Mia sara y los relatos eroticos...
Una nueva amiga panameña de nombre Mia Sara, que vive en la capital de aquel pais, me cuenta sus inicios sexuales relacionados con el descubrimiento de los relatos eróticos...
MIA SARA Y LOS RELATOS EROTICOS...
Una nueva amiga panameña de nombre Mia Sara, que vive en la capital de aquel pais, me cuenta sus inicios sexuales relacionados con el descubrimiento de los relatos eróticos...
Hola de nuevo mis queridos amigos...
He debido de perder la cabeza, pensé haberlo publicado y no lo encuentro en mi biblioteca.
Hoy les traigo una historia llena de sensualidad, de exótico y tórrido sexo inicial, de ternura por la forma natural de contarlo de Mia Sara y de un apasionamiento sin igual por los relatos eróticos..., que fueron el vínculo de nuestra protagonista hacia su despertar sexual...
Para Mia Sara descubrir la página de todo relatos recientemente ha sido todo un hallazgo que la tiene ensimismada día y noche...
Le encantan todos los relatos..., sin duda es un encanto de persona...
Dice que no valora ni comenta, solo lee todos los que puede cada día...
Según me cuenta intenta todos los días leer al menos una veintena de relatos y como no podía ser de otra forma llego a leer uno de los míos.
Me escribió para felicitarme y le devolví cortésmente el saludo. Enseguida hicimos una amistad muy especial y después de sugerirle que me mandase experiencias o fantasías que me ayudasen con mis relatos..., me dijo que me contaría su historia.
Empezó a escribirla y me iba poniendo al corriente de sus avances.
Ayer me llego el primer capítulo que yo he titulado como ya saben..., dado que todo el sexo de Mia Sara..., gira alrededor de los relatos eróticos...
Como Mia, ha redactado tan bien su relato, apenas he tenido que retocar un par de párrafos...
Aquí les dejo esta increíble historia de iniciación al sexo..., especialmente a su afición a los relatos eróticos...
Aquí les dejo con ella..., con Mia Sara..., una persona absolutamente excepcional, dada su riqueza personal, la claridad de sus pensamientos, la frescura de como cuenta todo..., una mujer apasionada de la vida y del sexo..., que puedo confesarles que me ha enamorado...
Dice así...
Quienes conocen mi pais José Miguel..., saben que los nombres más habituales de los panameños..., son hasta hace muy poco..., José y María..., y como no..., mis padres así se llamaban.
Me contaba mi madre que hartos de oír siempre los mismos nombres..., José, María, Luis, Ana, Juan, Isabella, Carlos y Andrea..., durante todo el embarazo intentaron buscar un nombre especial para mí...
Al final me llamaron Mia Sara gracias a una película de Ridley Scott, un famoso fracaso comercial que protagonizaron en el año 1985 Tom Cruise, Tim Curry y Mia Sara...
Es aes la razón de llamarme Mia Sara..., la película no les gusto, pero el nombre si...
Mia Sara interpreta a una hermosa princesa de nombre Lilly..., en un mundo fantástico de unicornios....
Desde entonces mis padres me llamaron princesita..., en los cuentos que mi padre me contaba todas las noches era Mia Sara, la princesita Lilly del reino mágico...
Lamentablemente mi padre murió muy joven en un accidente de tráfico por culpa de un borracho una noche cuando volvía a casa..., teniendo como fatal consecuencia que nuestra acomodada vida cambio radicalmente, teniendo mi pobre madre que hacer cientos de sacrificios trabajando a todas para poder sobrevivir...
Además de pasarse casi todo el día fuera de casa en varios trabajos de todo tipo, limpiando, cuidando ancianos, llevando niños al colegio..., incluso con los fines de semana ocupados, tuvimos que rentar dos habitaciones para ayudar a la economía familiar.
En la habitación de mi madre pusimos dos camas, una para ella y otra para mí, ambas separadas por una enorme cortina de lunares verdes sobre fondo amarillo, que aún recuerdo al cerrar mis ojos.
