Mi vida, un deseo cumplido de ambos

Sigo con mi experiencia de mi vida, se hace realidad el deseo de mi esposo...y también el mio...

Al día siguiente, luego de una noche de sexo espectacular, llena de sensaciones nuevas y deseos diferentes por parte mía y de mi esposo también, nos levantamos y nos duchamos, nos juntamos en la mesa para desayunar:

-         Bueno Rocío, me dijo mi esposo, cómo vamos a planear para lograr lo acordado anoche?

-         Ay José, le dije, tan apurado estas para que el padre Antonio me tire???

-         Y tú, vas a decir que no ves la hora de que te penetre esa pinga que con tanto gusto me la has descrito????

En ese momento nuevamente por unos segundos me quedé callada y por mi mente pasaron rápidamente las imágenes del miembro del padre Antonio, entrando y saliendo de la conchita de mi madre y de su ano, imágenes que me excitaron al instante, ver en mi mente esas imágenes de ese miembro grueso y chorreante.

-         Rocío, despierta, esa voz de mi esposo me volvió a la realidad,  no ves! estas que te mueres de ganas, te menciono al cura y tu rápido estas que te chorreas, verdad??

-         A decir verdad, tienes razón, pero tú tienes la culpa!!

-         Chio, no te amargues, a mi me pone a mil imaginarme verte teniendo sexo con el cura, no te imaginas el morbo de imaginarme por ahora ser yo el que te vea penetrada por el padre Antonio, tal como tú lo hiciste con tu madre, siempre te he dicho que me gustaría verte teniendo sexo con otro hombre, pero aún más excitante sería con un cura, no te parece ¿??

-         Oye José! Sí que estas decidido y empecinado a que el padre Antonio me tire, verdad?

-         Si Rocío, quisiera que  ambos logremos que nuestras fantasías y deseos se hagan realidad,  o tú no estas de acuerdo??

-         Bueno, algo insegura

-         Chio, si lo sabemos manejar y verlo de la forma de que sea solo sexo y placer para nosotros creo que si yo estoy seguro y tu???

-         Viéndolo de esa forma, José, creo que ya me estas logrando convencer de verdad.

-         Mira, ya prácticamente hemos dado el primer paso

-         José, a que te refieres??

-         Claro Rocío, no te das cuentas que el otro día ya el padre Antonio te ha visto tu lindo culo, que le mostraste casi sin dejar nada a la imaginación??

-         Verdad no??

-         Claro, ya despertaste sus deseos hacia a ti, eso tenlo por seguro.

-         Si José, como creo que te dije, cuando se estaba tirando a mi madre, no sería nada raro que en ese momento el padre Antonio se estaría imaginando mi culo, mis piernas y todo lo que pudo ver, verdad???

-         Claro Rocío, es cuestión de buscar lo más pronto la oportunidad, para que las cosas no se enfríen.

Me vino a la memoria, lo dicho por José unos instantes, la frase “tal como tu lo hiciste con tu madre”, refiriéndose a la forma de cómo yo vi a mi madre ser tirada por el padre Antonio, desde el closet de mi cuarto de la casa de mis padres.

-         José, aquí en casa no tenemos un sitio apropiado para que te escondas y veas como yo vi en casa de mis padres a mi madre ser tirada por el padre Antonio.

-         Que me quieres decir Chio???

-         Te digo que el mejor sitio para que uno pueda ver sin ser notado, es mi cuarto en casa de mis padres.

-         Tienes razón Chio, aquí sería algo difícil encontrar un lugar donde mirar en forma segura, entonces que estás pensando??

-         Bueno déjame ver, iré a la casa de mi papas y haber que se me ocurre, y tú también anda pensando en algo, OK??

-          Bueno que así sea, concluyó José.

Terminando el desayuno, me cambié y me fui a la casa de mis padres, al llegar mamá estaba sola, la saludé y noté que tenía un semblante radiante y una sonrisa de oreja a oreja, pensé como no va estar así, después del semejante nabazo que se ha comido y el rico sexo que le ha proporcionado el padre Antonio, no era para menos.

-         Hola mamá, como estás?

-         Bien hijita

-         Como les fue en el almuerzo con el padre Antonio, le dije

-         Muy bien hijita, se quedó muy satisfecho y contento, le agradó mucho su plato preferido, y esbozó una sonrisa.

-         Que bien mamá

Dentro de mí pensé y recordé cual era su plato preferido del padre Antonio, meterle la pinga por el culo a mi madre, me vino al instante a mi mente las imágenes y lo suave y rico que le hizo el sexo anal a mi madre, en ese momento ajusté mis piernas ,chuchita y mi ano y me vino un estremecimiento total, me dije que pendeja es mi mamá, rico plato que le da al padre Antonio, pero al toque me dije a mi misma, ya verá el que yo le voy a preparar y también esbocé una sonrisa.

-         Mamá, y cuando va a volver a venir a almorzar el padre Antonio??

-         Justo hace un momento me ha llamado y me ha dicho que le encantó el almuerzo y quisiera repetirlo lo más pronto y tiene libre este fin de semana, puede ser el sábado o domingo me dijo, pero le dije que mejor si fuera viernes para que no espere tanto.

Ja, como no le va a gustar el almuerzo y cómo no va estar deseoso de repetirlo, me dije, mamá que pendejita que me resultaste, pensé y también vi por qué mamá le proponía que sea viernes, ya que el sábado mi papá sale más temprano de su trabajo y domingo está en casa, y eso no le daría tiempo a mi madre para tirar con el padre Antonio.

-         Ha, Rocío, también preguntó por ti y tu esposo

-         Y qué te dijo

-         Que también le gustaría volver a visitarlos

Cómo no va a querer volver a mi casa, seguro quiere la repetición del espectáculo que le dí en las gradas y en todo momento, más que seguro quería ver mis piernas, mi culito y mi rajita con mis pendejitos saliendo de mi tanga.

-         OK. Mamá yo te aviso para que le llames.

-         Llámalo tú, me dijo, y aprovecha para decirle si ya tiene fecha para venir a almorzar.

-         Mami, yo puedo venir a acompañarlos??

-         Ay, mi hija, te aburrirías de la conversación de viejos

-         Bien lo llamaré.

Fui a llamarlo por teléfono, y me volví a decir, que viva es mi madre, no quiere que nada se interponga en su momento de placer, pobre mi viejo pero bien por mi madre, que logre su placer, total, es problema de ellos.

