Mi zorrita y yo

Arrimón, oral y sexo ardiente después de un día de trabajo.

Fue un día, muy agotador; si, ella sabía como ponerlo a tono, un mensaje, una foto y él ya la tenía dura. Aún así el cansancio lo abrumaba; en una hora ya estaría en su casa descansando.

El camión venía muy lleno pero no iba a esperar al siguiente, se subio. Vibro su celular ¿Que mensaje mandaría su zorrita?

Una foto.

-¿Te gusta mi tanguita?

Una tanga negra de encaje se perdia entre sus grandes nalgas, su miembro al instante respondió aumentando su tamaño.

Y pensar que apenas hace 2 semanas se ponían de acuerdo para su primer encuentro en el hotel, 15 días antes tuvo sus grandes pechos en su boca, sintio como sus fluidos recorrían su verga dura, y desde entonces cada día su cachondeo iba en aumento.

No se dio cuenta como paso pero frente a él una jovencita le restregaba sus nalgas; seguro el vaivén del camión logro que su erección fuera notoria y al parecer bien aceptada por este bombón, no veía su cara pero tenía unas nalguitas firmes, paraditas que lo invitaban a pecar. Llevaba pantalon de mezclilla, pero él solo pensaba que si hubiera llevado falda o vestido ya estaría manoseando sus deliciosas nalguitas.

Siguió restregandole su verga cada vez mas grande, eso se lo iba a contar a su zorrita seguro se mojaba al saberlo y le mandaba una foto o mejor un video.

Estaba cerca de su detino y aunque queria seguir disfrutando esas nalguitas, no podía desviarse, quería descansar.

-Debo pedirle su telefono

No había tiempo la siguiente era su parada.

Se alejo dejando rastro de humedad en esas nalguitas que hicieron tan ameno el viaje.

Al bajar lo esperaba una grata sorpresa.

Ella estaba ahí, con un vestido pegado de arriba que marcaba sus tetas y suelto de abajo. Con la picardía dibujada en su sonrisa, la abrazo y le planto un beso cachondo. Ella toco sin pudor su erección ahí en plena calle a la vista de los curiosos y le dijo al oído:

-Mmmm Que rico, ¿esto es por mi foto o por verme aquí?

Él le contó su aventura en el transporte, sabía que eso iba a hacer que mojara esa tanguita.

-Que rico, ¿le pediste su teléfono?

-No. Debí hacerlo ¿verdad?

-Pues si tontito, así le hablabas y te la cogias rico o mejor aún nos la cogiamos los dos.

Si, ella es muy zorrita, su zorrita.

-Ya se, la próxima pido su teléfono. (Si habría próxima)

-Pero algo tenemos que hacer para bajar esta erección.

Se mordió el labio.

Él sabía que eso significaba que se la quería chupar, llenar esa boquita de semen era una delicia.

-¿A donde vamos?

-A tu casa

A esta zorrita le gustaba la emoción.

-Hay un hotel a dos cuadras.

-Si pero yo te quiero coger en tu cama.

-Traviesa.

¿Cómo iba a meterla en su casa a escondidas, como iba a evitar que sus deliciosos gemidos los delataran?

Pensarlo solo lo ponía más cachondo y ella se dio cuenta. Habían caminado unos metros y en esa calle no se veía nadie más, llegaron a una zona oscura, la luminaria no servía y estacionadas estaban 2 camionetas, ella lo jalo y al instante sin perder tiempo ya estaba con su verga en la boca, definitivamente no iba a durar mucho, ella sabía como mamarla y había aprendido lo mucho que él disfrutaba que se la metiera hasta el fondo. Unos minutos después descargo toda su leche en su boquita, se lo trago todo, lo dejo limpiecito, salieron de su escondite.

-Delicioso, me encanta tu lechita, pero quiero más eh.

-Que putita eres, me encanta.

Lo beso, si que era traviesa, ahora también él tenía su sabor en los labios.

Llegaron a su casa, se metieron sin hacer ruido directo a su cuarto.

-Saludo a mi papá y regreso.

-Ok. No tardes.

Una charla rápido con su padre y se disculpo para ir a bañarse...en sus jugos pensó, y su pene empezó a ponerse a tono otra vez.

Abrió la puerta y ella lo esperaba usando solo la tanguita negra de encaje de la foto.

Se lanzó sobre ella a besarla con excitación.

-¿Cerraste la puerta?

-Creo que sí.

Ella ya le estaba arrancando la playera y pegándose a su cuerpo para sentir su erección cada vez más notoria.

Se quito el pantalón.

Ella se puso en 4 mostrandole ese culito empinado en el que él se iba a perder, acerco su lengua a sus labios, ya estaba muy mojada disfruto de sus jugos por un rato, hasta que ella volteó a verlo con expresión suplicante, pidiendo en silencio que la penetrará.

Le exitaba hacerla esperar, siguio lamiendo sin reparo. Ella intento moverse, pero él  se lo impidió sin dejar de lamer.

Y llego su primer orgasmo, sintió las contracciones de su sexo en su lengua y entonces si, la volteó en la cama para ver su carita de placer, se mordía un dedo para no dejar escapar gemido alguno.

Y sin más empujo su verga en su vagina hasta el fondo, ella mordía más fuerte su dedo y empezó a mover sus caderas para sentirlo más adentro cada vez.

Que rico se mueve la zorrita.

Ambos disfrutaban mucho sus movimientos y sus caras de placer, que rico hubiera sido poder oírla gemir.

Si no paraba se venía, hubo enojo en su cara al sentirse vacia pero él no quería acabar así.

Se acosto en la cama invitandola en silencio a subirse en él, ella entendió y en un instante ya se estaba enterrando su verga despacito hasta el fondo, se quedó inmóvil sintiéndose llena, disfrutando de esa verga en su esplendor; él sentía delicioso sus flujos empapandole el pito, y empezaba a moverse muy rico arriba, abajo, a los lados, como perreando, esta zorrita sabe moverse. Chorreaba y él disfrutaba sentirse mojado de esa manera.

Ella tomo su ritmo y él sabía que venia su orgasmo, él tambien se iba a descargar, llegaron al climax juntos, contrayendo sus cuerpos, disfrutando que su orgasmo apretara su verga ordeñandola por completo.

-Que rico me cojes, papi, quiero más.

Si, ella es muy zorrita. Su zorrita.

Gracias por leer.