La habitación mía y el despacho de papa, los adaptamos con camas dobles para empezar a recibir a todo tipo de inquilinos que venían a trabajar al canal...
Como todos saben la economía del pais mayoritariamente gira en torno al canal, desde los ingresos de los usuarios..., hasta una ingente cantidad de actividades económicas adicionales..., pasando por todo tipo de tasas directas o indirectas de todos los bienes que se transportan están obligados a liquidar en aduana..., sin olvidar los ingresos por turismo que cada día son más numerosos...
Cada día vienen más turista a Panamá...
Desde poder ver el canal a cambio de una cantidad de dinero ya sea en Balboa, la moneda de Panamá o en dólares americanos que son aceptados con alegría..., pueden verse decenas de cosas maravillosas, como por ejemplo..., el casco antiguo, el museo de la biodiversidad en donde puede apreciar hasta mil ochocientas clases de mariposas, Portobello, el Fuerte de San Lorenzo, o incluso algunos descendientes indígenas que aun subsisten como son los Emberá y que pueden conocerse gracias a viajes en barca organizados hasta uno de sus poblados.., el Emberá Querá.
Vivíamos y vivimos aun en la actualidad, pues después de casarme y de que mis hijos se hicieran mayores, volví a cuidar de mi enferma madre..., que a causa de sus grandes esfuerzos su salud se deterioró muy pronto.
Para los que deseen situarnos, no diré calle ni más detalles, pero les diré que el barrio El Cangrejo en donde vivimos..., ha sido un área muy popular para personas que venían de fuera, dado que las comunicaciones eran bastante buenas con toda la ciudad y el precio era muy asequible...
Hablamos español pero muchos de nosotros gracias a decenas de academias hablamos inglés, que nos fue necesario para comunicarnos..., y en mi caso fundamental para leer textos en ingles de revistas y otras publicaciones que como verán a continuación..., “caían” en mis manos de diversa manera..., a veces yendo a su caza distraídamente entre horas...
Particularmente en mi nació una gran afición a los idiomas y además del inglés llegué a estudiar y entender..., alemán, portugués, italiano y francés...
Mi delicada salud me permitió estar muchas horas en casa y uno de mis entretenimientos era traducir todo tipo de textos de aquellas revistas que encontraba de vez en cuando en aquellas habitaciones..., llegue a disponer de varios diccionarios de varios idiomas...
No se preocupen por mi salud, que no es nada grave que me inhabilite para el sexo...
Mi salud me quito mucho de vida social, pero en cambio me dio mucho tiempo para fantasear en casa especialmente cuando conseguía traducir los textos de aquellas publicaciones que caían en mis manos de manera... “indirecta”...
Pero vayamos a los orígenes de mi pasión por los relatos...
Desde mi más tierna juventud y hasta que pude salir a trabajar a tiempo parcial, conocí al padre de mis dos hijos..., y me independice..., me dediqué a las tareas de limpieza de casa y de mantener los dormitorios limpios para los huéspedes, pidiéndome cuentas mi mama de todo..., todas las noches...
No recuerdo especialmente los anteriores huéspedes hasta que llego Matías.
Matías era un ingeniero argentino que llegó un día a casa a instalarse durante un par de años en uno de los dormitorios que a veces compartía con huéspedes de uno o varios días y así abarataba su cuota mensual de arrendamiento...
Era aquel argentino un hombre alto, moreno, cincuentón y grueso..., aparentemente amable, aunque a mí me daba algo de vergüenza como me miraba con aquellos ojos algo raros, aunque de forma diferente hacia mi madre, pues ella no notó nada..., muy al contrario me decía que veía visiones...
Limpiando un día su habitación encontré una revista de enorme formato llena de fotografías de mujeres desnudas y de parejas haciendo sexo en diferentes posturas..., con textos al pie de aquellas fotos en un idioma que desconocía entonces..., pero que muy pronto empecería a traducir mientras me ponía cachonda y me tocaba a todas horas...