-         Hola, padre Antonio??

-         Si, con él, con quien hablo??

-         Con Rocío, padre Antonio

-         Hola Rocío que sorpresa recibir tu llamada, a que se debe este milagro?

-         Padre Antonio, mi mamá me encarga decirle si ya vio que día vendrá a casa a almorzar?

-         A, si dile, que tendría que ser el día sábado

-         Bien padre, le diré

-         Rocío, me dio gusto verte el otro día, a ti y a tu esposo, me alegra verlos felices.

Cómo no te va a dar gusto, me  dije, con lo que viste, seguro ahora al otro lado de la línea te estarás pajeando, me sonreí.

-         Gracias padre

-         Si, me recordé cuando eras una niña y verte a los años, me dije como pasa el tiempo, verdad???

En ese momento, dije es ahora o nunca, aprovechar esta conversación para ver que reacción pueda tener el padre Antonio, si le hago de alguna forma una insinuación mía.

-         Nuevamente gracias padre, se que me vio después de mucho tiempo, desde el colegio verdad??

-         Creo que sí Rocío, luego tuve que viajar, pero verte ya casada y lograda me alegra.

-         Me contenta escuchar padre el gusto que le dio verme (dí un acento especial a la palabra gusto)… a mi y a mi esposo.

Me armé de valor y le dije la siguiente pregunta:

-         Padre y como mujer como me vio he cambiado mucho desde el colegio verdad padre???

-         Rocío estas linda, dichoso José que te tiene y te quiere, verdad?

-         Si padre, pero no me ha dicho realmente como me ve como mujer

-         Rocío, recuerda que soy sacerdote…

-         Pero padre, también es hombre, verdad??

-         Rocío, no me pongas en aprietos, y soltó una sonrisa

Ya empecé y no puedo parar me dije, total por teléfono era más fácil enfrentar cualquier situación y seguí

-         Por qué en aprietos padre??

-         Por que yo no soy la persona indicada ni adecuada para decir ciertas cosas…

-         Ay, vamos padre Antonio, que cosas en estos tiempos no se pueden decir?

-         Tienes razón en estos tiempos la juventud, como tu, es muy diferente…

-         Como diferente padre??

-         Tú lo sabes Rocío, diferentes, liberales, atrevidos… y tartamudeando un poco, terminó diciendo, los jóvenes de ahora rompen todo esquema.

-         Padre no es para tanto, lo único que quería saber es su opinión como hombre, a las mujeres les gusta de ves en cuando que otro hombre les diga cosas bonitas, en mi caso a parte de mi marido, una es de carne y hueso y un poco vanidosa, verdad padre???

-         Verdad Rocío, las mujeres son vanidosas y tú bien sabes que tienes todas las condiciones para serlo y estar orgullosa de lo que tienes, dichoso José, por eso digo, y con eso tienes bastante…

-         Ay padre Antonio, no se corte, que también es hombre y de carne y hueso, o me equivoco padre verdad???

-         No te equivocas Rocío, pero…

-         Pero qué padre, ande dígame, olvide por un momento que es sacerdote y conteste la pregunta que le hice…

-         Rocío…

-         Ande padre, dígame, total esto quedará entre nosotros, verdad??, además no hay nada de malo, no???

-         No Rocío, nada de malo, pero que te puedo decir, tienes un cuerpo maravilloso, que sacaría loco a cualquier hombre…

-         Y a Ud., padre Antonio????

Hubo un silencio, me imaginaba como el padre Antonio estaría pensando salir de este trance, de esta conversación y yo también me puse nerviosa, creo que me había sobrepasado y ya me estaba arrepintiendo de seguir adelante con esto, en eso…

-         Rocío, te dije a cualquier hombre y como tú dices yo también soy hombre de carne y hueso…

Este es momento, ya estaba segura que si seguía insinuándome al padre Antonio, él  ya no me cortaría, debería seguir adelante…

-         Padre Antonio, me alegra que le haya gustado mi cuerpo, mis piernas mis pompis…

-         Rocío, que dices…

-         Padre, se que el otro día en casa cuando nos visitó, Ud. me vio en las gradas y lo hice para que Ud. padre me vea, pero así como Ud. dice que le gusto, Ud. también padre Antonio me gusta y me atrae como hombre…

-         Para Rocío, no sigas, esta conversación creo que ya está fuera de lugar…

En ese momento pensé que ya todo quedaría ahí, pero me armé de valor y seguí:

-         Padre, le dije que era de carne y hueso y Ud. también, y no sé que hay de malo expresar una sus sentimientos…

-         Rocío, realmente desde que te vi como tú dices en las gradas de tu casa y pude apreciar lo hermosa que eres, mi mente no ha podido dejar de pensar en ti…

-         No ve padre, no es difícil decir lo que uno siente…

-         No Rocío, no es difícil, pero no es correcto que sigamos sobre este tema…

-         Vamos padre Antonio, dígame por esta única vez que sintió al verme…

-         Rocío, tu sabes que puede sentir un hombre al ver una mujer hermosa…

-         Pero dígame…

-         Rocío, no me hagas sentir mal…

-         No esa no es mi intención…

-         Sabes lo que me dejaste ver y ofreciste, entonces …

-         Padre Ud. lo ha dicho no solo lo dejé ver si no también le ofrecía mi cuerpo…

-         Rocío basta yo creo que me he expresado mal…

-         No padre, está Ud. sacando sus deseos y no vea nada malo en eso…

-         No es nada malo para cualquier otro hombre, pero…

-         Padre creo que aquí no hay pero que valga, el problema es que no me quiere decir lo que realmente sintió…

-         Rocío, mira ya si lo quieres saber, ya te dije, que no dejo de pensar en ti, en tu cuerpo, en tus…, disculpa y perdona ya no puedo seguir…

-         Padre no sabe lo halagada y contenta que estoy, que Ud. me diga eso, pero no se corte padre…en que más pensaba…

-         Rocío, eres una diablilla, (ya en tono más relajado)…

A estas alturas, ya me sentí triunfadora, pensé que ya tenía al padre Antonio bajo mis encantos, y no me equivoqué, seguí persistiendo para que se abra más y se sincere…

-         Vamos padre que le gustó más de mi cuerpo…

-         Rocío, tus ganas, me gustó tu cuerpo…

-         Eso ya lo dijo padre…

-         Bueno pues, tus piernas…

-         Siga padre…

-         Si y me gustaron tus pompis,…

-         No ve padre, no es difícil decir lo que uno siente… y que también le gustaron mis tanguitas verdad…???

