Mía sara..., sexo en el río.

Hoy nuestra sensual panameña disfrutará de nuevo..., en esta ocasión, con uno de sus vecinos más atractivo..., en uno de los ríos más próximos a la ciudad.

MÍA SARA..., SEXO EN EL RÍO.

Hoy nuestra sensual panameña disfrutará de nuevo..., en esta ocasión, con uno de sus vecinos más atractivo..., en uno de los ríos más  próximos a la ciudad.

Hola de nuevo mis queridos lectores.

Antes de hablar de aquel río en que Mía Sara disfrutó de lo lindo, deseo explicarles el origen del nombre de la ciudad de Panamá..., por la mss que probable relación con este relato sexual en el río.

Ese precioso nombre de Panamá..., deriva de la españolización del término “Panamá” en la lengua de los antiguos indios Cueva.

Los Cueva fueron un pueblo indígena americano que vivió en la región de Darién en el oriente de Panamá..., que serían finalmente exterminados lamentablemente...,  por los españoles entre 1510 y 1535.

Según Pascual de Andagoya..., un célebre explorador en aquellos tiempos en los que muchos de mis compatriotas no tuvieron suficiente sensatez...,  la palabra Panamá significa “abundancia de peces” o “abundancia de pescado y mariposas”..., aunque también podría deberse el nombre de la ciudad al árbol homónimo del mismo nombre...

El árbol de nombre Panamá..., también denominado camoruco o anacahuita es un árbol de gran tamaño oriundo de América central que llega incluso al norte de Sudamérica..., y al sur de Norteamérica...,  es decir desde México hasta Venezuela y Colombia, pasando por las Antillas.

Es el árbol nacional de la república de Panamá y al mismo tiempo es el árbol emblemático del Estado Carabobo en Venezuela.

Aprovecho que hablo de esta gran nación para desear que ese bendito pueblo resuelva lo antes posible sus problemas políticos y económicos.

Pero no nos desviemos..., volvamos a Panamá y a sus ríos, ya que en uno de ellos, concretamente en uno de sus afluentes...,  se va a desarrollar nuestro episodio sexual de hoy siendo protagonista nuestra muy especial Mía Sara..., esa  mujer...,  que me tiene locamente enamorado.

La República de Panamá tiene cerca de 330 ríos. Muchos de ellos son caudalosos y navegables..., pudiendo destacar entre ellos el Tuira, el Chucunaque, el Santa María, el Bayano, el San Pedro, el San pablo, el Tabasará o el Chiriquí Grande entre otros...

En uno de sus afluentes..., como les decía...,  Mía Sara tendrá una madrugada..., gloriosos orgasmos...

Comencemos...

Mía Sara tenía un vecino de nombre Vicente, al que todo el mundo conocía por “Tete” que convivía maritalmente con su pareja..., con la que tenía cinco hijos y uno en camino.

Contaba Tete con un gran tesoro..., su moto, además de ardiente deseo sexual que intentaba repartir a toda mujer que le abría su corazón o algo más...

Corría el año 1995...

Tete era flaco, alto, ligeramente más joven que nuestra Mía Sara, muy alegre, callejero, trabajador, guapísimo, solidario y bastante bebedor de todo tipo de bebida, aunque principalmente de cerveza, ron y como no podía ser menos de “seco herrerano” la bebida nacional, un fuerte licor que se hace a partir de la caña de azúcar...

Una madrugada viniendo de parranda paró en la ventana de la habitación de nuestra Mía Sara.

Ella estaba profundamente dormida después de haberse masturbado como todas las noches... Aquella noche había tenido como protagonista a Tete, pues era de su agrado, aunque no había querido hacérselo notar por respeto a su mujer y familia...

La verdad es que a Tete nuestra diosa sensual le gustaba, pero no le había dicho hasta ahora nada... Quizás el licor le dio a este atractivo vecino la fuerza para dirigirse a nuestra protagonista.