El texto descubriría finalmente que era alemán, y muy pronto empezaría a comprender los pies de aquellas fotos que veía por primera vez de mujeres sin pelo en sus vulvas, con senos grandes, pezones endurecidos, así como aquellas enormes pollas que entraban en aquellos sexos puestos de varias posiciones...
Puedo decir que mi educación sexual había sido nula, ya que el único creo que hubiese sido liberal hubiese sido mi papa... Mi mama, apenas me decía nada al respecto.
Hasta entonces solo había visto en persona dos cuerpos femeninos, el mío y el de mi mama en algún momento puntual cruzándome con ella en el baño o al cambiarse de ropa en nuestra habitación..., todo lo demás es lo poco que se veía aquellos años por nuestra humilde televisión.
Un viernes por la tarde Matías se adelantó y me pillo ojeando una de sus revistas y anotando en una pequeña libreta la traducción de los textos, que me servía por la noche a mí para repasar con mi pequeñísima lamparita cuando mi mama dormía..., releyendo los textos y recordando aquellas imágenes me hacían calentarme y masturbarme en silencio..., toda las niches varias veces hasta que me dormía...
Cuando Matías me pilló en la mesita de su habitación, solo pude echarme a llorar avergonzada...
El, amable y aparentemente tierno y paternal me abrazo desde atrás...
Me cogió de la mano y me llevo a la cama...
Me sentó..., y me decía palabras al oído tiernas pero que no recuerdo en detalle...
Fue a su armario y sacó de una bolsa docenas de revistas..., me las enseño y me dijo que podría verlas todas...
Mientras me las mostraba y hacia que las sujetase con mis manos, el manoseaba mis piernas...
Yo quería irme, pero él no me dejaba...
Me acariciaba mi cabello mientras pasaba páginas y páginas con la otra mano...
Yo no podía moverme..., estaba absolutamente paralizada e inmóvil, sin poder hacer ni decir nada...
No recuerdo sus palabras con detalle, quizás por la tensión del momento, aunque si recuerdo que me mi llamaba su Lolita...
Como mi mama estaba a punto de llegar, el dejó que me marchase, no antes de decirme que podía mirar todas las revistas y que todas las semanas traería nuevas...
Recuerdo que me regaló dos impermeables que me duraron muchos años, pues al no tener nunca automóvil en casa, tanto mi mama como yo teníamos que a salir, ella a su trabajo y yo a hacer recados a pie y cuando llovía aquellos impermeables me protegieron durante años de la lluvia y el viento...
Matías cuando estaba a solas conmigo..., no dejaba de tocarme por encima de mi ropa, mis piernas, mi culo, mis pechos, mi cuello...
Semanas después me empezaba a tumbar en su cama..., me bajaba mis pantis y me olía mi tesoro juvenil aun cerradito, lo lamia por encima de mis braguitas y a veces ladeando su borde lo lamia directamente...
Aquello cada vez me gustaba más, independientemente de que Matías no me gustaba nada de nada, e incluso lo detestaba..., pero aquellos tesoros de revistas que tenía y que eran mi ensoñación en aquellos primeros momentos de descubrimiento hacia que de alguna manera le dejase hacer...
El asco que me daba llego a ser superior al deseo de ver sus revistas y un día mientras me tocaba le dije en un tono de voz desagradable que no me tocase más o se lo diría a mi mama...
No volvió a tocarme y semanas después se marchó para no volver jamás sin dar ninguna explicación...
Su habitación la ocuparía meses más tarde un hombre que estrenaría una parte de mi cuerpo...
Entre unos y otros inquilinos que iban y venían entre las dos habitaciones..., a veces hasta cientos durante aquellos primeros años de mi despertar sexual, no todos tenían revistas..., otro si...
He visto decenas de revistas de Playboy, Interviú, Soho, Maxim, Life, Penthouse, Lui, Man, Don Juan....
Veía las imágenes, me excitaban..., pero mucho más los textos..., las historias, como aquellas de confesiones y consultorios...
Uno de nuestros huéspedes tenía un libro bastante usado con incluso algunas páginas medio rotas... Había encontrado mi primer libro de relatos eróticos y mi imaginación se echaba a volar..., desde entonces soy adicta a los relatos..., pues mi imaginación pone aquellas imágenes que desea, o necesita en cada momento..., para excitarme y masturbarme...