-         Rocío, que tremenda que eres, …

-         No me evada la pregunta padre…

-         Si, me gustaron tus tanguitas, nalgas y lo que más me… ex… agradó fueron esos vellitos atrevidos que escapaban de ella…

-         Padre iba a decir Ud. excitó, verdad??, ande dígame que le excito…

-         Rocío, ya basta, tu sabes que sí, ya no me hagas sentir mal, mas de lo que ya estoy…

-         Debo suponer padre que en estos momentos Ud. está excitado de sólo recordar esos momento no???, yo sí lo estoy padre ( me lancé a decirle)

-         Rocío, no sigas…

-         Admítalo padre, lo está verdad…

-         Rocío por favor…

-         Padre ya nos hemos sincerado bastante y creo que ya no podemos ocultar nuestros deseos…

En ese momento la voz de mi madre nos sacó de nuestra conversación

-         Hija te comunicaste con el padre Antonio??

-         Si mamá, cuelgo y te digo lo que me dijo OK??

-         Padre mi mamá me está llamando, entonces le digo que para el sábado…

-         Si Rocío, y esta conversación por favor que no se entere nadie y para que no te quedes con las dudas te diré que si estoy excitado, y aún pensando en tus palabras, que no solo me enseñabas tu cuerpo, si no que también me lo ofrecías…

-         Padre Antonio, no solo son palabras…

-         Bueno Rocío, hasta pronto.

Dicho esto el padre Antonio colgó apresurado el  teléfono, yo me quedé un momento paralizada, pensando todo lo que le había dicho, el cuerpo se me puso tenso, aún no creía que había podido insinuarme así al padre Antonio y  él tan pronto haya cedido, no me lo podía creer y aún más lo último de ofrecer mi cuerpo, yo le iba a decir que si quería podía ser suyo, pero me colgó.

Fui a la cocina donde estaba mi madre y le dije que el padre Antonio me dijo que el almuerzo sería para el sábado, en ese instante la actitud y el semblante de mi madre cambió, se puso mal humorada.

-         Bueno mamá, voy a ir un rato a mi cuarto

-         Bien hija, yo seguiré cocinando, me dijo toda seria, ya no tenía esa alegría y yo sabía el por qué.

Subí a mi cuarto, al entrar respiré profundo, como queriendo sentir ese olor a sexo del día en que mi madre era poseída por el padre Antonio, las imágenes se me venían unas tras otras, me senté en mi cama y comencé a frotarme mi rajita encima de mi calzón, en lo que estaba, sentí el marcado del teléfono en mi anexo que tenía en mi cuarto y lo levanté con mucho cuidado y escuché:

-         Hola, padre Antonio, era mi madre llamando al cura.

-         Si, Estelita???

-         Así es …

-         Hola como estas, le dije a Rocío que el día sábado tenía un tiempo para el almuerzo.

-         Si ya me dijo, pero no te acordaste que Carlos ese día solo trabaja medio día está muy temprano en casa y Rosita está toda la mañana haciendo limpieza.

-         Estelita, que alterada que estas…

-         NO es para menos, llegas de tiempo y tengo ganas de estar contigo y no puedes venir el viernes…

-         Pero, el viernes no puedo, tengo asuntos que atender, tu misma lo dijiste, vengo de tiempo y tengo que realizar muchas actividades…

-         Bueno pues, será el sábado, y para colmo mi hija quiere estar en el almuerzo…

-         Pero Estelita, que de malo tiene que esté con nosotros, con  sus padres compartiendo un almuerzo???

-         Bueno Antonio, algo se nos ocurrirá el sábado, para robar un momento de tus caricias y besos, ojala se pueda…

-         Si Estelita…

-         Tu sabes  lo loca que me pone tu verga, gruesa y poderosa, dura y la última vez irreconocible, por lo que no puedo esperar volverla a tener dentro de mi…

-         Estelita, lo que me aloca es ese ano tuyo, ajustado y solo mío, verdad??

-         Eso sí eres el primero que me lo rompió y serás creo el único, bueno  cualquier cosa nos llamamos, hasta el sábado.

-         Bueno eso de creo, me dice que vas a ceder al pedido de Carlos y después de años dárselo, creo que es justo y se lo merece, chau Estelita, besos.

Colgaron el teléfono y yo después, pensaba en ese momento, pobre mi padre, superado por la verga de un cura, a decir verdad a mi padre nunca se la había visto, pero no debería ser algo significante, ya que mi madre prefería la del padre Antonio.

Bajé de mi cuarto, como si nada, fui al encuentro de mi madre y le dije que tenía que hacer full cosas y me despedí de ella.

Me dirigí a casa, tomé el teléfono y llamé a José:

-         José hola como estas???

-         Bien amor y tú??

-         Bien gracias cariño…

-         Oye y ya pensaste como realizar lo planeado???

-         José, hasta en la oficina no dejas de pensar en eso???

-         Si Chio, no dejo de imaginar como te la metería el padre Antonio, y  ver su pieza, como la describiste, taladrar tu conchita y si tú quieres tu ano…

-         José, te tengo buenas noticias…

-         Dime Chio, cuales son…

-         No lo vas a creer, pero me mandé con el padre Antonio…

-         Como????????

-         Si como lo escuchas, me le ofrecí…

-         No te puedo creer Chio, dime como fue…

En ese momento le narré por fono a José toda la conversación que tuve con el padre Antonio e incluso la conversación de mi madre.

-         Chio, eres un amor, prácticamente ya avanzaste mucho para realizar nuestros planes, y creo que por lo que me contaste él ya está  en tus manos…

-         José creo que tienes razón, no pensé en ningún momento que esto iba a resultar, pero como tu dices lo tengo en mis manos.

-         Si mi amor, nos vemos en casa…

-         Te espero cariño

En ese momento me fui a dar una ducha  y una buena paja, por lo conversado.

Llegó José y muy emocionado me dijo que le cuente más detalles y así lo hice, le dije todo lo conversado por teléfono con el padre Antonio y la conversación que tuvo mi madre con él.

-         Chio linda, no veo la hora que mis deseos se hagan realidad, ya estoy seguro que el padre Antonio será tuyo…

-         Amor le dije, no sabes el valor que tuve que tomar para decir todo lo que le dije al padre Antonio, hasta ahora no me lo creo, no sabes lo excitada que me encuentro y tu???

