Miedo adolescente #1

Chica joven en una ciudad vacía.... Sólo ella ,sus hormonas y trabajadores deseosos

Iba tan acelerada que temí que aquel sudor y el viento de aquella noche pudiese propiciarme algún que otro constipado más tarde.

Lo tenía decidido. Quería hacerlo.

Yo por aquellos años locos y desenfrenados, tenía un cuerpo cuanto menos apetecible.

Pese a mi poca edad, tenía los pechos muy desarrollados, era alta y delgada, además, contaba con un lacio cabello oscuro.

Me conocía bien, no evitaba cumplir mis gustos por muy extraños que pudieran ser.

Eran los hombres maduros los culpables de mis tocamientos diarios.

Únicamente eran ellos los que me hacían sentir tales deseos

Cierto era que había probado con chicos de una edad cercana a la mía, sin embargo, apenas podían comparase a la excitación ya mencionada.

Esos hombres canosos, con vello en el pecho, esa ruda espalda o esas manos gruesas…todo aquello hacía que temblara sólo de imaginarlo

No solía compartir estos gustos con nadie, ni con las personas más cercanas.

Mis amigas asqueaban de estos hombres, “que si viejos verdes “, “menudos obreros tan guarros”… no sabían lo lejos que mis gestos fingidos estaban , y reconozco que aún están, de sus opiniones.

Pero esa era la noche en la que todo cambiaría. Y en la que algo empezaría; un proceso enfermizo ,una droga sexual que se apoderaba de mí.

Era conocedora del enorme peligro al que me aventuraba, por ello, no dejaba nada al azar.

El plan era el siguiente:

Mis padres aquella noche pensaban que me dormiría en casa de una amiga, por lo que el tiempo no suponía ningún inconveniente.

Por otro lado, yo era buena estudiante y responsable, mis padres, no sospecharían de mí, no se molestarían en saber dónde estaba o qué hacía exactamente a cada rato; tenía de sobra ganada su confianza.

Obviamente, los hombres de tales edades siempre se han traído muy excitados por figuras como la “niña buena” o la “chica guarra” ; mi éxito sería rotundo.

Me vestí con unos vaqueros blancos algo ajustados y una camiseta rosa muy estrechita, ambos colores buscados para crear contraste con mi morena piel.

Busqué ser juguetona y prueba de ello era mi escote atrevido y mis pantalones ya citados a la altura de las ingles

Quería salir de caza en busca de viejos. He ahí el plan. Ni más ni menos

Cogí el metro y me alejé lo máximo que mi impaciencia me permitió estar en el vagón subida

No quería ser reconocida. No podía permitirme dejar huella en mi propio barrio.

Los hombres me miraban deseosos en el vagón, mi confianza aumentaba.

Salí del metro.

Estaba temerosa pese a la aprobación anterior , era la calle y era sabido por todos que las violaciones estaban al acecho, pero tenía claro que yo sería la que tomaría el control de aquellos encuentros furtivos que tanto temía.

“¿Sería mi primera vez con hombres como yo había siempre anhelado?”

Era un reto, un difícil paso que iba a dar.

Yo y mis fantasías frente a frente, bajo la oscuridad y el viento de aquella noche de 17 de febrero.

Como iba diciendo, iba tan acelerada que temí que aquel sudor y el viento de aquella noche pudiese propiciarme algún que otro constipado más tarde…

Continuará

*Nota de autor:

He aquí mi primera obra, soy muy joven, y novato y , por tanto, aún me queda mucho por desarrollar y ofrecer

El relato será íntegramente subido según el apoyo que vea en el siguiente y último tomo de esta obra

Ando muy ilusionado en esta nueva forma de literatura que hoy empiezo con todos vosotros.

Disculpad las faltas ortográficas y demás posibles errores.

Os agradezco vuestra lectura y vuestro tiempo.