Mia sara..., sexo con cerveza...

Hoy Mia Sara..., conocerá a Julio Cesar un trabajador boliviano de la construcción que tenía una cuadrilla especializada en reformas en la ciudad de Panamá...

MIA SARA..., SEXO CON CERVEZA...

Disfrutemos de una nueva historia de sexo especial con Mia...

Hoy Mia Sara..., conocerá a Julio Cesar un trabajador boliviano de la construcción que tenía una cuadrilla especializada en reformas en la ciudad de Panamá...

En el año 1993, una cuadrilla de reformas apareció por mi viejo barrio... y poco a poco fueron integrándose en el mismo.

Hacían una reforma en una casa y antes de terminarla otra familia le encargaba la siguiente...

Formaron parte de nuestra comunidad durante varios años y uno de aquellos personajes..., de nombre Julio Cesar..., sería mi elegido para hacernos disfrutar durante meses..., muchos meses..., el uno a la otra..., y la otra al uno...

Aunque lamentablemente fue casi al final de su estancia entre nosotros.

Les cuento...

Nos habíamos visto de pasada en varias ocasiones y nuestras miradas se dijeron mucho sin palabras...

El destino tenía su hoja de ruta trazada, aunque lo había hecho muy despacio... tardaríamos años en intimar...

Julio Cesar, era alto, de tez oscura aceitunera..., como la de mi amantísimo manchego, buen profesional de la construcción, muy deportista, más bien serio, callado y muy aseado tal como apreciaba cuando termina su jornada de trabajo y paseaba calle arriba y calle abajo, quizás para seducirme como un pavo real a su hembra que se iba alterando de poco a poco...

Julio Cesar y sus compañeros reponían fuerzas entre horas cerca de mi casa en donde una familia tenía una modesta tienda donde en una mesita lateral al efecto..., podían aquellos trabajadores relajarse con una cerveza y comer un plato de comida caliente sin tener que desplazarse mucho a otras cafeterías más alejadas.

Julio Cesar educadamente me saludaba al pasar de ida o de vuelta, ya fuese en paseos o a tomar un refrigerio en aquel establecimiento peculiar de mis vecinos.

Parecía que tenía cogida la hora de retorno de mi trabajo o cuando salía a colgar la ropa lavada a mi patio exterior.

Mi cuerpo me decía que cualquier día, aquel hombre precioso pero tímido daría el paso.

Pasaba ya semanas masturbándome a su costa. No tenía pareja por aquel entonces.

El padre de mis hijos, había desaparecido en extrañas circunstancias..., ya les contare...,  y mi corazón estaba por entonces desocupado. Hoy está ocupado por ti...

Una cálida noche estaba sentada mirando el precioso cielo estrellado y paso mi galán...

Dos estrellas más alumbraban mis ojos..., los suyos...

Quizás sin hablarnos..., nuestros corazones acordaron juntarse precisamente..., aquella noche de brillos celestiales...

Hizo ademán de pararse y hablar...

Tuve que iniciar el rito amoroso...

-          ¿Dónde va Julio Cesar?

-          Quería visitarla..., Mia Sara.

Abrí la puerta del acceso.

Pasamos a la cocina por la puerta trasera que daba al patio donde tendía la ropa.

Mis hijos dormían plácidamente e hice ademan al galán de que hablase suavecito...

Le acerqué una silla para que se acomodase.

Hice gesto de coger otra para sentarme a su lado a charlar...

Con su cálida mano, me retuvo...

-          Siéntese Mia en mis rodillas...

El galán de pocas palabras, tenía clara sus ideas... Estaba enamorado a su manera, y llevaba tiempo sin pasión...

Me senté...

Mi agarro por mis caderas...

Le dijo todo de una...

-          Estas sola..., yo también...

-          Me gustas..., te deseo...

-          Te gusto..., lo sé.

-          Estemos...

Buscó mi boca.

La encontró..., me dejé besar sin condiciones...

Me encantan estos hombres determinantes... Me encantas tú...

Nos besábamos sin pensar en el tiempo... Así es la pasión mis amigos.

Ésta que relata estaba encharcada...

Nos levantamos de la silla para hacer el cortejo amoroso completo.

Bajó mi pantalón corto... N había nada más...

Su mano se alojaba en la entrada de mi cueva ya húmeda de más...

Tuve que dar el siguiente paso...

Afloje su cinturón, desabroche su pantalón...

Un enorme miembro abultado tras sus interiores a simple vista...

La boca se me hizo agua..., tal como estaba muy cueva disfrutando con su dedeo ágil y experimentado...

Tenía mi primer orgasmo manual...

Sacó mis pechos por encima de mi camiseta..., juntándolos, los manoseo  con la otra mano libre..., mientras me decía...

-          Mia Sara..., estas muy rica y hermosa..., llevaba meses soñando con tocarte..., amarte, adorarte...