-         Si Chio, yo también, pero tengo una idea…

-         Dime cual amor…

-         Como no acabaron de decir lo que tenía que decirse, llámalo ahora y retoma el tema…

-         José, crees que se oportuno???

-         Claro mi amor y yo quiero escuchar…

-         Vaya morboso que eres, pero así te quiero y voy a hacer lo que me dices.

Dicho esto, agarré el teléfono y llamé al padre Antonio:

-         Hola padre Antonio…

-         Caramba que sorpresa, Rocío, hola …

-         Seguro que no esperaba mi llamada a estas horas de la noche, verdad???

-         No, realmente no…

-         Es que mi esposo tuvo que quedarse en el trabajo más de lo de costumbre y estaba sola y quise llamarlo…

-         Rocío, dime…

-         Padre, cuando me colgó el fono esta mañana, no tuve tiempo de decirle…

-         Rocío, no tienes nada que decir…

-         Sí padre, tengo que decirle que  no solo eran palabras y Ud. entiende …

En ese momento José que esteba a mi lado escuchando la conversación se le abrieron los ojos y los vi llenos de deseo, lo que me animó a seguir con la conversación:

-         Lo deseo padre Antonio…

-         Rocío, recapacita en las palabras que estas diciendo…

-         Padre , no solo le enseñaba mi cuerpo, si no se lo ofrecía, ahora depende de Ud. si lo desea tomar o no

José, que escuchaba nuestra conversación, abrió sus ojos a no poder más, me miró y despacio me dijo que siga, que estaba bien y me dio ánimos de seguir.

-         Padre Antonio, dígame…

-         Rocío, estas pensando en las consecuencias que esto pudiera tener???

-         Sí padre, si lo tomamos como mutua satisfacción de deseos…y nada más… (esto lo dije pensando en las palabras de mi madre a él).

-         Rocío, mira, mi situación no es fácil y eso que me estas proponiendo me saca de todo cuadro…y nunca esperé tener una conversación como esta con una mujer y menos contigo…

Dentro de mí y José también esbozó una sonrisa, vimos que el padre Antonio era un pendejo, ya que se hacía el muy puritano o virgen, y no sabía de lo enterados que estábamos de la relación que tenía con mi madre y por eso le lancé la siguiente pregunta:

-         Padrea Antonio, dígame sin más rodeos, desea mi cuerpo o no, y en otras palabras le gustaría tener sexo conmigo???

Después de decir esto, hasta José se quedó con la boca abierta al escuchar esta propuesta al padre Antonio.

-         Rocío, mira lo que estas diciendo…

-         Sí padre se lo que digo…

-         Mira, me dijo el padre Antonio, serenémonos y dejemos esta conversación pendiente, estas de acuerdo Rocío????

-         Bueno padre, veo que no soy lo suficiente buena para Ud.

-         No Rocío, no es eso, pero entiende mi situación… no sabes las ganas que tengo de estar contigo.

Boom, baldazo de agua, para mi y José, de algún modo nuestros deseos se estaban haciendo realidad, no podíamos creer lo que estábamos escuchando, el padre Antonio sí tenía ganas de tirarme, ya no había más que hacer, si no ver el momento oportuno de concretar lo que queríamos que pase, ya al parecer no había marcha atrás.

-         Padre, no sabe lo dichosa que me hace esto, por ahora creo que me basta saber que Ud. me desea.

-         Si Rocío, te deseo, ya me tienes loco, quise disimular mis sentimientos pero ya no puedo…

-         Padre me halaga y ya me siento suya, solo por el hecho que me lo diga…

-         Mira, a tu esposo lo estimo y no quisiera causar ningún daño entre Uds.

-         Padre, eso déjemelo a mi y esté tranquilo que a el lo quiero, lo que tengo por Ud. es solo un deseo carnal…

-         Rocío, dejemos esto hasta aquí  te parece???

-         OK. Padre,

-         Chau Rocío.

Colgó el teléfono, José estaba incrédulo a lo que había escuchado y no solo eso, estaba con una erección  fuertísima, que al momento de colgar el fono, me agarró y me bajó mis jeans, hizo a un lado mis calzoncitos y me penetró de parada y me hizo el amor como nunca, yo también estaba muy caliente y terminé junto a él.

Llegó el viernes y pasó algo imprevisto, era algo por decir caído del cielo, una hermana de mi padre se puso mal y tuvieron que planificar un viaje inesperado, mi tía vivía en un distrito cerca pero por la situación de las carreteras era de difícil acceso.

-         Hola Rocío

-         Hola mamá

-         Hija, tu tía se a puesto mal y tenemos que viajar con tu papá a verla

-         Bien mamá. Ojala no sea nada serio

-         Espero hijita que así sea, pero te quiero pedir un favor…

-         Dime mami

-         Llama al padre Antonio y dile que para otra ocasión será el almuerzo de mañana sábado…

-         Bien mami, lo llamaré y le daré tu encargo

-         Gracias hija, con lo apurada que estoy y la premura de tu padre para viajar, no me da tiempo a llamarlo…

-         No te preocupes mamá, yo lo llamo.

-         Gracias hijita, te quiero y nos vemos a la vuelta.

-         OK. Buen viaje mamá y mis saludos por allá.

Este viaje caía como a pedir de boca, José estaba viendo televisión y le conté lo que había pasado:

-         Rocío, no ha podido presentarse momento más propicio para nuestros planes, creo, verdad???

-         Si José, lo que estoy pensando, es no decirle nada al padre Antonio.

-         Bien y que estas pensando???

-         Ir a casa de mis padres mañana, yo preparar “el almuerzo” para el padre Antonio, le dije sonriendo.

-         Rocío excelente idea

-         Y tu amor tomarás mi sitio en el closet de mi cuarto de donde vi a mi madre tirar con el cura.

-         Y Rosita no será problema??

-         No ella viaja con mis padres y yo tengo llave de la casa.

-         Amor todo está de pedir de boca.

-         Si, mi madre me dijo que el padre Antonio estaría a las 10am, poco antes de la llegada de mi padre, seguro para tirar un rapidito, le dije sonriendo, por que a mi me dijo que vaya a las 12m, hora que suele llegar mi papá.

Ya era de noche, mis padres estaban en pleno viaje, yo no llamé al padre Antonio, y José estaba recontra nervioso al igual que yo, la noche del viernes no tuvimos ambos ganas de tener sexo.

