Michelle

Soy una mujer casada que tiene que adquirír otra identidad. por ahora ya no soy más Evelyn, esta noche solo sere Michelle.

Michelle.

Eran pasadas las 10 de la noche cuando la tranquilidad nocturna fue interrumpida momentáneamente por mi incesante y apurado taconeo. Me detuve repentinamente al escuchar el sonido de mi teléfono móvil. Era un mensaje.

_ Estoy esperándote en el restaurante Mirador. Estoy ansioso por conocerte. Alonso_

Camine un par de metros más y me di a la tarea de detener un taxi, lo aborde y lo apure a dirigirse a la dirección del restaurante a pocas calles de ahí. El auto se puso en marcha y me dispuse a contestar el mensaje.

_Yo también estoy ansiosa por conocerte. No tardare. Michelle_

No estaba en posibilidad de darle mi verdadero nombre a esta persona, de ahí que tuviera que usar un alias. Para el seria solamente Michelle.

En pocos minutos llegué a mi destino. Pague al conductor del taxi que con mirada libidinosa repaso de arriba abajo mi figura sin menor recato.

_¡Que tenga buenas noches señorita!_ murmuro el tipo con sorna mientras me entregaba el cambio tratando de rozar mi mano. El chofer arrancó sin dejar de mirarme insistentemente por el retrovisor.

No era para menos, esa noche iba ataviada de forma por demás sugerente. Llevaba puesto un minivestido en color negro de suave y sedosa tela que se ceñía sobre mis caderas de forma natural, los hombros descubiertos y unos finos y delicados tirantes sobre los mismos que remataban en un generoso escote. Como complemento unas medias negras que acentuaban y delineaban el contorno de mis piernas apenas cubiertas por lo corto del vestido. Tacones altos y bolso de mano complementaban mi atuendo.

Aún con algo de nerviosismo me adentre al restaurante y pregunte por la reservación a nombre de Alonso.

_Es por aquí pase usted_ me condujo el camarero con cortesía.

Finalmente llegue a la mesa y por fin conocí a mi acompañante que sonriendo y copa en mano se levanto para recibirme.

_Hola!.. mucho gusto mi nombre es Alonso. Toma asiento por favor_

Me saludo de beso en la mejilla y separando mi silla caballerosamente.

_Hola soy..Eve.. err…Michelle, mi nombre es Michelle, es un placer!_

Respondí titubeante.

_Wow!... realmente me ha dejado pasmado tu belleza Michelle… propongo un brindis por eso!_

Me dijo con un brillo en sus ojos mientras ambos levantamos las copas para brindar.

No me podía quejar. Alonso era un hombre realmente atractivo. Entrado en los cuarenta, ojos grandes y expresivos, mentón duro y quijada ancha, su cabello obscuro tenia un sexy dejo de canas platinadas apenas perceptibles. Su voz era profunda y seductora y sus manos grandes y varoniles. Sus anchos hombros daban indicio de una constitución fuerte y su sonrisa era reconfortante. Su atuendo era un traje obscuro que se notaba fino y hecho a la medida, en conjunto era un tipo pulcro y cautivador.

Caballerosamente lleno mi copa nuevamente de un delicioso vino tinto mientras me ofrecía la carta para solicitar la cena.

_En verdad eres muy atractiva!..estoy complacido!.. quien me recomendó contigo tenia mucha razón_

Exhalo levantando su copa y cerrando un ojo de en señal de complicidad.

_Pues tu no estas nada mal tampoco Alonso_

Le respondí de forma picara haciéndole soltar una sincera carcajada.

El mesero llego y solicitamos nuestras ordenes. Apenas se había retirado cuando me inquirió de forma directa.

_Y dime Michelle!... desde cuando te dedicas a esto?_

Trague un poco de saliva.

_Cof! Cof!.. perdón?..ah!..si!!..eeh!!..realmente muy poco, menos de lo que te imaginas_

Respondí algo azorada ante tan directa pregunta.

_Por cierto… Aún no hemos fijado el precio_

Menciono clavando su mirada en mi pronunciado escote.

_¿Precio?_ Conteste con otra pregunta de forma torpe.

_Si.. ¿cuanto me vas a cobrar?_

Me sentí algo apenada ante esos cuestionamientos, tanto que para tratar de disimularlo di grandes sorbos a mi bebida tratando de evadir sus intensísimos ojos que no perdían detalle alguno de mi.