Ampliaba mientras que olía mi cuello y cerraba sus ojos para disfrutarme...

-          Tu blanca piel es suave mi amor..., me huele mi rica...

Mamó uno de mis pechos con deliciosa pasión...

Pellizcó mi enervado pezón..., el otro después...

Yo entretenida con lo que me hacia arriba y abajo, solo podía sobarse su paquete por fuera de sus interiores...

Necesitaba más, mucho más..., y urgentemente... Lo necesitaba dentro de mí.

Me liberé de su cortejo previo.

Bajé su ropa interior..., y allí apareció aquella enorme beldad de carne rica y caliente...

¡Que belleza!

Esta noche no la probaría de momento con mi boca..., quizás mas tarde...

Bajó mi pantaloncito...

Estábamos desnudos por abajo...

Se sentó en la silla y me cogió a horcajadas...

Todo siguió suave y húmedo...

Aquel enorme pene duro se incrustaba en mi hueva lubricada y deseosa...

El ritmo tuve que ponerlo yo, ya que actuaba de amazona diligente...

Mientras le cabalgaba nos besábamos con pasión..., mordiscos en nuestros cuellos con delicada lujuria...

Apretaba mis nalgas con delicia para ambos...

Otro orgasmo me asaltaba...

Quiso cambiar de postura...

Me levantó y me di la vuelta...

Volví a sentarme dándole la espalda y aquella barrita de dura carne volvió a esconderse dentro de mí.

¡Qué placer tan inmenso!

Seguimos cabalgando juntos en perfecto compas...

Sus manos jugaban con mis pechos y mis caderas...

Me sobaba mi barriguita que ansiaba más y más placer...

Quería follarme más cómodamente..., quería darme buenos envites y me dijo que fuésemos a la cama...

En el dormitorio me follaba a placer...

Tras muchos enérgicos golpetazos de su pelvis y caderas..., yo volví a correrme y él quiso imitarme...

Una enorme andana de semen me inundó...

¡Que dicha!

Suspiré mientras otro soberbio orgasmo me estremecía...

Jamás hubiese pensado un rato antes, que aquella noche tan estrellada sería una noche tan especial...

Vendrían muchas más...

Después de descansar..., unos minutos volvió a follarme con más soltura y sin tanta tensión...

Una hora después volvía a correrse y yo ya estaba gloriosamente satisfecha..., después de aquel desfile de orgasmos a cual más inspirador...

Iniciaríamos una relación semi-clandestina, pues mis hijos aun menores no querían que supiesen aun de una posible relación sin analizar un futuro estable...

Había que ir poco a poco conociendo a mi nuevo galán y ver donde nos llevaba aquella unión sentimental y gratamente sexual...

Nos veíamos muchas noches y algunas mañanas en diario o en festivos pasaba por casa, cuando mis hijos estaban en la escuela o de paseo.

Era callado...,  pero muy morboso como comprobaran  continuación para hacer justicia al título del relato...

Un día como otros muchos..., me trajo una cervecita muy fría..., que a veces me gustaba compartir con algo de soda de limón o cola...

Me tocaba y yo como siempre..., muy húmeda...

Nos besábamos pasionalmente...

Miró la botella de cerveza y mi cuevita húmeda...

Me miró morboso...

Maliciosamente me dijo...

-          ¿Te gustaría...?

Asentí...

Lamio la botella y me la colocó en la puerta de mi lubricada cueva del placer...

Fue escondiéndola en ella...

La sacaba y la metía...

Tuve un orgasmo...

Sacaba y entraba rítmicamente...

Tuve otro orgasmo...

Después de varios momentos álgidos..., terminé eyaculando...., tuve un licuoso esquirting..., de tanto placer que aquella cerveza me dio..., con aquel movimiento rítmico y poco frecuente..., por la botella de cerveza...

Julio Cesar..., cada vez más morboso..., además de romántico...

Un lujo de amante.

Reímos sonoramente ambos después de aquel episodio...

Iba a recoger el suelo...

No pude..., ya que mis piernas temblaban debido al enorme placer que me ocasionó el jueguecito..., en el que encadené media docena de orgasmos seguidos...

Estuvimos amándonos casi un año...

Un día volvió a su pais, por cuestiones familiares y ya no volvió...

Me escribió una carta de amor insuperable...

Su letras románticas me hicieron gozar el alma..., pero mi cuerpo quedó vacío..., aunque no por mucho tiempo...

Ya te contare mi amor...

Ya les contaré amigos...

Fin del relato.

Gracias mi vida, por tan maravilloso y morboso relato.

Hasta muy pronto amigos lectores...

Hasta mañana mi diosa..., hasta mañana Mia Sara...

Como siempre a su disposición en mi correo para todo lo que gusten...

PEPOTECR.