Mi vida sexual: Parte 1 Mi tía Carolina
La primer historia de un hombre siempre empieza por la familia, en este caso por mi tía.
Atención:
(Este relato que estoy a punto de contarles es 100% real pero no me voy a poner a rogarles para que me crean, conforme avance la historia se darán cuenta. Por razones de respeto y seguridad voy a cambiar mi nombre y el nombre de las personas que han hecho parte de esta historia, además estas historias están conectadas siguiendo una línea temporal).
Desde pequeño de todas las mujeres de mi familia siempre he estado enamorado de una, mi tía Carolina. Ella es la hermana mayor de mi mamá, es una mujer alta, de piel blanca poco bronceada, de cabello negro rizado, tiene unos rasgos faciales muy finos, tiene una mirada que hipnotiza, yo le digo que tiene una cara naturalmente sexy, que no necesita esforzarse. Tiene unos labios carnosos que a cualquier mortal le gustaría besar pero yo siempre quise que me hiciera algo más con esos labios.
De su cuerpo puedo decir que casí siempre se cuida con la comida, hace ejercicio pero no demasiado ya que su cuerpo lo tiene en forma gracias a las cirugías y es que eso es lo que más admiro de ella, tiene el divino talento para las cirugías plásticas y sabe del arte para elegir bien a sus doctores estéticos haciendo que cada cirugía valiera la pena.
De pequeña mi tía era muy acomplejada con su cuerpo, así que cuando salió de estudiar trabajó muy duro siendo mesera, también fue florista y estuvo en cuánto trabajo se le atravesó, es más creo que le ayudo a mi mamá a limpiar la casa por dinero en un par de ocasiones y con ese dinero ahorrado se hizo su primer cirugía.
En algún mes del año 2004 pasó de ser copa 30DD a ser copa 38DD. Si no saben lo que significa es que pasó de tener unas tetas de tamaño pequeño - mediano a un tamaño grande pero no exagerado. Fue increíble porque tomo en cuenta la forma de su cuerpo que aunque no es gorda, es tipo amazona pero no tipo amazona macho si no la más sensual amazona, fue así como ese par de tetazas le quedaban prácticamente naturales.
Después de salir de la clínica se quedó en la casa de mis padres para que pudiera sanar y descansar de la cirugía ya que ella es muy cercana a mi madre, al principio mi tía no quería pero mi mamá la convenció. Fue entonces cuando tuve el primer acercamiento con mi tía. Ella es una mujer algo diferente a las demás, aunque se acompleja de su cuerpo es muy abierta en algunos sentidos.
En esa época yo estaba muy enviciado con un juego en la computadora y dicha computadora estaba en la habitación de mi tía, así que tenía que esperar a que ella se despertara para poder entrar, debo aclarar que nunca dormía hasta tarde, siempre he sido bueno madrugando. Al día siguiente de la operación cuando pude entrar en la habitación note que ella dormía sin nada de la cintura para arriba porque estaba tapada con vendas que aunque dejaban ver la forma de sus tetas no podía ver nada fuera de lo normal ergo nada excitante.
Un día después estaba jugando en la mañana, mi tía estaba recostada leyendo un libro, mi mamá me había servido el desayuno así que pause mi juego, fuí a desayunar, luego de que terminé puse los platos en la cocina, volví a la habitación a jugar y fue cuando note que mi mamá le estaba quitando las vendas a mi tía y fue ahí cuando ví las que se han convertido en mis tetas favoritas.
Me asusté mucho porque mi mamá siempre ha sido una mujer muy recatada, casi nunca la vi desnuda en casa y me enseñó que no debía entrar al baño o la habitación cuando ella estuviera adentro, ya que una vez lo hice y la vi desnuda mientras se cambiaba, entonces me regaño muy severamente.