Creo que todas las noches de mi vida..., me he masturbado..., ensoñando imágenes de todo tipo..., aunque principalmente protagonistas de relatos..., entonces aquel libro que no recuerdo su nombre..., era algo así como la historia de pasión de la bella Simone..., ambientada en los años veinte de Paris en donde una madura escribía cartas subidas de todo a su joven amante..., o desde hace unos meses..., esta especial página de todorelatos...
Recuerdo que aquel libro lo leería decenas de veces y absorta en la lectura mientras generalmente me tocaba perdía incluso la noción del tiempo...
Después de aquel primer libro, me aficione a lectura erótica de todo tipo y leería a los clásicos de ayer y hoy..., desde la Divina Comedia o los Cuentos de Carterbury..., hasta la Historia de O, El amante, El Jardín del Edén, Las edades de Lulu, Historia del ojo o Trópico de cáncer..., aunque para mis noches de placer solitario..., siempre recurría en mi imaginación a aquellos recuerdos de aquel libro de relatos, el de la madura Simone..., o a los consultorios de las revistas, y especialmente a aquellos primeros pies de fotos que había traducido del inglés o del alemán...
Ahora como todos saben están las 50 sombras de Grey pero desde hacía muchas décadas e incluso siglos había novelas increíblemente eróticas como las que les he reseñado antes...
Entre novelas, revistas, libros y mis libretas..., en cuanto terminaba mis tareas domésticas me lanzaba a mi pasión..., leer y masturbarme a todas horas del día..., además de obligatoriamente todas las noches antes de dormir...
Así me paso un día...
Era Alessandro un italiano-argentino que aterrizo por nuestra casa y se quedaría casi un año como huésped..., de unos 30 años, flaco, pelo liso, con corte de melena, de buen ver...
Como era el nuevo huésped y al igual que hacia siempre cuando me encontraba asolas..., había inspeccionado su armario con mucho sigilo hasta encontrar su escondite de revistas..., y como novedad había cogido varias y allí las disfrutaba durante horas...
Verlo entrar en su habitación sin esperarlo y pillarme sentada en la silla del escritorio con las piernas encima de la cama, tocándome pechos y mi sexo con ambas manos con varias revistas abiertas en el escritorio... y saltar de aquella posición corriendo hacia mi habitación fue todo uno...
El simplemente silbo por la impresión de verme salir corriendo a todo trapo como si fuese una presa de caza que se le escapaba...
Al cabo de unas dos horas, después de hartarme de sollozar avergonzada, salí a la cocina a beber un vaso de agua para mitigar mi sofoco...
Allí estaba Alessandro de pie mirándome paternalmente y al parecer sin malicia...
Volví a echarme a llorar y el me abrazó para consolarme..., me decía que no me preocupase que nada diría a nadie...
Volví a huir hacia mi habitación desconsolada y avergonzada..., con un enorme nudo en mi estómago y el corazón acelerado cual caballo bronco salvaje que acaban de capturar y se escapa en un descuido...
Alessandro era osado...
Aquella noche cuando mi madre dormía..., entró sigilosamente en la habitación...
Realmente no me sorprendí..., e incluso me emocione...
Suavecito en mi oído me dijo que le acompañase a su habitación para charlar sobre lo sucedido...
Me levanté de una...
De la mano..., asidos..., le acompañe a su dormitorio...
Nada más llegar a su habitación volví a derrumbarme y a echarme a llorar...
Fue a la cocina a por un vaso de agua...
Me preguntó si era virgen...
Con la cabeza asentí...
Me preguntaba que desde cuando me masturbaba..., si me gustaba tocarme mirando aquellas revistas..., me decía que las podía mirar sin problemas cuanto quisiese...
Me decían que le encantaban aquellas revistas y que el también se tocaba...
Me sentó en la cama...
Me beso mi cuello, mis orejas..., finalmente mi boca suavemente.
Acercó su cuello a mi boca e instintivamente le bese y olí...