Sábado 8 de la mañana, me levanté con José, nos alistamos para ir a la casa de mis padres, llegamos a las 8.30 y comenzamos a planear lo que haríamos, le mostré el closet de donde yo me ubiqué para ver a mi madre tirar y le dije que el se ubique allí, hizo la prueba y me dijo excelente, es como tu lo dijiste, uno no se puede perder detalle.

También le enseñé por donde mirar al primer piso sin ser visto, la ventaja era que yo sabía que José estaría mirando y me colocaría en la mejor ubicación en todo momento.

Ambos estábamos nerviosos, casi no cruzábamos palabra, yo me había vestido con una faldita jean que me llegaba a medio muslo, una polerita y brasiere blanquito de encaje y una tanguita del mismo color , sandalias en mis pies, mis piernas estaban bien depiladas, menos mi conchita que me gustaba tenerla peludita.

-         Rocío ya es la 9.45, el padre Antonio no debe tardar en llegar, me dijo.

-         Si amor, todavía hay tiempo de dar marcha atrás

-         No eso no, creo que ya está decidido hacerlo… salvo que tú te desanimes…

-         José, tu estas seguro de lo que vamos a hacer???

-         Si Rocío, no sabes lo ansioso que estoy y tu???

-         Lo sabes también lo estoy…

Mi cuerpo era una gelatina, estaba que temblaba y transpiraba un poco, José estaba igual, en la cocina estaba cocinando algo ligero para disimular ya que sabíamos que el almuerzo no era el plato de fondo.

Eran las 10 am. pasaron unos minutos que parecían interminables, y sonó el timbre, nos miramos con José, me dio un beso en la boca y se fue para el segundo piso.

-         Buenos días padre Antonio…

-         Hola Rocío, que sorpresa, almorzaras con nosotros?

-         Adelante padre…

-         Rocío y tu mamá…

-         Padre, mis papás tuvieron que salir de viaje ayer por la noche y no tuvieron tiempo de avisarle.

-         Rocío, entonces creo que me debo ir, tengo asuntos urgentes…

-         Padre Antonio, pero le he preparado su comida favorita y también creo que tengo su plato especial listo…

El padre Antonio, me miró de pies a cabeza, desde mis deditos de los pies a mis bubis abultadas en la polera, fue rápido, me miró en silencio el cual yo rompí:

-         Padre Antonio, le gusta lo que ve???

-         Rocío, no me vas a decir que no hay nadie en casa…

-         No padre no hay nadie, ayer mi mamá me dijo que le avisara pero no lo hice…

-         Pero por qué …

-         Para tener un momento a solas con Ud. padre…

-         Rocío, no sabes lo que haces…

-         Si padre se muy bien lo que hago y Ud., también lo sabe…

Estábamos en el hall de la entrada que da a la sala, el mismo lugar que vi cuando el padre Antonio se la metió a mi madre de parados, el cuerpo se me escarapeló, miré disimuladamente hacia el segundo piso y pude ver que José estaba en el mismo sitio que yo estuve.

-         Pero Rocío, momento para qué se puede saber???

-         Ud., lo sabe padre, lo conversamos por teléfono y creo que la oportunidad se ha dado…

-         Rocío oportunidad para qué???? Se puede saber???

-         Padre lo deseo y Ud. también…

En ese momento, nuestras miradas se fijaron, hubo una respiración agitada de ambos, eran segundos, minutos que parecían eternos, estábamos a menos de un metro ambos, el siempre con su sotana, que yo adivinaba venía preparado como la anterior vez con mi madre, respiré profundo y me dí valor, me acerqué a él y puse mis labios en los suyos, por un momento no tuve respuesta, él se quedó inmóvil, pero reaccionó y correspondió a mi beso.

Me dije, ya está, ahora sí que no hay marcha a tras, de reojo vi al segundo piso y pude ver a mi esposo mirando la escena, nadie lo notaría, salvo alguien como yo que supiera que ahí estaba.

Fue un beso prolongado, al principio tímido por parte de ambos, nuestros cuerpos aún no se juntaban, nuestras lenguas se juntaron, yo al ver que él ya correspondía del todo a este beso, lo tomé de la cintura con ambas manos y me pegué a él lo más que pude, a lo cual el reacciono y pegó su pelvis a la mía.

Así en ese instante pude sentir su pene duro apretando mi estómago, lo sentía a través de su sotana, era una masa que cada instante crecía y se hacía mas duro, lo apreté más hacia mi, él también tomó la iniciativa y me puso sus manos en mi culito, todavía sobre la falda.

Ambos no decíamos ni palabra, volví a ver al segundo piso y ahí estaba José viendo toda esta escena.

Seguíamos entrelazando nuestras lenguas, yo sentía en ese momento mi tanguita totalmente húmeda, era un torrente de fluidos que me mojaba, el padre Antonio en una movida de manos me subió mi faldita y puso sus manos sobre mis nalgas a penas cubiertas por mi tanga, sentí el calor de sus manos sobre mis pompis, y esto a su vez hizo que su miembro se pusiera más duro y más grande de lo que yo podía imaginar.

La sensación que yo sentía era de doble placer, el que sentía con el padre Antonio y el de saber que estaba siendo observada por mi marido, era una sensación indescriptible, nunca vivida por mí.

Me dí cuenta que mi faldita la tenía enrollada en la cintura y las manos del padre Antonio, sobaban mis pompis a su regalado gusto, me separó un poco de su cuerpo y con una de sus manos sacó por entre su sotana lo que yo tanto estaba deseando, miré hacia abajo y pude ver ya de más cerca ese miembro venoso, grueso y cabezón que se erguía duro hacia arriba, pensé en el espectáculo que le estaba dando a mi marido, cosa que me calentó aún más,.. y solté un gemido.

Me separé aún más de su cuerpo para poder apreciar su miembro en toda su magnitud, y también dejar que José pudiera apreciarlo y también sirvió para que el padre Antonio vea mis piernas, mis muslos y mi tanguita metiéndose en mis labios de mi conchita, cosa que lo hizo decir:

-         Rocío, tienes un cuerpo y unas piernas lindas, a la vez de decir esto me subió mi polera y sacó de mi brasier mi bubis, que al verlas se quedó atónito y no hizo más que acercarse y besarlas.