_Eh!.. No lo se aún_

Conteste clavando los ojos en la mesa y encogiéndome de hombros.

Alonso sonrío de muy buena gana, se acerco un poco mas para poder tomar gentilmente mi barbilla, respiro profundo como queriendo oler mi esencia mientras su dedo pulgar recorría las comisuras de mi labio inferior.

_Querida!... ¿Como es que una prostituta no sabe cuanto cobrar?._ pregunto en voz baja.

Me quede mirando esos negros y expresivos ojos unos segundos, tratando de recuperar algo de la cordura para seguir con esto adelante. Por un instante pensé en Alan y en mi bebe, en lo que estaba haciendo ahí y en lo que pensaría mi marido si me viera en esta situación.

_Y bien?... ¿Cuanto me va a costar estar contigo Michelle?_

Volvió a interrogarme Alonso sacándome de mis pensamientos.

_$20,000 pesos la noche_ Respondí sin titubeos.

Alonso alzo el ceño con algo de sorpresa. Tomo un sorbo a su copa y con esa sonrisa tan cautivante respondió con seguridad.

_OK!... estoy seguro que harás valer cada centavo.!_

Sin inmutarse en lo mas mínimo Alonso saco un enorme fajo de billetes y los coloco en mi mano.

_ Es un poco mas de lo que solicitaste, por si requiero algo "extra"_

El sonrío con aire de suficiencia, mientras en ese instante mismo llegaban nuestras ordenes. Abruptamente metí ese dinero a mi bolso con un notorio gesto de desconcierto en mi rostro. Nos dispusimos a cenar y durante ese lapso Alonso no toco mas el tema.

Cuando terminamos de cenar Alonso pidió mas vino y la cuenta.

Yo me puse de pie y me excusé para ir al tocador. Justo al pasar al lado de Alonso el me detuvo tomándome del brazo. Yo me quede quieta por unos segundos cuando note que el empezó a introducir discretamente su mano bajo mi vestido.

_Cuando te vi entrar pude notar que no traías sostén, tus pezones lo delataban, pero no se si traes bragas.. ¿Traes Michelle?_ me pregunto al oído.

_Si .. si llevo puestas_

Respondí de forma ahogada al sentir su mano subir lentamente por mis muslos.

_Quítatelas!.. quiero olerlas!_ murmuro

_¿Aquí?... pero yo… _

Intente replicar en vano pues de inmediato sentí como la mano de Alonso se apoderaba de mis bragas y comenzaba a tirar de ellas hacia abajo con firmeza.

_Permíteme!.. solo no te muevas o la gente lo notara!_ Añadió con voz traviesa.

Con gran audacia y sin importar estar rodeados de gente, Alonso continuó tirando de mis bragas lentamente, estas descendieron por mis muslos y pantorrillas hasta finalmente llegar a mis tobillos. Con gran cautela levante uno de ellos donde finalmente mi acompañante pudo tomar mi prenda intima y discretamente ocultarla en el bolsillo de su saco.

Yo permanecí de pie ruborizada pues Alonso, no conforme con quitarme mi ropa interior en un lugar publico, mantenía su mano dentro de mi vestido manoseando a placer mis nalgas y pasando sus dedos por mis labios vaginales que empezaban ya a humedecerse por el atrevimiento de mi acompañante.

El sonreía divertido al mirar mi rostro suplicando detenerse, acto seguido saco mis bragas de su bolsillo y las olio aspirando profundamente.

_Ahhh!!.. que delicia!_ Suspiro para volver a guardarlas en su bolsillo.

_Voy a quedarme con esta prenda como un recuerdo_ Añadió sacando su mano y chupando cada uno de sus dedos mojados de mis fluidos.

Después de eso me soltó y yo con piernas temblorosas me pude dirigir finalmente al baño.

Me acicale un poco y limpie la humedad de mi entrepierna. Me mire por unos segundos al espejo como buscando que el reflejo me hablara y me diera una explicación de que estaba haciendo yo ahí. Tome una gran bocanada de aire y salí de nuevo a su búsqueda. El ya había pagado la cuenta y me esperaba al pie de la mesa con el mismo gesto alegre de toda la noche.

_¿Nos vamos amor?_ Pregunto mientras me ofrecía su brazo.

Ambos salimos del lugar y ya un lujoso auto estaba esperando en la entrada.