Por eso me asusté pensé que mi mamá me iba a regañar pero ¡Oh sorpresa! No lo hizo, tal vez porque mi tía estaba ahí y no quería verse tan puritana. Para ser honesto las tetas de mi tía Carolina no se veían bien, se veían hinchadas y con moretones pero aún así había sentido un corrientaso por todo mi cuerpo cuando la ví.
- Tía Carolina: ¿Que, no vas a entrar? Dijo en forma coqueta.
Yo no pude articular palabra, me quedé pasmado y mi madre se empezó a impacientar.
Tía Carolina: Entra, te vas a tener que acostumbrar a ver esto todos los días.
Mientras entraba fue una de las situaciones más raras y excitantes que he sentido en mi vida, fui caminando hacia la computadora mientras veía a mi madre y a mi tía, todo fue como en cámara lenta, mientras veía como mi mamá le ayudaba a limpiar las grandes tetas a mi tía, veía sus pezones duros pero note algo muy raro, mi mamá llevaba una blusa sin sostén pero eso no era lo raro, ella solía andar así porque su ropa no era translúcida y no se notaba cuando no llevaba Bra, lo que era raro es que ella también tenía los pezones duros.
Pasaron los días y poco a poco mi tía iba mejorando, bajando la hinchazón y quedando con pocos moretones. Por el asunto de la computadora podía verla todos los días mientras mi mamá la limpiaba y le hacía curaciones pero eso me empezó a molestar, me cansé de verle las tetas ahora tenía las endemoniadas ganas de tocarlas pero no podía hacerlo con mi madre adentro es por eso que cree un plan, el plan más tonto e ingenuo que pude crear.
Una vez que llegó su cumple años, me desperté, fuí al baño a cepillarme los dientes y me encontré con mi madre fuera del baño, ella me dijo que fuera a desearle un feliz cumple añosa mi tía y eso hice, me dirigí a su habitación, al entrar note que aún estaba en la cama pero ya estaba despierta, así que me acerque a su cama y le dije:
- Yo: Feliz cumple años tía, te quiero mucho.
La abrace mientras ella estaba acostada, puse mi cara entre sus tetas a propósito, aunque quería tocarla con mis manos tener ese par de suaves y grandes tetas fue una de las mejores sensaciones pero luego note que ella hizo un pequeño gesto de dolor, me asusté mucho, no quería que se fuera a enojar y llamar a mi madre, así que utilice la ingenuidad a mi favor.
- Yo: Tía, tía lo siento. Lo había olvidado.
Mientras me incorporaba sentandome en la cama, le acaricie las tetas como sobandoselas.
- Tía Carolina: Tranquilo, no pasó nada.
Pero yo seguía con mi cara de preocupado, tratando de generar el mayor pesar para que no fuera a malpensar de mi actuar.
- Yo: Es que no quiero que te pasa nada.
Ella me miró con cara de ternura y me dijo.
- Tía Carolina: Tranquilo, ya estoy mucho mejor.
Pero yo la seguía tocando y ella se dió cuenta.
Tía Carolina: ¿Te gusta cómo quedaron?
Yo: Pues son muy suaves y grandes pero, ¿por qué se ven moradas?
Ella me explicó que eso pasaba después de las operaciones, que era algo normal y blablabla. Eso ya lo sabía lo que quería era verlas otra vez, tocarlas por encima de la ropa ya no era suficiente, sabía que faltaba poco para que sanará del todo y se fuera a su casa, así que hice cara de no entender y funcionó.
- Tía Carolina: Mira, ya no están moradas.
Se levantó la blusa de algodón fino que tenía y vi sus tetas en el mejor momento de todos, justo en el día en que ya se podían tocar, que ya no estaban hinchadas ni moradas, eran unas tetas grandes, completamente redondas, sus areolas y sus pezónes no eran tan grandes pero tenían un color rosado claro, eran perfectas, sanas y justo cuando se las iba a tocar fuí interrumpido por la llamada a desayunar de mi madre, lo que hizo que mi tía se tapara rápidamente los senos.
Las historias continúan, cuénteme qué les pareció...