Que rico olía aquel hombre...
Era Alessandro muy listo y osado..., y dio bastante cuerda a su presa...
Después de unos momentos breves de besos y caricias..., me llevó a la puerta, la abrió y yo salí disparada hacia mi habitación...
Iba asustada, emocionada y muy caliente..., lo noté al tocarme... estaba absolutamente húmeda... Aquella noche mis orgasmos eran de otra intensidad...
Los días pasaban y Alessandro el experto cazador acotaba y acechaba a su presa...
Todas las noches me buscaba y yo me dejaba encontrar...
Íbamos a su habitación, y me empezó a “trabajar” seductoramente con dulzura, caricias, cariño, ternura e incluso nos compraba a mi mama y a mí, algunos comestibles para celebrar cenas algunos sábados..., fiambre, vino, dulces...
Una delicia de hombre cara a mi madre...
Un eficaz cazador cara a mi virginidad...
Los encuentros nocturnos se incrementaban en intensidad intima...
Me quitaba el pijama, él siempre en ropa interior..., me acariciaba, me besaba...
Me instaba a que yo también le acariciase y besase tímidamente...
Besos tiernos y noveles..., aunque con sentimiento muy apasionado...
Me decía que me enseñaría a hacer todo aquello que aparecía en aquellas fotos de parejas haciendo sexo...
Me tranquilizaba diciendo que me haría todo sin perjudicarme y hasta donde yo desease...
Me daba metros y metros de cuerda de confianza...
Una es humana...
Una noche que parecía tardar..., fui a su habitación por mi cuenta...
Estaba excitada, caliente y húmeda..., por aquellas experiencias que tenía madrugada tras madrugada con Alessandro...
Aquel seria el día de un estreno...
Estaba dormido..., y al despertarse le dije que quería ser mujer con él...
El sensatamente me dijo que para no quedarme en cinta debíamos de hacerlo por mi culito...
No entendía aquellos detalles dentro de mi ignorancia por falta absoluta de experiencia..., dentro de una inocencia real...
Me dijo que aquello me gustaría mucho...
Al ser novata en todo, dejé que me guiara...., me encantaba estar con él...
Nos besamos mucho en los preliminares...
Nos acariciamos recíprocamente..., el empezaba a tocarme y luego guiaba mis manos a hacerle recíprocamente las mismas caricias...
Me desnudo completamente...
Me hizo acostarme a su lado y se pegó a mí... (Preparación de posición cucharita...)
Me acariciaba todo mi cuerpo..., desde mi cabeza, cuello, espalda, mis nalgas...
Tomó mi mano y la llevó a su pene...
En mi mente tenia imágenes de penes, reales o en fantasía en los que los acariciaba hasta soltar aquel liquido blanco y espeso...
Mi gran imaginación me engañaba a veces creyendo haber tenido experiencias que creo que eran simple ensoñaciones... Personas que jugaban con mi cuerpo, roces de enormes penes en todo mi cuerpo..., mujeres que me besaban la boca mojándome con su saliva asquerosa...
Mi consciencia me indicaba que era la primera vez que tocaba algo así y todo lo anterior habían sido sueños o pesadillas...
Ahora algo en mi me hacía disfrutar de aquella situación desconocida y nueva.
Lo tocaba con algo de temor o cautela...
El me decía que lo tocase a placer, que tenía que ponérselo duro tocándolo para disfrutar con él dentro de mi culito...
Me animaba y guiaba en mi manoseo de aquel pene que se iba poniendo duro por momentos... Muy duro..., como una piedra a tenor de lo que mis dedos y palmas comprobaban...
Allí a mis espaldas seguía besándome la nuca, con sus manos tocándome mis senos endurecidos y llevando a mi sexo una y otra vez sus dedos...
Metía aquellos dos o tres dedos en mi cuevita...
Los sacaba húmedos y los ponía en mi culito de poco a poco..., tratando de encharcarlo...
La resistencia inicial de un dedo iba rompiéndose junto a las humedades de sus dedos uno a uno que untaba desde mi sexo...