_¿Sabes?...Me pareció algo fetichista lo de las bragas_ Le comente sin pensar intentando ser simpática.

_Es algo que solo haría con una puta fina como tu_ Me respondió sin dudar abriéndome la puerta del auto.

Me extraño un poco su respuesta algo agresiva, sin embargo sabia que no debía de prestarle mas atención al hecho. Había quedado claro que esa noche y en ese momento yo aceptaba sus condiciones, en ese momento yo solo la mujer que el había contratado. En este punto no había vuelta atrás.

Rápidamente nos pusimos en marcha, apenas llevaríamos recorridos un par de calles y después de unos segundos de estarlo observando detalladamente me entro algo de curiosidad.

_¿A donde vamos?_ Le cuestione poniendo carita de niña curiosa.

_A mi casa.._ Contesto sin agregar nada más

_Me dio curiosidad…sabes?.. no contestes si no quieres pero llevas una sortija de matrimonio_ Le dije señalando su mano.

_¿Que opinaría tu esposa de todo esto?_ Concluí.

El se tomo un minuto para responder, miro por momentos mi rostro y sin dejar de conducir tomo firmemente uno de mis blancos muslos desnudos el cual comenzó a acariciar.

_Digamos que mi esposa atiende algunos asuntos ahora mismo, ¡tendremos la casa solo para nosotros dos preciosa!_ Añadió

_Por lo que noto tu también eres casada.. ¿No es así Michelle?_

Su pregunta me saco de balance.

_¿Porque lo preguntas?, ¿Cómo lo supiste?_

Sonrío mostrando su perfecta dentadura haciendo un gesto irónico .

_La verdad no lo sabia, pero tu acabas de confirmarlo_

No bien acababa de decir eso cuando detuvo súbitamente el auto en una callejuela obscura.

De imprevisto me atrajo hacia el con fuerza y me estrecho con vehemencia apoderándose de mis labios. Impetuosamente metía sus manos dentro de mi vestido manoseando lascivamente mis piernas y mis nalgas. Su ávida boca literalmente devoraba la mía, el apretaba y estrujaba mis pechos casi desnudos de una forma por demás obscena. Nuestras lenguas se entrelazaron ferozmente al mismo tiempo que el me mesaba los cabellos con desesperación. Finalmente tuve que empujarlo para poder tomar aire.

_Oh!.. espera!!.. ¿Que lo vamos a hacer aquí o que?_ Yo jadeaba intentando tomar aire.

_Lo siento!... pero me moría de ganas de hacer esto desde que te vi entrar al restaurante_ Contesto acomodándose la ropa tratando de tranquilizarse.

_Además te he pagado y eres mi puta ahora, recuérdalo_

Alonso continuo la marcha pero sin embargo yo me había quedado por demás inquieta y perturbada, estaba en un auto con un hombre casado al igual que yo y que por si fuera poco, me llevaba a su casa pues contrato mis favores sexuales como lo haría una prostituta.

Definitivamente la situación me rebasaba en muchos sentidos y mi temperatura corporal subía como la espuma. En el fondo sabia que no podía resistirme mucho tiempo a tan sensual espécimen masculino. La situación ya me había comenzado a excitar.

_Bien cariño!.. creo que es hora de que yo empiece a desquitar mis honorarios_

La frase que mencione con mi voz enronquecida por el deseo sorprendió un poco a Alonso, pero no más que el notar que mi mano comenzó a hurgar ansiosa entre su entrepierna.

No batalle mucho para poder liberar a ese bello espécimen de sus pantalones. Una dura y venosa polla emergió en su máximo esplendor. He probado y tenido en mis manos miembros jóvenes y vibrantes, pero siempre hay algo interesante en un buen falo maduro, su rugosidad, su aroma, su textura, algo que es difícil precisar pero que me place por completo y sin duda me vuelve loca.

_Hey cuidado!... mira que voy conduciendo_ Se alerto mi cita al notar como comenzaba a pajearlo lentamente con el auto en movimiento.

_¿Quieres que pare?_ Le pregunte con cara inocente y poniendo la punta de su glande en mi sonrosada mejilla.

_¡Que viciosa eres mi putita!... Llegaremos a casa en 15 minutos, veamos que tan buena zorra eres Michelle... _ Exhalo pisando a fondo el acelerador.