Mía Sara finalmente es despertada por el toque insistente de Tete en su ventana, siendo invitada a un paseo en moto.

Mía Sara en bata y sin ropa interior salió a la calle para hacer reflexionar a Tete sobre la locura planteada de madrugada...

Al acercase Mía Sara, Tete..., seguramente por influjo del licor...,  la abrazó y le besó su preciosa y sensual boca.

Aquel beso con cierto sabor a licor..., agradó y mucho..., a nuestra preciosa protagonista... También aquel comentario después de tocar sus senos..., terminaría de convencerla...

-        Mamables...

La excitación producida en nuestra protagonista erótica..., la hizo aceptar de inmediato el paseo en moto hacia el río próximo...

Mía Sara quiso cambiarse de ropa..., pero su galán nocturno no la dejó...

Dejemos que cuente Mía el resto del relato en primera persona...

Salimos de nuestro barrio “El Cangrejo”..., y muy pronto estábamos en la avenida de los Poetas, saliendo a la Cinta Costera cerca del parque María Carter Pantalones..., en dirección a la salida de la ciudad por su lado Este, buscando un riachuelo cercano en donde muchos locales van a pasear, disfrutar de un baño y de escapadas sexuales.

Yo iba sentada con mis piernas abiertas a la espalda de Tete, ya que mi bata se subía por efecto de mi posición...

A una velocidad moderada conduciendo su moto, se volvía a besarme de vez en cuando... Mi boca, mis lóbulos, mi cuello, mis sienes..., estaba poniéndome muy excitada y me sentía mojada...

Su mano izquierda auscultaba mis muslos y mi sexo desnudo...,  absolutamente lubricado por mi calentura..., estaba ya ansioso.

No podía verle su cara..., pero su expresión era sin duda de sentirse aceptado por mi cuerpo...

Llegábamos excitados al rio...

Después de parar su “joya” de moto..., una normal motocicleta para el resto de los mortales..., me dijo que no bajase.

Me cogió cariñosamente y me dió la vuelta encima de la moto, poniendo mi cabeza en el manillar, mi culo en el asiento y abría mi bata...

Tete me besó apasionadamente.

Se quitó sus pantalones y su slip..., subiéndose a la moto me penetró directamente...

Mi coño no ofreció ninguna resistencia dado que estaba suficientemente preparada..

Mi deseo por él, mis tocamientos nocturnos en su honor, además de aquel viaje hacia el río lleno de caricias sexuales.., me habían preparado sin duda para aquella embestida inicial sin cortejo alguno.

No tenía su larga y gruesa polla en total erección, pero a pesar de eso la metía..., la volvía a sacar..., maniobra en ella como pajeándose para enervarla...

Volvía a meterla...

Yo sentía suficiente placer..., pero el alcohol a él, no le dejaba disfrutar adecuadamente...

Algo contrariado..., me decía...

-        Mía..., perdóname..., estoy algo borracho y mi pinga no se pone dura del todo... Dame tiempo.

Mis ojos le indicaron que aproximase su polla (pinga..., como él la denominaba), a mi boca viciosa y deseosa de hacerle sexo oral...

Empecé a lamer aquel precioso glande rosado... Mi boca disfrutaba de su sabor. La cara de Tere era una absoluta expresión de placer...

Su pene crecía y crecía por momentos en mi boca...

Mis manos disfrutaban de aquellos preciosos huevos, orondos, duros y al mismo tiempo suaves en su textura de piel rugosa y vello rizado...

En unos minutos la deseada firmeza de aquel miembro viril de Tete se puso propicia.

Mi galán nocturno..., me miraba mientras me decía...

-        Mía Sara..., hace años que te deseo..., me provoca todo en ti..., tu piel, tu calma, tu sencillez, tu sensualidad..., tus enormes tetas mamables..., ya mamadas...

Me hacía sonreír..., mucho.

Aquella noche y muchas más desde entonces... Tete me hizo sonreír y me provoco cientos de orgasmos...