A veces notaba que también los ensalivaba con su boca...
Encharcaba una y otra vez mi anillito y presionaba de poco a poco...
Metía uno hasta vencer la natural resistencia...
Mi cuerpo soltaba un respingo...
El me besaba y me decía que iba con mucho cuidado..., que al final me gustaría mucho...
Llevaría razón...
Luego sacaba, humedecía de mi sexo o de su boca y metía uno u otro, o posteriormente los dos juntos...
Yo sufría aquella sensación punzante y al mismo tiempo disfrutaba... Así lo sentía..., y así lo recuerdo...
El tiempo pasaba y la elasticidad se agrandaba...
Me separó las caderas y me coloco su glande humedecido y caliente en mi culito dado de sí...
Empujó un poco..., un poquito más...
Mis respingos de cierta molestia se apagaban con el placer que sentía o más bien empezaba a sentir con intensidad...
El me decía que yo hiciese presión con mi cuerpo cuando el glande había entrado en su punta..., tras la inicial resistencia...
Lo sacaba y entraba, volviendo a humedecer con sus dedos bien de su boca, bien de mi sexo que estaba totalmente humedecido...
Su pene entraba dentro de mí..., de poquito a poquito...
Mientras entraba y yo apretaba hacia aquel duro pene, el aprovechaba para lamerme nuca y orejas..., también acariciando con diferentes intensidades mis senos que estaban muy gustosos con sus caricias y aprietes...
Por fin metió enterito aquel pene de mediana medida..., más bien delgado o así lo recuerdo al compararlo con posteriores penes...
Mi respiración encogida mientras sentía las palpitaciones de mi corazón latiendo aceleradamente y de paso sintiendo sensaciones que jamás había tenido allí detrás y en mi estómago...
Cierto dolor, y mucho placer..., además de un calor único en mi cuevita estrecha...
Me preguntó si me dolía mucho...
Negué...
Su cuerpo manejaba aquella canoa de placer de dos cuerpos unidos...
Sentía escalofríos únicos...
Mi carne erizada...
Él ya se meneaba a placer dentro de aquella cuevita nueva y prieta...
Me decía..., lo recuerdo con todo detalle...
- Gozá pibita deliciosa... Gozá...
Cuando sentí por primera vez en mi vida aquel caliente chorro enorme de semen que parecía inagotable..., supe que jamás dejaría de disfrutar de sexo...
Me sentía adicta al sexo..., aunque por entonces no sabía lo que eran las adicciones...
Había empezado como pocas mujeres con mi lado sexual oscuro, por pura prevención de un hombre que desea evitar problemas de embarazos... A pesar de mi edad era totalmente novata en asuntos de cama...
Alessandro me enseñaría muchas cosas...
Alessandro me hacía gemir de placer todas las noches aunque suavecito..., al igual que él..., cuyos gemidos al inundarme notaba..., al igual que los acelerones de su corazón al palpitar por la excitación...
Lamentablemente tendría en el futuro experiencias desagradables en el sexo..., pero aquella primera noche de estreno con Alessandro la he rememorado cientos de veces en mi mente a lo largo de los años...
Querido José Miguel espero que te guste mi relato, que he hecho desnudando mi alma..., tal como lo recuerdo...
Muchas más noches Alessandro me hizo disfrutar de aquella manera..., aunque todo se iría al traste meses después...
Mi madre nos terminaría pillando en pleno apogeo sexual..., seguramente porque su instinto protector maternal..., se lo decía o porque sin darnos cuenta hacíamos ruido de más con nuestros suaves gemidos...
Eso lo dejo para el siguiente capítulo...
¿Qué decir de tan excelso relato... Mia Sara...?
Espero que guste a los lectores..., para mí ha sido único...
Gracias Mia Sara y espero con ansia el segundo capítulo...
Queridos amigos a su disposición mí correo como siempre para recibir sus comentarios y en su caso sus experiencias o fantasías de todo tipo..., que nos sirven a todos para disfrutar en compañía o en soledad...
El sexo es salud...
PEPOTECR.