Yo no tenía palabras para decir, solo cerraba mis ojos y me disponía a gozar, ese miembro riquísimo que tenía frente a mi, en un movimiento rápido me voltio e hizo que mis nalgas peguen a su pelvis y me empujó suavemente hacia la pared del hall en la cual puse la palma  de mis manos, puso una mano en mi estómago y la otra en mis bubis, sintiendo yo su pene en mi culito, ya sentía el calor de su miembro en mis nalgas y el sobajeo de la tela de su sotana, lo que excitó aún más y saqué mi culito hacia atrás y quebré mi cintura, para facilitar lo que ya se venía.

La mano que estaba en la cintura la sentí ir hacia mis nalguitas, sentí sus dedos acariciar sobre mi tanga mi rajita, abrí un poco más mis piernas y arqueé mi cuerpo aún más hacia atrás, el se despegó del todo, me imagino para ver mi culo parado esperando ser penetrado, suavemente me bajó mi tanguita que llegó a los tobillos tensada por la separación de mis piernas, yo miré hacia abajo y vi mi tanguita como me lo suponía casi a los tobillos, estiradita, de reojo vi al segundo piso y pude ver a José que estaba con la cara roja y con su miembro en la mano, lo que me hizo calentarme aún más.

-         Rocío, tienes un culito delicioso, me dijo el padre Antonio, que me lo sobaba no solo con sus manos, si no ya con su pene, esa cabezota ya la podía sentir entre mis nalgas, entre mis labios de  mi rajita.

-         Si padre Antonio, le dije, es todo suyo y mi rajita también

-         Si Chio, vas a probar mi pene por ambos lados

-         Si padre, hágame lo que quiera, soy toda suya.

Sentía cómo sobaba su cabezota entre mis nalgas y mis labios, en un momento que sentí que separaba de mi voltee y miré ese miembro venoso y apuntando hacia arriba, puse mi cabeza al lado de mis manos en la pared, esperando ya el toque final, relajé mi conchita y esperé lo que tenía que venir.

-         Chío, me dijo,- a la vez que agarraba su miembro con una mano y me lo sobaba en la entrada de mi conchita llenándola de su líquido y juntándolo con el mío y  la otra agarraba mis bubis que a estas alturas mis pezones estaban como piedras,- no sé pero no te quiero hacer daño, mi miembro como lo estas viendo es grueso y tengo una cabeza grande,- aproveché para volver a voltear y mirar ya en todo su esplendor ese miembro que hace poco había perforado a mi madre, eso me dio más morbo, ya no tenía que imaginar cómo sería ser penetrada, si no estaba a instantes de sentir ese miembro dentro de mi.

-         Padre Antonio hazlo suave y yo ya estoy preparada a lo que venga.

Acabando de decir esto, sentí su cabezota a la entrada de mi conchita y ya comenzó a hacer presión sobre esta, la lubricación ayudó a que esa cabezota entrara no sin antes hacerme dar un gritito de dolor mezclado con placer, al fin ese miembro estaba entrando en mi, otro empujón y entró todo su miembro grueso en mi conchita, que la sentía expanderse y amoldarse al grosor de su pene, la entrada fue lenta hasta que me la metió toda, sentí su pelvis pegada a mi poto al cual raspaban sus pendejos, me agarró con ambas manos mi estómago y mis caderas y me apretó para que sintiera la total penetración de su miembro.

-         Padre Antonio, que rico se siente…

-         Si Chio, no sabes cuanto he deseado este momento

-         Y yo padreeeee… hizo un movimiento de caderas que me hizo soltar un grito de dolor…

-         Chio, podrás aguantar las bombeadas de mi miembro, te siento estrecha y muy ajustadita…

-         Padre haga lo que quiera de mi, hágame sentir, le dije…

No acabé de decir esto y comenzó un mete y saca frenético, haciéndome ver estrellas tanto de dolor como de placer, volví a mirar hacia arriba y mi marido estaba atento a todo lo que decía y hacíamos.

Por unos minutos me tuvo así dándome unas bombeadas increíbles, me la metía hasta el fondo.

Me la sacó y me volteó, miró mis bubis y me las besó.

-         Padre Antonio le dije, vamos hacia arriba a mi cuarto, dije esto  en voz alta para que mi esposo tenga tiempo de ir y esconderse en closet.

-         Bien Rocío, vamos.

Aproveché ese instante para agarrar por primera vez ese miembro que me hizo ver estrellas y sobarlo entre la sotana.

Llegamos al cuarto y me acabé de desnudar, el se quitó su sotana, y como la vez que se tiró a mi madre, llevaba una truza deportiva y un polo, quedó desnudo y pude volver a ver su cuerpo y su miembro ya en toda su extensión.

-         Rocío, perdóname voy al baño un instante…

-         Bien padre, lo espero.

El padre salió de mi cuarto y aproveché para ver a José en el closet.

-         José estas ahí???

-         Sí mi amor…

Abrí la puerta del closet y él aprovechó en darme un beso y meter mano en mi concha y ponérsela en sus narices, para oler los jugos míos y del padre Antonio, y aún más, se agachó rápido me abrió las piernas y metió su lengua en mi conchita, me la lamió y probó los jugos de padre, estaba mi marido a cien, estaba descontrolado, sintió que ya venía el padre Antonio, y se metió al closet y cerré la puerta despacio.

-         Listo Rocío, ahora veras lo mucho que te deseo.

-         Padre ya le dije que soy toda suya

-         Entonces quiero que me la chupes…

-         Como diga padre…

No era necesario que me lo ordene, yo estaba deseosa de hacerlo, agarré su miembro y con mucho esfuerzo me lo introduje en mi boca, tuve que abrirla lo más que pude y comencé a chuparla y meterla en mi boca, a besar sus huevos y aproveché en meterle mis manos en su culo, me puse en una posición  para que mi marido no se pierda nada.

Me levantó y me echó en la cama, pero yo me acomodé tal cual estuvo mi madre, para darle el mejor espectáculo a mi marido.

-         Rocío, por que no te pones sobre la cama??

-         Padre así estoy más cómoda y sé que lo voy a sentir mejor…

Me puse al borde de la cama con los pies aún en el suelo y él se puso dentro de mis piernas, listo para penetrarme, sobaba su miembro en mi conchita, de abajo hacia arriba, me fijé en el closet  y en un momento que el padre se acostó casi sobre mi, sobre sus hombros le mandé un beso a mi esposo.

-         Rocío, me dijo, no quieres estar sobre la cama???

