Mi viejito y yo
No podía quedarme con las ganas, así que resolví que la traba otra vez me rompiera la cotila, pero sin groseria.
Mi vecino viejito y yo
Hola amigos, otra vez por acá, soy Lucia y como les prometí la última vez que escribí, hoy les cuento la nueva cogida y con mucho dolor por parte de la traba, rompiendo de nuevo mi culito, pero con goce incluido. Al otro día de la fiestita que tuve invitada por mi amiga travesti, cuando estuve con mi mama, por supuesto que contándole todo con lujo de detalles, le dije que me habían vuelto unas ganas locas de sentir de nuevo tremenda verga dentro de mí, ella puso el grito en el cielo y de todos modos me trato de convencer que era una locura, que ya me había desgarrado la colita y otra vez no pasaríamos por lo mismo, peo ante mi insistencia acepto de mala gana, con la condición que ella estuviera allí y cuando viera la cosa fea para mi mandaría suspender mi “ejecución”, una gran alegría recorrió mi cuerpo y la agarre a besos y abrazos, dándole las gracias. A los dos días recibí un mensaje del traba diciéndome que el miércoles venidero vendría como a las 15 por casa para hacerme feliz. Faltaban aun como 5 días y se lo mostré a mi mama, diciendo que tenía que ir preparándome. Así que me dijo que tendría que usar un pene postizo en mi colita para ir abriendo el agujerito. Sali para mi dormitorio busque la cremita y mi “amigo” grande jugué un ratito con mi culito y me lo metí entero, sin previa, me dolió bastante pero el verdadero era mucho más grande y me dolería más. Así que me vestí y lo dejé puesto, no se notaba nada, según mi progenitora. Hice vida normal, me senté, pare, hice la tarea de la casa, siempre con la postiza metida. Cuando estaba en mi cuarto o dormía, me ponía otra más chica que tengo, para abrir más el agujerito. En esos días mi conchita era una canilla, usaba protectores a diario porque era mucha la mojadura. Hasta que el gran día llego, casi no comí para no sacar nada raro, solo agüita y una hora antes un buen lavaje, hasta que el líquido salió cristalino, ya estaba pronta, al fruncir mi colita no sentía nada, así que me parece que la aguantare bien. Con calefacción prendida, solo me puse una mini muy chiquita y sin sostén, con un hilo dental acorde y un buzo manga corta, creo que estaba bien presentable. Paso un rato después de la hora establecida y sonó el timbre, nos miramos con mama y le sonreí nerviosa, no era para menos, me iban a romper el culo, así que fui a abrir la puerta del frente, y estaban mis dos trabas, Fabiana y su amiga. Nos saludamos con dos besos cada una y pasaron al salón donde estaba mi mama con él te preparado. Luego de un rato donde mi respiración era rápida, Evelyn que ahora se hacía llamar así, me tomo de la mano y me invito a mi habitación, con gusto y nervios fui con ella hacia allí. Cuando entramos me tomo de la cintura y me atrajo hacia ella, diciéndome al oído que estaba bien rica y que seriamos muy felices. No quedo quieta pues metió la mano entre mis piernas e introdujo sin dificultad su dedo pues estaba bien mojada, lance un suspiro y abrí mas mis piernas, en un instante quede desnuda y ella también, cuando vi su pene bien parado sentí como un escalofrio y al tragar me produjo cierto carraspeo. me hinqué de rodillas y comencé a lamerlo, de meterlo en la boca ni soñar era muy grueso. Jugué bastante con él, mientras la traba me decía cosas como te voy a romper el culo pendeja, otra vez sentirás mi verga en el ojete. Me acostó boca arriba y me abrió bien las piernas, sacándome dos o tres eyaculaciones abundantes, con su legua y así despacito me puso aquello monstruoso en mi conchita y metió la cabeza, un grito salió de mi garganta, y lágrimas salieron de mis ojos, pero no enterró mas solo saco y la metió de nuevo, fuertes quejidos salieron de mí, el dolor era bastante y tenía que aguantarlo, era mi deseo. Mientras ella chupaba mis tetitas y nuestras lenguas se entrecruzaban, fue cediendo en algo el dolor, comencé a mover mis caderas para una mejor lubricación y postura, pero ella no la metió más. Después de un rato de gozar, me dijo al oído, ahora date vuelta, que te la pongo en el culo, algo como un sollozo salió de mí, quizás sabiendo que el dolor que tendría que soportar seria intenso, pero no dude, me di vuelta y levante mi colita, ella saco de su cartera lubricante que me puso en mi culito, incluso por dentro con el dedo y en buena parte de su pija. Luego comenzó a jugar pasando la cabeza por mi ojetito haciéndome cosquillas y queriendo sentirla adentro, estaba muy caliente, y le pedí por favor que me la metiera, ella paro de jugar y la apoyo haciéndome gemir sabiendo que entraría, sin dejar de apoyar se acercó a mi oreja y me pregunto si quería sentirla adentro , si métela por favor dije e hizo fuerza entrando la cabeza toda, di un grito y comencé a llorar, ella me consolaba diciendo que había entrado la cabeza que aguantara. Me duele mucho decía yo y comencé a mover mis nalgas en círculo, y empujar hacia arriba, así ella viendo que quería sentirla más adentro empujaba y entro una buena parte los lamentos míos se escuchaban desde una cuadra no podía hablar hacia señas que parara pero ella no cejaba en la intención de meterla más, hasta que casi me desmayo del dolor, ahí paro y quedo quieta un buen rato, cuando mi culo se acostumbró a semejante verga dentro de mí, muy suave la metía y sacaba buena parte, hasta que a pesar del dolor y el sufrimiento ayudé tratando de meterla más, no cesaba de hablarme al oído diciendo lo puta que era y que tenía el culo roto me preguntaba si era puta si me gustaba tener el ojete clavado y que la llamaría nuevamente para desflorarme el chiquito de nuevo. Y así llego el momento de que me lleno los intestinos de leche espesa, no podía hablar solo lloraba y repetía me duele mucho, pero ya tenía el ano lleno de una abundante acabada. Cuando la saco creo que fue la peor parte, sufrí como una condenada, no podía moverme, ella salió de mí, le mire la verga, grande y flácida, pero solo con mis jugos y los de ella, así como pude me di vuelta y se la limpie con la lengua que quedo reluciente. Caminando con mucha dificultad fue al baño y me aseé bastante, luego me vestí y fui donde estaba mi mama habiendo siendo complacida por Fabiana. Cuando entre al salón, sonriente y feliz me preguntaron que tal y les conteste que fabuloso, pero sentarme no me fue fácil. Cuando se fueron me progenitora de inmediato me hizo que le mostrara como me había quedado el chiquito y según ella estaba bien grande y feo, pero de todos modos la cremita no le falto. Me costó bastante aguantar el dolor y la rotura anal, pero estaba feliz, y seguramente cuando estuviera bien, lo intentaría de nuevo, quería sentir toda esa hermosura dentro de mí. Y esa fue toda la aventura divina que tuve, agradezco sus cartas, siempre son bonitas, besos a todos y todas, no me olvido de vos Mara.-