Quería probar mis habilidades así que puse manos a la obra, o mas bien boca. Ávidamente mis labios se apoderaron de ese grueso falo obedeciendo sus ordenes. Con mi pequeña boca comencé a recorrer ese delicioso tallo centímetro a centímetro, chupando y lamiendo, mojándolo todo con mi tibia saliva como si de un caramelo se tratara. Alonso emitía entrecortados gemidos procurando no distraerse, algo difícil debido a como aspiraba y bombeaba con gusto su empalmada polla.

La adrenalina debido a la peligrosidad del acto elevo mi estado de excitación haciendo que incrementara mis arremetidas succionándolo furiosamente.

El movimiento ascendente-descendente de mi boca era acompañado por una de las manos de Alonso que se las arreglo para con ella tomar con fuerza mis cabellos, empujando y haciendo que mi garganta se llenara completamente de su venoso tallo. Alonso bufaba y se retorcía de placer mientras intentaba concentrarse en el camino.

Finalmente un gemido prolongado de mi acompañante fue el indicio de su inminente corrida. Una descarga caliente y abundante de espeso semen me lleno la garganta escurriendo pequeños hilos por las comisuras de mi boca.

Trague todo y limpie el resto delicadamente con mi lengua mientras el falo de Alonso perdía dimensiones. El, extasiado exhalaba recuperando el aliento.

_Si serás zorra!... 8 minutos todo un record!_ Gimoteo con alegría.

Breves minutos después llegamos a su casa, mas bien apartamento. El vivía en el ultimo piso de un exclusivo condominio de gran lujo con su esposa. Subimos al ascensor y durante todo el trayecto no perdió oportunidad para manosearme a su antojo. Yo me encontraba a mil después de todo ese toqueteo y de la felación en su coche, estaba deseándolo tanto que si el lo supiera seguro me follaba ahí mismo en el ascensor.

Entramos al living que era amplio y tenia un enorme ventanal con una espectacular vista de la ciudad de noche y sus miles de luces. El como todo buen anfitrión me ofreció un trago. Pidió que lo disculpara un momento pues sonó en ese momento su teléfono móvil. Yo tome algunos sorbos a mi copa y camine lentamente hacia el ventanal para disfrutar de la panorámica y fabulosa vista.

Detrás de mi escuche ligeramente sus pasos. El se encontraba ya completamente desnudo pues lo constate por el reflejo del cristal. Intente voltear pero no me lo permitió ya que sus fuertes manos tomaron mis caderas impidiéndomelo. Retiro la bebida de mi mano para de inmediato, sentir a través de la delicada tela de mi vestido su descomunal erección apuntando en medio de mis nalgas. El restregó todo su cilindro por en medio de ellas, logrando que el diminuto vestido se alzara sin remedio. Muy pronto la piel desnuda de mi culo pudo sentir el calor que emanaba su viril miembro así como su envidiable firmeza.

Como si fueran hechos el uno para el otro su hinchado glande encontró sin dificultad la humedad que de mi vulva emanaba. Su gordo champiñón se abrió paso lentamente sin resistencia alguna. Yo emití un quejido apenas audible de satisfacción por sentir esa preciosa herramienta finalmente en el interior de mi coño dilatado por la excitación. Algo que, aunque me costaba trabajo admitirlo, desee desde que lo vi en el restaurante.

El libero los tirantes de mi vestido y este como por arte de magia cayo por completo al piso, quedándome solo con mis medias negras puestas. De inmediato conocí el vigor de un hombre maduro como Alonso que comenzó a embestirme lenta pero firmemente llenando aquel grande y solitario espacio de los chasquidos de su pelvis chocando con mis nalgas. Yo me incline un poco apoyando mis manos en el ventanal levantando mas el culo para ser poseída a placer por el. Apenas pude reparar en que estaba ahí completamente expuesta con posibilidad de ser vista, mas no me importaba en ese momento pues estaba embebida en el placer que el bombeo de mi hombre en turno me estaba prodigando.

_Ohhh por Dioooos!... no te detengas!.. no pares por favor_

Suplique como lo haría una hembra en celo sintiendo como mis entrañas se empezaban a contraer signo inequívoco de un orgasmo inminente.

Alonso tomo firmemente mis caderas y arremetió con mas fuerza que antes empujándome completamente al frente. Mi cara y mis grandes senos desnudos se presionaron contra el frío cristal haciendo que las embestidas de Alonso literalmente me elevaban del suelo.

