dolor y placer a la vez, lo disfrutaba.

Cambiamos de posición y la puse en cuatro patas – Le encanta que la coja en esta posición-, la penetre nuevamente y ella alcanzó su segundo orgasmo que fue tan intenso como el primero. Yo incremente el ritmo de la penetración sin darle tiempo a recuperarse de su orgasmo y esto le provocó una cadena de orgasmos (apenas terminaba uno cuando ya tenía otro), quizá cuatro o cinco orgasmos consecutivos, esto me excito tanto que no pude más y exploté en una eyaculación tremenda. Caímos tendidos en la cama y nos quedamos dormidos.

Al día siguiente comentamos lo mucho que nos gusto la sesión de sexo de la noche anterior.

Espero que este relato les haya gustado y me gustaría conocer sus comentarios para ir mejorando.