-         Estoy bien así, quiero sentirlo todo y creo que así lo voy a sentir

-         Deben ser los genes, dijo en voz baja, casi no audible

-         Perdón padre, decía…

-         No nada Chio…

Al toque me di cuenta de lo que dijo, sabiendo que a madre le gustaba también esa posición, pero yo lo hacía para que José tenga una visión excelente.

Me hice la desentendida y él comenzó a metérmela, ahora sí la sentía toda muy adentro, lo abracé con mis piernas y lo pegué hacia mi,  para sentirlo más, me sentía totalmente llena, él me agarró de mis caderas y pompis y me subía hacia él, me estaba traspasando, lo sentía totalmente dentro, me comencé a mover y el también aceleró sus movimientos, en momentos me la sacaba toda afuera y hacía un sonido como de destapar una botella de champán y me la volvía a meter hasta el fondo.

Me arrancaba unos quejidos que nunca los había hecho, pensé que mi marido debería estar celoso en ese momento, pero no me importaba ya nada, me dejé llevar ya por las ganas de estar siendo penetrada por ese miembro y por un cura, mis orgasmos vinieron uno tras otro, y con todas mis fuerzas ajustaba el miembro del padre Antonio, que estaba ya fuera de sí.

Las bombeadas que me daba eran realmente potentes y no sé como estaba aguantando semejante grosor de su miembro, me sentía totalmente llena, rota y penetrada, mis labios y mi concha se trataban de adecuar a ese miembro.

-         Rocío que ajustadita que eres, me haces sentir en la gloria

-         Padre me da gusto hacerlo sentir de esa forma.

-         Rocío voy a acabar, ya no aguantooo masss…

Nuestras voces eran agitadas, en ese momento puso mis piernas en los hombros del padre Antonio, pegando mi culo más al borde de la cama, él me puso sus manos por debajo de mis nalgas y me atrajo hacia él y luego puso sus manos al costado de mi cabeza y con fuertes movimientos de caderas me penetraba una y otra vez, yo estaba imaginando la visión de mi marido en el closet, traté de ver, pero no distinguía nada.

-         Rocío voy a explotar

-         Padre Antonio, lléname con tu semen…

Esas palabras salieron de mi boca, no podía creerlo, ya no me importaba nada, estaba toda descontrolada, nuestros quejidos eran fuertes y nuestros movimientos acelerados, ni siquiera se me ocurrió tener un preservativo, lo iba a separar de mi cuerpo para que termine fuera, en eso vi por un costado del padre Antonio, que el closet se abría apenas y salía una mano y me hacía un gesto de aprobación, y luego desapareció.

Esto entendí que mi esposo quería que el padre Antonio termine dentro, eso me excitó de manera extrema, sentirme llena de semen de otro hombre, reparé recién que ese mismo miembro había penetrado a mi madre, que mi marido me estaba viendo , todas estas sensaciones hicieron que los orgasmo lleguen uno tras otro, algo interminable.

Más aún cuando sentí el cuerpo del padre Antonio tensarse y ponerse rígido y a su vez sentir su pene ponerse mas grueso y comenzar a palpitar y expulsar toda una cantidad de semen dentro de mi, sentía como me chisgueteaba dentro de mi conchita, dio unas cuatro bombeadas más profundas y cayó sobre mi, me sentía exhausta y él también, bajé mis piernas al suelo lo abracé y nos quedamos tendidos por un momento uno sobre el otro.

-         Rocío ha sido maravilloso, me dijo esto sin sacar aún su miembro dentro de mí, que  no perdía totalmente su dureza y me tenía como taponeada

-         Padre Antonio me ha dejado muerta, le dije.

-         Tendrás Rocío fuerzas para aguantar una metidita por tu anito???

-         Si me lo pides, claro que haré un esfuerzo, le dije.

-         Ese anito lo ha probado alguien???

-         Si padre mi esposo, pero será la primera vez que otro hombre lo penetre y más aún con un miembro tan grueso, por eso padre le ruego que lo haga con cuidado.

-         José lo tiene…

-         Padre lo tiene más largo pero menos grueso, si eso es lo que quiere saber.

-

En eso se separó de mi y se echó a mi costado , al sacar su miembro sonó como destapar una botella y mi conchita comenzó a chorrear todo el semen vertido en mi, sentí ese olor tan delicioso de su semen.

-         Rocío, me dijo levantándose y mirando como salía la leche de mi conchita, voy al baño y traeré papel.

-         Gracias padre…

Salió del cuarto y en eso aprovechó mi esposo para salir del closet y mirar entre mis piernas el semen que estaba fluyendo de mi conchita, la cara que puso de incrédulo al ver esta situación, me dio una sensación extraña de excitación, mirar a mi esposo viendo como fluía semen de mi adolorida concha, semen de otro hombre, de un cura!!!! No nos dijimos ni una palabra y volvió al closet, agarre mi tanguita y comencé a limpiarme, entró el padre Antonio y me alcanzó el papel y terminé de limpiarme.

El padre Antonio trajo con el un frasco de aceite del baño y me dijo que me volteara.

-         Ponte de pancita Rocío, te voy a echar aceite en tu anito

-         OK. Padre, y me puse de pancita.

Comenzó a echarme el aceite en mi anito y comenzó a meterme un dedito bañado en este, muy lento y Sueve metía su dedo en mi ano, luego sentí que metía otro y seguía echándome aceite.

Comencé a pensar en qué pose me iba a poner para que mi esposo no se perdiera nada de la penetración que me iban a dar.

-         Padre Antonio le dije, para controlar su metida, quisiera subirme sobre Ud.

-         Como mejor te parezca Rocío

Dicho esto, hice que el padre Antonio se pusiera como yo estuve en la cama, con los pies en el suelo y echado de espaldas.

Ya muy lubricada, me puse sobre él, agarré su miembro que ya estaba nuevamente en todo su esplendor y comencé a frotar esa cabezota en la entrada de mi anito, estaba dando la espalda al closet y mi esposo iba a tener la mejor vista de toda esa penetración.

Inclinada hacia delante, con una mano apoyada en la cama cerca de la cabeza del padre y con la otra agarrando ese rico miembro, me iba sobando la entrada de mi anito, lo colocaba en la entrada y yo misma hacía presión para que vaya entrando esa semejante cabezota, el padre Antonio, estaba con los ojos cerrados y yo poco a poco metiendo ese miembro en mi ano, me relajé y logré meter toda la cabezota dentro de mi, cosa que me hizo desprender un quejido de dolor y placer, de solo pensar cómo mi esposo estaría mirando este momento de penetración, me excitó y me hizo relajar más, lo que ayudó a que entrase ya parte del miembro del padre Antonio.