_Ohhh!...sii..siii..me corroooo cariño… me corroooo!!..Ahhh!_

Gemí al sentir como las oleadas de placer me invadían el bajo vientre haciendo temblar mis piernas y erizar todos los centímetros de mi piel.

Alonso me sujeto y me volteo frente a el. Yo rápidamente tome su nuca y me prendí de su apetecible boca como si de un dulce se tratara, no había por que fingir mas, así que busque su lengua que junto a la mía serpentearon en nuestras bocas de forma pecaminosa, lujuriosa, definitivamente obscena.

_Quiero que todo el mundo vea como es que se debe coger a una putita como tu_

Me gruño justo en el oído indicándome alcanzar un botón que al presionarlo aquel ventanal comenzó a abrirse.

Con pasmosa facilidad me alzo en vilo, pude entonces sentir sus pectorales velludos y musculosos brazos a pleno. Me afiance con fuerza de sus varoniles hombros y crucé mis piernas alrededor de su cintura. El camino unos metros cargándome de ese modo hasta un sofá de piel que se encontraba muy cerca, pero en el exterior de el ventanal en una diminuta terraza, por la posición que guardaba ese mueble aun seguía expuesta, quizás mas que en un principio, tal exhibicionismo me encantaba.

La fresca brisa de la madrugada encrespo mis ánimos y yo estaba deseosa de que me volviera a follar. Literalmente lo empuje y caímos pesadamente en el sofá. Sin perder mas tiempo lo monte con desesperacion usando mi mano para empuñar su gorda polla en la entrada de mi coño y finalmente cabalgarla a placer.

Nuestros cuerpos volvieron a fundirse y nuestros fluidos a mezclarse. Secretamente daba gracias por estar ahí con el, disfrutando de su cuerpo y su virilidad la cual me llenaba hasta el ultimo espacio de mi intimidad, taladrando sin descanso. Mi sudor se mezclaba con el suyo en un perfecta y deliciosa combinación que yo probaba con mis labios al morderle el cuello y los hombros, para después depositarlos en sus labios los cuales y sorbía con desesperacion excitándolo aún más.

El encontró el ritmo perfecto sujetando bien mis nalgas separándolas y estrujándolas acompañando el ritmo de mi cabalgata. Mis pechos hinchados se refregaban sin descanso en su musculoso pecho logrando que mis pezones se volvieran rígidos cuales puntas de lanza.

_¿Dime corazón… te gusta ser mi puta siendo casada?_

Me cuestionaba en forma perversa arremetiendo con mas velocidad logrando que su verga prácticamente topara en el cuello de mi cervix.

_Oh si!, Oh si!... me encanta!.. me encanta ser tu puta!_

Conteste jadeando poseída por el gran placer que mi hombre en turno me estaba prodigando.

_ Ohhh siii!! Me gusta estar casada y que me cojas como una puta.. mhhh!!_

_¿Quién te coge mejor?... ¿Quién la tiene mas grande putita?.. dímelo! Anda dímelo!.. ¿tu marido o yo?_

Muy pronto perdí el control sobre el movimiento de mi culo que subía y bajaba de forma descontrolada y a gran velocidad, como si quisiera que mi coño se fundiera para siempre con esa formidable polla. Una inmensa sensación de placer, cual terremoto devastador empezó a surgir en el fondo de mi ser eliminando todas las inhibiciones existentes en mi mente. ¡Me iba a correr y de que forma!

_ Tu papi!.. Ooohh!... tu me coges mejor que mi marido.. ohhh!!_

Grite enloquecida al sentir el orgasmo golpear sin misericordia.

_ Ohhh! Papi!... dame mas!!... dame mas polla!!.. la tuya es la mejor!! La tuya es mejor que la de mi marido… ohhh!_

Perdí el control de mis emociones y deje que esa sensación me invadiera por completo. Esto no paso desapercibido por Alonso que continuaba follandome logrando que simultaneas replicas de orgasmos me picaran cual abejas clavando sus aguijones por toda mi piel.

_¿Quieres mi leche zorrita?_ Me Incito con su excitación.

_Si dámela!... dámela toda!_

_NO , debes pedirla como buena puta que eres_

_Dámela por favor papi.. .. anda dámela por favor!!_

Conteste sumisa y entregada completamente a mi papel.