Pero sigamos amigos en aquella moto con su pija absolutamente dura por fin...

Se acopló encima de la moto y me la metió...

Ya si, sentía en mi sexo una polla en condiciones... Dura y sexualmente provocadora...

Me besaba...

Manoseaba mis tetas...

Las besaba.., e incluso mordía fuertemente mis durísimos pezones...

Sentía en ese instante sensación de dolor placentero..

Mía Sara en ese momento pensaba en la causa del placer masoquista recibiendo dolor, como aquellos mordiscos en sus pezones...

El sexo tiene sus claroscuros... ¿Verdad amigos? ¿Verdad mi enamorado?

Tete me follaba un buen rato...

Yo ya había perdido la cuenta de mis orgasmos...

Allí, de madrugada, mirando aquel cielo estrellado, con aquel sensual vecino follándome... Estaba..., amigos...,  en la gloria..., absolutamente en la gloria...

El calor sexual y el roce en mi interior iban provocando en aquel enorme rabo la consecuente reacción final...

Me follaba a ritmo..., unas veces suave y las más veces duro..., con un salvaje ritmo sexual...

Mientras me follaba sus manos inquietas no dejaban de acariciar mis pechos, mis muslos, mi vientre...

Su sensual boca..., esa bocota, muy parecida a la tuya mi amor... no dejaba de besarme...

-        Mía..., me voy a correr en seguida... Sacaré mi pollota y te rociare con mi leche en tu barriguita linda... ¿Quieres?

Sonríe y accedí...

Se incorporaba..., y sacando aquel enorme badajo duro, brillante y cabezón, con su preciosa mano terminó de ejercer la suficiente presión para comenzar la deseada salida de aquel néctar blanco, espeso y grandiosamente oloroso en aquella noche estrellada..., en aquella madrugada de placer intenso.

Tres enormes chorros de esperma..., semen de mi adorado Tete cubrieron en un momento mi vientre, llegando incluso unas gotas a mis pechos...

El morboso de Tete, al igual que tu...,  mi amante manchego..., corrió a sorber aquel néctar y en un par de segundos su boca lo albergaba casi prácticamente en su totalidad...

Buscó mis ojos y accedí a su propuesta morbosa..., sin palabras...

Un enorme beso blanco nos hizo disfrutar en sintonía proporcional de aquel sabroso líquido espeso...

Era la primera vez que tragaba semen y lo disfruté con intensidad...

Desde entonces es una de mis aficiones sexuales más morbosas en  mis fantasías y la practiqué todo lo que pude desde entonces...

Al terminar..., el cachondo de Tete me decía con cara de vicio lujurioso...

-        Beso blanco..., veci...

Aquel paseo sexual hacia el río, lo repetiríamos muchas veces, sin que nadie llegase a saberlo nunca..., llegando incluso a bañarnos y follar dentro del río...

Una apasionante experiencia que siempre me ha gustado... (La de ser penetrada dentro del agua...)

¿Te gusta a ti?

(Me gusta mucho..., mi amor)

El problema de mi enamorado Tete, es que su timidez hacia mí..., la paliaba con licor... Menos mal que mi viciosa boca..., siempre tuvo el efecto adecuado en la dureza de aquella perfecta polla que disfruté muchos meses más...

Hasta pronto mis amigos...

Hasta luego mi amor...

Fin del relato.

Queridos lectores, como siempre a su disposición en mi correo electrónico para lo que gusten.

Aquellos de ustedes, principalmente esa maleducada..., que no le gustan mis relatos, por favor deje de leerme y omita comentarios nada constructivos y sin nada de educación. Gracias.

Este relatante lee muchos relatos y aquellos que atraídos por su tema o título no son a su juicio de calidad o de su gusto, simplemente hace lo que su sentido común educado ante todo le dicta..., dejar de leerlo y va al siguiente...

Siempre he comentado aquellos que me gustan..., jamás los otros...

PEPOTECR.