Yo trataba de relajar y dar paso a ese delicioso miembro, ya no pensaba en su grosor, si no sólo quería sentirlo, por ello haciendo uso de todas mis fuerzas logré introducírmelo casi todo y ajustar mi ano a lo que podía para sentir ese miembro palpitante dentro de mi, sentir su calor y sus palpitaciones  me hizo entrar en una serie de orgasmos.

Ya con el miembro dentro y mi ano casi amoldado a ese pene, puse mi otra mano sobre la cama y comencé un sube y baja sobre esa  barra rica del padre Antonio, volteé mi cabeza hacia el closet y puse mi mirada hacia donde estaba mi esposo y le mandé un beso volado y le dije “gracias amor” en forma silenciosa.

Yo ya estaba fuera de mi, comencé un movimiento más rápido de sube y baja, acompañado de un movimiento suave de caderas, a lo que el padre Antonio, me agarró de mi cintura y comenzó también a dar ritmo a mi sube y baja y a darle más fuerza, nuestra respiración cada vez era más acelerada y más sonora y nos hacía desprender ciertos grititos en mi caso y quejidos del padre Antonio.

Sentía su pene hincharse aún más, a lo que yo respondía ajustando más mi ano, para sentir y no perderme sus palpitaciones, las cuales comenzaron a ser más aceleradas, ya me imaginé que estaba cerca de vaciarse en mis entrañas y aceleré mis movimientos, ambos estábamos como locos, y por fin explotó dentro de mi una buena cantidad de semen, ajusté mi ano y sentía sus contracciones a cada una de ellas correspondía una salida de semen en mi ano, caí sobre su pecho, el me agarró de mis nalgas y dio una metida profunda que me hizo gritar, fue su última vertida de semen dentro de mi anito.

Nos quedamos sin decir nada por un momento, yo con su miembro aún dentro de mi anito, sentía como poco a poco iba perdiendo su dureza, cosa que aproveché para ajustar mi ano lo más fuerte que pude y exprimirle hasta la última gota de su semen.

Al sacarlo de mi ano, sonó como destapar una botella de champán y  comenzó una vertedera de semen con unos ruidos estrepitosos que salían de mi ano, cosa que pareció excitar a padre Antonio, quien me puso de espaldas como en la primera posición y aprovechando la dilatación de mi ano y su lubricación con todo su semen que me agarró de las piernas, se las puso en sus hombros y me penetró de una forma enérgica y brutal, mi ano estaba que ya no soportaba y me fui nuevamente en una serie de orgasmos, me dio unas cuantas bombeadas y me lo sacó, haciendo que vertiera todo el semen que aún se encontraba dentro de mi.

-         Rocío a sido maravillo

-         Gracias padre Antonio, fue riquísimo tener tu miembro dentro de mi.

-         Voy a darme un duchazo, me dijo, no vaya a ser que llegue tu esposo…

Lo vi pararse y con su miembro aún semi rígido, salía de mi dormitorio hacia el baño, pensé dentro de mi, ese miembro aún tiene fuerzas y no me lo pierdo…

-         Padre Antonio te acompaño…

Me puse de pié, y de mi conchita aún resbaló semen, mi esposo abrió un poco el closet y me miró con una expresión desencajada, miré hacia abajo y tenía su pene entre su mano y con un charco de semen bajo de él, le dije muy despacio que se arregle y aproveche de salir y espere unos minutos y toque el timbre, me sonreí y salí detrás del padre  Antonio.

Entré al baño y lo vi debajo de la regadera, estaba jabonándose su miembro que aún no se le ponía flácido, entré con él en la regadera lo enjuagué y como loca me puse su pene el la boca, actuaba como una desconocida, el motivo era que en ese momento sabía que mi esposo no me estaba mirando, era un momento privado para mi, para terminar de gozar, chupé ese miembro hasta que se le puso duro, me reincorporé puse mis manos alrededor de su cuello, me trepé sobre él, puse mis piernas alrededor de su cintura y el padre Antonio comprendió mis intenciones y me agarró de mis nalgas con ambas manos, y dirigió mi conchita hacia su pene, yo hice fuerza en su nuca, me posicioné y me dejé caer sobre ese miembro delicioso, que ahora era solo para mi, me la metió de un solo envío, comencé a moverme como una loca, era mi momento privado, de gozar esas metidas sola, yo y el padre Antonio, éramos los dos , solamente los dos, yo trataba de que ese miembro me llene hasta el fondo, me movía en todas direcciones y él con sus manos me levantaba y me dejaba caer con fuerza sobre su miembro, tal fue nuestra excitación que en unos pocos minutos ambos terminamos con unos jadeos de locura, nuevamente su semen dentro de mi, que delicia.

Nos terminamos de duchar y tuvimos mucho cuidado en secarnos bien el pelo, con la secadora, ya que supuestamente mi esposo no tardaría en llegar, vaya pensé, el padre Antonio en ese momento debía estar haciendo un paralelo entre mi madre y yo, par de putas estaría pensando, bueno en mi caso el padre Antonio ni sospechaba  de que mi esposo había sido testigo de la semejante tirada que me había dado (Bueno parte no??).

Me cambié, me puse mi ropa menos mi calzón, que estaba lleno de semen y él muy pulcro se fue a la sala con la sotana bien puesta.

No pasaron ni cinco minutos y sonó el timbre, que tal cálculo me dije, el de mi esposo, encima de mi ropa yo ya llevaba un delantal y en la cocina estaba calentando el almuerzo, me dirigí a la puerta y abrí, era mi esposo,

-         Hola amor como estas

-         Bien Chio, me dijo, con una cara de pícaro…

-         Oye donde está?, me dijo muy bajo al oído

-         Está en la sala, le dije despacio también, aunque desde donde estábamos no nos podía oír.

-         Como estas?

-         Con la conchita y el culo irritado, le dije, y todo por complacerte

-         Mira, me dijo, se que gozaste a tope también

-         Para qué lo voy a negar, y viste por qué verdad?

-         Si, padre Antonio se maneja una buena pieza

Entrando ya hacia la sala

-         Carlos, padre Antonio acaba de llegar no hace mucho , le dije en voz alta para que escuchase el padre

-         A que bien , dijo mi esposo

Entramos en la sala y mi esposo se acercó al padre Antonio y lo saludó con un fuerte abrazo…