Alonso se puso de pie y me arrodillo frente a el. Alonso comenzó a menearse la aun muy dura polla frente a mi cara mirando con beneplácito como mis brillantes ojos llenos de deseo esperaban su descarga. En instantes mi hombre tenso sus músculos y derramo generosamente su caliente esperma en mi rostro, cuello y pechos. Poco a poco nos relajamos después del esfuerzo y yo en lo personal aun sufriendo los estertores de el multiorgasmo que había experimentado.

Ambos los limpiamos un poco y yo hice el intento de terminar y salir de ahí. Alonso noto mis intenciones y me detuvo con voz firme.

_¿A donde vas preciosa? Te pague por toda la noche_

_En verdad… toda la noche!_ Sonreí picara.

_Así es ven acá!!_ Concluyo guiñando el ojo.

Yo de inmediato corrí como una chiquilla a sus brazos, el me alzo y llevo cargada sobre su hombro como un preciado botín hasta su recamara, aquella que compartía con su esposa para continuar pecando sobre las sedosas y blancas sabanas de su lecho conyugal.

La noche fue larga. Volvimos a hacer el amor con la intensidad y morbo del primer encuentro. Probamos distintas cosas. Yo con mi boca, recorrí todos los rincones de su trabajado cuerpo y el recorrió con la suya, por completo los míos. Como complaciente y experimentada amante le permití también que usara todos mis orificios para su placer sexual. Aquella noche fue en verdad larga hasta que el agotamiento físico nos hizo caer dormidos desnudos uno al lado del otro.

Cuando por fin la luz del sol se coló por alguna rendija de su habitación, supe que era el momento de marcharme de ahí. Alan seguro estaría esperándome y sabia que tendría que rendirle cuentas de algún modo. De alguna forma sentía algo como una "cruda sexual" si es que algo así realmente existe, pues por un lado tenia el remordimiento de mi comportamiento por desinhibirme demasiado y por el otro lado, el recordar todo lo ocurrido con un excelente amante como Alonso de inmediato provocaba deliciosas cosquillas en mi vulva.

_¿Ya te vas muñeca?_ Rumio Alonso apenas abriendo un ojo.

_Si.. ya es hora!... lo disfrute muchísimo_ le dije al mismo tiempo que le colocaba un tierno beso en la mejilla.

_Espero que esto se repita algún día y no te olvides de lo que te pedí_ Alzo su mano y me mando un beso.

Rápidamente salí del edificio, afortunadamente ya había solicitado un taxi antes de cambiarme y me estaba esperando en la puerta.

En unos minutos llegue a mi casa. Un extraño hormigueo en mi estomago me invadió cuando vi la luz encendida de mi recamara. Sigilosamente abrí y entre a la casa tratando de no hacer ruido, sin embargo Alan estaba ya despierto y al pie en la puerta de nuestra habitación mirándome fijamente y completamente desnudo.

_¿Que tal te fue anoche mi amor?_ Me pregunto con aire sarcástico.

_¿Muy bien.. y a ti?_ Alce una ceja con aire autosuficiente.

_ Por cierto..¿ Y a ti como te fue con tu putita?_

Pregunte mirando a la habitación.

Ambos nos asomamos al cuarto y pude apreciar claramente como una mujer de espectacular cuerpo y de negra y sedosa cabellera yacía boca abajo completamente desnuda durmiendo placidamente en mi cama.

_Se acaba de dormir, follamos toda la noche_ Susurro Alan rascándose la cabeza.

Alan me atrajo hacia el y sonriendo beso mi mejilla.

_Me imagino que lo mismo que Alonso hizo contigo _

Sonreí perversamente. Abrí mi bolso y extraje el fajo de billetes que Alonso me dio. Se lo mostré con orgullo a mi marido para de inmediato lanzarlo a sus manos.

_Para que le pagues a tu puta_ Le dije.

Ambos volvimos a voltear a la cama pues la mujer dormida ahí hizo una serie de movimientos lo cual puso su redondo culo respingon completamente expuesto.

_Hay que despertarla ya. Alonso me encargo antes de salir que le mandara de regreso a su mujer_

Dije sonriendo al ver que Alan estaba ya nuevamente con la polla en completa erección.

Mire fijamente a Alan y de inmediato tire hacia abajo los tirantes de mi vestido para que este cayera al piso dejándome completamente desnuda de nueva cuenta. Tome la dura verga de mi marido y lo jale junto conmigo hacia la cama.

_ Ven amor!... vamos a despertarla juntos _

Fin.