Microvestido

Hay animales salvajes que no deberían vestirse.

Una mujer con vestido ajustado, es un arma de doble filo, por un lado, queréis mirarlo, disfrutarlo, seguir la línea de la tela hasta el lugar donde tropieza con la carne, por otro, quitarlo, para comprobar si la misma, gana desnuda.

Un vestido ajustado, es una segunda piel, un pedazo de mármol, que sin necesidad de cincel, esculpe preciosos regalos. Pezones erectos, marcados, las curvas de un culo perfecto, si la mujer que lo lleva, es de esas, que no lleva nada debajo.

Un vestido ajustado, son unos pies alzados, desnudos, unas piernas perfectas, unas caderas prohibidas, unos pechos atrapados que respiran, una nuca despejada, un tatuaje perdido, una melena rizada. Fantasía.

Una mujer con vestido, es una batalla perdida, si el olor de su perfume, te llega de lejos, si de cerca no lo aspiras, si te hipnotiza, si te acobarda, si la mirada no aguantas.

Un vestido ajustado es una montaña, una ruleta, un cuerpo que imaginas, desnudo bajo tus sábanas, una diosa, una presa, enamorarse de un silbido, sin saber que es una bala.

Una mujer con vestido ajustado, es un sueño dorado, una utopía, si decide además hacerlo, exhibiendolo de rodillas, si el dorso de sus manos, reposa sobre sus muslos, con las palmas hacia arriba, si admite un collar a juego, una melena recogida, una venda sobre los ojos y la mente, sometida.

Un vestido ajustado es un triunfo, una victoria, para quien sabe hacer que la mujer que lo viste, quiera quitarlo, es un sonido, el de su cremallera bajando, es solo un papel. Al fin y al cabo una segunda piel, no puede sustituir la piel de una mujer. Es un guerrero derrotado, si cae al suelo, si mantiene su collar, como trofeo en el cuello. Si desde allí observa la mano, en el aire, azotando las curvas, de ese culo, perfecto, entregado.

Una mujer con vestido, sin el, es más, será una boca que agradece que se lo hayas arrancado, unas manos en la espalda, una lengua que mama, una garganta que emite sonidos, con cada vuelta de tuerca, a sus pezones empitonados. Una mujer que no duerme, que no usa tanga, con el sexo depilado, con sus tatuajes en la espalda. Un tesoro que quisieras encontrar, bajo tus sábanas.

Una mujer con vestido es un animal, si lo liberas de su jaula.