Microantología Incompleta Vol. VII Pornesías

Recopilación de pequeñas poesías de temática amorosa-erótica.

En el amor y en la guerra

Desnudos y entre palabras

hablar del pasado

se convierte en un campo minado

en el que los silencios

silban como balas

cuando pasan entre cuerpos

heridos de metralla.

Sé que hay heridas

que no se muestran en la cara

pero desangran en el alma.

Sé que a todo buen soldado

le acompañan los fantasmas

de guerras que terminan

con largos domingos de noviazgo

Pero también sé que, en toda guerra,

llega el momento de izar bandera blanca

cicatrizar el pasado,

detener las batallas

liberar cautivos de ambos bandos

llamar a la paz con un tratado

que diga, si tú quieres, yo siempre estaré a tu lado.

Ancha es Castilla

Encontrémonos en Soria,

perdámonos en Zamora,

vayamos a Palencia,

cualquier lugar que se visite en dos horas

para así, en el hostal y con paciencia,

invitar a mi boca

a conocer los recovecos de tu gloria.

Éxtasis

Filípides jadeante

anunciando la gloria,

el Bernini más castellano,

-lascas de vida saltan

donde cincela el mármol-.

El cuerpo en las estrellas

y Roma a sus pies,

Sanlúcar desde la nao Victoria,

una noche de verano,

el minuto ciento dieciséis

y, en ese preciso instante,

mi nombre escapando de tu boca.

Esta sonrisa de orgullo mía, tan tonta.

Donde crece el deseo

Hoy mis manos reclaman tu nuca

piden enredarse en tu pelo,

atraerte a mi cara

compartir la pasión en mil besos.

Devolverte donde crece el deseo,

sentirte, despacio, aún más lento,

hasta detener el tiempo

mecido en tus aleteos.

Dejarme ir,

ponerme yo en tus manos,

una sonrisa de felicidad

y los ojos cerrados.

Reír sin complejos,

darte rienda suelta

los juegos de tu lengua

saben llevarnos lejos.

Siberia

Es enorme Siberia,

dos páginas de un atlas

libres de varicela,

es un desierto de hielo, Siberia.

No hay nadie en Siberia,

no hay vida en Siberia.

Líquenes, tundra, frío,

todo se congela en Siberia.

Es un castigo Siberia,

una condena,

nadie sobrevive al invierno

en Siberia.

Esta cama sin ti, pura Siberia.

Manual de instrucciones

No preguntes por qué sí

ni por qué no,

tan sólo toma su mano,

si te la da,

y ve

donde ella te quiera llevar

Fíjate en su caminar,

observa si corre

si da pequeños saltos

como si quisiera volar.

Vigila tu zancada

acompásala.

Si, en algún momento,

dice que aprietas

no la retengas,

suéltala.

Llegado el caso

te la volverá a ofertar.

Ya no hay ciencias exactas,

todo es cuestión de probar

Sea como sea,

no preguntes.

Si ella te ofrece su mano,

vosotros, echad a andar.