Mi You

Un juego a dos bandas donde no todo lo que importa es sexo

MI YOU

Salí del hotel. Me había divertido pero sentía que me faltaba algo.

Fue un encuentro agradable con buen sexo pero no vibré, la piel no se me erizó,

mi cuerpo y mis emociones no se encontraron. Mi cuerpo disfrutó, mi humedad fue prueba de ello,

pero la sensación fue de ser el cuerpo de otra persona,

otra persona y no yo disfrutó de ese encuentro. Mi yo se sintió defraudado, vacío

y para recuperar el control tuvo el impulso de ir a verte.

El olor a sexo de mi cuerpo había apagado el aroma de mi perfume,

curiosamente lo había metido en el bolso porque en el fondo sabía que me lo pondría después

para llamar tu atención. Una vez en el parking de tu trabajo cambio los tacones por unas sandalias

para parecer más informal, me coloco el pelo y me pongo el perfume, llevaba puesto el mismo

vestido que te había descrito por la mañana para llevar al encuentro en el hotel.

Empecé a sentirme nerviosa, si nerviosa, emocionada, ilusionada, feliz porque mi yo había vuelto,

estaba sintiendo.

Me gusta entrar por una pasillo secundario que da a la sección donde trabajas para verte antes

de que me veas a mi, así me da tiempo a localizarte, esconderme para coger aire y salir decidida a tu encuentro,

pero esta vez todo fue demasiado rápido, ya en el primer pasillo te veo pasar y como por arte de magia

casi en el mismo instante giraste la cabeza y clavaste tu mirada en la mía.

Estabas atendiendo a un cliente así que esa mirada duró solo un segundo, un maravilloso segundo

que devolvió mi verdadero yo a un juego en el que ni mi cuerpo ni mi ser tienen que fingir.

Esperé en el pasillo hasta que te pudiste acercar para saludarme. Fue un saludo impersonal y poco más,

sabía que estás en tu trabajo y que te sientes incómodo por no poder ir a más, pero da igual,

tu boca me dice hola, ¿que tal?, ¿estás bien?, ¿todo bien?… pero tus ojos brillantes me están diciendo

“capulla se de donde vienes y me encantaría comprobarlo, me encantaría meter mi mano bajo tu vestido

y acariciar tu sexo para luego oler mis dedos y meterlos en tu boca para que los chupes…”.

Vuelvo al coche cachonda y con una gran sonrisa, ahora si que ha sido un bonito día.

By Vesame